Moondale

UN RAYO NO CAE DOS VECES EN EL MISMO SITIO

[align=center][SIZE=3][b][font=Book Antiqua][color=black]Daniel Arkkan | Universidad de Moondale. Biblioteca.[/SIZE][/color][/b][/font]

danieloscuro

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-[b] [i] [color=#266EAC]Ten cuidado. Y si te encuentras en una posición de peligro procura resguardarte en un lugar seguro hasta que los grandes poderes me manden una visión y vayamos a buscaros.[/SIZE] [/i] [/b] – dijo Ed a McLeod.

Hacía un rato que Diana ya había llegado y McLeod había terminado de prepararse para la ponencia a la que tenía que asistir. No dejaba de resultarme extraño lo que estaba ocurriendo, había dado pocos detalles del tema, solo los justos y las respuestas a lo que le habían preguntado, y todo el tema parecía bastante precipitado, además de haber acudido rápidamente a la Universidad al poco tiempo de llegar de Escocia. Algo pasaba entre él y Mercy, aunque no era nada “amoroso”, de eso estaba seguro, porque si tanto le había costado tener confianza en sí mismo para estar con Diana, no la dejaría ir tan fácilmente.

– [b] [i] [color=#457238]No se preocupe padre, mantendré alto el honor de la familia.[/color] [/i] [/b] – respondió bromeando, como el típico joven soldado que se despide de su familia para subirse al tren que le llevará al ejército. – [b] [i] [color=#457238]Gracias, Ed. [/color] [/i] [/b] – añadió a continuación algo más serio.

– [b] [i] [color=#4F5360]Estaremos bien, no te preocupes. Eres tú el que tiene que salir con este día.[/color] [/i] [/b] – puntualicé. Nosotros estaríamos resguardados dentro de la Universidad, pero todo el condado estaba en alerta roja. Por las escasas ventanas de la biblioteca se podía ver como tromba caía sin parar. De vez en cuando se escuchaba algún trueno muy intenso y sentía como Sarah me apretaba la mano con más fuerza. – [b] [i] [color=#4F5360]Si necesitas algo llámanos.[/color] [/i] [/b] – en ese momento, las luces de la biblioteca parpadearon un par de veces. Eso, unido al ulular del viento, le añadía un aire tétrico a la escuela, y si además le añadíamos que la mayoría de la gente estaba ya recogida en sus habitaciones, parecía una escuela fantasma y nosotros los protagonistas de una película de terror.

– [b] [i] [color=#BB609C]Cuídate.[/color] [/i] [/b]- dijo dándole un abrazo. – [b] [i] [color=#BB609C]O mejor aún: No te vayas[/color] [/i] [/b].- continuó sin soltarle. Siempre me alegraba comprobar el aprecio que Sarah le tenía a McLeod, porque al fin y al cabo, para mí era como mi hermano. Y también lo recíproco, McLeod ocupó el lugar de figura paterna de Sarah y era una de las cosas que no le podría agradecer suficiente porque aunque ella prefiriese no hablar mucho del tema, sabía cuánto le dolía lo de su padre, pero yo sólo no conseguía llenar del todo ese hueco y hacer que se sintiese algo mejor, aunque le siguiese preocupando.

– [b] [i] [color=#457238]Tengo que hacerlo, pero podéis apañaros bien sin mí, estaré aquí antes de que os deis cuenta.[/color] [/i] [/b] – dijo con una sonrisa mientras le devolvía el abrazo a Sarah. – [b] [i] [color=#457238]Tened mucho cuidado. Si la cosa se pone muy cruda quedaos todos juntos en alguna habitación, tenéis mi permiso.[/color] [/i] [/b] – añadió. Después fue hacia Diana. – [b] [i] [color=#457238]Voy a echarte mucho de menos.[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#843181]Pues no te vayas[/color] [/i] [/b].- dijo cruzándose de brazos. McLeod me miró y lo entendí rápidamente, aparté la mirada y les hice un gesto a Sarah y Ed mientras sonreía.

– [b] [i] [color=#457238]Enseguida estaré de vuelta y te lo compensaré.[/color] [/i] [/b] – le escuché decir.

