Moondale

TENGO QUE DEVOLVERLES LA CONFIANZA QUE PONEN EN MI

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Christopher McLeod | La nave, Moondale.

[color=#E16C13]Tarde[/SIZE][/color][/font][/b]

worriedmcleod

[SIZE=2]
Cuando llegó la primera hora de la tarde empecé a sentir el peso de la comida que había compartido con Diana, que unido a lo mal que había «dormido» la noche anterior me provocaba una somnolencia que amenazaba con hacer que me desplomase sobre el escritorio.

Diana se había despedido de mí hasta que la recogiese más tarde para ir a la nave, porque tenía cosas que organizar respecto a los alumnos, así que eso me dejaba tiempo libre, demasiado tiempo. Aunque pudiera parecer que nunca viene mal tener tiempo para dedicarte a lo que más te apetezca, y que podía aprovechar esa tarde para buscar información para defendernos del Doctor, sobre el mundo de Daakka para ayudarnos a entenderle mejor, sobre la habilidad de Rebecca, el misterioso clan de Oni que estaba instaurado en el Condado de Ripper, la banda de licántropos y un sinfín de cosas que tenía pendientes, pero de nuevo el cansancio me lo impedía, y la preocupación de estos días me impedía concentrarme en condiciones.

La noche anterior había sido un caos, según había podido entender entre lo que se habían visto obligados a decirme de lo ocurrido, e imaginando que las cosas habían sido menos leves de lo que me habían trasladado, especialmente lo referente a mí casi huída, y al intento de llevarme con ellos de los licántropos.

La manada parecía estar bien definida, siguiendo todos al alfa que al parece tenía la capacidad de transformarse a voluntad. Por lo que había leído sobre Oz y por lo que había hablado con Alexander Fenris, las hierbas eran una mínima parte de lo que les permitía controlar su transformación a voluntad, exceptuando cuando perdían el control de sus emociones. La gran diferencia la marcaba el hecho de entender al licántropo, no solo contenerlo, si no hacerse uno con él, escucharle. Eso era algo que yo no podía hacer aunque quisiera y me frustrante pensar que alguien que vive de una forma salvaje entregándose completamente a sus instintos fuese más capaz de controlar al licántropo que yo. Había intentado contenerlo, pero solo me mataba lentamente, encogiéndome las noches de luna llena mientras esperaba que pasase y ahora me sentía incapaz de «comulgar» con él, de aceptar que sería una parte de mí siempre, un ser que podría destrozar a todos los que quiero por simple sed de sangre, simplemente no podía.

Así que incapaz de estar en el despacho sin hacer nada y teniendo que moverme para evitar dormirme, decidí ir a la nave para echar un vistazo a las salas vacías. Era una oferta generosa, y normalmente no me habría gustado molestarles así, pero viendo lo que había pasado en el manicomio, la nave podía ser un sitio mucho más seguro.

Media hora más tarde, después de despedirme apropiadamente de Rebecca y decirle varias veces que estaba todo perfecto y que fuese a descansar un rato hasta que al final lo conseguí, recoger el despacho y cerrar, llegué a la nave. Saqué una copia de la llave de las que Sarah había repartido entre todos y abrí la puerta.

Construcciones Fenris estaba terminando con la estructura interna de la nave acorde a los planos que le habíamos dado, así que esta vez, en lugar de entrar y encontrarme con metros y más metros de recinto vacío, a excepción del apartamento de Illya en la planta baja que fue lo primero en construirse, me encontré con la recepción. Pasé de largo por la puerta que conducía al garaje y continué en dirección opuesta a la puerta que conducía a la zona de ocio y fiestas, la que estaba pegada al apartamento de Illya, donde íbamos a continuar celebrando los cumpleaños y reuniones, y subí por las escaleras en dirección al segundo piso. Caminé por el pasillo hasta llegar a la zona en la que había tres salas aún vacías.

