Moondale

UN COSQUILLEO POR DOMINIC

[b][Jamie Smith || Residencia Hexe || {Con Tegan}][/b]

jamiesmith

La puerta de la habitación 301 me miraba como si lo que hubiese adentro fuese a ser algo malo, muy. Suspiro, colocando la mano en el picaporte girándola, para abrir y entrar en el sitio que me albergaría hasta fin de curso. La reorganización de la universidad implicó también que hubiese cambios en la selección de compañeros de habitación. Me ha costado lo suyo y medio, poder adaptarme a mi antigua compañera. Ahora tengo una nueva compañera, Tegan algo; adaptarme a ella, va a costar lo suyo y medio. Yo y mi incapacidad de socializar.

Observo que una de las camas está ocupada, por lo que supongo sabiamente que la cama libre es mía. Dejo la maleta encima de ésta, dejándome caer en el espacio libre. Un largo mes en Italia ha conseguido que me sintiese ‘normal’. Las Navidades que he pasado en Venecia han estado lo que se dice: perfectas, y sobre todo me había alejado de todo lo que concernía a Dom y el beso. Recuerdo exactamente que en cuando se rompió la burbuja del beso, al finalizar la fiesta, la culpabilidad me había dominado. Se suponía que Dominic estaba con Sylver, o eso había entendido y yo me había interpuesto. Ese hecho me sentó bastante mal, y me hizo preguntarme sobre si era cierto que las mujeres nos cegamos cuando nos sentimos especiales. Evidentemente era así. Por mucho que la evidencia estuviese patente, a mí no me gusta dar puñaladas por la espalda, y por mucho que sienta un cosquilleo por Dominic, me ha molestado mi comportamiento. Creo que he estado inconforme conmigo misma desde el catorce de diciembre hasta las más de veinte horas de vuelo a Italia.

Me molesta, porque yo no soy así, ni tengo intenciones de serlo y me incomoda. Y también asusta, porque yo no soy de pensar en chicos y soñar cosas bonitas, el sexo opuesto siempre me ha dado temor. Incluso con mi ex novio, he tenido momentos incómodos. Dominic consigue que yo piense en cosas incómodas para la persona que soy, y honestamente no sé cómo lidiar con ello. Por lo que decido que le evitaré, a toda costa. No estoy hecha para esas cosas. No me siento cómoda y no quiero traicionar a nadie por la espalda. Suspiro nuevamente, no creo tener la cabeza para todos estos dramas dignos de las telenovelas italianas que ve Nana. Yo me quedo sola y todos felices, sobre todo…yo. Pensar en todo esto, está consiguiendo que tenga una migraña como la del catorce de diciembre.

Suspiro una vez más, pensando en que las únicas preocupaciones ahora tienen que ser: no matar a nadie con mi ineptitud mágica y llevarme cordialmente con la nueva compañera de habitación. Pero sobre todo, no tocar nada de ella y no enterarme de su vida, más de lo estrictamente necesario. Tarea que considero de por sí, imposible; pero nunca se está de más con intentarlo. Escucho ruidos que provienen del baño, pero no me muevo del lugar donde estoy sentada. Realmente me siento cansada, y con pocas ganas de ver al grupo esta noche en el bar del demonio Lorne.

Porque no quiero recordar esa noche de la Iniciativa. Aunque a comparación de los demás, a mí no me han hecho nada más que drogarme, la situación personal no había sido lo que se dice [i]agradable.[/i] Me distraigo de mis pensamientos negativos al ver salir a una chica un poco más alta que yo, de cabellos rubios rizados y mirándome con curiosidad.

– [b]Hola.[/b]- musito.- [b]Soy Jamie, tu nueva compañera, creo.[/b]- me presento.

Veo que se pasea por la habitación, en ropa interior y canturreando algo de AC/DC, si mal no recuerdo la canción.

– [b][i]Vale.[/i][/b]- fue su única respuesta, al mirarme y luego de un encogimiento de hombros de su parte, se dirige al armario, donde saca ropa para tirarla en su cama.

Me quedo un poco desconcertada, hasta que sacudo la cabeza apartando cosas sin sentido, e imito lo que hace ella, pero al revés. Saco mi ropa de la maleta, guardándola así en mi propio armario. En cuando acabo con todo, guardo la maleta debajo de la cama y miro a la chica.