– [b] [i] [color=#843181]Oh sí, tendrás que compensarme mucho o me fugaré con Joss Whedon[/color] [/i] [/b]. – bromeó. Después se pudo escuchar el silencio que sólo podía suponer que estaban dándose un beso. – [b] [i] [color=#843181]Ten cuidado[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#457238]Lo haré, y tú también.[/color] [/i] [/b] – respondió. – [b] [i] [color=#457238]Te quiero.[/color] [/i] [/b] – finalizó con un nuevo silencio después.

– [b] [i] [color=#843181]Sí, sí, por eso te vas con Mercy…[/color] [/i] [/b].- dijo echándose a reír.- [b] [i] [color=#843181]Y la respuesta a eso te la digo al oído que estos son muy cotillas[/color] [/i] [/b].

Tardaron un rato más en despedirse pero al final McLeod tuvo que irse porque se le iba la hora encima. Cuando se fue, fui hasta la cafetería para cogernos algo de cena antes de que cerrasen. Tardaron un rato largo en prepararla, así que cuando volví a la biblioteca eran ya las siete y pico de la tarde. Decidimos ir a cenar juntos en una de las habitaciones aprovechando el permiso que nos había dado McLeod, concretamente a la de Ed y mía.

Evidentemente decidimos cruzar toda la Universidad que atrevernos a salir fuera, por mucho que fuese más rápido, así que el camino sería largo, por suerte la comida estaba bastante caliente y aguantaría un buen rato.

Mientras caminábamos por algunos de los pasillos miré por algunas de las ventanas y vi que la cosa seguía sin remitir, los relámpagos seguía, acompañados de fuertes truenos y el viento que no paraba de ulular. De vez en cuando se escuchaba algún sonido seco, como de un golpe, producido por el viento al golpear contra algo, recuerdo haber pensado que probablemente al día siguiente tendrían que hacer algunas reparaciones, pero eran más que algunas.

La verdad es que las tormentas no me disgustaban demasiado, de hecho me gustaban las noches en las que estando resguardado en casa cae una fuerte tormenta, tanto en verano porque refresca como en invierno porque te puedes tomar algo caliente y meterte en la cama escuchando el repiquetear del agua contra la superficie. Me gustaba mucho esa sensación, no sabría explicarla muy bien pero me sentía protegido.

– [b] [i] [color=#BB609C]¿Estáis preparados para los superpoderes?[/color] [/i] [/b]- sonrió Sarah rompiendo el silencio de la Universidad fantasma. Pasar mucho tiempo con ella había aumentado mi conocimiento de series y concretamente esa la empezamos a ver juntos, así que sabía que iba por Misfits. Si nos daban poderes solo esperaba que a ninguno nos tocase el de Alisha, sobre todo a Sarah o a mí.

– [b] [i] [color=#4F5360]Creo que ya vamos servidos. [/color] [/i] [/b] – sonreí. Ya teníamos una buena dosis entre las habilidades naturales que tenemos por ser los que somos y las habilidades especiales que teníamos cada uno.

– [b] [i] [color=#266EAC]Nunca cae un rayo dos veces en el mismo sitio.[/color] [/i] [/b] – intervino Ed. Me recordó a algo, una película o una serie, de algo me sonaba.

– [b] [i] [color=#BB609C]¿Te acaba de caer un rayo?[/color] [/i] [/b] – preguntó Sarah mirándolo extrañada.

-[b] [i] [color=#266EAC]Ahora mismo no, hace unos años…. la verdad es que no lo recuerdo.[/color] [/i] [/b] – bromeó sacándonos una sonrisa.

– [b] [i] [color=#BB609C]Se te nota[/color] [/i] [/b].- asintió sonriendo.- [b] [i] [color=#BB609C]Se te quedó el pelo chamuscado[/color] [/i] [/b]. – bromeó.

Se empezaron a escuchar unos pasos y pronto pudimos ver a Cecil doblando la esquina en dirección a nosotros. Con lo vacío que estaba todo cada paso resonaba con un clac, clac, clac solo interrumpido por la tormenta.

