Moondale

LUNA DE LA NOCHE LARGA

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Christopher McLeod | Caernaforn, Gales

[color=black]Noche[/SIZE][/color][/font] | Luna llena [/b]

lican
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[SIZE=2]

Desde el principio me preocupó dejar a Daniel y a Sarah a solas con lo que fuese que fueran a encontrarse. No me tranquilizaba el hecho de no poder hacer nada salvo esperar y confiar en que todo les fuese bien.

A medida que iba pasando el tiempo la preocupación iba «in crescendo», no podía imaginar qué era lo que les estaba reteniendo tanto, trataba de convencerme de que quizá le había ido bien con su abuelo y estaban recuperando el tiempo perdido, pero sabía que las cosas no eran así, si fuesen a tardar tanto tiempo habrían avisado, no conseguía quitarme esa sensación.

Además tenía la ligera y egoísta preocupación de que Daniel recuperase la relación con su abuelo y eso cambiase la relación con los demás. Luché durante un buen rato contra ese pensamiento, y conseguí vencerlo, culpándome a mí mismo por haberlo considerado alguna vez. Daniel no nos dejaría de lado, lo que solo dejaba una opción a su retraso, una vez más me había confirmado que algo les había pasado.

Por si esas preocupaciones fuesen pocas, se unía la búsqueda mental de una forma de encontrar a su hermana, porque hasta ahora el área al que habíamos reducido su localización era demasiado amplia como rastrearla en el tiempo que teníamos, con los recursos suficientes tardaríamos meses, y eso sin nada que nos entretuviese por el camino, como algún que otro fin del mundo. Daniel necesitaba este triunfo después de lo que había pasado respecto a sus padres, y necesitaba dar con la forma de ayudarle.

A todo eso se le añadía la preocupación de tener un muro entre Diana y yo, un muro de desconfianza que yo mismo había creado y que también tenía que descubrir como destruir. El arma la tenía clara, la sinceridad, pero la forma de abordarlo era la que me daba quebraderos de cabeza, necesitaba un impulso para decírselo, pero hoy estábamos todos juntos y me resultaría más fácil hablarlo a solas.

No obstante, no solo Daniel agradecía que los demás hubiesen venido, yo también, porque gracias a ellos Diana estaba pasando un rato divertido recorriendo el pueblo, alejada de la realidad de la noche que pronto caería sobre nosotros, y con ella la luna, a solo un día de estar llena, pero con los mismo efectos sobre mí que si lo estuviese.

Los nativos americanos llamaban a la luna llena de diciembre luna fría, un nombre que encajaba perfectamente con el resplandor azulado que tenía en ese momento, pese a no haber oscurecido aún del todo. Me quedé observándola durante un momento, sin pensar en nada, y salí de mi ensimismamiento cuando Diana me llamó al ver que me había quedado rezagado. En ese momento me di cuenta de que estaba empezando a afectarme, tenía que irme a una zona dónde hubiera menos gente, porque el miedo de poder hacer daño a alguien me pondría más nervioso y eso podría desencadenar la transformación ahora que el lobo tenía más fuerza después de que el Doctor le dejase salir.

Sentí esa ansia dentro de mí de despojarme de todo lo que llevaba encima y correr hacia el bosque, para sentir solamente el tacto de la nieve en las patas y los olores del bosque, de huir de esa jungla de cemento y del olor a canela que salía de la panadería e inundaba mis orificios nasales llegando a producirme dolor.

Me llevé una mano a la cabeza dolorido, Diana me miró y solo necesité señalarle la luna con la cabeza y la noche incipiente para que avisase a los demás y volviesemos todos juntos a dónde habíamos aparcado.

Notaba el cuerpo dolorido, así que di un pequeño trago a la infusión que yo mismo me había preparado y esperé los efectos. Sabía perfectamente lo que esa infusión me estaba haciendo, y por eso mismo la tomaba poco a poco para no tomar nunca más de lo necesario. Me preocupaba que los demás se hubiesen enterado de lo que llevaba la infusión, porque intentarían por todos los medios que dejase de tomarla, por eso mismo mis padres no sabían nada y ellos tampoco hasta que Daniel se dio cuenta la noche de la Universidad. Necesitaba esa infusión por mucho mal que me hiciese, al menos impedía que fuese yo el que hiciese el mal a los demás.

