Moondale

EL ALIVIO DURA UN POCO MENOS QUE LA FELICIDAD

[align=center][SIZE=3][b]Sarah Echolls | Sala blanca[/b][/SIZE]

sarah3556

[SIZE=2]La felicidad, dicen los pesimistas, no dura mucho y en este mundo, menos. Habíamos aprendido a disfrutar cada segundo como si fuese el último, porque en nuestro caso, más que en el de el resto de la humanidad, lo era. Esa era la excusa oficial por la que aquella noche nos habíamos reunido para aprovechar aquella calma extraña, la que suele haber cuando te encuentras en el ojo del huracán. Por eso, entendía que Dominic y Rebecca se ausentasen un par de veces a lo largo de cada reunión no formal para “empolvarse la nariz” o como decía Diana, para “empolvarse mutuamente”. Por eso, me dolía tanto ver a McLeod y a Diana mirarse como si fueran dos extraños y precisamente por eso, disfrutaba de cada segundo con todos, pero especialmente con Daniel, como si fuera el último de mi existencia.

Aquella noche, incluso Illya parecía estar disfrutando de nuestra compañía, cuando apareció El Doctor y nos transportó a lo que más tarde llamaríamos como “la sala blanca”. Aunqe lo cierto, es que la sala en la que nos encontrábamos no era tal cosa , si no un espacio infinito que se extendía en todas direcciones hasta que la vista se perdía. Y la habíamos bautizado como “blanca”, pero tampoco era cierto, aunque no había otra forma de describirla, porque la luz que desprendía cada partícula, impedía que pudieses mirar en una dirección durante mucho tiempo.

Después de que les tocase a McLeod y a Dominic enfrentarse a sus recuerdos, supe que tarde o temprano, sería mi turno, lo que no me esperaba era ser la siguiente.

– [b] [color=#110D8B] La Elegida…el modelo a seguir[/SIZE] [/b]. – Anunció mirándome fijamente – [b] [color=#110D8B] Ya solo quedas tú, a ver que encontramos[/color] [/b].- Al escucharle decir aquello, arqueé una ceja involuntariamente. Si las cuentas no me fallaban, era la tercera, pero no la última, aunque por el bien de los demás esperaba que así fuera. – μνήμη.- Al pronunciar esas palabras, la sala comenzó a desdibujarse con rapidez, transformándose en un lugar repleto de gente. Instintivamente, miré a Daniel que me dio la maño con cariño, para decirme sin palabras, que estaba conmigo.

La escena comenzó a cobrar vida, las conversaciones de la gente subieron y en las mesas, que surgieron de la nada, aparecieron bandejas de comida. Al poco, caí en la cuenta que era la cafetería de la Universidad, pero no la cafetería actual, si no la de unos años antes. Lo supe porque escuché a la que por aquel entonces era la jefa de Diana, quejarse de que era la tercera vez que no iba a trabajar aquella semana.

Busqué con avidez qué era aquello que el Doctor quería que viese y aunque me costó, la encontré. Me vi con unos años menos, con la cabeza gacha y mucha prisa, como si huyese de algo. Entré en la cafetería como una exhalación y al ver que estaba llena, solté un bufido. Fui directamente a la barra sin percatarme de que Diana estaba allí, me compré un croissant y un café y fui hasta la única mesa que parecía más o menos libre. En ese punto, me di cuenta de que los recuerdos de la vida con Ed, Kaylee y Diana que nos habían regalado los Poderes, empezaban a pasarme factura, porque no sabía si lo que estaba viendo era lo que había vivido realmente, la realidad de Diana, la mía original o todo junto, mezclado, pero no agitado, al gusto del Doctor.

Al poco, vi cómo mi otro yo se sentaba al lado de una chica con un ojo de cada color. No hacía falta ser un genio para saber que no era humana, no había más que fijarse en cómo miraba al resto del mundo, pero yo estaba muy verde en temática sobrenatural por aquel entonces.

[QUOTE=Moondale 1.0]- [b] [i] [color=#BB609C] Está lleno esto, ¿eh?[/color] [/i] [/b]- Dije a  modo de saludo a la par que me sentaba a una distancia prudencial. Cuando me vi, saludando a una extraña de esa forma tan ridícula quise que se abriera un agujero bajo mis pies, pero no sucedió. Sólo esperaba que McLeod le encontrase una explicación racional relacionada con mi legado a ese comportamiento.

– [b]Hmmm[/b]- Obtuve por respuesta.