– [b] [i] [color=#3B7B6E]Me siento como si estuviera en Kansas. Lo único que faltaría sería que apareciese la bruja fea de la narizota verde para rematar la faena, ¿eh?[/color] [/i] [/b] – dijo en cuanto apareció en escena.

– [b] [i] [color=#843181]¿Cuándo has llegado?[/color] [/i] [/b] – preguntó Diana sobresaltada. Por lo poco que había hablado durante el camino debía haber estado pensando en McLeod, preocupada, y por eso iba distraída. – [b] [i] [color=#843181] Digo…¡Hola![/color] [/i] [/b] – rectificó.

-[b] [i] [color=#266EAC]La tormenta le ha dado el poder de la invisibilidad.[/color] [/i] [/b] – continuó Ed. No pude evitar sonreír, solo esperaba que si era así no llevase la parte intrínseca de psicópata, voyeur o ladrón que solían tener, salvo la mujer invisible, que no tenía tiempo porque era madre.

– [b] [i] [color=#3B7B6E]Llevo un rato siguiéndoos, pero me parecía más divertido ver qué hacíais y adonde ibais mientras tanto.[/color] [/i] [/b] – bromeó.

– [b] [i] [color=#3B7B6E]Estaba ocupado en una clase cercana, aprovechando que hay poco movimiento últimamente.[/color] [/i] [/b] – después de su última frase se hizo el silencio.

Cecil se nos unió a la cena común y caminó con nosotros hacia las habitaciones, por suerte habíamos comprado cena de sobra por si aparecía alguien más.

Pasamos frente a la cafetería y escuchamos algunas voces. El encargado de la cafetería está diciéndoles a Ann y Silver que tenía que cerrar porque “los de arriba” le habían dicho que no era seguro. Imaginé que sería por la gran cantidad de ventanas, que además llegaban hasta el suelo la mayoría de ellas, dejando ver los verdes terrenos del campus perfectamente.

– [b] [i] [color=#90908E]Con lo guapo que eres y ese mal humor…acabarás viejo y arrugado[/color] [/i] [/b].- dijo Silver mientras salían. Cogió a Ann de la mano y se acercó a ellos.- [b] [i] [color=#90908E]¿Qué tal, modelos?[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#843181]Hola chicas[/color] [/i] [/b].- saludó Diana dándoles un leve abrazo.- [b] [i] [color=#843181]Venid con nosotros, nos vamos a la residencia a ver si pasa la tormenta del siglo.[/color] [/i] [/b] – finalizó justo cuando retumbó un fuerte trueno. Silver asintió y Ann la siguió.

Seguimos caminando hasta llegar al hall principal de la Universidad donde estaban expuestos algunos de los trofeos y fotos de los personajes notables. Frente a las grandes puertas de entrada, el conserje, un hombre alto, delgado, con bigote, con el poco pelo que le quedaba en la coronilla de color oscuro salpicado de motas blancas y con mono azul, colocaba un gran listón de madera en las trabillas de metal que estaban dispuestas en la pared, justo a cada lado de las puertas.

– [b] [i] [color=#266EAC]Creo que no vamos a poder salir.[/color] [/i] [/b] – dijo Ed a Diana. El conserje le escuchó y echó un vistazo por encima del hombro, después volvió a terminar de colocar el listón.

– [b]No recordaba una tormenta así desde el 76 y aquella casi me arranca el pellejo cuando me pilló fuera.[/b] – divagó mientras encajaba la madera, cuando terminó cogió una cadena corta de metal de su maletín y la enganchó alrededor de las manillas de las puertas. – [b]Nadie sale ya, normativa de seguridad.[/b] – advirtió mientras cerraba el maletín.

– [b] [i] [color=#3B7B6E]No pasa nada. Siempre podemos hacer una pila de libros y cantar cumbayas mientras bailamos a su alrededor, ¿no?[/color] [/i] [/b] – dijo a Ed.

– [b] [i] [color=#4F5360]¿Alguien sabe dónde está Dominic?[/color] [/i] [/b] – pregunté. Además de McLeod, era el único que faltaba, porque de January hacía mucho que no sabíamos nada.