Cuando estábamos a punto de llegar al coche sonó el teléfono móvil de Diana, la escuché hablar y supe que era Sarah, estaban de camino y nos encontraríamos dónde teníamos los coches.

Al llegar allí no pude evitarlo y abrí la puerta trasera del coche para sentarme, las piernas me flojeaban por la tensión de soportar la transformación y empezaba a sentirme cansado mientras que el lobo parecía ir volviéndose más y más fuerte.

Pasaron unos minutos que me parecieron una eternidad y entonces vi acercarse a Daniel y a Sarah, parecían estar bien.

– [b] [i] [color=#843181] ¿Qué ha pasado? Estábamos a punto de llamar a los bomberos… [/SIZE] [/i] [/b]- les preguntó Diana esbozando una sonrisa al hablar de los bomberos, sabía que era una broma para romper la tensión, que se podía cortar con un cuchillo, pero sentí una repentina ira potenciada por el licántropo, sería mejor que no me convirtiese porque los bomberos no iban a acabar bien.

– [b] [i] [color=#4F5360]La cosa se complicó, ahora os lo explicamos. [/color] [/i] [/b] – explicó Daniel escuetamente. Venían sin su hermana así que no debía estar con su abuelo, volvíamos a tener un margen amplio en el que buscar.

– [b] [i] [color=#BB609C]¿Cómo estáis vosotros? [/color] [/i] [/b]- preguntó preocupada al verme. Supuse que estaría pálido y con cara de estar pasando dolor, si es que lo que me estaba pasando podía definirse como dolor, porque iba mucho más allá que cualquiera que hubiese conocido.

– [b] [i] [color=#457238]Estoy bien, no os preocupéis. [/color] [/i] [/b] – dije evitando que Diana respondiese, sabía que estaba preocupada, pero quería evitar que se preocupasen por mí, había cosas más importantes. – [b] [i] [color=#457238]Pero me pondré mejor si volvemos. Salvo que tu hermana esté cerca. [/color] [/i] [/b] – pregunté. Por un lado esperaba que la respuesta fuese que sí y pudiese dar con ella tan pronto pero por otra el dolor no me dejaba ver el momento de ir a un sitio tranquilo y solitario dónde no hacer daño a nadie.

– [b] [i] [color=#4F5360]Conseguimos pistas pero no hay lugar concreto. ¿Averiguaron algo más de las hojas? [/color] [/i] [/b] – preguntó él, temiéndose la respuesta que ya debía imaginar.

– [b] [i] [color=#383A72] No encontramos nada. Seguiremos buscando. [/color] [/i] [/b] – le explicó Dominic. Daniel asintió e hizo una seña para que nos pusiésemos en marcha.

Mientras todo el mundo empezaba a meterse en los coches, con Ed como piloto del nuestro porque yo no estaba en condiciones y Diana quería acompañarme en la parte de atrás, Sarah se acercó a hablar conmigo.

– [b] [i] [color=#BB609C]¿Estás…bien? [/color] [/i] [/b]- dijo con cara de preocupación. Sarah no había conocido un padre que se preocupase por ella, pero tampoco uno que le diese preocupaciones, y en eso me había convertido, en una figura paterna que solo le daba problemas. La verdad es que no comprendía como su padre podía haberse alejado de ella, no sabía lo que tenía.

– [b] [i] [color=#457238]Sí, no te preocupes, un poco dolorido pero bien. [/color] [/i] [/b] – dije metiendo las piernas en el coche tratando de permanecer y parecer entero. – [b] [i] [color=#457238]Si quieres buscar por aquí puedo aguantar. [/color] [/i] [/b] – le dije a Daniel antes de que se subiese al otro coche.

