Moondale

HABIA PERDIDO MAS DE LO QUE PENSABA

[align=center][SIZE=3][b]Daniel Arkkan | Parque Bellamy. Moondale. Realidad alternativa desconocida.[/b][/SIZE]

caraarkkan

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De nuevo la gravedad aumentó vertiginosamente como si el mismo suelo tratase de tragarnos. La total ausencia de mis cinco sentidos dio paso a la ya conocida sensación que me abordaba durante los primeros minutos en los que todos los sentidos volvieron a la vez. Sentí la fina hierba bajo mis manos, todavía algo húmeda por el rocío nocturno, escuché el sonido de los pájaros a lo lejos, unido al de la brisa meciendo las hojas de los árboles, olí también la hierba y el aire limpio como si nunca lo hubiese hecho antes, sentí la boca más seca que nunca, y por último, abrí los ojos y fijé la vista en Sarah, que con una simple y leve sonrisa me dijo más que con muchas palabras.

Después de comprobar que todos estuviésemos bien eché un vistazo alrededor para tratar de reconocer el terreno. Al ver la estatua del fundador supe que estábamos en el parque Bellamy, en Moondale, y eso significaba que estábamos cerca de la casa de las Echolls, la que me enorgullecía enormemente llamar hogar.

Sentí la sensación de que esta vez debía avanzar solo, de que debía ser yo el que inspeccionase un poco el terreno, así que les hice una seña y me adelanté, mientras ellos se acomodaban entre una zona de árboles. Antes de perderlos de vista Sarah me dirigió una sonrisa y puso los labios como para darme un beso, le guiñé un ojo y me giré.

En cuanto pasé la zona de árboles y pude ver la casa vi que no había cambiado demasiado. Me pareció distinguir alguna voz conocida que provenía de allí, era un alivio, al menos podríamos contactar con gente conocida.

Cuando me disponía a avanzar hacia la casa sentí un movimiento a mi izquierda y a los pocos segundos tenía un arma afilada justo frente a la garganta. Giré la cabeza lo máximo que pude dadas las condiciones y vi a una chica de más o menos mi edad. Antes de poder preguntarle nada ella se adelantó:

– [b] [i] [color=#7E6368]¿Quién eres?[/SIZE] [/i] [/b] – preguntó con gesto serio mientras su brazo sujetaba firmemente el arma. Seguí su brazo con la vista y vi la empuñadura que sostenía, no me hacía falta ver el arma al completo, era Ocaso, la espada que constituía el recuerdo de mis padres junto a Albor y la Lágrima de Freya que tenía Sarah.

– [b] [i] [color=#4F5360]Daniel Arkkan. ¿Por qué tienes esa espada?[/color] [/i] [/b] – pregunté sin poder contener esa pregunta en mi cabeza durante más de un minuto.

– [b] [i] [color=#7E6368]Quien eres, no quien pareces. Esta espada me la regaló mi hermano, Daniel Arkkan, y acabó de verlo hace cinco minutos en casa, con Sarah.[/color] [/i] [/b] – respondió con gesto serio. Mientras pensaba como hacerlo pude observarla bien. Aparentaba más o menos mi edad en ese momento, su pelo era de un tono rubio como el mio y sus ojos también claros. Pero dejando a un lado esos rasgos, se notaba que era una luchadora, tenía las facciones duras, algo serias y debajo de todo aquello se percibía una ternura que trataba de ocultar con su forma de actuar.

– [b] [i] [color=#4F5360]Es…difícil de explicar[/color] [/i] [/b] – conseguí responder casi inconscientemente. El parecido era innegable y teniendo en cuenta que nos encontrábamos en una realidad alternativa podía ser cierto, mi hermana… En ese momento vino a mi mente un recuerdo de la infancia, uno de esos que se van perdiendo a medida que creces. Recordé a mi madre hablando con mi padre, los dos se alegraron, él le llevó la mano a la barriga y se quedaron así unos segundos, hasta que su rostro se tornó serio y preocupado, el recuerdo fue tan vívido en ese momento que casi veía las lágrimas de mi madre. Entonces se dieron cuenta de que estaba allí y mi madre se dio la vuelta tratando de disimular mientras mi padre hablaba conmigo como si no pasase nada.

