NOAH ARKKAN
LA KVASIR – MEDIODÍA
Pasé la página pero mis ojos se desviaron hacia el reloj que había en una pared. No sabíamos si era correcto porque la Kvasir había estado parada una buena temporada, pero aunque no calculara la hora exacta, sí que permitía saber el tiempo que había pasado.
– [Noah]Es desesperante.[/Noah] – dije llevándome una vez más una mano al pelo, que debía estar alborotado y mi hermano no lo aprobaba. Pero no podía contenerlo, aquella investigación me estaba llevando más que ninguna otra, y parecía que no avanzaba. A esa velocidad tardaría meses en dar con una respuesta.
– [Leo]Tranquilo, trabaja con lo que tienes.[/Leo] – respondió Leo. Era extraño escuchar esas palabras viniendo de mi propia voz.
– [Noah]No puedo, me está llevando muchísimo encontrar algo y el tiempo no deja de avanzar.[/Noah] – señalé el reloj, habían pasado ya más de tres horas y apenas había mirado una cuarta parte de los libros que había seleccionado. Antes habría sido más fácil, mi mente se movía a una velocidad mas rápida que el resto del mundo y eso me daba siempre tiempo de sobra, pero ahora todo era lento, dolorosamente lento.
– [Leo]No solo depende de ti. Todos estamos buscando.[/Leo] – dijo. Era cierto en parte, no todos estaban buscando una respuesta, algunos se limitaban a esperar mientras los demás, los que siempre lo hacíamos, dábamos con una solución.
Me sorprendí pensando así. Todo el mundo lo hacía lo mejor que podía, algunos teníamos más facilidades que otros como yo había tenido. No sé qué me pasaba, pero desde que estaba en el cuerpo de Leo me sentía de mal humor constante. Quizá era por la frustración de que todo fuera tan despacio.
– [Noah]Ya, pero mira tu pila. Eso es lo que habría hecho yo antes.[/Noah] – dije, sintiendo una punzada de envidia. Leo ahora tenía mi velocidad y era mitad Rakkthathor como siempre había querido ser. Seguro que estaba disfrutando del cambio al menos en parte.
– [Leo]Habrías hecho más, seguramente.[/Leo] – respondió, intentando hacerme sentir mejor. Me llevé una mano a la cabeza, sintiéndome mal por haberme enfadado. – [Leo]Sé que lo echas de menos pero si te sirve de consuelo, te lo devolveré encantado. No me acostumbro.[/Leo] – ¿cómo podía pensar que era un paseo para Leo? No estaba pensando claramente, ese mal humor me estaba nublando el juicio.
– [Noah]Supongo que depende de la perspectiva.[/Noah] – dije tratando de calmar esa pulsión oscura, esa ira que me hacía constantemente querer tirar los libros al suelo y soltar un grito. Alcé la vista y vi que Leo me observaba. – [Noah]No estoy acostumbrado a que nadie me mire mientras pienso.[/Noah] – le repliqué, más serio de lo que pretendía. Leo permaneció impasible, quise sacudirlo a ver si reaccionaba de una vez y se daba cuenta de la mala situación en la que estábamos.
– [Leo]No sé, tómalo como algo positivo, una oportunidad de ver que no solo dependes de tu poder.[/Leo] – me centré en sus palabras. En ese momento no me describiría como positivo precisamente. Me rasqué la barba, picaba y me molestaba, pero más de lo que debería, como todo desde el cambio.
– [Noah]Supongo, es que también me siento…enfadado. Como si tuviera una especie de ira dentro de mí que no se va. No sé si será la frustración o…[/Noah] – quise contárselo, esperando que él me diera una respuesta, que lo que estaba sintiendo tuviera una explicación razonable.
– [Leo]Es la licantropía. En la luna siempre estoy a punto de transformarme si me dejo llevar.[/Leo] – respondió. Me di cuenta de lo poco que había pensado en los cambios de estar viviendo en una luna para los lican del grupo. En aquél Cúmulo había dos lunas y estábamos sobre una de ellas, con su influencia continua. Se sabía poco de los lican y su relación con el satélite más allá de lo que estaba establecido. ¿Pasaría con cualquier cuerpo celeste? Al parecer por lo que él decía, al menos esta Luna influía en ello, así que por un instante eterno temí lo que pasaría si la otra se hacía visible una noche.