Mientras caminaba, observando las dimensiones de cada una de las tres, me tropecé con un recipiente para hacer masa, haciendo que una paleta que estaba al lado cayese haciendo un estruendo que reverberó en la vacía sala. Después de poner las cosas en su sitio continué mi camino y estudié las salas, hasta detenerme en la que parecía más pequeña. La sala tenía una amplia ventana, de las de vidrio necrotemplado que habían instalado en el más riguroso secreto, para evitar que el sol hiciese daño a Illya, o a un posible cliente, pero eso no sería problema si se levantaba un muro tan grueso como las paredes que ya habían levantado, y se colocaba una reja resistente, evitando el peligro de que rompiese la ventana, y permitiéndonos tener dentro de la misma sala mi celda y una pequeña salita desde la que pudiesen vigilarme. Parecía una idea perfecta, era una lástima que no fuese a estar lista tan pronto.

En ese momento sentí el olor del café, perfilado con una mezcla de olores que se camuflaban tras él, una tormenta en calma, mezclado con lirios, el inconfundible olor de la frambuesa y un tenue olor a tierra húmeda. – [b] [i] [color=#457238]Hola Illya, ¿qué tal?[/SIZE] [/i] [/b] – pregunté sin girarme. Una de las cosas a las que me había acostumbrado desde que había dejado de tomar matalobos, era al olfato agudizado, que en los días cercanos a la luna llena se intensificaba.

– [b] [i] [color=#EE5159]Te he…traído café…[/color] [/i] [/b]- explicó con timidez mientras sujetaba una taza en la mano. Me imaginé que con el ruido que había hecho antes, Illya, como buena guardiana de la nave, me había escuchado y había ido a ver de quién se trataba, pero al ver que era yo debió dar la vuelta a por café.

– [b] [i] [color=#457238]Muchas gracias.[/color] [/i] [/b] – le respondí con sinceridad mientras me acercaba para coger la taza y sentir el olor del café suavizado y endulzado por la leche y el azúcar. En ese momento con mi olfato agudizado el café me recordó a Illya, una naturaleza fuerte y salvaje, endulzada y suavizada por su carácter y su bondad. – [b] [i] [color=#457238]Perdona por no avisarte, vine directo a mirar las salas que quedan vacías y me quedé un poco perdido en mis pensamientos al ver ésta.[/color] [/i] [/b] – dije señalándole la que había estado mirando, justo frente a la que nos encontrábamos.

– [b] [i] [color=#EE5159]Es…buena idea[/color] [/i] [/b].- comentó sabiendo perfectamente a qué me refería pese a no habérselo dicho.- [b] [i] [color=#EE5159]También podéis hacer una para mí[/color] [/i] [/b].- añadió. Imaginé que sería una broma, de las que a veces solía hacer, pero como siempre, la había dicho tan seria que llegaron a quedarme dudas.

– [b] [i] [color=#457238]¿Para evitar que escapes del resto?[/color] [/i] [/b] – bromeé esperando que lo suyo hubiese sido una broma también, siempre medía mis palabras con Illya por miedo a asustarla y alejarla de nosotros. – [b] [i] [color=#457238]Ojalá fuese como tú.[/color] [/i] [/b] – añadí con una sonrisa. Ojalá mi voluntad fuese tan fuerte como la suya para sobreponerme al ser que habitaba mi cuerpo, exactamente igual que le pasaba a ella, pero en su caso siendo más difícil, porque ella convivía con el demonio continuamente, yo sin embargo solo tenía que soportarlo tres días al mes. – [b] [i] [color=#457238]Gracias por estar allí anoche.[/color] [/i] [/b] – agradecí de nuevo, no estaba seguro de si ya se lo había dicho, pero nunca estaba de más dar las gracias.

Ella respondió con un gesto de la mano, quitándole importancia.- [b] [i] [color=#EE5159]Lilith sigue ahí…aunque no lo parezca[/color] [/i] [/b].- explicó.- [b] [i] [color=#EE5159]Es como el lobo cuando…no es luna llena[/color] [/i] [/b]. – respondió, restándole importancia a su lucha diaria.

– [b] [i] [color=#457238]Si necesitas ayuda ya sabes que cuentas con nosotros para lo que necesites.[/color] [/i] [/b] – ofrecí tratando de animarla porque cuando se trataba de recordar a Lilith, su ánimo flaqueaba.

