[align=center][SIZE=3][b]Diana Echolls | Iniciativa[/b][/SIZE]
[SIZE=2]Ni siquiera sabía qué hacía caminando hacia la Iniciativa y mucho menos, [i]por qué[/i] lo estaba haciendo. Cecil no era mi amigo. Dicho así suena un poco exagerado, pero es cierto. Cecil era amigo de Sarah y un miembro más del grupo. En el pasado, habría sido un vínculo más que suficiente para lo que fuese necesario, pero en ese momento, lo único que me importaba era seguir con vida y cuidar de los que vivían conmigo. Además, estaba el hecho de que había ido a visitarle unas cuantas veces, pero nunca había servido de nada. Por eso me extrañaba verme, [i]hachataca[/i] en mano, pasando por todos aquellos lugares que parecían sacados de una película apocalíptica.
La casa de Daniel estaba en una punta de la ciudad y la Iniciativa en otra, pero aún así opté por ir caminando para no abusar de la magia y también, porque quería ir a las ruinas de la Universidad para dejar un manojo de hierbajos en memoria de las personas que habían muerto en el ataque.
Cuando llegué a la Universidad, sentí cómo se me caía el alma a los pies. Por muchas veces que fuese, nunca me acostumbraría a las sensaciones que me producía. Era como si todas aquellas ruinas gritasen, como si las almas encerradas me contasen una y otra vez, la historia. Podía ver a la rectora Mercy Sheppard atrincherada en su despacho, junto al resto de profesores, luchando con su último aliento para que los alumnos no pereciesen. Evidentemente, no sirvió de nada. Mason arrasó con todos y después, derrumbó el edificio. Posé los hierbajos donde pude y pensé también en Silver y Ann, que creíamos (porque no podíamos saberlo con seguridad) que también habían muerto en el ataque.
Si no hubiese tenido el lagrimal derecho hecho polvo, otra lágrima habría surcado mi rostro, pero como Mason me había dejado la cara hecha un desastre, lloré lo que pude con mi ojo bueno y cuando me cansé, seguí en dirección a la Iniciativa.
Tuve que atravesar unos cuantos controles rutinarios y en uno de ellos, me confiscaron la [i]hachataca[/i] hasta que saliese. No opuse resistencia porque sabía que habían tenido muchos problemas e incluso, algunas personas habían muerto por reyertas entre internos. Para no perder el sentido del humor, saludé a las cámaras y avancé por los pasillos de lo que siempre sería, pasase lo que pasase, un lugar deprimente.
Las paredes estaban cubiertas de fotografías de los fallecidos, pero no me detuve a mirarlas. Ya bastante había llorado con mi ojo bueno como para darle trabajo extra.
Cuando por fin estuve frente a la puerta que creía que era la correcta, empujé y vi una sala con un montón de camastros, pero que en ese momento estaba vacía, excepto al fondo, pues allí estaba Cecil mirando por la ventana con expresión distraída.
– [b] [i] [color=#843181]¿Se puede?[/SIZE] [/i] [/b]- Pregunté haciendo como que tocaba a una puerta imaginaria.
– [b] [i] [color=#3B7B6E] Nunca pensé verte, es toda una sorpresa tenerte aquí Diana Echolls.[/color] [/i] [/b]- Respondió de forma exageradamente formal.
Opté por no decir nada, porque para el caso estábamos todos mal de la cabeza, pero aún así, no pude evitar quedarme a cuadros.- [b] [i] [color=#843181]¿Qué tal estás?[/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#3B7B6E] Como todos los que están aquí abajo. ¿Tú?[/color] [/i] [/b] – Me hizo un gesto para que me sentase y así lo hice.
– [b] [i] [color=#843181]Como todos los que están arriba[/color] [/i] [/b].- Asentí a modo de agradecimiento.- [b] [i] [color=#843181]¿Cuándo vas a volver con nosotros?[/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#3B7B6E] Cuando los cerdos vuelen.[/color] [/i] [/b] – Comentó sonriendo de forma maliciosa. En este punto tengo que confesar que me contuve para no soltarle un guantazo y gritarle un “Así te pudras, majadero”, pero me contuve porque para Sarah era alguien muy importante. – [b] [i] [color=#3B7B6E] Una pena que ya se los comieran los colmillos y compañía allí arriba, ¿no?[/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#843181]Una pena que todo esto te volviese…[/color] [/i] [/b].- “¿Gilipollas? ¿Imbécil? ¿Un anormal que se cree el puto centro del universo? “Me mordí la lengua porque sabía que lo estaba pasando muy mal y le miré con fiereza.- [b] [i] [color=#843181]No tienes derecho a estar más enfadado que los demás y no te lo voy a consentir[/color] [/i] [/b].