No me extrañó haber reprimido ese recuerdo porque poco más de dos meses más tarde huía de aquella misma casa, ahora en llamas, en el coche de Arthur McLeod, mientras aquel maldito demonio acababa con la vida de mis padres.

– [b] [i] [color=#7E6368]Abrevia[/color] [/i] [/b].- insistió sacándome de mis ensoñaciones.

– [b] [i] [color=#4F5360]Somos el mismo por decirlo de alguna forma, pero vengo de otro lugar, de otra realidad.[/color] [/i] [/b] – expliqué como mejor pude.

– [b] [i] [color=#7E6368]Me cuesta creerte[/color] [/i] [/b]. – respondió ella.

– [b] [i] [color=#4F5360]Si conoces bien a tu hermano, mírame a los ojos y dime si digo la verdad.[/color] [/i] [/b] – le respondí con sinceridad, la única opción que tenía era que conociese lo suficiente a su hermano como para saber cuando mentía. Si esto fuese una serie también podría rendirme al cliché de decirle que me preguntase algo que solo yo sabría, pero en la vida real lo que me preguntaría los sabría su hermano, no yo.

Ella se mantuvo pensativa y sentí el filo de la espada presionando con firmeza contra mi cuello. Después me miró fijamente a los ojos durante un largo rato.- [b] [i] [color=#7E6368]Creo que dices la verdad[/color] [/i] [/b].- admitió.

– [b] [i] [color=#4F5360]¿Te importaría apartarla?[/color] [/i] [/b] – dije refiriéndome a la espada, que todavía estaba frente a mi cuello. Ella asintió y me miró expectante, algo que me tomé como una invitación forzosa a que siguiese hablando.

– [b] [i] [color=#4F5360]Viajé con Sarah y los demás para traer de vuelta a un amigo al que se habían llevado a otra realidad, pero estamos teniendo algunos problemas para volver a la nuestra. Por eso estoy aquí.[/color] [/i] [/b] – expliqué esta vez más detalladamente. Ahora que lo recordaba, me daba cuenta de que las semanas desde la derrota de Mason hasta ahora habían pasado como una exhalación, teníamos tanto que hacer para recuperar a Ed y estábamos tan agotados que es como si el tiempo hubiese pasado en avance rápido.

– [b] [i] [color=#7E6368]Lo mejor será que vengais a mi casa. Estaremos más seguros[/color] [/i] [/b].- se ofreció. Noté un cambio en su gesto, ya no tenía la guardia alta, estaba un poco menos a la defensiva.- [b] [i] [color=#7E6368]Por cierto, me llamo Cara.[/color] [/i] [/b] – añadió. No puede evitar esbozar una sonrisa soñadora, triste y melancólica a la vez, reconocía ese nombre.

– [b] [i] [color=#4F5360]Le gustaba ese nombre…Te pareces a ella.[/color] [/i] [/b] – añadí mirándola fijamente durante unos segundos hasta que aparté la vista, no me resultaba muy cómodo mantener la mirada fija en alguien durante mucho rato. – [b] [i] [color=#4F5360]Te presentaré a los demás, aunque no sé si los conocerás ya.[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#7E6368]Más o menos[/color] [/i] [/b].- asintió ella. No me resultaba extraño que viniésemos de dónde viniésemos los dos tuviéramos la certeza de quienes eran nuestros amigos. Aunque me imaginaba uno que podría sobrarle de nuestro grupo.- [b] [i] [color=#7E6368]¿Le gustaba?[/color] [/i] [/b] – preguntó ella al poco. Se la notaba pensativa, al principio no supe muy bien por qué pero más tarde me fui dando cuenta, en este mundo había más diferencias de las que parecía, al menos respecto a la que había sido mi vida.