– [b]¿Cómo era tu nombre?[/b]- pregunto. Porque ni de broma la iría llamando ‘la rubia’, porque no es plan.

-[b][i]Tegan[/i][/b] -dice, mirando dos vestidos cortitos que tiene encima de la cama-. [b][i]¿Cuál te gusta más? El negro me hace mejor culo, pero el blanco es más fácil de quitar… [/i][/b]-piensa unos segundos y luego se gira-. [b][i]¿Tú eras…? Es que estaba pensando en otra cosa[/i][/b] -vuelve a encogerse de hombros, como si para ella fuera un detalle totalmente sin importancia.

Vale, yo y consejos de modas, no. Fallamos estrepitosamente, en todos los sentidos. Suspiro, mirando los vestidos, intentando decir algo propio de una experta en modas, pero solo me quedo en blanco. Miro a Tegan y me encojo de hombros.

– [b]Si tu intención original es que te quiten el vestido rápidamente, supongo que el blanco, aunque se mancha con facilidad.[/b]- respondo, ya sentada en el borde de mi cama y con las piernas recogidas.- [b]Si quieres que te halaguen tu trasero, pues el negro.[/b]- añado.-[b] Jamie.[/b]- le respondo, sin darle importancia.

Tegan hace que se lo piensa un poco, mordiéndose una uña y ladeando la cabeza mientras mira los vestidos: -[b][i]A la mierda. Que se lo trabaje un poco[/i][/b] -coge el negro y se lo pone por encima,  mirándome: -[b][i]¿Qué te parece? Estupenda, ya lo sé. Mejor sin ello, pero el mundo podría explotar [/i][/b]-vuelve a mirarse el vestido-. [b][i]Sí, que se lo trabaje. Además… Hunter tiene unos dedos muy habilidosos.[/i][/b]- añade como si fuera super normal decirlo en voz alta.

Eso ya es demasiada información para mí, por lo que esbozo una sonrisa medio cortada, mirando hacia la ventana. No me gusta observar a las personas cambiarse delante mío, me perturba un poco y lo considero como algo íntimo y personal. Supongo que tengo que vivir con ello lo que restase del año.

– [b]Supongo que sí.[/b]- musito, aún mirando por la ventana.

Tegan se acerca a un espejo y se va echando espuma en el pelo: – [b][i]Esta noche a lo mejor no vuelvo. O llego tarde. Sé que no será un problema[/i][/b] – dice, y cuando cree que ya tiene el pelo bien, se acerca a la cama y coge el vestido y empieza a ponerselo (es negro, corto, de palabra de honor y ajustadito)-. [b][i]Seguro que nos veremos por el Silver, además. Avísame, el camarero siempre me invita a [i]cuatro reyes[/i], que se ve que quedó contento con mis dos reinas.[/i][/b]- saca unas botas bajo la cama-[b][i] A lo mejor con unos cuantos chupitos encima me dejas hacer algo con ese pelo.[/i][/b]

Enarco una ceja, ¿qué tiene de malo mi pelo? Es normal, está recogido y no molesta. De todos modos, ya tengo planes en la noche, que no es caer en el Silver, ni caer muerta en mi cama. Suspiro.

– [b]¿Qué tiene de malo mi pelo?[/b]- pregunto suavemente, aunque doy fe de que tengo el ceño fruncido.-[b] De todos modos, tengo planes ya para la noche.[/b]- me encojo de hombros.

– [b][i]El pelo suelto es más sexy y en tu caso también te daría un aire más dulce.[/i][/b]- se levanta,acercándose a mirarme y luego gira y se pone detrás.- [b][i]Así eres la fantasía oscura de un hombre de negocios japonés. Con el pelo suelto, ascenderías a la de un holandés, como poco. ¿Puedo?[/i][/b]- y sin esperar respuesta me quita la coleta, soltándome el pelo, la veo que se pone delante mío para acomodarme un poco más, echando un poquito de pelo para delante.- [b][i]¿Ves? Así casi me plantearía ligar contigo, si no tuvieras un cartel que dice SÓLO MANGUERAS en la frente.[/i][/b]

¿Qué?¿Qué ha dicho de japoneses y holandeses de fantasía? Mi cabeza parece haber explotado del trauma o algo por el estilo y ni pude reaccionar para detener a Tegan, quien aparentemente ha tomado en sus manos mi cabello. La miro, aún estupefacta.

