[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Illya Novak | Sala blanca[/SIZE][/font][/b]
[SIZE=2]Si hubiese sido humana, el estar en un un espacio blanco, sin fin aparente, me habría provocado ansiedad, pero en realidad, me llenaba de paz. No el tipo de paz que sienten las personas cuando, por ejemplo, se tumban en la cama después de un día agotador o la que se siente en la cima de una montaña. Esta paz no era más que la ausencia de depredadores y la certeza de que si alguien iba a matarme, sería El Doctor, no un esbirro de Alice Byron a la salida del Satan’s. Decía Darwin, que en el mundo animal, sólo el más fuerte sobrevive y el mundo vampírico tenía más de ese que del humano, por lo que las posibilidades de supervivencia de un engendro de la creación, eran mínimas.
Escuché desde la distancia cómo el Doctor se cebaba con los anteriores, pero mi naturaleza me impedía ponerme en su situación y mucho menos, empatizar lo más mínimo con ellos. No es que no me importara, es que, directamente, no podía hacerlo. Por eso, la mayoría de las veces me limitaba a asentir en silencio, dándole la razón a la persona cuya opinión más se acercaba a aquella Illya que una vez fui.
Cuando el Doctor volvió a aparecer y se acercó a mí, me mantuve en mi posición, sin dejar que la ira se apoderase de mi ser, porque no quería decepcionar a Sarah. Le aguanté la mirada, sin esta muy segura de qué enseñaría porque mi vida, tanto vampírica como humana, había sido lamentable.
– [b] [color=#110D8B]Y tras la puerta número siete, ¿qué esconderá nuestra controlada vampiresa?[/SIZE][/b]- dijo con sorna, mirándome con ojos de desequilibrado.- [b] [color=#110D8B]μνήμη[/color][/b]
No quise mirar a mi alrededor, porque no necesitaba la compasión de nadie (bastante pena daba ya de por sí) y esperé a ver qué escena de mi vida pasaría a ser de dominio público. Y ante el estupor de la mayoría, no tardamos mucho en encontrarnos en la morgue de un hospital. A nuestro alrededor, había montones de nichos de metal abiertos y cerrados, un par de camillas, unos cuantos armarios con instrumental médico y al fondo de la sala, junto a un nicho abierto, había una chica. Esa chica, era yo, estaba cubierta de tierra, con la ropa rota y la piel magullada, con una herida cubierta de sangre reseca en el lado izquierdo del cuello. Pero lo más perturbador de todo, al menos para ellos, que no lo habían vivido, era que tumbada en la camilla del nicho, estaba el cadáver de una chica que se parecía mucho a mí.
El Doctor, no se conformó con enseñarles aquello, si no que nos arrancó de ese recuerdo y nos llevó a otro muy diferente que había ocurrido, un día antes.[/color]
[QUOTE=Diario de Illya Novak, 31 de Diciembre de. 200X]
Me habían asegurado que durante el período que iba a pasar como interna, dormiría poco, comería mal y mi vida se resumiría en suturas, análisis sanguíneos, exámenes rectales y demás trabajos sucios. Pero aún así, no podía quejarme. Hacía un par de semanas que me habían asignado urgencias y, pese a que no era el lugar más calmado del mundo, me gustaba la sensación de estar haciendo algo realmente útil. Había sido una suerte que una de las internas de urgencias hubiese abandonado el programa, como si de un reality show se tratase, porque la medicina geriátrica no era lo mío, ya que por muy bien que lo hicieras, siempre fallecía gente.
Las Navidades, en el caso de los médicos, eran una época agotadora. La gente comía y bebía más de la cuenta, por lo que las visitas a urgencias se convertían en algo habitual. Estábamos exhaustos y saturados, comíamos cuando podíamos y dormíamos encima de las camillas cuando no había nadie. Ese día, por ser Nochevieja, me tocaba doblar turno, así que cuando a las cinco terminé el primero, fui hasta los vestuarios, me di una ducha rápida y me quedé dormida. Me desperté sobre las seis y media, es decir, media hora tarde, así que me comí una fruta, me recogí el pelo en una coleta y volví a la carga.
– [b]Markovna, es la última que te cubro las espaldas[/b].- Me amenazó una de mis compañeras hablando casi a gritos, por culpa del bullicio que reinaba en urgencias.
– [b] [i] [color=#EE5159] Lo siento, no volverá a pasar [/color] [/i] [/b].- Bajé la cabeza, avergonzada. Iba a añadir un «y no me llames Markovna, por aquí todo el mundo me llama Mara», pero lo obvié, porque no estaba el horno para bollos.