– [b] [i] [color=#4F5360]Siempre dijo que si tenía una niña la llamaría Cara, pero nunca pudo llegar a hacerlo…[/color] [/i] [/b] – dije tratando de no pensar demasiado en ello, pero a mi cabeza llegó el sonido de las llamas crepitando fundidas con el de la lluvia golpeando el suelo y con el de las ruedas del coche patinando por el barro.

Me repuse y la vi mirándome extrañada, como si no supiese muy bien de qué estaba hablando, y se quedó así hasta que caí en la cuenta de qué era lo que pasaba, era tan parte de la que había sido mi vida que mi mente no se había dado cuenta de que aquí podían seguir vivos.

– [b] [i] [color=#4F5360]Es verdad…En mi realidad mis padres…ya no están. Murieron cuando era pequeño.[/color] [/i] [/b] – expliqué sin dar muchos detalles más. Cuando un demonio se mete en tu cabeza y te hace ver cosas demasiado reales tiendes a tener una cautela extra.

Ella bajó la vista al suelo mientras seguíamos caminando y se quedó en silencio. Un rato después dijo:- [b] [i] [color=#7E6368]Lo siento[/color] [/i] [/b].

– [b] [i] [color=#4F5360]No te preocupes, los sigo echando de menos pero hace poco tiempo aprendí que no puedo cambiar lo que pasó.[/color] [/i] [/b] – aunque esto reabría las viejas heridas. Durante mucho tiempo no me había detenido a pensar en lo que pasó antes de esa noche, excepto añorando los momentos felices, pero ahora me estaba dando cuenta de que esa noche había perdido más todavía de lo que llevaba años pensando, estuve tanto tiempo recordando aquel fatídico día que no caí en los anteriores, esa noche perdí a mis padres, al pobre Heimdall y a una hermana nonata. No sabía si llegar aquí y descubrirlo era una broma cruel del destino o un regalo, por el momento tenía parte de ambas.

Cara se quedó callada de nuevo y al poco rato me sorprendió diciendo:- [b] [i] [color=#7E6368]Quédate[/color] [/i] [/b]. – La miré en silencio, buscando las palabras para decirle que no podía, mi vida estaba allí y aquí tenía a su hermano, pero no conseguía dar con ellas.

– [b] [i] [color=#7E6368]Sarah también puede quedarse.[/color] [/i] [/b] – dijo ella adivinando mis pensamientos. Se notaba que conocía bien a su hermano porque eso era lo primero que me había pasado por la cabeza, mi razón ineludible para irme. Mentiría si dijese que no me lo planteé por unos segundos, pero a medida que recreaba el escenario en mi cabeza y sus posibles consecuencias me di cuenta de que no era posible. Una parte del amor hacia una persona consiste en sentir afecto también hacia su familia cuando son buenas personas y se portan bien con ella, un afecto que hace que los consideres ya de tu familia, aunque no sea la sangre la que os une, por eso no podía irme, no podía apartar a Sarah de su madre y de sus hermanas, al igual que tampoco podía apartarla de nuestros amigos que eran ya también como de la familia, excepto Cecil claro. Sencillamente ese no era un momento para pensar en mí, no podía tomar una decisión tan egoísta igual que tampoco podía pedirle a ella que se viniese con nosotros dejando de lado a su verdadero hermano. Además, tenía unas responsabilidades con mi mundo, sin nosotros perderían la línea de defensa contra las amenazas sobrenaturales, había demasiado dependiendo de nosotros.

– [b] [i] [color=#4F5360]Nada me gustaría más.[/color] [/i] [/b] – empecé a decir con sinceridad. No sabía como continuar así que la miré a los ojos y confié en que supiese que no podía ser. – [b] [i] [color=#4F5360]¿Cómo están las cosas?[/color] [/i] [/b] – pregunté cambiando de tema.

