Moondale

AUNQUE TUVIESE QUE ATARLOS A TODOS

[align=center][SIZE=3][b][font=Book Antiqua][color=black]Daniel Arkkan | Universidad de Moondale. Biblioteca.[/SIZE][/color][/b][/font]

danieloscuro
[SIZE=2]

Mi cabeza estaba en un conflicto permanente. Una parte de mí desconfiaba de todos y cada uno de ellos, todos podían ser activos y arrebatarme a Sarah, incluso yo. Era el que consideraba más peligroso, porque al resto podría contenerlos, podría hacer algo, pero contra mí mismo no podría hacer nada, no tendría ni un mínimo control sobre la situación, y eso me desconcertaba.

Traté de aclarar mis ideas. ¿Cuándo me habían cogido? No encontraba ninguna pista, salvo quizá cuando estuvimos en la Iniciativa, en los días que estuvimos inconscientes ¿Habría podido ser antes de conocer a Sarah? No, eso seguro que no, lo que había sentido por ella era verdadero, y no habría sido lógico coger a un simple desconocido y hacer que se enamorase de la Cazadora para poder vigilarla, además, de haber sido así, habría muchos más, muchos que ya trabajaban para ellos. No, eso estaba descartado, no tenía sentido. [i]Pero fue en la Iniciativa cuando te atreviste a decirle por fin lo que sentías por ella…[/i] – dijo la voz en mi cabeza. Ahí sí podrían haber visto que tenía mucha relación con ella y haberme utilizado, haber hecho que se lo dijese con algún tipo de rutina oculta, o simplemente haberme conducido a ello. Todo encajaba, aunque quizá demasiado, en la pesadilla todo tenía perfecto sentido, todos eran personajes que mi cabeza había creado para personas que conocía y que estaban aún peor que yo.

[i]Aún sigues pensando que eso no era cierto, ¿pero cómo lo sabes?[/i] – susurró de nuevo. Todavía podía seguir siendo todo una alucinación, un producto de mi mente que había perdido el norte.

Me llevé la mano a la cara para tratar de despejarme, pero cuando lo hice escuché unos sonidos, como un eco lejano. – [i]Parece que despierta, llamen al doctor…[/i] – conseguí escuchar. Aparté la mano de la cara y vi borroso, distinguí unas sábanas blancas y una enfermera rubia a los pies de la cama.

Me eché hacia atrás y cuando parpadeé ya no estaba, volvía a ver la biblioteca. Lo que acababa de ver, de escuchar…

– [b] [i] [color=#843181]Por encima de mi cadáver, ¿os queda claro? POR ENCIMA DE MI PUTO CADÁVER[/SIZE] [/i] [/b] .- escuché gritar a una voz. Me aparté de mis pensamientos y levanté la cabeza, era Diana, que se había subido encima de una mesa y parecía desbocada. Sus ojos estaban completamente negros, su cara surcada de venas también negras y su pelo empezaba a ser una mezcla de negro y rojo. – [b] [i] [color=#843181] Antes os mataré yo a vosotros. [/color] [/i] [/b] – amenazó. Me preparé para lo que tuviese que hacer, lo mejor sería golpearla desde atrás y dejarla inconsciente para después preparar algún área anti magia o algún objeto mágico que le impidiese utilizar conjuros, pero no sabría si tendría tiempo de dar con lo necesario para eso antes de que despertase o de que los activos aprovechasen la situación para ir a por Sarah, o incluso yo lo hiciese.

Entonces decidí con determinación lo que iba a hacer. Fui hacia la mesa de McLeod, no la de su despacho, sino en la que sellaba las salidas y entradas de libros. Abrí los cajones y en uno de ellos encontré un abrecartas sin apenas filo, pero lo suficiente para lo que necesitaba. Lo sujeté con fuerza en una mano y esperé observando atentamente la sala, si en algún momento me sentía irme, o que algo estaba cambiando en mí, que hacía algo que no quería, me clavaría el abrecartas en la yugular.

– [b] [i] [color=#BB609C] ¿Qué está pasando aquí?[/color] [/i] [/b]- preguntó Sarah en voz alta. No podía decírselo, no podía contarle que quizá no fuese yo mismo, porque no me dejaría hacer lo que tenía que hacer si me controlaban.
Entonces se movió. La seguí con la mirada sin entender muy bien que pasaba y vi como sujetaba a Illya y le colocaba la estaca en el corazón. Ella lo había visto, se había dado cuenta de lo mismo que yo, Illya iba a por ella, pero de lo que no estaba seguro es de sí sabía es que alguno de nosotros podía ser un activo.

– [b] [i] [color=#BB609C] ¿QUERÉIS QUE LA MATE?[/color] [/i] [/b]- gritó. Había algo extraño en ella, no conseguía reconocer a la Sarah que conocía tan bien como a mí mismo. – [b] [i] [color=#BB609C] ¡Pues el que quiera espectáculos que vaya al circo![/color] [/i] [/b].- en ese momento la lanzó contra una estantería haciendo que se rompiese y quedase inconsciente, pero viva.- [b] [i] [color=#BB609C] Y ahora, si dejáis de odiaros los unos a los otros, tengo que algo que decir.[/color] [/i] [/b] – añadió.

-[b] [i] [color=#3B7B6E] ¡DEJADME EN PAZ![/color] [/i] [/b] – gritó al poco Cecil. Me fijé en él, tenso, evitando mirarnos, susurrando algo de que Dominic tenía la culpa de todo. Ese no era el Cecil que yo conocía, pero sí atisbé un poco del que conocía cuando le escuché susurrar algo de que no era lo que debía hacer, luchando contra algo que al final le hizo darse la vuelta y alejarse más de dónde nos encontrábamos.

Miré a los demás y me di cuenta de que tampoco eran los que conocía. Diana perdiendo el control encima de la mesa, ésa no era ella, no perdería el control de esa forma porque allí estaba una de las personas que más le importaban, incluso por encima de ella misma, Sarah. En ese momento vi que sus ojos no estaban teñidos de negro, ni su cara cubierta de venas negras, y su pelo volvía a brillar con el color castaño-rojizo.

Vi a Dominic tenso, mirándonos a cada uno de nosotros y a Sarah especialmente, casi a punto de saltar, pero él no era así, había visto lo suficiente para saberlo.
Ed seguía centrado en sí mismo, moviendo la pierna cada vez más y más deprisa mientras observaba a Sarah con los ojos abiertos. Parecía que le iba a dar un ataque y la mirada que le dirigía a Sarah era extraña, muy distinta de su mirada, como si se estuviese dando cuenta de algo, como si no la conociese de nada.
Y McLeod, que ahora estaba de pie pero observaba todo, cada detalle, sin acercarse a Diana para consolarla. Algo extraño le pasaba, pero no era el de siempre, eso sin duda.

Por último estaba yo mismo, desconfiando de mis amigos, de mi mismo e incluso de todo el mundo, de todo lo que conocía. Ellos eran mis amigos, no unos activos que estuviesen siempre preparados para traicionarnos, y si así era, sería una subrutina instalada en ellos sin que tuviesen nada que ver y podía eliminarse, ellos no tendrían la culpa.

Solté la daga en el cajón y caminé hacia Sarah para apoyarla. Empezaba a ver las cosas más claras, no todos estaban en mi contra ni en la de Sarah, pero sí que había algo extraño por aquí, algo que nos estaba haciendo actuar distinto. Y pensaba encontrarlo aunque tuviese que atarlos a todos antes.
[/color]
[spoiler]Y lo de siempre, espero que os guste ^^[/spoiler]

Comentarios

Deja una respuesta