Asintió suavemente, agradecida. Después se hizo el silencio, mientras daba un par de tragos apurados. En ese momento se me ocurrió algo para romper el silencio, una idea que me había rondado la cabeza durante un tiempo y que creía que Illya entendería. Si así era, ella podría ayudarme a decírselo a los demás.

– [b] [i] [color=#457238]Te considero una persona práctica, así que me gustaría comentarte una idea, pero por el momento que quede solo entre nosotros.[/color] [/i] [/b] – dije soltando las palabras en el aire, esperando que Illya las recogiera y las ordenase mientras yo mismo ordenaba las siguientes. Ella me miró extrañada, así que decidí continuar. – [b] [i] [color=#457238]La vida es complicada y uno se puede convertir en un peligro aunque no lo pretenda.[/color] [/i] [/b] – dije pensativo, esperando haber dejado claro que no me refería a ella si no a mí por poner un claro ejemplo. – [b] [i] [color=#457238]Hay mucho espacio disponible, incluso aunque se recopilen artefactos, armas…seguirá habiendo espacio, así que había pensado iniciar un dossier.[/color] [/i] [/b] – expliqué. Sarah y Daniel me habían comentado algunas de sus ideas y había escuchado también algunas de los demás y todas parecían estupendas para llevarlas a cabo con el espacio que había, pero aún así seguía quedando espacio para un pequeño dossier. – [b] [i] [color=#457238]El conocimiento nunca ocupa demasiado.[/color] [/i] [/b] – añadí. Especialmente cuando se trata de recopilar todo tipo de información que resultase útil en nuestra lucha, aunque se tratase de información acerca de uno de nosotros, de mí en este caso y de como detenerme, de como detener al licántropo, si algo ocurría.

– [b] [i] [color=#EE5159]Es…una buena idea, sí[/color] [/i] [/b].- respondió escuchando atenta cada una de mis palabras. Decidí seguir y llegar al punto clave.

– [b] [i] [color=#457238]Por lo que algunos me protestaran es por querer empezarla con un dossier sobre mí, para entre otras cosas, saber cómo neutralizarme con facilidad.[/color] [/i] [/b] – añadí rápidamente, listo para escuchar su respuesta.

– [b] [i] [color=#EE5159]Te…comprendo[/color] [/i] [/b].- respondió lentamente antes de hacer una pausa.- [b] [i] [color=#EE5159]En el mío…pondrá «estaca en el corazón»[/color] [/i] [/b].- añadió volviendo a intentar hacer una broma, solo le faltaba sonreír para conseguir arrancar una sonrisa a los demás, podía decirle a Diana que practicase un poco con ella, quizá acabasen en un dúo cómico.

– [b] [i] [color=#457238]No tienes por qué hacerlo, es el mío el que quiero que esté ahí, por si acaso…[/color] [/i] [/b] – aclaré, ese era uno de los puntos que temía a la hora de decírselo a los demás, que pensasen que quería que los suyos estuviesen ahí. Todos se habían ganado mi total confianza, sin reservas y no quería que pensasen que dudaba de ellos, solo lo hacía de mí mismo.

– [b] [i] [color=#EE5159]Lo sé, pero…quiero igualmente[/color] [/i] [/b].- añadió antes de quedarse callada de nuevo.

– [b] [i] [color=#457238]Respeto tu decisión igual que respetas la mía.[/color] [/i] [/b] – aseguré tras pensarlo durante un rato. Quizá ese dossier la tranquilizase igual que a mí me tranquilizaría poner el mío allí. – [b] [i] [color=#457238]Aunque quiero que tengas claro que ninguno te tememos, lo único que tememos respecto a tí es que te alejes por miedo a hacernos daño.[/color] [/i] [/b] – quise aclarar. Ese miedo pareció hacerse real cuando el Doctor pervertió el control que Illya tenía sobre sí misma y apareció Lilith, para morder a Ed y jugar con todos nosotros a un juego mortal del que Illya no tenía culpa, pero que la hizo alejarse de nosotros durante un tiempo, uno en el que yo mismo estuve alejado y el grupo permaneció dividido, todo por culpa de un individuo como el Doctor.