– [b]…¿gracias?[/b]- murmuro, todavía en shock. Por lo general, nadie me arreglaba el pelo, más que Nana o Carolina.- [b]¿Qué tengo un cartel que dice qué?[/b]- mi trauma parece estar bastante patente y no quiero ni pensar a qué se refiere con eso de ‘SOLO MANGUERAS’.

-[b][i]De nada[/i][/b] – se sienta en la cama otra vez-. [b][i]Sólo mangueras. Colas. Penes. Como prefieras. Que no te va el rollo bollo. Eh, es bueno, algunos hombres prefieren el menor riesgo posible y si sólo te gustan los machos alfa, la posibilidad de que acabes en una cama ajena es un sesenta por ciento menor[/i][/b] -se encoge de hombros.- [b][i]Espero que tu plan para la noche no implique quedarte en casa, con una manta hasta el cuello, viendo Penelope y esperando encontrar pronto tu James McAvoy. Sería muy triste.[/i][/b] – se va poniendo las botas.

Ojalá pudiese ser lo de estar cubierta con una manta hasta la nariz y viendo Penelope, soñando con encontrar mi propio James McAvoy. Ojalá. Sí, he decidido ignorar olímpicamente cualquier comentario de anatomías masculinas y situaciones sexuales, por el bien de mi salud mental. Esa misma que estoy perdiendo en este preciso instante.

– [b]No, tengo planes con…personas, sí, eso.[/b]- contesto. Por lo general, yo no me junto con personas, sean lo que sean. No me junto, a secas. Y reunirme con ellos, sigue resultándome raro.

-[b][i]Personas, es un adelanto. No voy a mentir, casi te he imaginado pegada al ordenador, suspirando por Justin Bieber y diciéndole a tu amigo invisible que sueñas con uno como él.[/i][/b] – pone una expresión de «lo cual sería HORRIBLE» y luego sigue.-[b][i] No digo que sea malo… a los trece.[/i][/b]- se levanta, coge un delineador de ojos y se acerca a un espejo a maquillarse.

No pude evitar reírme un poco ante la imagen que tenía Tegan de mí para esta noche. ¿Tan patética parezco?. Niego con la cabeza, para no darle importancia. La observo maquillarse con habilidad, de esa que no tengo. Si he que maquillarme, tengo que pedir ayuda.

-[b] Por favor, te permito que me insultes con lo de estar pegada al ordenador, pero no que digas que suspiro por Justin Bieber, tengo un poco de dignidad.[/b]- le digo, aún riéndome. Viendo la hora que es, mejor me voy cambiando.- [b]Uhmm…¿vaqueros y camiseta está bien para salir?[/b]- pregunto, con timidez. No quiero verme en plan fácil.

Tegan deja de maquillarse, se gira y me mira con cara de «¿me estás vacilando, niña?», super incrédula: -[b][i]Claro. Si pretendes tirarte a los frikis de la planta de abajo. ¿Es que siempre vistes como una monja de incógnito?[/i][/b]- expresión de mínoentender.

Miro mi armario, sonriendo. Mi plan no es tirarme a nadie, básicamente. Me giro para mirar a Tegan, aún con una sonrisa. La chica, a pesar de los traumas que me está dando a dos manos, me divierte. Al menos, no es antipática como la anterior.

– [b]En realidad, es que mis intenciones no son de ligarme a frikis, ni deportistas, ni quien sea.[/b]- aclaro, con suavidad.-[b] Pero como saldré, no creo que deba ir vestida tal cual estoy.[/b]- me meto en el armario, buscando alguna camiseta normal (de entre todas las camisetas normales que tengo).

-[b][i]No digo que te tengas que tirar a nadie. Pero una mujer puede querer estar guapa de cuando en cuando, sobre todo si sale de noche. ¿Vestidos? ¿Faldas? ¿Tacones?[/i][/b] .-rueda los ojos.- [b][i]Dime que tienes alguno ahí dentro o pensaré que me han puesto a compartir habitación con una prepúber.[/i][/b]

– [b]Tengo algunas faldas y camisas, si te alegra.[/b]- contesto, sacando algunas de las mencionadas.- [b]Pero tacones no uso.[/b]- no me gustaban, y prefería las bailarinas.- [b]Aunque tengo bailarinas.[/b]

Tegan vuelve a rodar los ojos, saca labial rojo y se los pinta antes de darse la vuelta, ya lista, y mirarme y la ropa que saco, suspirando: -[b][i]Algo es algo. Al menos se notará que eres una chica, aunque tapada de pies a cabezas con esa falda larga y la camisa de oficinista.[/i][/b] – se encoge de hombros.