– [b]Tienes a tu chico en el box uno, es la tercera vez que viene esta semana…[/b]- Esbozó una sonrisa estúpida, como si fuéramos un par de adolescentes.
– [b] [i] [color=#EE5159] Que se lo quede Mark [/color] [/i] [/b].- Propuse.
– [b]Ha insistido en que seas tú su médico[/b].- Y cuando dijo eso, se giró sobre sus pasos en dirección a un armario de instrumental médico.
Suspirando, abrí la cortina del box y me encontré al paciente sentado en la camilla, sin camiseta, sonriéndome ampliamente. Cogí el historial que colgaba de la cama y leí por encima “Villiers, Logan”. No tenía más que un par de heridas superficiales y una algo más grave, provocadas casi con certeza, por una pelea, pero era la tercera vez que venía a urgencias aquella semana.
Murmuré una especie de saludo y me puse los guantes, para después sacar el desinfectante, las gasas y demás del armario. Cuando los tuve colocados en la bandeja, me senté en el taburete, le apliqué el anestésico en spray sobre la herida y empecé a desinfectar. Mientras lo hacía, le pregunté si le escocía y me dijo que sí, probablemente, para que le soplase sobre la herida.
Una vez terminé, me dispuse a suturarle la herida del pecho y, aunque me costaba concentrarme debido a sus constantes miradas, lo hice lo mejor que pude.- [b] [i] [color=#232627] ¿Tienes algo que hacer esta noche?[/color] [/i] [/b]- Me preguntó de pronto, cuando estaba acabando.
– [b] [i] [color=#EE5159] Esto ya está [/color] [/i] [/b].- Retiré el instrumental y me quité los guantes, bastante orgullosa por haber sido capaz de hacer un trabajo medianamente decente- – [b] [i] [color=#EE5159] Te he puesto un anestésico en spray para poder suturar la herida, así que tardará un rato en volver a dolerte [/color] [/i] [/b].
– [b] [i] [color=#232627] Sal conmigo esta noche y mañana estaré como nuevo.[/color] [/i] [/b]- Al escucharle decir eso, no pude evitar esbozar una sonrisa, pero por suerte, estaba todavía mirando a la bandeja.
– [b] [i] [color=#EE5159] Ya puedes ponerte la camiseta [/color] [/i] [/b].- Anuncié, levantándome del taburete.
– [b] [i] [color=#232627] Todavía no me has dicho que sí a lo de salir conmigo.[/color] [/i] [/b] – El chico, parecía no darse cuenta de que estaba intentando esquivarle.
– [b] [i] [color=#EE5159] Gracias, pero…no creo que sea…apropiado [/color] [/i] [/b].- Bajé la vista, intentando evitar que mis ojos se fueran en dirección al lugar en el que debería estar puesta su camiseta.
– [b] [i] [color=#232627] Tengo todo el día para escuchar las razones.[/color] [/i] [/b] – Me retó, sonriendo.
– [b] [i] [color=#EE5159] Además, no tengo tiempo… [/color] [/i] [/b]- Me excusé nuevamente.
– [b] [i] [color=#232627] Vamos, un poco de diversión no te hará daño, necesitas pasar más tiempo con los sanos y los vivos.[/color] [/i] [/b] – Añadió entre risas a la par que se ponía la camiseta.
– [b] [i] [color=#EE5159] Pero…si no me conoces, ¿por qué quieres…? [/color] [/i] [/b]- Le pregunté, sin entender muy bien qué podía atraerle de mí.
– [b] [i] [color=#232627] Me has suturado tantas veces que por error creo que también has cosido los trozos de mi corazón.[/color] [/i] [/b]- Al oírle decir eso, dejé escapar una carcajada tan triste como cínica.
– [b] [i] [color=#EE5159] Es una broma, ¿verdad? De las limpiadoras, supongo. O de alguna de las nuevas internas [/color] [/i] [/b].- Me subí las gafas con el dedo índice, intentando que no se me notasen los nervios.
– [b] [i] [color=#232627] Me temo que no…así que ¿eso es un sí?[/color] [/i] [/b] – No cesaba en su intento.