– [b] [i] [color=#4F5360]No, nos vamos y seguiremos con lo que tenemos. Mañana será otro día. [/color] [/i] [/b] – me respondió con una sonrisa mientras ponía una mano en mi hombro al más puro estilo de nuestro padre. Era curioso que hubiese hecho eso a la vez que utilizaba una frase propia de nuestra madre «mañana será otro día», cuando la transformación es tan inminente cuesta creer que vaya a haber un mañana.

Mientras se iban a su coche y yo terminaba de colocarme en el asiento trasero le di vueltas al hecho de que Daniel me estuviese dando más importancia que encontrar a su hermana, no hacía más que darles preocupaciones, quizá hubiese sido mejor que me hubiese quedado en casa, solo les había hecho perder el tiempo sin ayudarles en nada.

Una vez nos pusimos en marcha sonó el teléfono que Sarah había vuelto a poner delante, y Kaylee, que iba de copiloto, lo cogió poniendo el manos libres del coche, de forma que todos estuviésemos comunicados, pero esta vez era diferente, esta vez se hacía el silencio, esperando que me transformase, algo que no pasaría si podía impedirlo.

Sentí como Diana me apretaba la mano con cariño y me relajé un poco, pero notaba las encías doloridas a medida que los dientes se desarrollaban, y la espalda, que ya de por sí solía dolerme, me estaba matando.

– [b] [i] [color=#266EAC] Lamento no haber sido de mas ayuda. [/color] [/i] [/b] – dijo Ed al cabo de un rato. Era curioso ver lo que uno mismo sentía en la boca de otra persona, así que le dije aquello de lo que me hubiese gustado convencerme a mí mismo, pero que en el caso de Ed era verdad.

– [b] [i] [color=#457238]Te parecerá poco lo que habéis hecho. [/color] [/i] [/b] – él si había ayudado, todos habían aportado algo, incluso yo, pero en mi caso eran problemas.

Al poco rato escuchamos unos ruidos en el teléfono y Daniel habló. – [b] [i] [color=#4F5360]Si no fuese por ti no tendríamos ninguna pista que seguir para encontrarla. Todos me habéis ayudado mucho, no se me olvidará fácilmente. [/color] [/i] [/b] – tenía razón respecto a todos los demás, pero no sobre mí. Me sorprendí con una ligera sonrisa al darme cuenta del hombre en el que se había convertido el chico que ayudé a criar, mi hermano.

– [b] [i] [color=#383A72] Para eso esta la familia. [/color] [/i] [/b] – añadió Dominic también al otro lado. A juzgar por los ruidos y el silencio, Daniel debía haber esbozado una sonrisa de medio lado y después se habría callado mientras pensaba como agradecerlo.

Entrecerré la mano derecha, que era la que no tenía entrelazada con la de Diana, y la abrí al poco, empezaban a dolerme los huesos de las manos y sentí como empezaban a alargarse.

– [b] [i] [color=#457238]Diana…pregúntame lo que quieras. [/color] [/i] [/b] – dije aprovechando el raciocinio que pronto desaparecería si la transformación no remitía. Casi todos podrían oírnos, pero sentí que ese era el momento de sincerarme, y con mi estado, Diana podía estar segura de que no le mentiría, no tenía la concentración suficiente para hacerlo aunque quisiera, y tampoco quería.

En ese momento Kaylee subió la música y empezó a hablar con Ed y con los demás del otro coche. Le di las gracias mentalmente y prometí acordarme de dárselas después.

– [b] [i] [color=#843181] ¿Te vas a…transformar? [/color] [/i] [/b]- preguntó ella con nervios, a juzgar por el temblor ligero de su mano contra la mía.

– [b] [i] [color=#457238]Si me dejase sí, estoy conteniéndolo y cuando no pueda más volveré a tomar la infusión. [/color] [/i] [/b] – dije señalando el termo que tenía a mi lado con la cabeza. Ella lo miró con desaprobación, sabía lo que venía a continuación.

