Lexie – Residencia Universitaria ‘Fenris’
Noche
Me estaba costando horrores concentrarme. Navegaba por el catálogo de InfiniTV con la esperanza de dar con el vacía cocos perfecto. Gossip Girl, Élite y Pretty Little Liars. Nada, no era capaz de aguantar más de cinco minutos. ¿Y si probaba con Friends? La comedia más famosa de los noventa seguía teniendo gracia cuarenta años después, pero el problema era yo.
Desconecté la tele decidida a escuchar música, pero no me animaba ni Ariana Grande. Esa debía ser la señal inequívoca de que algo iba mal, pero no quería admitirlo. La culpa de todo la tenía Noah. Si no se hubiera empeñado en jugar a los héroes, no habría tenido que negarme. ¿Tan difícil era de entender que no me apetecía salvar el mundo? ¿Qué había hecho el mundo por mí?
El problema estaba en que, por muy igual que me diera el destino de la humanidad, porque total, era la hija de un magnate y seguro que había algún búnker en el que nos acogerían, no me pasaba lo mismo con Noah.- [Kaylee]Sé que soy la persona que peor te cae de todo el mundo, pero Noah te necesita[/Kaylee].- en algún punto, había abierto la puerta y ante mí estaba la versión desmejorada de Kaylee MacLeod en peto.
-[Lexie]¿Que pasa, vienes de regar?[/Lexie] – pregunté intentando disimular el nerviosismo. Menos mal que no me había dado por aparecer con mi verdadero aspecto y estaba como la versión Reed, que ese día llevaba una sudadera horrenda de Stranger Things y unas mallas.
A esas horas, la mayoría de la gente estaba poniéndose hasta el culo en los locales de alrededor, así que no había nadie que nos pudiese escuchar, pero no me parecía el mejor tema para tratar en el pasillo, por lo que la hice entrar.- [Kaylee]Lo primero de todo: ¿por qué tienes este pedazo de habitación?[/Kaylee].- me encogí de hombros y la ignoré. Sí, era la única que no tenía compañera y cuyos muebles costaban más que el PIB de un mes de un país en desarrollo, pero yo no hacía las reglas y mi padre era el que era. – [Kaylee]Lo segundo: siento haber sido una persona horrible[/Kaylee].- continuó.
Le hice una seña para que se sentara en el sofá que había frente la tele.- [Lexie]Tampoco te odio.[/Lexie]- sinteticé. Más bien, me daba una mezcla entre pena e indiferencia, porque en algún momento de su adolescencia su vida había llegado al momento cumbre y después, todo había ido cuesta abajo.
– [Kaylee]Viene bien saberlo[/Kaylee].- sonrió con alivio y pensé en ofrecerle algo de beber, pero tampoco éramos tan amigas y si Noah estaba en peligro, no había tiempo que perder entre cafés.- [Kaylee]A lo que iba: necesitamos tu ayuda para entrar en Infinity a rescatar a Noah y al resto[/Kaylee].- explicó sin entrar en detalles.
– [Lexie]¿Les han atrapado?[/Lexie] – el corazón me latía tan rápido que no escuchaba mis pensamientos. Por un momento, estuve segura de que este cuerpo también estaba perdiendo el oído.- [Lexie]No creo que os pueda servir de ayuda.[/Lexie] – dije de manera automática.
Me senté en el otro extremo del sofá.- [Kaylee]Sé que tienes poderes[/Kaylee].- soltó.
– [Lexie]Qué bien guarda Noah los secretos.[/Lexie] – me quejé.
– [Kaylee]No ha sido Noah: acabas de decírmelo tú[/Kaylee].- empezó a reírse. Se estaba riendo de mí. Kaylee y su maldita virtud de sacarme de quicio.
– [Lexie]Me estoy replanteando lo de no odiarte[/Lexie].- espeté de malos modos.
– [Kaylee]Podemos ser ‘frenemies'[/Kaylee].- me propuso.
– [Lexie]Mis poderes tampoco son gran cosa.[/Lexie] – mentí.
– [Kaylee]Mentirosilla[/Kaylee]. – me picó.- [Kaylee]Los muebles de esta habitación valen más que mi casa y no tienes compañera: desembucha[/Kaylee].
Me crucé de brazos y miré en dirección a la mini nevera: ¿Ahí podría meter un cadáver? – [Kaylee]¿Qué poder tienes, tetaskinesis?[/Kaylee] – me preguntó y fruncí el ceño.
– [Lexie]Sí, ¿quieres comprobarlo?[/Lexie] – la amenacé.