– [b] [i] [color=#3B7B6E] ¿Y qué harás? ¿Castigarme en el rincón?[/color] [/i] [/b] – Me mordí la lengua un poco más. Me la mordí con tanta fuerza que me hice algo de sangre, pero aguanté estoicamente por Sarah. – [b] [i] [color=#3B7B6E] Aunque lo siento, eso ya lo hizo el rubio. Créeme, no es tan agradable como yo cuando se enfada.[/color] [/i] [/b] – Miró al suelo. – [b] [i] [color=#3B7B6E] Prefiero no salir de aquí, ¿vale?[/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#843181]¿Quieres que te teletransporte como a McLeod?[/color] [/i] [/b]- Sonreí intentando ablandarle y sobre todo, intentando desviar la atención de las dos tortas que se estaban rifando y para las que él tenía todas las papeletas, pero negó con la cabeza – [b] [i] [color=#843181]¿Quieres que te de un golpe en la cabeza para que después te teletransporte sin problemas?[/color] [/i] [/b]- Continué dejando escapar una risa.
– [b] [i] [color=#3B7B6E] No insistas Diana. De verdad.[/color] [/i] [/b] – Dijo con cansancio. – [b] [i] [color=#3B7B6E] No malgastes tus energías conmigo. Yo ya no soy de utilidad.[/color] [/i] [/b] – Hizo una pausa. – [b] [i] [color=#3B7B6E] No puedo, no es que no quiera, simplemente es que no puedo. No me sale ser como era antes.[/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#843181]No eres el único, pero al menos no malgastarás tu vida lamentándote[/color] [/i] [/b].- Volví a la carga.- [b] [i] [color=#843181]Todos hemos sufrido mucho, pero se lo debemos[/color] [/i] [/b].- Esperé a ver su reacción. Si estaba ahí aguantando un chaparrón que, sinceramente, ni me iba ni me venía, era por ella. Todos habíamos sufrido muchísimo, por eso no entendía su actitud y me frustraba hablar con él.
– [b] [i] [color=#3B7B6E] ¿Crees que no lo sé? ¿Crees que no me despierto cada mañana pensando en lo mismo? No hay día en que me sienta el más inútil de lo que queda de mundo. Tampoco puedo olvidar la última vez que la vimos. ¿Crees que no me duele ver que Arya se está criando sin madre? ¿Crees que no querría aportar lo que fuera para intentar hacerle los días más sencillos a la niña?[/color] [/i] [/b]- En ese momento tenía preparada una frase que quedó truncada porque Liad, que a parecer lo había escuchado todo, salió de la nada casi literalmente.
– [b] [i] [color=#8A3C3C]Se acabó. Estoy harto de escuchar tonterías y de que sea siempre lo mismo.[/color] [/i] [/b] – Dijo a modo de saludo. – [b] [i]
[color=#8A3C3C] Perdisteis, fallaste, no fuiste capaz de hacer algo. Supéralo.
Tus padres y tu primo sabían en lo que se metían. No hay nadie en el mundo que no lamente la perdida de alguien. ¿No sabes cómo seguir hacia adelante? Pide ayuda. ¿No sabes cómo parar de estar en modo Señor Negativo? Entonces actúa.[/color] [/i] [/b] – Me quedé en silencio viendo cómo Liad le decía lo mismo que le había dicho yo pero con menos tacto. – [b] [i] [color=#8A3C3C]Que no seas capaz de sacarte un conejo del sombrero o de cualquier otra cosa como antes no quiere decir que no-seas-útil-Cecil, sino que simplemente debes tomar lo que tienes y hacer lo que mejor puedas con ello.[/color] [/i] [/b] – Se acercó hasta él- [b] [i] [color=#8A3C3C]Escúchala a ella. Ignórame si te place, pero escúchala a ella. Porque si no te daré dos buenos golpes ahora mismo para ver si espabilas de una santa vez y recuperas la sensatez que una vez tuviste. ¿Lo captas?[/color] [/i] [/b]
Ni Cecil ni yo articulamos una sola palabra, algo que Liad interpretó como que era una invitación para seguir hablando.- [b] [i] [color=#8A3C3C]Mírala cómo está. Aquí todos tenemos problemas y ha venido Cecil. Y no es la primera vez que lo hace. ¿Crees que es una visita de cortesía? Eres parte de nosotros, te guste o no, así que vete abriendo la mente y hazla caso.[/color] [/i] [/b] – Se sentó en una de las camas cercanas y me hizo una seña para que hablase. No dije nada porque antes de que llegase ya lo había dicho todo y no tenía ganas de repetirme.