– [b] [i] [color=#EE5159]Si alguna vez tengo la certeza de que puedo ser un peligro para vosotros, lo haré[/color] [/i] [/b].- aseguró sin titubear.

– [b] [i] [color=#457238]Eres única para tranquilizar.[/color] [/i] [/b] – repliqué soltando una risa que no pude evitar, Illya era terriblemente franca, y me preocupaba que se alejase de nosotros, era importante para todos, y merecía ser feliz con todo lo que había pasado. – [b] [i] [color=#457238]Créeme, no eres peligrosa, aprovecha el tiempo, no se es joven dos veces, ni siquiera aunque no envejezcas.[/color] [/i] [/b] – dije tratando de medir cada una de mis palabras para no hacerle daño.

– [b] [i] [color=#EE5159]Hablas…como si fueras un anciano[/color] [/i] [/b].- comentó arqueando una ceja, uno de los gestos más expresivos que le había visto hacer desde hacía un tiempo. Era buena señal, significaba que pese a todo lo que le ocurría, pese a la muerte de Frank a manos de Logan, seguía siendo capaz sentir gracia por algo.

– [b] [i] [color=#457238]También fui vampiro antes que licántropo y Vigilante, pero me cansé.[/color] [/i] [/b] – bromeé tratando de sacarle una sonrisa y de paso distraerme un poco de la sensación de inseguridad que tenía en el estómago a medida que se acercaba la noche.

– [b] [i] [color=#EE5159]¿Vampiro?[/color] [/i] [/b]- preguntó mirándome extrañada, dejando claro que esa broma no la había llegado a entender del todo, era demasiado literal a veces. Contuve una sonrisa para que no pensase que me reía de ella.

– [b] [i] [color=#457238]Es broma. No estés tan seria mujer.[/color] [/i] [/b] – dije sonriendo, tratando de imitar a Diana y a su forma de sonreír y bromear para olvidar sus preocupaciones, que nadie las notase y animar de paso al resto. Después se hizo el silencio durante unos segundos, un silencio que tuve que romper, porque no era el mejor día para estar a solas con mi mente. – [b] [i] [color=#457238]Sarah quiere poner una biblioteca en esa sala, estaría bastante bien, puedo recopilar algunos libros raros y traer alguno que no puedo poner en la biblioteca.[/color] [/i] [/b] – comenté. Con la anterior «rectora» si es que se la podía llamar así, no podía tener ningún libro de temática sobrenatural en la biblioteca de la Universidad, según ella para que nadie sospechase acerca de lo que éramos en realidad, Vigilantes, aunque odiaba utilizar esa palabra para referirme a ella, solamente lo había sido de forma honorífica por la muerte de su marido, y solo lo había hecho para obtener información y atacarnos, el verdadero motivo para no tener los libros no era otro que el simple odio hacia el Nuevo Consejo, lo sobrenatural y todo lo relacionado.

Con Mercy las cosas eran distintas, ella misma, con parte de los fondos que Fenris había destinado, compró libros y me dijo que los colocase en la parte de atrás, dónde no todos pudieran acceder, pero aún así el espacio era limitado, contra eso no se podía hacer nada, los libros docentes tenían que estar allí si o sí, y podía dar gracias de tener un hueco para los otros. Así que la idea de Sarah de una biblioteca allí era fascinante, había visto la sala que pensaban utilizar y había hueco más que de sobra para algunos libros que apilaba en mi casa, alguno que pudiese pedir al Consejo y alguno de los que no habíamos podido colocar en la Universidad, era cuestión de hablarlo con Mercy.

– [b] [i] [color=#EE5159]Sería…estupendo[/color] [/i] [/b].- respondió Illya con más ilusión de la que solía mostrar, durante mucho tiempo su única compañía habían sido los libros, algo me decía que incluso estando viva.