– [b] [i] [color=#EE5159] No creo que sea…tu…tipo, no sé, no… [/color] [/i] [/b]- Y yo, no sabía qué decirle.- [b] [i] [color=#EE5159] Tengo que estudiar…y… [/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#232627] Menos estudiar y más disfrutar. ¿A qué hora te recojo?[/color] [/i] [/b] – Se puso en pie de un salto y nos quedamos un rato, mirándonos en silencio. Al mirarle detenidamente, tuve que admitir que era muy guapo, el tipo de chico que nunca se fijaría en una chica como yo, pero ya que lo había hecho, ¿por qué no darle una oportunidad? – [b] [i] [color=#EE5159] Si…quieres, dime dónde vas a estar y…cuando acabe mi turno, nos vemos [/color] [/i] [/b].
– [b] [i] [color=#232627] Delante del ‘Zeppelin’. Te estaré esperando, no me falles.[/color] [/i] [/b] –Comentó poniéndose la cazadora de cuero. No quería parecer una inculta, pero no tenía ni la más mínima idea de dónde estaba el ‘Zeppelin’, pero ya me enteraría.
– [b] [i] [color=#EE5159] Espera…supongo que necesitaré…tu número de teléfono, por si… [/color] [/i] [/b]- “Me pierdo” quise añadir.
– [b] [i] [color=#232627] Claro, es éste[/color] [/i] [/b].- Me cogió un bolígrafo del bolsillo superior de la bata (sí, el que está en el pecho) y escribió los dígitos en mi mano.- [b] [i] [color=#232627] Pero no me llames para decir que no vas.[/color] [/i] [/b] – Asentí y para demostrarle que era una persona de fiar, saqué mi teléfono del bolsillo (que pesaba seis kilos, más o menos) y le llamé para que mi número se quedase reflejado.- [b] [i] [color=#232627] Te tengo fichada, me parece que no vas a poder plantarme hoy.[/color] [/i] [/b]- Y después de sonreírme ampliamente, abrió la cortina del box y se marchó.[/QUOTE]
Ninguno de los del grupo tuvo tiempo de decir nada, porque El Doctor nos trasladó nuevamente al primer recuerdo. Lo que acabábamos de ver, no me había producido emoción alguna, ni siquiera pena o nostalgia, que es lo que se debe sentir cuando se ve un recuerdo. Me repugnaba ser incapaz de sentir, pero mi condición no tenía vuelta atrás, sólo el suicidio y el instinto de supervivencia podía más que la repugnancia.
El recuerdo continuó donde lo habíamos dejado…[/SIZE]
[QUOTE=Diario de Illya Novak, Fecha desconocida]
****FALTAN PÁGINAS****
Sólo sabía que era de noche y que acababa de salir del interior de un ataúd.
(…)
Fui dando tumbos en dirección al hospital y aunque casi no podía correr, no paré de hacerlo hasta que llegué al garaje por el que entraban y salían los coches fúnebres. Por suerte para mí y por desgracia para el que iba dentro, la puerta no tardó mucho en abrirse y pude colarme en ella con facilidad. Tenía que ser rápida y llegar a mi destino antes de que me reconociera nadie.
(…)
Una vez atravesé la puerta, la atasqué con una silla y fui abriendo un a uno todos los nichos que había en la morgue, sin saber muy bien qué estaba haciendo. Cuando estaba a punto de desesperarme, tiré con fuerza de una de las puertas y apareció el cadáver de una chica. Pese a que su rostro estaba prácticamente irreconocible, tenía el pelo moreno y un tono de piel similar al mío, por lo que lo más probable es que me resultase útil. Miré su historial clínico y vi que la habían catalogado como una Jane Doe, así que nadie reclamaría su cadáver y acabaría en una fosa común. Sin pensármelo y al ver que aún no le habían hecho aún la autopsia, le quité la ropa y se la cambié por la mía, le puse mi documentación en un bolsillo (la que no había desaparecido) y me dispuse a ponerla en una camilla para salir con ella lo más rápido posible, pero cuando la estaba moviendo, pude percibir que su cadáver aún era reciente, porque la sangre no había coagulado del todo. No hacía falta que nadie me dijera que mi naturaleza había cambiado, porque mis heridas parecían estar curándose a una velocidad anormal, pero aquello ya era demasiado. El olor a putrefacción inundaba mi ser provocándome arcadas, pero aún así, deseaba darle un mordisco para saciar mi sed. Noté que, lo que más adelante conocería como “ceño vampírico”, había aparecido en mi cara, instándome a saciar mis instintos.
Y aunque me resistí, al final, lo hice. En ese momento no lo supe, pero había tocado fondo.[/QUOTE]
[SIZE=2]El recuerdo terminaba así, por lo que cuando se desvaneció, El Doctor ya había desaparecido.