– [b] [i] [color=#BB609C] Eres de pocas palabras, igual que yo[/color] [/i] [/b].- Me encogí de hombros y mordisqueé mi croissant distraídamente. Fu entonces cuando me miró directamente a los ojos y algo en mi interior me dijo que no era humana.- [b] [i] [color=#BB609C] ¡Joder. tú no eres humana![/color] [/i] [/b]- Exclamé atropelladamente consiguiendo atragantarme con el croissant. Tosí y la miré a los ojos de nuevo, percatándome de que uno era de cada color, pero no me respondió. Me dedicó una sonrisa de suficiencia y abandonó la estancia.[/QUOTE]
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Me di cuenta de que las mejillas se me habían puesto coloradas, no sabía si podría soportar volver a verme meter la pata. Una regla no escrita de las Cazadoras era que no debías decirle al primer ser que pasaba por tu lado, lo que era. Y yo cometí ese error tres veces aquella mañana.

Al poco, alguien a quien ahora conocía, ocupó el sitio en el que un minuto antes había estado la chica con los ojos bicolor. Bill me preguntó que si podía sentarme a lo que respondí encogiéndome de hombros. Desde luego, aquella no había sido mi mejor época. Sin medir palabra, abrió un periódico que llevaba bajo el brazo y se puso a hacer como que leía. [/SIZE]

[QUOTE=Moondale 1.0]- [b] [i] [color=#BB609C] Tú tampoco eres humano, ¿verdad?[/color] [/i] [/b]- Le pregunté sin disimular mi enfado. Bill no tenía la culpa de que me hubiera designado como la Elegida, ni de que un demonio hubiese venido a observarme mientras desayunaba, pero estaba en el lugar equivocado en el momento menos oportuno y lo pagué con él.- [b] [i] [color=#BB609C] ¡Tengo imán para los raritos! No te ofendas, ¿eh?[/color] [/i] [/b]- Le dije fuera de mí.- [b] [i] [color=#BB609C] Pero es que ya eres el segundo demonio que me cruzo esta mañana: ¿Cuántos me habré encontrado cuando acabe el día? ¿Doscientos?[/color] [/i] [/b]- El pobre Bill me miraba anonadado, como si pensase que acababa de tocarle aguantar la brasa de la más loca de la cafetería, pero lo peor llegó cuando señalé a un chaval pelirrojo que pasaba por el pasillo y para exclamar.-[b] [i] [color=#BB609C]  ¡Y ahí tenemos un licántropo![/color] [/i] [/b]- El pelirrojo, al verme, se perdió entre la multitud.- [b] [i] [color=#BB609C] ¿Ves? Si aquí la única normal soy yo, te aseguro que tenemos un problema[/color] [/i] [/b].- Afirmé con las manos temblándome por los nervios. Intenté sujetar el café, pero se notaba demasiado, así que me calmé como pude, dándome cuenta de lo que había dicho y recapacité.- [b] [i] [color=#BB609C] Por cierto, mi nombre es Sarah, voy a ir a por otro café aunque no creo que necesite más estímulos por hoy. ¿tú quieres otro?[/color] [/i] [/b]- Le pregunté, en un alarde de bipolaridad sin parangón. [/QUOTE][SIZE=2]

Me vi avanzar hasta la barra para pedir otro café y como si mis pensamientos de aquel momento hubiesen sido grabados y puestos en un altavoz, todos pudimos escucharme pensar[/SIZE].- [QUOTE]“Espero que todo esto no esté relacionado con toda esa mierda de ser la Elegida, porque aunque vengan todos los frikis del Universo a por mí no voy a hacer nada: ¡Me niego!”[/QUOTE]
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El recuerdo terminaba así, con mi yo de hace unos años fuera de sí, pensando y actuando como una imbécil, gritando en mitad de la cafetería que si fulanito y menganito eran o no demonios. Por suerte, mis compañeros sólo se rieron durante aquel curso y a estas alturas, casi nadie recordaba mi incidente.

Antes de que el Doctor dijese nada, recuperé la imagen mental que tenía de aquella Sarah de lo que conocíamos como Moondale 1.0 y me avergoncé. Odié cada fibra de mi ser, cada acto y cada palabra. Me hubiera gustado tener una excusa, decir que en realidad, esa no era yo, pero lo era. Hubo una vez en la que Sarah no era más que una niñata con tanto miedo a crecer y enfrentarse con su legado, que culpó a los demás por ello.

El único consuelo que me quedaba, era que esa noche conocería a Daniel, después de que me dieran la paliza de mi vida y aprendería que esa actitud no era la mejor. A veces, pensaba en cuando él me decía que gracias a mí era mejor persona, pero en realidad, habíamos cambiado los dos.

El Doctor, reapareció durante un segundo y chasqueando los dedos, dijo.- [b] [color=#110D8B] Tenemos un invitado especial[/SIZE] [/b].- De la nada, apareció Bill, con la ropa que debía llevar en su casa y cara de desconcertado.- [b] [color=#110D8B] Por cierto, no eras la última, eras la tercera[/color] [/b].- Añadió antes de desaparecer y dejarnos con Bill.