– [b] [i] [color=#457238]Así tendrás algún entretenimiento extra en casa.[/color] [/i] [/b] – comenté con una ligera sonrisa. Sarah y Daniel parecían estar construyendo esa nave con todo lo que cada uno de nosotros necesitaba: una sala de entrenamiento dónde se guardaban todas las armas que se recolectasen, una celda para mí, una zona de esparcimiento en la planta baja a la que nadie podía acceder y que estaba al lado del apartamento de Illya, el propio apartamento de Illya, una biblioteca para los libros, un lugar de trabajo para muchos si la cosa marchaba bien…Fenris sabía lo que hacía cuando les legó la nave, quizá alguien que conocíamos bien le había guiado. – [b] [i] [color=#457238]¿Vendrás esta noche?[/color] [/i] [/b] – pregunté sin deseo de comprometerla a ir, simplemente me gustaba que estuviese junto a los demás.

Ella asintió sin pensárselo.- [b] [i] [color=#EE5159]Siempre[/color] [/i] [/b] – aseguró. Tenía unos amigos que no merecía, pero ya que los tenía, debía cuidarlos bien.

– [b] [i] [color=#457238]Pasad tiempo juntos, pero si corréis peligro, no os quedéis por mí, estaré bien.[/color] [/i] [/b] – le pedí dando un último y largo trago al café.

Illya frunció el ceño y me miró con seriedad.- [b] [i] [color=#EE5159]Sabes que…no te abandonarían[/color] [/i] [/b].- me aseguró. Sabía que ella tampoco lo haría, pero me resultó curioso que no se nombrase, aún le costaba sentirse una más por el peligro que ella misma pensaba que suponía para el resto, cuando en el fondo no era más peligrosa que cualquiera de los demás.

– [b] [i] [color=#457238]Te falta entender que eres una miembro más de esta peculiar familia.[/color] [/i] [/b] – repliqué con una ligera sonrisa mientras le ponía una mano en el hombro, lo que hizo que se sintiese extrañada, pero esta vez no se apartó, estaba aprendiendo a sobreponerse a las restricciones que ella misma se había impuesto durante el tiempo que estuvo sola.

– [b] [i] [color=#457238]Y encima somos prácticamente cuñados.[/color] [/i] [/b] – añadí bromeando porque sabía que no me respondería a lo que acababa de decirle, pero que en el fondo lo entendía, el hecho de no apartarse me lo había dejado claro.

Ella agachó la cabeza avergonzada, si hubiera podido sonrojarse en ese momento tendría la cara roja completamente.

– [b] [i] [color=#457238]Me alegro mucho, vosotros sed felices y no os paséis la vida pensando en lo que podría pasar.[/color] [/i] [/b] – le aconsejé, yo mismo había perdido tiempo con Diana por culpa de pensármelo demasiado.

– [b] [i] [color=#EE5159]Todavía no…es pronto…yo…eh…[/color] [/i] [/b]- balbuceó tratando de explicarse.

– [b] [i] [color=#457238]Sí, pero ya me entiendes, si estáis juntos, aprovechad.[/color] [/i] [/b] – aclaré. Sabía que no estaban juntos en el pleno sentido de la palabra, pero hubo algo entre ellos, y si terminaban saliendo juntos tenían que alejar las preocupaciones. Illya asintió dos veces seguidas, sin saber muy bien detrás de que roca meterse.

– [b] [i] [color=#457238]Bueno, voy de camino al loquero a que me encierren, ¿vienes?[/color] [/i] [/b] – comenté tal y como lo haría Diana, aunque no conseguí el efecto que esperaba, los nervios seguían ahí, no sabía como lo hacía Diana.

– [b] [i] [color=#EE5159]Todavía…hay algún rayo sol y el camino hasta el hospital psiquiátrico es largo[/color] [/i] [/b].- se excusó como pudo. Me avergonzó estar tan distraído como para no darme cuenta de que si aún no me había transformado Illya no podría venir conmigo o se carbonizaría por el camino, la había puesto en una situación comprometida al tener que decirme que no podía.

– [b] [i] [color=#457238]Ya no sé dónde tengo la cabeza. Hasta mañana entonces, tened cuidado.[/color] [/i] [/b] – me despedí con una tenue sonrisa, para que supiera que lo entendía y desde luego no era culpa suya.