– [b] [i] [color=#BB609C]Cuando lo vimos esta tarde salía de la universidad, ¿seguirá fuera?[/color] [/i] [/b]- comentó preocupada.

Unos segundos más tarde Ed empezó a tambalearse y se echó contra la pared llevándose las manos a la cabeza. – [b] [i] [color=#266EAC]Deberias abrir esa puerta, al menos para dejar pasar a la persona que viene.[/color] [/i] [/b] – dijo cuando ya parecía habérsele pasado un poco.

El conserje lo miró raro, por suerte vivíamos en un mundo de escépticos y pensó que iba drogado en vez de tener poderes. – [b]Deberías dejar eso chico, no te hará nada bueno a las neuronas.[/b] – dijo negando con la cabeza. – [b]Nadie sale, el que esté fuera que entre por la residencia.[/b]. – reafirmó mientras se alejaba balbuceando algo de “Estos muchachos de hoy en día”.

-[b] [i] [color=#266EAC]Sarah, Dominic viene hacia aquí, y no creo que le dé tiempo volverse a la residencia.[/color] [/i] [/b] – explicó. No pude evitar preguntarme como de crudas estarían las cosas ahí fuera, pero ese no era el momento.

– [b] [i] [color=#BB609C]Lo siento, pero tengo que hacerlo[/color] [/i] [/b].- dijo hacia el conserje, que ya estaba lejos. Sarah me sonrió, luego se acercó, quitó la cadena y después levantó el tablón por un lado y lo sacó, pudiendo abrir la puerta. A unos metros se veía a Dominic corriendo mientras el viento lo zarandeaba. – [b] [i] [color=#BB609C]¡Doooom, pasa![/color] [/i] [/b] – gritó Sarah.

Dominic apuró el paso y entró al hall.- [b] [i] [color=#383A72]Menos mal que he llegado, un poco más y salgo volando por los aires.[/color] [/i] [/b] – dijo algo fatigado mientras se recolocaba la cazadora, completamente seco pese a venir del diluvio de ahí fuera. Tener poderes tenía sus ventajas, no todo iba a ser que generales locos te persiguiesen para capturarte y utilizarte en experimentos de una iniciativa semisecreta.

– [b] [i] [color=#843181]¿Y tú de qué estás hecho, de papel higiénico súper absorbente?[/color] [/i] [/b]- preguntó Diana sonriendo.

– [b] [i] [color=#383A72] Solo repelo bien el agua.-[/color] [/i] [/b] explicó poniéndose las manos encima. Con la telekinesis había formado una capa telekinética que hacía que el agua no le calase.

– [b] [i] [color=#843181]Pues no te acerques mucho a Rebecca porque sin ducharte cómo vas, cacho guarro…[/color] [/i] [/b].- bromeó dándole un golpecito en el hombro.

-[b] [i] [color=#383A72]Eh, que estoy duchado y huelo bien.-[/color] [/i] [/b] se defendió acercándose a ella. Diana hizo como si lo oliese y luego como si fuese a vomitar haciendo sonreír a más de uno, incluso el propio Dominic.

– [b] [i] [color=#3B7B6E]Olores aparte, ¿cómo están las cosas ahí fuera? Tú eres el que se ha ido de aventura, así que te toca hacer el informativo del tiempo, ¿eh?[/color] [/i] [/b] – le dijo a Dominic.

-[b] [i] [color=#383A72]Las cosas están mal. Las alcantarillas no consiguen llevarse todo el agua que está cayendo. El viento esta doblando arboles y señales y en algún momento arrancara algunas de cuajo. Hay una oscuridad total en la calle, las farolas están jodidas… ya os podéis hacer una idea.[/color] [/i] [/b] – explicó. El panorama pintaba bastante mal, por suerte la Universidad estaba hacia las afueras de Moondale, solo esperaba que la tormenta no llegase tan fuerte allí porque podría producir mayores estragos.