– [b] [i] [color=#7E6368]Derrotamos a Mason. Gracias a las lecciones de caza con mi hermano y mi padre, el arco sirvió para cegarle en el momento oportuno. Después, vino el trabajo en equipo. Sarah, Daniel y Dominic en la vanguardia. Ed, Diana y McLeod, en la retaguardia. No hubo bajas, así que se puede decir que fue bien[/color] [/i] [/b]. – explicó de forma clara y concisa, era toda una guerrera, mi primera impresión no había sido errónea. Tuve una pizca de envidia respecto a esta realidad, aquí Fenris no acabó en coma y no perdieron a Ed durante un tiempo.

– [b] [i] [color=#4F5360]Estás…mayor, ¿cuánto hace de eso?[/color] [/i] [/b] – pregunté. Quizá aquí hubiese nacido antes de lo que iba a nacer mi propia hermana pero aun así parecía que había pasado bastante tiempo.

– [b] [i] [color=#7E6368]Cinco años[/color] [/i] [/b] – respondió ella.

Me quedé pensativo unos minutos hasta que conseguí responder. – [b] [i] [color=#4F5360]No hace falta que digas más, ya sé que el resto tenemos que descubrirlo nosotros mismos.[/color] [/i] [/b] – Christopher lo habría dicho y probablemente el suyo también, salvo por las predicciones de Diana, no debíamos saber todo lo que nos deparaba el futuro, solo cuando fuese necesario.

– [b] [i] [color=#7E6368]Quédate. Os entrenaremos.[/color] [/i] [/b]. – ofreció de nuevo, esta vez la oferta iba para todos, pero la respuesta debía ser la misma, no podia decidir por ellos, no podía apartarlos de sus seres queridos y no podía abandonar un mundo.

– [b] [i] [color=#4F5360]Tenemos responsabilidades allí, y un hogar.[/color] [/i] [/b] – dije apenado, sabía que la recordaría a menudo, que los recuerdos de la noche en la que la perdí volverían durante las siguientes semanas, quizá meses, pero no podía quedarme.

– [b] [i] [color=#7E6368]Aquí también tendréis un hogar[/color] [/i] [/b]. – insistió ella.

– [b] [i] [color=#4F5360]Los demás tienen allí a su familia, Sarah tiene a su madre y a su otra hermana, ahora también son mi familia al igual que los que vinieron conmigo. Y los McLeod…no puedo abandonarles otra vez. [/color] [/i] [/b] – expliqué. Les abandoné una vez pese a que me habían acogido sin reservas, no podía fallarles de nuevo, ahora era una persona distinta, la familia me preocupaba de una forma diferente, seguía queriendo a mis padres y ahora a ella también, y a Heimdall, pero tenía que preocuparme de los que estaban conmigo para que no pudiera sucederles lo mismo. – [b] [i] [color=#4F5360]Nada me gustaría más que recuperar a la hermana que nunca pude tener, pero no puedo.[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#7E6368]Lo entiendo[/color] [/i] [/b].- asintió. Detrás de la máscara de dureza tras la que ocultaba sus sentimientos pude ver tristeza.

– [b] [i] [color=#4F5360]Me gustaría pedirte un favor.[/color] [/i] [/b] – dije deteniéndome para mirarla fijamente a los ojos. – [b] [i] [color=#4F5360]Disfrutad de lo que tenéis.[/color] [/i] [/b] – añadí refiriéndome a ella y a mi otro yo. Ella asintió con una sonrisa de medio lado, sin duda era una Arkkan. No pude evitar esbozar una yo también.

– [b] [i] [color=#4F5360]Así me gusta.[/color] [/i] [/b] – respondí algo aliviado, aunque en el fondo los golpes que estaba conteniendo se acumulaban para digerirlos más adelante. – [b] [i] [color=#4F5360]Por cierto tengo una hermana muy guapa, ¿aquí Dom está con Rebecca? Lo digo por si voy a tener que ir a decirle a mi otro yo que lo mantenga vigilado.[/color] [/i] [/b] – bromeé para desviar la atención.