– [b] [i] [color=#843181] Deberías dejarlo salir, es peligroso que sigas envenenándote [/color] [/i] [/b].- me dijo seria. Al principio había buscado una cura, pero cuando no di con ella me conformé, iba a ser provisional, pero los recuerdos de lo que había hecho con Siobhan la licántropa que me convirtió y cómo la había matado después me perseguían y no me sentía con fuerzas para arriesgarme a dejarlo salir. Pensándolo así me sentía como un fumador, un vicio que nunca me había gustado pero que tenía paralelismos con lo que me estaba pasando, utilizaba algo que por el momento me servía para tranquilizarme pero con el tiempo acabaría matándome.

– [b] [i] [color=#457238]Es peor hacerle daño a las personas [/color] [/i] [/b] – dije aunándo fuerzas. Tenía la piel tirante y cualquier roce me dolía.

– [b] [i] [color=#843181] Hemos tenido chuchos antes en el grupo… [/color] [/i] [/b]- bromeó para hacerme sonreír, algo que consiguió, siempre lo conseguía.- [b] [i] [color=#843181] Puedo comprar una correa bonita y pasearte [/color] [/i] [/b]. – añadió después. Me costó contener una carcajada, pero tenía miedo de que saliese una voz distinta a la mía, una más gutural y animal.

– [b] [i] [color=#457238]Cómo te gusta meterte conmigo. [/color] [/i] [/b] – le respondí sonriendo. – [b] [i] [color=#457238]Pregúntame lo que quieras saber, es el momento, no pienso ocultarte nada más. [/color] [/i] [/b] – añadí. Distraerme me ayudaba a

– [b] [i] [color=#843181] ¿Qué significó Siobhan para ti? [/color] [/i] [/b]- preguntó de pronto. Me pregunté a mí mismo durante cuanto tiempo le habría dado vueltas a esa pregunta, cuando la respuesta era muy simple.

– [b] [i] [color=#457238]En su momento pensé que la quería, pero al estar contigo me he dado cuenta de que no. [/color] [/i] [/b] – expliqué tratando de no hacer daño a su memoria. – [b] [i] [color=#457238]Me lancé a una vida de aventuras en solitario pensando que sería maravillosa y cuando me di cuenta de lo terrible que era estar solo le vendí esa vida bien envuelta para que me acompañase. [/color] [/i] [/b] – sentí aflojarse un nudo en el estómago al decir aquellas palabras en voz alta, parte de la culpa que había acarreado durante estos años era por haberla conducido a esa vida por capricho mío.

– [b] [i] [color=#843181] Así que no estás conmigo porque seamos la misma [/color] [/i] [/b].- añadió ella, aún con dudas.

– [b] [i] [color=#457238]Para nada. En todo caso estuve con ella porque era un eco de ti misma. [/color] [/i] [/b] – le dije sin tapujos, descubrir que Siobhan era la antigua forma de Diana había sido liberador, no sabía si era mi subconsciente quitándome carga o lo que de verdad había pasado, pero empezaba a explicarme sensaciones, como la que me llevó a hablarle en primer lugar.

– [b] [i] [color=#843181] Fantasma [/color] [/i] [/b].- dijo dándome un golpe en el hombro que apenas noté entre la maraña de dolores.

– [b] [i] [color=#457238]Te lo digo en serio. [/color] [/i] [/b] – le aseguré. Empecé a captar un olor con fuerza, un olor que conocía, aunque nunca lo había sentido así, era hierba cubierta de rocio, pimienta y lavanda…me sorprendió reconocer tantos matices, pero tenía clara la causa.

– [b] [i] [color=#843181] ¿Por qué tardaste tanto tiempo en decirme lo que eras? Yo te he contado hasta mi pasado pseudo lésbico [/color] [/i] [/b].- dijo algo apenada tratando de ocultarlo.

– [b] [i] [color=#457238]Tenía miedo de perderte cuando pensases que cualquier arañazo podía convertirte en lo mismo que soy, o que te diese miedo, como si fuese una especie de maltratador [/color] [/i] [/b] – expliqué, me aterrorizaba la idea de que me mirase con miedo.