– [b] [i] [color=#EE5159]Cuídate[/color] [/i] [/b].- respondió tratando de esbozar también una sonrisa.

Comencé a caminar y pronto dejé la nave atrás, sin darme cuenta siquiera de que había abierto la puerta de la salida y ya estaba metido en el coche. Traté de concentrarme para no terminar empotrado contra un árbol y conduje de vuelta a la Universidad sin poner la radio, sumiendo el coche en un profundo silencio roto solamente por el tic tac de las manecillas del reloj, un tic tac que marcaba una cuenta atrás para mí.

mcleodguapo

[SIZE=2]Tras la conversación con Illya me decidí a aprovechar un poco más la tarde en lugar de sentarme nervioso esperando la salida de la luna, en lugar de eso, cuando volví a aparcar el coche en el parking de la Universidad, llamé por teléfono a Vincent, para concretar una cita y poder hablar con Doyle ahora que estaba recuperado. Ni ese día ni el siguiente eran el mejor para encontrarnos, pero el tiempo apremiaba, aunque hiciese tiempo que no veíamos al Doctor, así que tendría que ser ese mismo día, sin más demora, el manicomio tendría que servir como punto de encuentro.

Vincent no tardó en responder, y acordamos que el manicomio sería buen sitio si nos veíamos allí un tiempo antes del anochecer, para que nada nos sorprendiese mientras estábamos allí, en especial la manada de licántropos que parecían haberse fijado en mí, o el clan de demonios Oni. Y así, cuando llegó la hora me dirigí hacia el manicomio, sin poder recoger a Diana porque volvía a tener una reunión para hablar de un alumno. Por el camino recibí una llamada de Sarah, para que recogiese a Dominic, Rebecca y Daakka, porque todos no cabían en el coche de Daniel, que iba detrás de mí.

El tiempo pasó más rápidamente de lo que quería, como siempre ocurría cuando deseabas que algo desagradable tardase más tiempo en ocurrir. Mientras Dominic, Rebecca, Daniel, Ed y Cara colocaban todos los aparejos, tanto de ocio como de protección, yo me llevé a Daakka y Cara hacia la puerta, porque se acercaba la hora en la que había quedado con Vincent, y por el camino me entretuve en bloquear algunas puertas para limitar las probabilidades de acceso.

Miré un par de veces el reloj, impaciente por si el tiempo se nos echaba encima, todo parecía ser una carrera contra él, absolutamente todo, incluso la posibilidad de tener una familia con Diana parecía una lucha a contrarreloj, porque ella aún era joven, pero yo no era tan joven como me habria gustado. Poco tiempo después Vincent y Doyle llegaron.

– [b] [color=#8F532C]Perdonad el retraso, no conocía la zona. Es un lugar curioso para reunirse.[/SIZE] [/b] – comentó sincero, como siempre, en parte era una ventaja, porque podías saber que no tenía oscuras intenciones, lo que pensaba lo decía aunque eso también podría generarle algunos problemas en nuestro mundo, pero parecía apañárselas bastante bien.

– [b] [i] [color=#7E6368]¡Holaaaa![/color] [/i] [/b]- saludó Cara rápidamente. Hacía ya tanto tiempo que no conocía a nadie nuevo que me despisté y no recordé su problema con las presentaciones hasta que cogió la Cara de Vincent entre las manos y le besó en los labios. – [b] [i] [color=#7E6368]Me llamo Cara, ¿y tú?[/color] [/i] [/b] – preguntó después de soltarle. Escuché un gruñido a mi derecha y me giré para descubrir a Daakka mirándolos fijamente.

– [b] [i] [color=#c2a765] Rakaz.[/color] [/i] [/b] – maldijo Daakka frunciendo el ceño mientras observaba a Vincent, juzgándolo.

– [b] [color=#8F532C]Vincent Solo, sí que me echábais de menos sí.[/color] [/b] – bromeó nuestro enlace con los Búhos. Doyle, tras él, permanecía callado. – [b] [color=#8F532C]Encantado, obviamente.[/color] [/b] – añadió mirando a Cara, a la que parecían salirle pretendientes de debajo de las piedras.