– [Noah]O sea que además de perder mi velocidad estoy en peligro de dejar libre una bestia salvaje.[/Noah] – respondí. No era capaz de reconocer el tono de mi voz, no solo por ser la de Leo si no por esa amargura y esa seriedad que me carcomían. Si seguía así terminaría convirtiéndome y sin experiencia, sería incapaz de controlarme.
– [Leo]Si sabías no estar siempre a máxima velocidad sabrás mantenerlo a raya hasta que lo solucionemos.[/Leo]
– [Noah]¿Crees que lo conseguiremos? Yo no tengo mi velocidad, Kaylee no tiene su magia…[/Noah]
– [Leo]¿Tú crees que lo mejor que tenéis que dar son vuestros poderes y vuestra magia?[/Leo]
Me quedé en silencio. Confiaba en mis capacidades para solucionar los problemas, pero siempre había estado acostumbrado a que mi velocidad y la memoria genética me respaldaran. Quizá había confiado en exceso en ello más que en mí mismo y por eso ahora teníamos esa crisis.
Estaba casi seguro de que Kaylee podría terminar haciendo magia desde otro cuerpo, pero tardaría mucho en acostumbrarse a uno que no tuviera el talento natural. No es que no confiara, es que había mucha prisa.
– [Leo]He repasado todos estos libros buscando lo que me has dicho, lo he hecho rápido, sí, pero no creas que me he enterado de mucho.[/Leo] – añadió, tratando de dar peso a su razonamiento. Miré la pila de libros que había apartado y las hojas que había garabateado, incluso la que había hecho arder por la fricción. Por suerte me había puesto nervioso y había puesto la mano sobre las llamas sin darme cuenta de que había adquirido las propiedades del material del que estuviera hecha la mesa, que por suerte, era ignífugo. Si llega a ser madera habría ardido como un muñeco y Leo habría quedado encerrado para siempre en mi cuerpo. – [Leo]He compuesto dos canciones, sí, pero he probado y no soy capaz ni de tararearlas para que suenen a algo que no sea ruido. El sonido cambia con la velocidad y me cuesta ir al ritmo.[/Leo] – dijo. Tenía sentido, si, nuestros poderes y capacidades por si solos no eran nada sin nosotros.
– [Noah]Sí, tienes razón, salvo por la memoria Rakkthathor.[/Noah] – le respondí. Sin la velocidad habría ido despacio, pero tampoco tenía los recuerdos de mi padre y mis antepasados para apoyarme en ellos. Era como sentirme solo de pronto, totalmente solo con una criatura que acechaba en la oscuridad.
– [Leo]Puedo buscar por ti lo que me digas.[/Leo] – escuché decir a mi hermano.
– [Noah]No habrá nada de la última vez que cambiamos porque yo ya había nacido y creo que nunca les había pasado antes. [/Noah] – teoricé, imaginando que mis pensamientos eran una barrera mágica que me protegía de eso. – [Noah]Pero puedes probar. Eso si no…[/Noah] – pese a ser como eran mis padres, yo nunca había sido tan extrovertido como ellos o incluso como Leo. Tenía bastante más timidez en todo lo relativo a la desnudez y por eso me costaba decirle que evitase los recuerdos para mayores de 18.
– [Leo]Dime.[/Leo] – me instó Leo.
– [Noah]Bueno que no…no pienses en Lexie porque…bueno, es privado.[/Noah] – le recordé. No me gustaba mucho que pudiera ver conversaciones personales. No tenía nada que ocultar a mi hermano pero una cosa era eso y otra que me hiciera gracia que viera de primera mano lo que sentía por ella. Y luego estaban otras cosas que habían pasado desde que estuvimos en la prehistoria, cosas con menos ropa.
– [Leo]Tranquilo, me concentraré, creo que más o menos ya sé hacerlo.[/Leo] – me aseguró. Confié en él, toda la vida lo había hecho. Aunque Leo siempre había tenido complejo por no ser Rakkthathor, cuando yo era pequeño sabía disimularlo muy bien y para mi era todo un héroe. Hasta que no fui mayor no lo comprendí del todo y eso me permitió también ser capaz de entenderlo.