– [b] [i] [color=#3B7B6E] Perdona.[/color] [/i] [/b] – Se quedó en silencio. – [b] [i] [color=#3B7B6E] Te escucho.[/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#843181]Ven con nosotros, por favor[/color] [/i] [/b].- Le pedí una vez más sacando paciencia de donde no me quedaba.
– [b] [i] [color=#3B7B6E] ¿Con qué propósito?[/color] [/i] [/b] – Me preguntó.
– [b] [i] [color=#843181]Si vienes, te lo cuento[/color] [/i] [/b].- Esbocé una enorme sonrisa al pensar en Sarah. En la de verdad y en lo que habíamos creado.
– [b] [i] [color=#3B7B6E] De acuerdo.[/color] [/i] [/b]- Concedió después de pensárselo.
– [b] [i] [color=#843181]¿Vienes, Liad?[/color] [/i] [/b]- Le pregunté poniéndome en pie.
– [b] [i] [color=#8A3C3C]Prefiero el método tradicional. Así puedo hacer un poco de limpieza por el camino.[/color] [/i] [/b] – Hizo una seña a modo de despedida.
– [b] [i] [color=#843181]Ten cuidado, Mister Proper y recoge mi “hachataca” abajo, por favor[/color] [/i] [/b].- Cecil se levantó, me puse a su altura y tras murmurar un hechizo, desaparecimos.
Volvimos a aparecer en el huerto de Illya, pero esta vez aterrizamos en una zona en la que, por suerte, no había nada plantado. Le dije a Cecil que entrase a la cocina mientras iba a buscar a los demás.
La primera parada fue la habitación de Ed que desde aquella noche no había vuelto a ser el mismo de siempre. Toqué a la puerta con cuidado y esperé.
-[b] [i] [color=#266EAC]¿Si?-[/color] [/i] [/b] Asomó la cabeza.
– [b] [i] [color=#843181]Tengo buenas noticias[/color] [/i] [/b].- Una sonrisa enorme se dibujó en mi rostro. Tan enorme que a Ed se le contagió.
-[b] [i] [color=#266EAC]¿De qué se trata?-[/color][/i][/b] Me preguntó saliendo de su cuarto y siguiéndome.
– [b] [i] [color=#843181]Están aquí McLeod y Cecil[/color] [/i] [/b].- Dije con una euforia impropia de esos tiempos.- [b] [i] [color=#843181]Bueno, también está Locan…[/color] [/i] [/b].- Añadí con pesar.- [b] [i] [color=#843181]Pero no importa, porque ya está casi todo el grupo. Como en los viejos tiempos[/color] [/i] [/b]
-[b] [i] [color=#266EAC]Sí… como en los viejos tiempos.-[/color][/i] [/b] Al pasar por la cocina Ed le puso una mano en el hombro a McLeod, que estaba sentado. -[b] [i] [color=#266EAC]Me alegro que estés bien, y tu también.-[/color] [/i] [/b] Le dijo a Cecil que miraba la escena desde la puerta con aspecto distraído.
– [b] [i] [color=#457238] Me alegro mucho de verte. Bueno…ya sabes…[/color] [/i] [/b] – McLeod le dio un apretón de manos a Ed y luego saludó a Cecil.
-[b] [i] [color=#266EAC]Me alegra ver que no has perdido tu sentido del humor.-[/color] [/i] [/b] Apostilló Ed riéndose.
– [b] [i] [color=#457238] Acabo de recuperarlo al estar con vosotros[/color] [/i] [/b].- Se le puso una sonrisa soñadora que hacía tiempo que no le veía.
– [b] [i] [color=#843181]Es genial, Ed[/color] [/i] [/b].- Le pasé un brazo por encima de los hombros.- [b] [i] [color=#843181]Pronto volveremos a ser los de siempre[/color] [/i] [/b].
-[b] [i] [color=#266EAC]¿Cómo?.-[/color] [/i] [/b] Preguntó interesado.
– [b] [i] [color=#843181]Gracias a SARAH[/color] [/i] [/b].
[/color]
[spoiler]Cada personaje controlado por su dueño. Gracias por leer y comentar, sois fantabulosos dentro y fuera del rol ^^[/spoiler]
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.