En ese momento las puertas, que se habían cerrado pero no estaban atrancadas con el listón de madera, se abrieron de par en par con una fuerza tremenda que pareció a punto de hacerlas estallar cuando chocaron contra las paredes. Un viento huracanado se coló por la entrada echándonos hacia atrás. Sarah se adelantó para cerrar las puertas y yo la seguí, mientras Dominic las empujaba con la telekinesis, entre todos conseguimos cerrarlas, colocar el listón y después la cadena.

La cosa estaba peor de lo que podría haber imaginado incluso cuando dieron la alerta roja. La Universidad resistiría lo que le echase esta tormenta, pero sin duda los pasillos eran puntos vulnerables, y las habitaciones. El lugar más seguro era la biblioteca, sus ventanas eran escasas y mucho más fuertes que las de otra parte, porque pertenecía al primer edificio de la Universidad construido aquí, y en general estaba construida de una forma más robusta y menos decorativa.

– [b] [i] [color=#4F5360]Creo que será mejor que volvamos todos a la biblioteca, estaremos más seguros que en las habitaciones.[/color] [/i] [/b] – sugerí algo preocupado, más que por mí, por Sarah. De nuevo pensé en si la tormenta habría llegado a la ciudad y como estarían la señora Echolls, Liad y Freya.

– [b] [i] [color=#BB609C]Creo que debería llamar a mi madre para ver cómo están ella, Freya y Liad[/color] [/i] [/b].- pensó Sarah en voz alta. A veces sorprende un poco las cosas en las que se empiezan a parecer dos personas cuando pasan mucho tiempo juntos y nosotros en general, a veces, dábamos miedo con estas cosas.

La miré, asentí y le tendí mi móvil para que llamase porque el suyo probablemente estuviese sin batería, o en su habitación en silencio, o sin saldo o en paradero desconocido. Mientras caminábamos Sarah intentó llamar varias veces pero no había señal por culpa de la tormenta así que tendríamos que esperar para saberlo.

– [b] [i] [color=#4F5360]No te preocupes, ya verás cómo están bien.[/color] [/i] [/b] – dije sonriéndole para después darle un beso en el lado izquierdo de la frente.
Caminamos hablando muy poco hasta la biblioteca porque teníamos bastantes cosas rondando por la cabeza, así que antes de darme cuenta, ya estábamos allí. Cuando entramos, la ayudante de McLeod, Illya, estaba empujando un carrito de libros y colocaba varios en una estantería.

– [b] [i] [color=#843181]Hola Illya, venimos en busca de asilo político[/color] [/i] [/b].- saludó Diana.

– [b] [i] [color=#EE5159]Hola[/color] [/i] [/b].- dijo con dificultad para después quedarse mirándonos. Se notaba que le costaba entablar conversación con la gente e incluso solía rehuir la mirada. – [b] [i] [color=#EE5159]Pasad…[/color] [/i] [/b].- dijo intentando escabullirse.

-[b] [i] [color=#383A72]No sabía que McLeod tuviese una ayudante, de hecho no sabía que los bibliotecarios necesitaran ayudantes. Hola, soy Dominic, encantado.[/color] [/i] [/b] – saludó a lo lejos. Después la saludamos los demás, empezando por Sarah.

– [b] [i] [color=#EE5159]Illya, encantada de conoceros a todos[/color] [/i] [/b].- respondió algo cohibida.- [b] [i] [color=#EE5159]Voy a seguir colocando estos libros para…irme a casa[/color] [/i] [/b].- añadió empujando el carrito para irse.

-[b] [i] [color=#266EAC]Hola soy Ed, es un placer conocerte por fin, Diana me ha hablado mucho de ti. ¿Necesitas ayuda con ese carrito?.[/color] [/i] [/b] – se ofreció. Desde luego si alguna vez necesitabas ayuda era una de las personas a las que podías pedírsela sin problemas.

– [b] [i] [color=#3B7B6E]¿Con el temporal que tenemos fuera? Saldrías volando sin pensarlo.[/color] [/i] [/b] – comentó Cecil. – [b] [i] [color=#3B7B6E]Quédate con nosotros, no es bueno que en momentos como este las personas se separen.[/color] [/i] [/b] – volví a recordar las películas de miedo, nada de separarse, nada de “hacerlo” y nada de ser guapa, así que tendría que vigilar de cerca a Sarah por si aparecía algún psicópata.