– [b] [i] [color=#7E6368]No[/color] [/i] [/b].- respondió para después hacer una pausa..- [b] [i] [color=#7E6368]Rebecca y yo llevamos saliendo un par de años.[/color] [/i] [/b] – añadió totalmente seria. No puedo negar que me quedé prácticamente con la boca abierta, por mucho que uno este acostumbrado y le parezca bien que cada uno esté con quien quiera, sigue resultando sorprendente, aunque eso era algo que seguro que desaparecería con las generaciones.

– [b] [i] [color=#7E6368]Es broma[/color] [/i] [/b].- explicó sonriendo mientras me ponía una mano en el hombro.- [b] [i] [color=#7E6368]Dom y yo lo intentamos hace muchos años, pero no funcionó. No estábamos hechos para tener una relación. Lo de las almas gemelas sólo funciona para Sarah y para ti, el resto tenemos que conformarnos.[/color] [/i] [/b] – añadió después.

– [b] [i] [color=#4F5360]Seguro que lo vuelve a intentar. Ed y él son buenos amigos, mientras no estés con Cecil estaré contento.[/color] [/i] [/b] – bromeé con cierto temor a que estuviese con él.

– [b] [i] [color=#7E6368]¿Cecil?[/color] [/i] [/b]- preguntó extrañada. ¿Tampoco tenían a Cecil? Aquello parecía una completa utopía de vida para mí. – [b] [i] [color=#7E6368]Espero que no te haya mandado mi hermano para que me des consejos amorosos[/color] [/i] [/b]. – añadió entrecerrando los ojos. Me di cuenta de que ese gesto correspondía a la «nariz picuda» de Sarah, que ponía cuando se enfadaba y a veces también cuando amenazaba en broma, y que también había visto alguna vez a Diana, especialmente en la época en la que McLeod se resistía a estar con ella por miedo.

– [b] [i] [color=#4F5360]No me atrevería a hacerlo. Bueno ya casi estamos, hora de presentarte a los otros…ellos.[/color] [/i] [/b] – dije justo antes de llegar a donde estaban.

A partir de ahí la historia se acorta, Cara nos llevó a todos a su casa y descansamos una noche, o al menos los demás lo hicieron porque yo me pasé la noche mirando por la ventana mientras la pobre Sarah dormía a rienda suelta tapada con varias mantas, porque descubrimos que en este universo las estaciones iban como en América del Sur, es decir, Navidades con calor asfixiante y vacaciones de «verano» gélidas, me consolé pensando que al menos eso era mejor en nuestro mundo.

Al día siguiente comimos todos juntos y los demás parecían llevarse de maravilla, aunque tuve que mirar mal varias veces a Cecil, que intentaba en vano ligar con ella, por suerte Dominic y Diana me ayudaban sin pedirlo y le respondían a sus idioteces, incluso Sarah le respondió una vez cuando ya no podía más. Pero dejando eso aparte, se llevaban todos tan bien que dolía verlo y saber que en cuanto nos fuesemos eso no podría volver a pasar, pero así había sido y con ello tendría que vivir, al menos me llevaba el regalo de haberla visto como hubiese sido de mayor y poder ponerle cara siempre que la echase de menos.

Después de comer nos despedimos porque no sabíamos cuando podríamos ser arrastrados a otro mundo, contuve las lágrimas al despedirme de ella aunque no podía decir lo mismo de Sarah, o de Diana que tuvieron que ir casualmente al baño. Cuando volvieron ellas también se despidieron. Mientras esperábamos y aunque ella no era en sí mi hermana, recordé que no volvería a verla y me acerqué para darle un abrazo, ella me abrazó también y me dio un beso en la frente. Lo siguiente que sentí fue la realidad volviéndose patas arriba, volvíamos a estar en el portal.

[i]Adiós Cara.[/i]

[spoiler]O no, chan chan chaaaaan[/spoiler]

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