– [Noah]Tampoco te aconsejo pensar en mamá y papá. Probablemente verías antes lo suficiente como para evitar llevarte un susto pero…como aún no estás acostumbrado…mejor no lo hagas.[/Noah] – era normal que quisiera ver a papá o a mamá pero podría ver cosas que no le apetecerían. Yo lo había aprendido a tiempo por pura suerte, recuperando de la memoria una conversación que cada vez se volvía más vergonzosa. Ese día aprendí cómo salir de un recuerdo antes de verlo por completo, y menos mal.
– [Leo]Tranquilo. Tú sigue, sé que encontrarás una forma.[/Leo] – entonces apoyó la espalda en la pared opuesta a la entrada del estudio y dobló las piernas como si fuera a meditar. Vi como sus ojos se movían tras los párpados, estaba visualizando recuerdos. Sabía que mi poder no lo echaría de menos, pero aquello quizá sí.
Yo me volqué a aquellos libros agradeciendo el silencio para poder concentrarme. Antes nunca había tenido problema porque el sonido iba más despacio que yo. Me resultó tan tedioso que agradecí ver dos figuras familiares en la puerta de cristal. Xander se verificó en el panel y la puerta se elevó dejándoles pasar.
– [Xander]Noah, necesito que hablemos.[/Xander] – algo debía preocuparle bastante.
– [Noah]Sí, dime Ja…Xander, perdón.[/Noah] – dije maldiciendo para mi recién descubierta lentitud. Otra de las ventajas de mi poder era que me ayudaba a meter menos la pata a veces. – [Noah]Hola, Jane.[/Noah] – dije mirando la extraña postura que tenía el cuerpo de Xander. Ella me devolvió el saludo con una ligera sonrisa.
– [Xander]Necesito que pienses en la primera vez que salimos a patrullar. Dónde fue, qué pasó.[/Xander] – intervino Xander sin dar tiempo a charlas cotidianas.
– [Noah]¿Por qué necesitas comprobar que soy yo?[/Noah] – le pregunté. Parecía obvio que era lo que quería, preguntándome algo que solo podíamos saber él o yo.
– [Xander]Confía en mí.[/Xander] – me pidió. Me costaba aferrarme a algo para brindarle mi confianza llevando una cara que, con todo el respeto a Jane, también llevaba Omega. Aquello podía ser una estrategia para después hacerse pasar por mí.
Ellos esperaron en silencio mientras pensaba, tratando de no observarme. El manojo de sentimientos negativos que hacía más fuerte la tensión del licántropo no me estaba dejando ver con claridad. Lo de Omega era demasiado rebuscado y no explicaría que los dos estuvieran allí, ella trabajaba sola.
Al final me coloqué frente a Xander y asentí. Jane se sentó en uno de los sofás del estudio mientras esperaba, tratando de acomodar bien sus piernas.
Traté de volver a aquella noche y desde el principio sentí la frustración y la añoranza de tener a mano la memoria genética. Sin ella, algunos detalles estaban más desdibujados y mi afán de tener una visión clara de todo hacía que tardase mucho en «pintar» la escena en mi cabeza.
– [Xander]Ve a lo básico.[/Xander] – pidió con voz calmada.
Estábamos en la Escuela Legado. Yo, era yo solo. Estaba en la biblioteca y escuché a una chica hablando con un grupo de amigas en voz baja. Cuando supe que estaba hablando de que la habían asaltado agudicé el oído y me concentré. Hablaban suficientemente bajo para un humano, pero no para un medio Rakkthathor. A medida que lo escuchaba supe que era más grave de lo que había pensado en un principio, aquella chica había sido violada por alguien de la Escuela.
Había pasado media mañana pensando en todo aquello, tratando de buscar algo que hacer para luchar contra la ira que me provocaba que hubiera pasado delante de todos nosotros y ella ni siquiera se pudiera sentir segura como para contarlo. Tampoco me atrevía yo mismo a hablarlo con nadie, pero comiendo con Xander se dio cuenta de que pasaba algo. Terminé contándoselo y nos decidimos a vigilar la Escuela por la noche.
Tras cuatro noches de patrulla nocturna, le vi. Recuerdo señalarle a Xander cada detalle que me hizo sospechar pensando que estaba paranoico y el alivio cuando éste me dijo que tenía mala pinta. Le seguimos y nos dimos cuenta de que seguía a otra chica.