– [b] [i] [color=#843181] Podría soportarlo, no me importaría ser un bicho una vez al mes si es el precio que tengo que pagar por estar conmigo [/color] [/i] [/b].- dijo evitándome mirarme a los ojos. Así era Diana, directa, sin tapujos, salvo cuando tenía que sincerarse.

– [b] [i] [color=#457238]Nunca dejaría que pasases por esto, pero eso no quiere decir que no podamos estar juntos, me llevó tiempo aprenderlo pero lo hice. [/color] [/i] [/b] – aseguré recordando como me había resistido a estar con ella a pesar de que cada fibra de mi ser me decía lo contrario. Pero había formas de tener cuidado, siempre había una forma, aunque costase trabajo.

– [b] [i] [color=#843181] Con lo monos que estaríamos dándole al mambo entre los matorrales al estilo lobito… [/color] [/i] [/b]- rió, para quedarse callada al poco.- [b] [i] [color=#843181] ¿Cómo? [/color] [/i] [/b] – preguntó después. Supuse que se había quedado pensando en cómo se podía evitar el contagio.

– [b] [i] [color=#457238]¿Por qué crees que duermo con calcetines? [/color] [/i] [/b] – le expliqué bromeando, aunque era cierto, temía arañarla con las uñas de los pies cuando dormíamos juntos, pese a que me «cocía», también me controlaba mucho cada vez que…intimábamos y cada vez que posaba mi mano sobre ella era controlando cada movimiento, para no arañarla. – [b] [i] [color=#457238]Y los Búhos están a punto de encontrar algo con una cosa que me traje de una de las realidades, no me curaría a mí pero te haria inmune [/color] [/i] [/b] – añadí, recordando lo que me había dicho los Oráculos cuando volvimos de las realidades, la cura que había encontrado no podría adaptarla, pero si le encontraría uso, y lo había hecho, los Búhos habían tardado un tiempo que parecia eterno pero al final estaban consiguiéndolo, una medicina preventiva para la licantropía, no podía pedir más.

En ese momento, recordando el regalo de los Grandes Poderes, parpadeé, y me asaltó un caos de imágenes, cuando volví a abrirlos solo recordé agua, y una especie de serpiente marina, parecida al legendario Leviatán, que me ahogaba, a mí y a otro más que no reconocí, cuando tuviese tiempo tenía que hacer memoria y recordar todas las imágenes, Diana habría podido hacerlo.

– [b] [i] [color=#843181] No me merezco que te preocupes tanto por mí, me comporté como una imbécil durante tu peor momento [/color] [/i] [/b].- dijo mirándome a los ojos. Unos ojos que me miraban con un amor que había echado mucho de menos.

– [b] [i] [color=#457238]Tenías toda la razón, uno de los pilares fundamentales de una relación es la confianza y yo no te la demostré, pero no quiero volver a cometer el mismo error [/color] [/i] [/b]. – le aseguré. No podía perderla de nuevo, no volvería a cometer el mismo error.

– [b] [i] [color=#843181] Eso contando con que vuelva contigo, Scooby Doo [/color] [/i] [/b].- me respondió sonriendo, eso significaba que tenía posibilidades.

– [b] [i] [color=#457238]Espero demostrarte que merece la pena que lo intentes. [/color] [/i] [/b] – añadí cogiendo el termo para dar un sorbo, empezaba a notar el dolor aumentando, necesitaba debilitar al lobo.

– [b] [i] [color=#843181] Ni se te ocurra [/color] [/i] [/b].- dijo quitándomelo de las manos. Al poco, sin que me diese tiempo a hacer nada, bajó la ventanilla y derramó el contenido. En ese momento se combinaron dos sentimientos, por una parte pesar y miedo por mi parte por lo que iba a pasar sin que pudiera controlarlo, y por otra sentí algo muy fuerte hacia Diana, algo que no era solo mío, el lobo que tanto tiempo llevaba conteniendo aullaba de gozo en mi interior. – [b] [i] [color=#843181] No quiero que sigas matándote [/color] [/i] [/b]. – añadió. La miré de nuevo y me fue imposible enfadarme, si tenía que convertirme en licántropo lo haría.