-[b] [i] [color=#266EAC] Vaya… Illya, lo siento.- [/SIZE] [/i] [/b] Ed fue el primero en decir algo. Supuse que se refería al segundo recuerdo, así que asentí a modo de agradecimiento.
[b] [i] [color=#457238]Ese era el tipo que vimos en el futuro, Logan…el otro aesir.[/color] [/i] [/b]- Apuntó McLeod recordando la visión.
[b] [i] [color=#843181] Está bueno…[/color] [/i] [/b]- Concedió Diana, pese a que en el futuro se llevaban realmente mal. Al oírle decir eso, McLeod la miró frunciendo levemente el ceño..-[b] [i] [color=#843181] Aunque no sé si es la mejor compañía[/color] [/i] [/b].-
-[b] [i] [color=#383A72] En el futuro aquel teníamos cierto roce con él, y no se por qué.-[/color] [/i] [/b]Nos recordó Dominic.
– [b] [i] [color=#BB609C]A lo mejor él es el culpable de que convirtieran a Illya[/color] [/i] [/b].- Propuso Sarah. No quise responder en ese momento, pero sabía que fuera quien fuera el que me había convertido, Logan no tenía nada que ver. Podía sentirlo.
– [b] [i] [color=#4F5360]Espera, en su momento no me di cuenta porque fue justo después de que apareciese el Doctor, cuando estábamos buscando a Doyle, pero ahora lo recordé, estaba en el bar, en el Satan.[/color] [/i] [/b] – A Daniel se le ensombreció el rostro al decirlo.
-[b] [i] [color=#266EAC] En el futuro no es que fuese nuestro enemigo. No veo el problema en que nos oculte que lo conocía. Tampoco es que saliera el tema.- [/color] [/i] [/b] Aunque nadie me había culpado por ocultarles la verdad, Ed hacía bien en defenderme, por si acaso. Nunca podría agradecerle lo bastante lo bien que se portaba conmigo, pese a todo.
El grupo se quedó en silencio, cavilando, ante la atenta mirada de Rebecca, que parecía a punto de desmayarse.
[b] [i] [color=#BB609C]Si Illya confía en él, nosotros no tenemos por qué pensar lo contrario[/color] [/i] [/b].- Unos cuantos asentimos al escuchar a Sarah. Logan era un asesino, pero no el mío.
[b] [i] [color=#457238]Tenéis razón, además, nos estábamos desviando del tema principal, y lo que imagino que más le preocupa a Illya que hayamos visto.[/color] [/i] [/b] – McLeod hizo una pausa y miró directamente. – [b] [i] [color=#457238]Lo que pasó, es completamente normal, lo que no es normal es sobreponerse a algo que te controla totalmente siendo tú la que lo controla. No te avergüences de ser una vampiresa, enorgullécete de ser una que es capaz de controlarse.[/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#BB609C]Además, si no me equivoco, Illya es un vampiro muy joven[/color] [/i] [/b].- Les recordó Sarah.- [b] [i] [color=#BB609C]No deben de haber pasado más de ocho o diez años desde lo que hemos visto[/color] [/i] [/b].
– [b] [i] [color=#EE5159] Gracias… [/color] [/i] [/b]- Dije por fin.- [b] [i] [color=#EE5159] Siento que…os hayáis tenido que enterar de todo de esta…forma [/color] [/i] [/b]- Bajé la cabeza, avergonzada. Tenía que haber sido sincera desde el principio, pero a los vampiros no nos dan un código de honor al convertirnos, si no al revés.
-[b] [i] [color=#266EAC] Tranquila, hoy estamos descubriendo muchas cosas.- [/color] [/i] [/b]Ed me puso una mano en el hombro para animarme y al notarla, me tensé, pero disimulé lo mejor que pude.
– [b] [i] [color=#843181] Qué callado tenías que estabas hecha una ligona…[/color] [/i] [/b]- Bromeó Diana para aliviar tensiones y todos sonrieron.
Y después, como si nada hubiese pasado, se reunieron en el centro, como una piña, para apoyar a Ed, que iba a ser el siguiente.
Menos yo, porque para no ser humana, aquellos recuerdos me habían hecho bastante daño.
Aunque en ese momento, no pudiera sentirlo.
[spoiler]Espero que os guste, porque es un post…raro, me ha costado mucho explicaros lo que quería contar sin spoilear cosas del futuro. En fin, gracias por leerlo :heart:[/spoiler]
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