Esa noche no hizo nada, ni tampoco las dos siguientes. A la tercera aprovechó una zona oscura y poco concurrida para abalanzarse sobre ella. Incluso ahora sin la memoria genética recordaba perfectamente la ira que sentí. Cuando nos quisimos dar cuenta, Xander y yo, con la cara cubierta como si fuéramos dos monstruos más como él, estábamos plantándole cara.
Él contraatacó. Podía endurecer su piel y eso le daba más fuerza que sus víctimas. No lo pensamos demasiado, y estoy seguro de que volveríamos a hacerlo igual, pero con lo que había hecho y la amenaza que suponía, Xander y yo le golpeamos hasta que tuvo que dejar de usar su poder. No voy a negar que quise seguir y Xander me dijo más tarde que él también lo pensó, pero nos detuvimos. Xander fue a hablar con la chica para asegurarse de que se encontraba bien y le aconsejó hablar con los psicólogos de la Escuela, concretamente con su tía Diana.
Obligamos a aquél tipo a grabar un vídeo admitiendo lo que había hecho a la otra chica y lo que había estado a punto de hacer. Resultó increíble y repulsivo ver cómo parecía no mostrar ningún remordimiento y su miedo era solo a que le golpeáramos o le cogiera la policía. Entregamos el vídeo anónimo y la madre de Xander le expulsó y tomó las medidas necesarias para que estuviera controlado el resto de su vida.
Aun así, su daño iba a perdurar. La chica a la que había violado al final habló con la tía Sarah como otra chica y estuvo viendo a Diana también bastante tiempo. No podíamos hacer más por desgracia, solo confiar en que ella la ayudaría.
– [Xander]Gracias.[/Xander] – dijo Xander. Desvió la mirada a Leo sin añadir nada más. Los dos sabíamos que después de aquél tipo habíamos encontrado otros, en la Escuela, en la Universidad y en las calles. Habíamos parado a algunos, pero era imposible que lo hiciéramos con todos. Había algo malo en la sociedad, algo oscuro y terrible que una sociedad machista solo iba a proteger. – [Xander]¿Leo está meditando?[/Xander] – preguntó.
– [Noah]Buscando información en la memoria genética. Pero es él. Ha escrito dos o tres canciones.[/Noah] – señalé su lado de la mesa. Había escrito una canción completa y no había podido contener el exceso de energía de mi cuerpo, así que había salido a correr. Había recorrido media ciudad y a la vuelta compuso otras dos, pero sin poder tocarlas nunca las daría por terminadas.
– [Xander]Jane también es ella.[/Xander] – dijo. Seguía sin saber qué estaba pasando y mi paciencia no estaba en su mejor momento.
– [Noah]¿Me vas a decir qué ha pasado de verdad?[/Noah]
– [Xander]Se ha intercambiado con nosotros gente que no era de la nave. No estoy seguro pero creo que los mismos que estuvieron aquí mientras estábamos de misión.[/Xander] – le había pedido a Noah al volver que revisara toda la nave, pero no encontramos nada que nos diera una pista de quién había sido. Ruby había conseguido saber que habían sido al menos cinco personas.
– [Noah]¿Quién?[/Noah] – pregunté, deseando estar en una situación más fácil en la que no tuviera que ser más lento y con más amenazas de las que estaba acostumbrado.
– [Xander]De momento en Lekwaa, que debería estar James, hay alguien que intenta no levantar sospechas. Por suerte no sabrían lo de Jane.[/Xander] – se llevó una mano a la sien. Jane no había hablado demasiado sobre el poder que había conseguido en Valantis, pero Elle me lo había contado. No sabía a ciencia cierta quién lo sabía, pero no era el único que sabría que el poder de Jane solo le permitía absorber poderes de una forma. Quizá por eso se negaba a mencionarlo, porque pensaba que la veríamos como una amenaza cada vez más cerca de convertirse en Omega. Pero conocerla implicaba saber, sin necesidad de explicaciones, que ella no habría arrebatado a nadie su poder y su vida voluntariamente. Su nuevo poder había sido un último regalo de alguien.