– [b] [i] [color=#457238]Lo hago por ti…solo espero no hacer mal a nadie… [/color] [/i] [/b] – le expliqué hablando como pude, porque notaba como los dientes eran cada vez más prominentes y me impedían hablar bien.

– [b] [i] [color=#843181] ¡Ed, para el coche! [/color] [/i] [/b]- gritó Diana. Ed frenó en seco y se aparto a un lado de la carretera, frente a un bosque cubierto de nieve.

– [b] [i] [color=#457238]Tengo que salir fuera…átame el móvil al cuello, Daniel sabe como localizarlo. [/color] [/i] [/b] – dije a toda prisa intentando salir del coche, algo que me resultaba más difícil al estar nervioso, pero al final lo conseguí.

– [b] [i] [color=#843181] No te pienso dejar solo, al menos mientras seas tú mismo. Después, Ed, Kaylee y yo intentaremos encerrarte en algún tipo de prisión mágica [/color] [/i] [/b].- respondió ella. Se notaba que iba improvisando para tratar de mantenerme cerca, yo mismo sabía que podrían perderme de vista si me adentraba en el bosque, pero era un riesgo que estaba dispuesto a correr, siempre podría llamar a casa cuando despertase, eso si no había matado a nadie.- [b] [i] [color=#843181] Ya nos inventaremos algo [/color] [/i] [/b]. – añadió.

– [b] [i] [color=#457238]Escúchame, intentaré aprender a controlarlo por ti, no prometo nada…pero hoy no, hoy corréis peligroooooargh… [/color] [/i] [/b] – traté de explicarle con una voz que ya no era la mía, veía el mundo con otros colores, mis ojos se habían vuelto negros y los dientes apenas me dejaban hablar, y el dolor…el dolor era terrible a medida que me crecían los huesos y otros se rompían para dejar espacio a los órganos más grandes.

Ella me dio un beso en la cara que hizo que mantuviese el control durante unos minutos más.- [b] [i] [color=#843181] Vamos, te ayudaré a llegar al bosque [/color] [/i] [/b]. – dijo comenzando a caminar.

– [b] [i] [color=#457238]No aguantaré más, entre Ed y tú podéis encontrarme, confío en ti…te quiero. [/color] [/i] [/b] – dije sin esperar a que me colocasen el móvil, notaba como el pelo empezaba a atravesar la piel y el olor de la nieve me embargaba. Me doblé de dolor y eché a correr para alejarme todo lo posible de ellos. Diría que no olvidaría el miedo que sentí al internarme en el bosque oscuro sabiendo que no sabía dónde aparecería, o incluso si me toparía con una criatura peor que yo que me destrozase, pero sabía perfectamente que no recordaría nada de lo que estuviese sucediendo ahora.

– [b] [i] [color=#266EAC]Diana, las hojas de los árboles…son las que vi. [/color] [/i] [/b]- escuché a Ed decir a lo lejos, casi como un susurro, pero amplificado por mis nuevos sentidos.

– [b] [i] [color=#843181] Mirad al suelo: Nieve [/color] [/i] [/b].- añadió la voz de la que olía a hierba cubierta de rocío nocturno, pimienta y campos de lavanda.

De nuevo un miedo me apoderó de nuevo, sabía que tenía algo que ver con el que olía a eucalipto, chocolate y viento del norte, pero no podía saberlo, ya solo podía sentir la nieve fresca cediendo bajo el peso de mis patas mientras corría, libre al fin después de mucho tiempo.

El licántropo observó la luna mientras corría, su carcelero, el que ahora estaba cautivo, habría sabido que también se llamaba «Luna de la Noche Larga» y habría pensado que demasiado larga, pero para el licántropo todo instante libre era poco. Captó un olor más, un rastro que olía a eucalipto y madreselva y lo siguió.

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