Moondale

HIPOTERMIA

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]***FLASHBACK*** | La chica desnuda | Lugar desconocido

[color=black]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]

snow

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Todavía quedaban unas horas para que el alba se dibujara en el horizonte, pero las voces despertaron a la chica desnuda, que no dejaba de temblar.

– [b]Te juro que he visto a una tía en pelotas[/b].- Comentó una voz masculina, que debía andar no muy lejos de allí

– [i]Y yo soy amigo íntimo del Yeti[/i].- Le respondió el otro, con sorna.

– [b]Cuando la encontremos y me la tire, desearás haberme creído[/b].- Apuntó el primero que había hablado.

– [i]Voy a hacerla salir, verás[/i].- Dijo el segundo, disparando su arma contra el cielo. Al oír el estruendo que habían producido, los dos se echaron a reír.

La chica no entendía del todo lo que estaban diciendo, había pasado demasiado tiempo encerrada, por culpa del que tenía cara de ángel y risa de diablo y de la mujer con fuego en la cabeza. Aún así, tembló violentamente y esta vez, por raro que pudiese parecer, no era de frío, aunque a su alrededor, nevaba.

Se incorporó con dificultad, porque tenía el cuerpo entumecido, pero una ráfaga de viento hizo que temblase violentamente y tuviera que apoyarse contra un árbol. No sabía dónde estaba, ni quién era, tampoco conocía a nadie. Aún así, algo en su interior le decía que debía correr, huir lo más lejos posible, porque si no, esos hombres la encontrarían.

Sin saber cómo, llenó sus pulmones del aire helado y empezó a correr sin saber en qué dirección iba. Las ramas de los árboles le hicieron cortes por todo el cuerpo y las piedras se le clavaban en los pies, pero aún así, no podía parar. Tropezó un par de veces, torciéndose los tobillos y cayendo de bruces sobre la nieve helada. No se permitió el lujo de pararse a ver si los cazadores seguían persiguiéndola, porque aunque no conocía este mundo, sí sabía que debía sobrevivir.

Corrió durante lo que le parecieron horas, hasta que el sol empezó a asomar su perezosa esfera en el horizonte y a lo lejos, le pareció ver una casa de pastores abandonada. Sin pensárselo y aunque estaba casi sin fuerzas, hizo un último esfuerzo, un sprint final y llegó a ella.

La puerta había sido arrancada, al igual que las ventanas, pero el techo parecía seguro, al menos de momento. Entró tiritando, completamente congelada y puso sobre la puerta un madero que encontró.

Después, se desplomó sobre el suelo, inconsciente y todo se volvió negro. Tenía hipotermia, aunque no lo sabía, si nadie la encontraba pronto, moriría.

El mundo no era un buen sitio para una chica desnuda, que no sabía quién era, ni tampoco, dónde estaba. [/SIZE]

[spoiler]¡Sorpresa! xDD[/spoiler]

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