– [Noah]Tiene sentido. Nos han dejado débiles para poder contraatacar y pueden aprovechar la confusión.[/Noah] – comenté. Con el cambio estábamos todos más ocupados en hacernos a nuestro «cuerpo temporal» que en sospechar, cosa que era más difícil cuando no conocíamos a todos. Y si terminábamos sospechando, la mayoría no controlábamos esos cuerpos como los propios. – [Noah]Los que tenemos historia común lo tenemos más fácil, pero hay mucha gente a la que apenas conocíamos hasta hace poco.[/Noah] – añadí. Ya había relaciones poco tratadas entre los que habíamos venido desde la Tierra, pero con los nuevos había aún más. Sin ir más lejos no recordaba haber cruzado más de dos palabras con Zahra, Ruby, James, Lekwaa, Robin, Chloe o simplemente, Laura. Tomé nota para hacerlo, pero para entonces ya era tarde.
– [Xander]Tampoco podemos dejar que se siembre la paranoia. Somos un equipo y algunas sospechas y acusaciones podrían no olvidarse fácilmente.[/Xander] – hablando así me habría resultado fácil saber que era Xander incluso encapsulado en el físico de Jane. No solo se preocupaba del problema si no de cómo se iban a sentir aquellos de los que dudásemos injustamente.
– [Jane]Alguien debería ir a por Lekwaa y sacarle información.[/Jane] – propuso Jane, tan práctica como de costumbre, y también igual de acertada.
– [Noah]Yo creo que es buena idea. Siempre que no se de cuenta nadie en el que no podamos confiar.[/Noah] – la apoyé. – [Noah]Tendríamos que descartar algunos más. Ir sobre seguro.[/Noah] – añadí. Empezar a desmadejar todo aquél lío y confirmar que todo el mundo era quien decía ser. Sería difícil pero el poder que ahora estaba al alcance de Xander lo facilitaba un poco.
– [Xander]Leo y tú podéis ir a hablar con Cole y Kaylee y Jane y yo iremos con Elle y Ezra. Mejor poco a poco para no levantar sospechas. [/Xander] – comentó él, mirando a Jane para ver qué opinaba. Jane asintió.
– [Noah]Vale. Nos vemos dentro de una hora más o menos.[/Noah] – le dije, tratando de pensar el siguiente paso, los próximos que comprobaríamos, pero por desgracia, mi mente no aceptaba tan bien el multitarea como antes.
Xander y Jane se despidieron y se marcharon de camino al almacén donde estaban Ezra y Elle. Cogí una de las tabletas de escritura y empecé a trazar un plan. Lo borré varias veces. Anoté los nombres de todos y lo que sabía de cada uno, las personas que podrían conocerles mejor, pero aun así, había huecos. Al cabo de un rato empecé a ver puntos clave, personas alrededor de las que orbitaban otras. Los más «sociables», los que se habían llevado con más gente. No me sorprendió descubrir que pese a todo, Kaylee era una de ellas, así que necesitábamos comprobar que era ella misma. Elle era otra, el instinto no nos había fallado en eso al menos.
– [Leo]No he encontrado nada útil.[/Leo] – me sorprendió escuchar mi propia voz, con el aire taciturno de mi hermano..
– [Noah]Yo sí.[/Noah] – procedí a explicarle todo lo que me había contado Xander y a enseñarle lo que había descubierto. Me frustraba saber que era más lento explicándolo que él entendiéndolo, pero al final quedó todo bien aclarado.
– [Leo]A Kaylee podré distinguirla sin problema, pero de Cole no estoy tan seguro. Nunca le traté mucho.[/Leo] – explicó.
– [Noah]Yo le he conocido más en estas semanas en Nara, puedo reconocerle.[/Noah] – le aseguré. Yo mismo había pensado en mi tiempo allí que era una pena no haberme parado a hablar más con él hasta ese momento. Me daba la sensación de que había vivido muy deprisa la mayor parte del tiempo. Quizá ir despacio no era tan malo para algunas cosas.
– [Leo]Vale. [/Leo]
– [Noah]Vamos entonces. Creo que entraron hace un rato a uno de los despachos.[/Noah] – me había parecido captar un pelo rojo como el fuego y no había ninguno que destacara tanto como el de Kaylee.
Leo salió delante y yo me di la vuelta un momento para coger la tableta de escritura y repasar aquellos nombres:
Elle
Kaylee
Xander
Owen
Noah
Idris
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.