– [b] [i] [color=#457238] Cara, no se besa a todo el mundo.[/color] [/i] [/b] – la reprendí, demasiado tarde para el saludo a Vincent pero a tiempo para que evitase hacerle lo mismo a Doyle, que miraba fijamente a Daakka. Ella me respondió con una mirada con el ceño fruncido, era incorregible en algunos aspectos, aunque por suerte en otros iba cediendo terreno. – [b] [i] [color=#457238] Nos reunimos aquí porque pronto será luna llena, es aquí dónde me encierro por el momento.[/color] [/i] [/b] – expliqué mirando a Doyle, por si no le habían trasladado todo lo que concernía a nuestro lugar de encuentro. – [b] [i] [color=#457238] Hola, Doyle, te veo mejor.[/color] [/i] [/b] – añadí de forma cordial. La última vez que le habíamos visto antes de que la Iniciativa lo capturase habíamos acordado hablar del Doctor, ya que el procedía de una realidad que el Doctor había destruido completamente antes de la nuestra, una realidad en la que al parecer no tuvo que sacrificarse para detener la Baliza. El infortunio parecía perseguirle de una forma u otra.

– [b] [color=#949AAA]Todo lo bien que se puede estar cuando te hurgan en la cabeza.[/color] [/b] – comentó. Vi como Cara se le quedaba mirando y hacia amago de acercarse. – [b] [color=#949AAA]Me doy por saludado, pero gracias.[/color] [/b] – explicó poniendo las manos delante de él sin apartar la vista de la imponente figura de Daakka, que aún juzgaba a Vincent. Parecía que si no fuera por la presencia de Daakka, a Doyle no le hubiese importado un saludo como el de Vincent.

– [b] [i] [color=#457238] Pasad, los demás están preparando algunas cosas, por unos problemillas que tenemos últimamente.[/color] [/i] [/b] – comenté. Esos problemillas eran en realidad una manada completa de licántropos orgullosos de su condición, en concreto media docena, y me buscaban a mí, lo que no sería mayor problema, porque mi respuesta sería siempre no, salvo porque los demás velaban por mí, y tenía miedo de lo que pudiera ocurrirles. – [b] [i] [color=#457238] La última vez que nos vimos dijiste que nos ayudarías, pero necesitabas ayuda antes. ¿Aún la necesitas?[/color] [/i] [/b] – pregunté directo al grano, no quería que la salida de la luna interfiriese en la conversación.

– [b] [color=#949AAA]Tenía deudas de juego, y los tipos a los que les debía el dinero querían meterme en una especie de circo de gladiadores que tenían montado, con suerte me habrán dado por muerto, pero si me ven…[/color] [/b] – explicó gesticulando con las manos, como si el recuerdo de esas personas le pusiese nervioso. El Doyle de esta realidad había tenido algunos problemas en el juego, que se habían solucionado poco tiempo después de la fundación de Investigaciones Ángel. Quizá la historia de este Doyle hubiese sido parecida, lo más probable es que lo hubiese sido, pero la pérdida de todo su mundo le había hecho perder perspectiva, y la razón por la que seguir adelante.

– [b] [i] [color=#BB609C]¿Peleas clandestinas de demonios en Moondale? No sé por qué, pero no me sorprende.[/color] [/i] [/b]- comentó Sarah acercándose a nosotros poco antes de saludar a los demás con un gesto de la cabeza. Teníamos muchas cosas de las que ocuparnos y parecía que más de las que pensábamos, porque algunas habían permanecido ocultas a nuestros ojos como los Oni o esas peleas clandestinas de las que hablaba Doyle. Quizá el negocio que planeaban en la nave nos ayudase a desvelar algunos de los entresijos que permanecían ocultos a nuestros ojos.

– [b] [color=#949AAA]Dirdam, pero son muy famosas en todo Ripper.[/color] [/b] – continuó diciendo Doyle mientras caminábamos.