¡Ouch! Aunque sea mortalmente tímida y me incomode mostrar más de lo necesario, eso sí que fue un duro golpe al ego femenino que no tengo. O capaz que sí lo tengo, pero al no darle importancia, pareciera que no lo tuviese. Aparto esos pensamientos y miro el conjunto elegido de oficinista; y acepto que no podría vestirme de otra manera o como Tegan o como Sylver. De hecho, me sentiría…disfrazada.

– [b]Para que se note que soy chica, ¿tengo que despelotarme?[/b]- le respondo, sin ningún tono en particular. No sé si comenzar a adquirir un complejo de inferioridad en cuánto a belleza. Si no he empezado antes, creo que no es recomendable comenzarlo ahora. Otro suspiro más.

-[b][i]Lo de despelotarse es sólo si encuentras al adecuado, claro.[/i][/b]- alza las cejas en tono pícaro.- [b][i]Mientras tanto, bastan con que no te escondas en un saco de patatas. Eso lo hacía mi madre y sigue divorciada y sin compromiso, tú aún tienes tiempo para no cometer sus errores.[/i][/b] – se mira ante el espejo, ya lista, y se da un giro, mirándose, hasta terminar de girar y ponerse de cara a mí.- [b][i]Del uno al diez… ¿once o doce?[/i][/b]- refiriéndose a cómo está.

[i]Yo no me escondo en un saco de patatas.[/i] Frunzo el ceño, sin saber si estar ofendida o dejarlo pasar. Estudio a Tegan de arriba abajo, la verdad es que iba guapa y no dudo que conseguiría lo que fuese a conseguir esta noche con ese conjunto y todos los otros detalles.

– [b]Estás bonita.[/b]- respondo, con una sonrisa leve.

Tegan dice:- [b][i]Lo sé.[/i][/b]- se muerde el labio y hace un gesto lujurioso con las cejas, para luego caminar con paso seguro hacia la puerta. Por el camino me da un par de palmaditas tap-tap en la espalda y me dice:- [b][i]Suerte con tus planes. Suenan divertidísimos.[/i][/b]- noto el tono de ironía y camina hacia la puerta. Abre, y cuando ya está fuera y cerrando levanta un poco la voz para decir: -[b][i] No me esperes despierta.[/i][/b] – pausa, y desde más lejos, dejando abierta la puerta tras de sí.- [b][i]¡No me esperes![/i][/b]

Miro la puerta medio abierta, dejando salir el huracán Tegan y su estela de perfume o crema corporal o lo que sea que se hubiese puesto. Aún tengo la camisa en mis manos, mirándome como si fuese a llorar o algo. Esta noche es noche de suspiros, porque parece que mi repertorio no tiene fin. Dejo la camisa en mi cama, doy unos pasos suficientes para cerrar la puerta con llave y apoyo mi espalda contra ésta.

Debería estar duchándome, pero siento unas irrefrenables ganas de meterme en la cama, con la portátil y ver Penelope. Esbozo una sonrisa leve, antes de separarme de la puerta. Ya era un poco tarde y mejor que me fuera preparando para verlos. [i]Verle a él.[/i] Mejor no pienso en ello.

La ventaja de no preocuparme mucho de mi aspecto estético, es que suelo estar lista en una media hora. Aún con el pelo húmedo (debería aprender trucos de secado mágico), abandono mi habitación con las llaves de mi coche y un pequeño bolso con algo de dinero. Siento algo de frío, a pesar de que voy suficientemente abrigada.

Llegar al estacionamiento de la residencia, ha costado lo suyo, ya que la acera está bastante resbaladiza. Entro en el coche, mirando el volante y sin evitarlo apoyo la frente en éste, con ambas manos agarradas en él.

– [b]Valor, Jamie. Valor.[/b]

Enciendo el coche, dando marcha atrás.

[spoiler]Tegan manejada por la gran Laeryn. Stefy, me pido a Tegan, porfis porfis :steface: [/spoiler]

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