Laura – Nave

Noche

Cuando todo pasó, Mike me vendó las manos, me dio unos calmantes y decidió que me quedaría en aquella enfermería del futuro a pasar la noche en observación. No me quejé. En la isla no había enfermedades, ni dolores. Vira se encargaba de ello. ¿Recordáis la pandemia de 2020? Nosotros no.

Sophie pasó a verme a través del cristal y se fue con rapidez. No podía enfadarme. Nuestra relación era poco más que cordial. Por puro aburrimiento, cerré los ojos e intenté descansar. Me pregunté qué estaría haciendo Henry y por qué no se había acercado a dedicarme una mirada y marcharse por donde había venido. Lo más probable es que estuviera jugueteando con su Infiband para evitar enfrentarse a mí.

Tan ensimismada estaba, que no escuché unos pasos acercarse. Quizás fueran los calmantes, que con aquella especie de sopa espacial bailaban en mi estómago clamando por salir de un momento a otro.- [Jane]¿Cómo estás?[/Jane]- la voz de Jane me hizo abrir los ojos y la vi frente a mí, con una camiseta negra y unos vaqueros. En la nave no hacía frío nunca. En eso me recordaba a la isla.

– [Laura]Como si me hubieran cortado los tendones de ambas manos[/Laura].- mi voz sonó tan lastimera que agradecí que solo estuviera ella.- [Laura]Pensé que te había hecho algo y por eso me evitabas[/Laura].

– [Jane]Yo no te evito. Nadie lo hace[/Jane].- lo dijo de manera pausada, pero parecía un poco molesta. Pues muy bien, yo también lo estaba. Había venido aquí para prestarle mi apoyo moral en una situación delicada y mira cómo estábamos.

– [Laura]Estás muy ocupada y no tienes tiempo ni para saludarme[/Laura].- contraataqué.

– [Jane]El ritmo al que suceden aquí las cosas no es que deje tiempo a mucho[/Jane].- se dejó caer en la silla y me fijé en que tenía ojeras. Parecía agotada.- [Jane]Aún así, lo siento[/Jane].

– [Laura]No me hagas caso. Estoy enfadada, dolorida y echo de menos la isla[/Laura].- me disculpé y ella le restó importancia con un gesto.

– [Jane]¿Qué tal con Henry? Hace días que no os veo juntos[/Jane].- me preguntó para cambiar de tema.

– [Laura]No me apetece hablar de eso[/Laura].- admití.- [Laura]Se ha llevado el colchón a la sala de máquinas. Supongo que me odia[/Laura].

Vi que Jane iba a decir algo, pero recondujo la conversación.- [Jane]Te he enviado unos cuantos audiolibros por si te apetece desconectar[/Jane].

– [Laura]No serán de amor, ¿no?[/Laura]- enarqué una ceja.

– [Jane]He elegido unos cuantos que tenían buena pinta por la sinopsis: «Pequeños fuegos por todas partes», «La amiga estupenda», «Pan de limón con semillas de amapola» y alguno más.

– [Laura]»Pan de limón…» ya lo he leído. Está bien. Es de dos hermanas que son muy diferentes[/Laura].

– [Jane]¿De los otros te llama la atención alguno?[/Jane]

– [Laura]El de «Pequeños fuegos»[/Laura].- esbocé una sonrisa maliciosa.

– [Jane]Vaya, pensé que ibas a decir «La amiga estupenda»[/Jane].

– [Laura]Reconoce que eres mejor amiga de Elle que mía. Y no me molesta, pero es lo que hay[/Laura].- quizás sí me molestaba un poco.

Mike entró en la habitación.- [Mike]Jane, va siendo hora de dejar descansar a la paciente[/Mike].

– [Jane]Entendido[/Jane].- se levantó de la silla y se alisó los vaqueros.- [Jane]Cuídate. Mañana, si tengo tiempo en mi apretada agenda de amistades, a lo mejor vengo a verte[/Jane].

– [Laura]Te enseñaría el dedo corazón, pero me duele[/Laura].- me quejé.

– [Jane]Mira que eres quejica…[/Jane]- fue lo último que escuché de Jane antes de que se fuera.

– [Mike]Voy a comprobar que no tienes fiebre y deberías dormir, ¿vale? Si te duele algo, me llamas[/Mike].- me colocó el termómetro en la frente y comprobó que no tenía. Recogió todos sus aparatos y se fue en dirección a la puerta.

Después, apagó la luz y salió.

Al poco, me llegó su voz a través de la puerta.

– [Mike]Lo siento, no puedo dejarte pasar. Está descansando, que es lo que más necesita ahora. Vuelve mañana sobre las once y si se encuentra bien y ha pasado buena noche, podrás verla[/Mike].

Tras eso, me dormí pensando en que quizás era Henry.