Bill, que no había visto el recuerdo, no sabía muy bien de qué iba aquello, pero le debía una disculpa desde hacía unos cuantos años.- [b] [i] [color=#BB609C] Lo siento[/color] [/i] [/b].- Lo dije en general, por lo que habían visto y oído, porque el destino del mundo estaba en manos de una imbécil.- [b] [i] [color=#BB609C] No te merecías que te tratase así, pero era una niñata con ínfulas de algo que, desde luego, no era ni soy[/color] [/i] [/b].

– [b] [i] [color=#585F7D] ¿Que hago aquí?.-[/color] [/i] [/b]Preguntó Bill desconcertado.

– [b] [i] [color=#BB609C] El Doctor te ha traído para que te pida perdón por aquello que pasó hace un tiempo[/color] [/i] [/b].- Me expliqué con un nudo en la garganta y miré a mi mano derecha, que seguía apretando la de Daniel.

– [b] [i] [color=#585F7D] Si te soy sincero ni siquiera recordaba eso, tenía otras cosas en la cabeza por aquel entonces.-[/color] [/i] [/b]No sabía si lo decía por cumplir o porque de verdad lo sentía, pero noté cómo el nudo que tenía en la garganta, se deshacía levemente.

– [b] [i] [color=#BB609C] De todas formas, te debo una disculpa desde entonces, pero no sabía cómo hacerlo[/color] [/i] [/b].- Hice una pausa, obviando el hecho de que Bill llevaba una camiseta que decía “Alguien que me quiere mucho me ha traído esta camiseta de Las Vegas”.- [b] [i] [color=#BB609C] Al final tendré que darle las gracias al Doctor…[/color] [/i] [/b]- Esbocé una sonrisa.- [b] [i] [color=#BB609C] Aunque siento que te haya sacado de tu casa para esto[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#4F5360] La verdad es que sí, es una espina que tenías clavada.[/color] [/i] [/b]- Apuntó Daniel.

– [b] [i] [color=#585F7D] Disculpas aceptadas. No tengo nada que reprocharle a una joven que se dedica a mantener el mundo a salvo día tras día.-[/color] [/i] [/b] Bill parecía buscar con la mirada al Doctor, que no daba señales de vida -[b] [i] [color=#585F7D] Y ahora, si ese extraño sujetos del que habláis fuese tan amable de devolverme a mi casa…[/color] [/i] [/b]

El Doctor, abrió una especie de agujero en mitad de la nada y gritó- [b] [color=#110D8B] No[/color] [/b].- Para después desaparecer. Por lo que aproveché para acercarme a Bill y darle un pequeño abrazo a modo de agradecimiento.- [b] [color=#110D8B] Venga vale, ¡Adiós![/color] [/b]- Y ambos desaparecieron.

– [b] [i] [color=#457238] De todas formas, no me extraña que reaccionases así después de aguantar a esa tal Samael.[/color] [/i] [/b] – McLeod intervino por fin.

– [b] [i] [color=#266EAC] Todos tenemos días malos[/color] [/i] [/b].- Ed también intentaba animarme, pero aquello no era producto de un día malo, si no que se notaba que había más de lo que podía explicarles.

– [b] [i] [color=#BB609C] Gracias, pero en realidad, sabes que fue culpa mía. Nunca tendría que haber perdido los nervios de esa manera, primero porque soy la Cazadora y segundo, porque de momento, no estoy en el ala psiquiátrica de ningún hospital…espero[/color] [/i] [/b].- Le sonreí con cariño.- [b] [i] [color=#BB609C] Así que nada, ya habéis visto uno de mis trapos sucios[/color] [/i] [/b].

– [b] [i] [color=#843181] Lo tuyo no es nada, espera a que empiece a sacar de mi época de correr por en medio de las dos aceras o cuando apuntaba los nombres de la gente de mi clase para vengarme..o cuando quería robar el libro de magia de Lila Stroker o cuando….[/color] [/i] [/b]- Apuntó Diana sonriéndome.

McLeod le sonrió a Diana, como si quisiera agradecerle que me animase, pero en realidad, se notaba que seguía sintiendo algo por ella.- [b] [i] [color=#457238] Pues eso, todos lo hemos hecho mal, pero de momento tú eres la que menos se ha equivocado, salvo que el siguiente recuerdo muestre tu etapa de asesina en serie sádica.[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#EE5159] Esa fui yo[/color] [/i] [/b].- Puntualizó Illya. Y de pronto todos nos quedamos en silencio, porque la realidad volvió a golpearnos.- [b] [i] [color=#EE5159] Era…una broma[/color] [/i] [/b].- Aclaró al ver que nadie se reía.

Y todos, aunque no lo mostrásemos, suspiramos aliviados. Pero no duró mucho, porque el alivio, en este mundo, dura un poco menos que la felicidad.

O eso dicen los pesimistas.

[spoiler]Es el post más difícil que he escrito en mi puñetera existencia, así que me vais a perdonar si es horroroso o no tiene ningún sentido, porque vengo de vernos en Moondale 1.0 y casi tengo que sacarme los ojos con una cucharilla (y sólo hablo de mis personajes)[/spoiler]

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