– [b] [color=#8F532C]Estábamos registrando algunas desapariciones últimamente, gracias a Doyle sabemos de dónde vienen unas cuantas.[/color] [/b] – añadió Vincent refiriéndose a su trabajo en el departamento de policía de Moondale, que le permitía avisar a los Búhos cuando se diesen extrañas circunstancias. Pensé que quizá debía hablar con Vincent para que nos avisase también a nosotros, y si la agencia salía adelante, una enlace en la policía, o incluso dos si Bill nos ayudaba, podrían ser clave para poder ayudar a toda la gente que pudiesemos. Vincent continuó caminando cerca de Cara mientras le preguntaba su nombre mientras ella parecía estar poco interesada. Daakka avanzó, gruñendo, y se colocó en medio de los dos, chocando ligeramente con Vincent a su paso.

– [b] [i] [color=#7E6368]¡No se gruñe![/color] [/i] [/b]- le riño Cara moviendo el dedo de la misma forma que lo habría hecho Elizabeth. Aprendía muy rápido, lo que le interesaba por supuesto. El gran demonio bajó la cabeza arrepentido, pero continuó juganzo a Vincent con la mirada mientras Cara le miraba con el ceño fruncido.

Vi a Sarah sonreír y pensé en las bromas que Diana le estaría susurrando de estar ahí, que más tarde diría en voz alta para que todos riésemos con ella, vi claramente su sonrisa y su pelo rojizo moviéndose con naturalidad. En el horizonte el cielo empezaba a teñirse de color anaranjado en el horizonte, la echaba de menos y el tiempo corría cada vez más deprisa, pronto no podía reconocerla, ni siquiera reconocerme a mí mismo.

– [b] [color=#949AAA]Os diré lo que sé, pero si me cogen necesito una promesa de protección.[/color] [/b] – ofreció Doyle, asegurándose. Vi como Sarah me miraba, esperando para ver qué pensaba, cuando en realidad ella era capaz de tomar la decisión por sí misma, cualquiera de ellos podía, pero confiaban en mí para hacerlo. No conseguiría entender la confianza que depositaban en mí, yo mismo no era capaz de confiar en mí tal y como ellos lo hacían. Y Sarah, siempre me pedía apoyo y ayuda, pero no podía distinguir si lo hacía porque me necesitaba o porque yo necesitaba sentirme útil. De una forma u otra, se lo agradecía, y me sentía orgulloso porque demostraba de nuevo su liderazgo nato, animándonos en lugar de ordenando como un pequeño canciller, como en lo que se estaba convirtiendo Liad, en lugar de eso Sarah inspiraba y nos daba una forma de hacer bien al mundo y proteger a nuestros amigos.

– [b] [i] [color=#457238] Investigaremos lo que podamos con ayuda de los Búhos.[/color] [/i] [/b] – dije mirando a Vincent, que asintió, siempre dispuesto. – [b] [i] [color=#457238] Dentro de lo posible. Y si te capturan, sabremos dónde ir a buscarte y te sacaremos.[/color] [/i] [/b] – le prometí, ya no era una simple cuestión de prometérselo para que nos diese la información, de hecho ni siquiera constituía una decisión, si estaba en peligro, le ayudaríamos, ese era nuestro deber.

– [b] [i] [color=#266EAC] Puedo dar fe de ello.[/color] [/i] [/b] – aseguró Ed con una ligera sonrisa. De nuevo sentí la confianza que depositaban sobre mí y me abrumó, tenía que devolverles esa confianza, no podía hacer menos, pero no sabía cómo hacerlo cuando dejara de ser yo mismo y me aterraba perder ese control.

– [b] [color=#949AAA]Entonces disparad, os diré todo lo que sé de ese chiflado.[/color] [/b] – respondió cogiendo una silla de las que habían dispuesto para jugar esa noche, que tocaban juegos de mesa al parecer por la cantidad de ellos que habían traído, mientras esperaban. Tras sentarse se reclinó para esperar nuestras preguntas. Las únicas preguntas que rondaban por mi mente no podría responderlas, ¿cómo podía evitar transformarme?, ¿cómo podía hacer que la manada desistiese?, pero sobretodo había una que no dejaba de preguntarme a mí mismo. [i]¿Dónde estás Diana?[/i]

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