– [b] [i] [color=#EE5159]No hace falta, gracias[/color] [/i] [/b].- dijo mientras seguía empujando el carrito.- [b] [i] [color=#EE5159]Entonces me iré a la cafetería o al pasillo para que estéis más cómodos. Nos vemos.[/color] [/i] [/b] – no estaba seguro de qué podía ser lo que la hacía preferir estar en peligro a estar cerca de nosotros.

-[b] [i] [color=#383A72]Puedes quedarte con nosotros, no mordemos…[/color] [/i] [/b] – dije Dominic. Cecil puso los ojos en blanco e Illya le miró algo asustada, algo que me sorprendió.

– [b] [i] [color=#4F5360]Estarás más segura aquí, la tormenta puede hacer saltar las ventanas y este es el sitio en el que hay menos y son más resistentes.[/color] [/i] [/b] – argumenté.

– [b] [i] [color=#EE5159]Es que…[/color] [/i] [/b].- empezó, intentando buscar una excusa, pero pareció no encontrarla porque se quedó en silencio.

-[b] [i] [color=#383A72]Enn… voy a mover un par de estanterías contra las pocas ventanas que tenemos para mas seguridad.-[/color] [/i] [/b] dijo Dom quitándose de en medio. Tenía razón, pese a ser más robustas seguían siendo el punto débil, y debíamos asegurar esta zona ya que íbamos a quedarnos aquí.

– [b] [i] [color=#4F5360]Voy a echarte una mano, empiezo por la izquierda.[/color] [/i] [/b] – dije acariciando suavemente la espalda de Sarah antes de alejarme.

-[b] [i] [color=#266EAC]Tranquila, confiamos en ti.[/color] [/i] [/b] – dijo Ed.

– [b] [i] [color=#EE5159]Gracias, pero no deberíais[/color] [/i] [/b].- respondió algo seria.

Después de asegurar la zona nos pusimos a comer lo que habíamos comprado y que por suerte aún estaba a punto. Ann y Silver ya habían comido e Illya no quiso comer y se fue a las estanterías de atrás, lejos de donde recordándome a Rocky, así que Sarah, Diana, Ed, Dom, Cecil y yo nos repartimos la comida, que por suerte fue suficiente.

Terminamos enseguida, porque, al menos yo, había estado tan preocupado que no me había dado cuenta del hambre que tenía, pero cuando decidimos cenar lo recordé muy rápido.

Justo cuando estábamos recogiéndolo todo, la puerta de la biblioteca se abrió y McLeod apareció por ella exactamente igual que cuando se había ido, ni siquiera se había mojado. Diana reaccionó antes que nadie y se le tiró en plancha.

-[b] [i] [color=#266EAC]Veo que no llegaste muy lejos.[/color] [/i] [/b] – le dijo Ed.

– [b] [i] [color=#457238]Ni siquiera pudimos salir con la que está cayendo.[/color] [/i] [/b] – respondió él, sonriendo.

Fuera la tormenta del siglo continuaba, el agua seguía arreciando, el viento ya no sólo ululaba de forma constante sino que a veces se escuchaban golpes de algunas cosas que arrastraba o incluso arrancaba, y los truenos se escuchaban cerca, demasiado cerca, pero al menos estábamos juntos y seguro que Elizabeth, Liad y Freya estarían perfectamente, solo quedaba aguantar, porque al fin y al cabo:

[i] Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes. [/i]

[/color]

[spoiler]Todos controlados por sus respectivos salvo Silver que ha sido controlada por Stefy con permiso.

[/spoiler]

[b][SIZE=2]NOTAS MÁSTER[/SIZE][/b]

– No se puede salir al exterior (salvo que quieran morir de una forma muy tonta claro xD)

– Como habéis visto, hay dos McLeod ¿cuál es el verdadero? No os lo voy a decir y lo más seguro es que os maree hasta el final xDDD

– Y el resto de instrucciones al final del post del siguiente que postee ^^

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