– [Kaylee]Mejor no[/Kaylee].- nos quedamos en silencio, hasta que tuve que volver a hablar, porque esto rozaba el ridículo.- [Lexie]¿Y qué pretendes, que entremos las dos a la sede de una compañía multimillonaria de la que no ha conseguido salir ni el ‘Team Flash’?[/Lexie]
– [Kaylee]Para el carro, cielo[/Kaylee]. – al oírla, puse los ojos en blanco y reprimí las ganas de arrancarle la peluca de cuajo. – [Kaylee]Estoy formando un equipo con la ayuda de Dante[/Kaylee].
Esto cada vez era más surrealista.- [Kaylee]Venga, muestra tu poder[/Kaylee].- me pasé una mano por la cara y Kaylee parecía una taladradora mental. Qué falta me hacía el audífono para desconectarlo cuando no me interesaba oír.
– [Lexie]¿Esto qué es, a ver quién es la [/Lexie] – la habitación dio paso a una playa de Louna y las dos estábamos en bikini. El suyo era de cortina y de color rojo y el mío, bandeau y de rayas blancas y negras. Me gustaba currarme los detalles.
– [Kaylee]Ya sabía yo que esas tetas no eran de verdad[/Kaylee].- enarqué una ceja al escucharle hacer otra mención a mi delantera.
– [Lexie]A ver si no vas a ser hetero, cielo[/Lexie].- resoplé un poco harta del monotema.
– [Kaylee]Venga, muestra tu orco interior[/Kaylee].- me animó.
– [Lexie]Esto no es una ilusión. Es mi apariencia.[/Lexie] – la playa se desvaneció y volvimos a la habitación. La sudadera era horrorosa, pero al menos, no era un peto.
– [Kaylee]Ya, claro[/Kaylee].- chasqueó la lengua.
– [Lexie]Qué no soy ningún orco.[/Lexie] – me estaba empezando a mosquear.
– [Kaylee]Venga, enséñame a la que tienes en el ático comiendo cabezas de pescado[/Kaylee].- esbozó la sonrisilla de Kayleepedia.
Solté un par de tacos y me mostré frente a ella. La sudadera me quedaba como un saco. – [Lexie]Las dos somos de verdad, bonita, ya te gustaría.[/Lexie] –
– [Kaylee]Eres las dos novias de Noah, la madre que te parió[/Kaylee]. – empezó a partirse de risa.
– [Lexie]No te rías. No lo entiendes.[/Lexie] – le mostré el audífono de la oreja derecha.
– [Kaylee]Llevas un audífono y yo llevo gafas[/Kaylee]. – le restó importancia. – [Kaylee]Estás estupenda en tus dos apariencias[/Kaylee].
– [Lexie]Estoy estupenda en TODAS mis apariencias. Pero no son ilusiones.[/Lexie] – volví a cambiar, la ropa cayó al suelo y me convertí en un mapache. Al momento, estuve frente a ella como siempre. Era lo bueno de las ilusiones: podía vestirme sin que nadie lo notase.- [Lexie]Como se lo cuentes a Noah te repito la torta de aquella vez.[/Lexie]
– [Kaylee]La que mejor me cae es la que puede tener la rabia[/Kaylee].- sonrió.
– [Lexie]Bueno, al final tú no estás mal.[/Lexie] – confesé – [Lexie]Siento haberte pegado, pero te lo habías ganado a pulso.[/Lexie]
– [Kaylee]No estoy a favor de la violencia, pero era una imbécil[/Kaylee].- confesó.
– [Lexie]Ahora estás bastante bien.[/Lexie] – le guiñé un ojo.
– [Kaylee]¿Te estás insinuando?[/Kaylee]- simuló un escalofrío.
– [Lexie]En tus sueños, quizás[/Lexie].- respondí.
– [Kaylee]Bueno, ¿nos vamos a salvar a tu novio o seguimos discutiendo hasta el final de temporada?[/Kaylee] – me preguntó.
– [Lexie]Qué remedio.[/Lexie] – suspiré, cogí mis cosas y cerré la puerta de mi habitación.- [Lexie]¿Será este el inicio de una bonita amistad?[/Lexie]- convine con sorna.
– [Kaylee]No te hagas ilusiones[/Kaylee].- pero ya era tarde, porque una versión suya y mía se estaban dando el lote contra la puerta de mi habitación.
Al verlas, Kaylee me dio una patada el culo.- [Lexie]En el fondo, me adoras[/Lexie]. – hice una pausa.- [Lexie]Y como me vuelvas a hacer eso, te dejo calva, chata[/Lexie]
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