Moondale

SI LAS COSAS HUBIESEN SALIDO DE OTRA FORMA

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Daniel Arkkan | Moondale

[color=#black]Noche perpetua[/SIZE][/color][/font][/b]

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Cuando Mara se fue me quedé solo con el dolor de mi cuerpo y la preocupación de mi mente. El golpe que llevaba mucho tiempo esperando se acercaba al fin, cuando ya parecía que nunca ocurriría, pero muchas cosas podían salir mal, sobretodo por Diana y su poder.

Dejé en manos de Mara avisarme si había algún cambio en los planes o si ocurría algo, así que tenía que seguir adelante, era hora de reunirme con la manada e informar de la estrategia.

No tardé mucho en llegar a la vieja nave abandonada y ya antes de entrar escuché las voces del interior, había un debate acalorado, que segura se intensificaría cuando les hablase definitivamente del plan, que hasta el momento solo se había conocido entre unos pocos.

Respiré hondo y me preparé para no dejarme amedrentar, cuando estás acostumbrado a ser tímido, resulta difícil imponerse de la forma que debe hacerlo un líder de manada.

Hasta el momento, desde el mismo instante en que acabé con la vida del anterior alfa, siempre había tenido que aguantar murmullos e intentos de arrebatarme el liderazgo. Los primeros años fueron los que querían continuar en una guerra sin fin que sólo nos conduciría a la extinción, después los que añoraban el mundo tal cómo era antes y aborrecían relacionarse con los vampiros y demonios, justo en ellos confiaba ahora para apoyarme. Por último, cuando dejase claras mis intenciones esa noche, algunos no estarían de acuerdo y querrían defender el estatus actual, si no conseguía amedrentarlos me vería obligado a encerrarlos hasta que pasase todo, porque de lo contrario supondrían un riesgo, podrían contarle nuestros planes a cualquiera y estaríamos perdidos.

Abrí la puerta con determinación y escuché como se hacía el silencio mientras entraba en la estancia, un silencio incómodo, el silencio de haber estado discutiendo algo referente a mi posición y mis decisiones. Resultaba curioso pensar que tras esa noche, a lo largo de todo mi tiempo como alfa, me habría granjeado la enemistad de casi toda la manada en algún momento, desventajas de tener que aparentar apoyar una alianza que detestas.

Continué caminando hacia el centro de la sala y me coloqué frente a ellos, en una posición dónde pudiese observarlos a casi todos, especialmente a Peter Hale, que hasta el momento me había apoyado porque disfrutaba de la superioridad sobre los humanos, aunque tampoco le gustaba demasiado la forma en la que los vampiros y demonios nos tratasen, nunca se sabía como reaccionaría, podía ser el primer opositor o apoyarme para después, si las cosas salían bien, intentar mantener a los humanos en una casta inferior o convertirlos a todos.

Junto a Peter estaba su hija, Rachel, a la que una vez se había conocido con el nombre de January, cuando la Iniciativa la controlaba. Pero eso fue antes de que la manada la encontrase y recientemente, gracias a la Tregua, un brujo le había devuelto su personalidad y recuerdos originales. Siempre me resultaba curioso como la magia y la ciencia podían entremezclarse de esa forma. El fanatismo de Peter le había hecho convertir a su hija mucho antes de ser conocida como January, no es algo que yo habría podido perdonarle, pero por alguna razón ella sí, quizá se había creído las palabras de su padre describiendo el mordisco como una bendición.

Al lado de January estaba también su novia, Suzanne, otra chica que había tenido el desfortunio de toparse con un Peter que estaba de viaje por Canadá. Ella apoyaba el fundamentalismo de Peter aún más que su novia, así que podría ser una de las que tendrían que quedarse encerradas.

– [b] [i] [color=#4F5360]Os preguntaréis porque os he reunido.[/SIZE] [/i] [/b] – comencé a explicar forzándome a hablar en voz alta, algo a lo que no estaba acostumbrado. – [b] [i] [color=#4F5360]Muchos pensaréis que será a raíz de estos días de Concilio de la Tregua, alguna nueva exigencia, alguna nueva ley…pero no[/color] [/i] [/b] – continué explicando, tratando de no fijarme en todos los ojos que me observaban. – [b] [i] [color=#4F5360]Algunos de vosotros conocéis la razón desde hace tiempo y habéis guardado el secreto.[/color] [/i] [/b] – capté la mirada de Boyd hijo, que asintió, él, su padre y Erika conocían el plan y me apoyarían, pero necesitaba más, cuantos más pudiese tener de mi lado, mejor. – [b] [i] [color=#4F5360]Os pediré algo, probablemente mi última petición como alfa. Podéis negaros, pero me temo que los que no estén de nuestro lado estarán contra nosotros.[/color] [/i] [/b] – sentencié dejando las cosas claras. – [b] [i] [color=#4F5360]La aceptación de la Tregua ha sido siempre una fachada, para reunir fuerzas mientras esperábamos el momento de atacar.[/color] [/i] [/b] – dije sintiendo una repentina fuerza en mi interior, la fuerza de crear una revolución. Escuché murmullos, algunos de aprobación entre los que una vez me habían odiado, y otros de crítica entre los que una vez me habían apoyado. – [b] [i] [color=#4F5360]Ese momento ha llegado, durante la reunión de mañana atacaremos y sujetaremos la garganta de la Tregua entre nuestras propias garras.[/color] [/i] [/b] – dije gesticulando con mi propia mano mientras la ira reprimida durante años me invadía en una euforia energizante.

– [b] [color=#000000]No somos suficientes, nos aplastarán.[/color] [/b] – aseguró uno de ellos.

– [b] [i] [color=#4F5360]Contaremos con ayuda del exterior, la Resistencia, llevaré a un grupo conmigo dentro, como guardaespaldas. Cuando la Resistencia ataque desde fuera, os uniréis a ellos, mientras que los demás atacaremos desde dentro.[/color] [/i] [/b] – expliqué sin tapujos, aunque muchos estuvieran esperando la oportunidad para saltar a mi cuello, era mi manada, sabía en quien podía confiar, y sabía que podía controlar al resto, o encerrarlos, el plan no saldría de esa nave.

– [b] [color=#828486]¿Por qué ahora? La Resistencia está muerta hace mucho.[/color] [/b] – argumentó otro.

– [b] [i] [color=#4F5360]No os ocultaré nada, las cosas se fueron dilatando más de lo que debían…siempre parecía mejor esperar y seguir creciendo en número, pero ya no, tenemos que hacer algo.[/color] [/i] [/b] – añadí tratando de explicarlo. – [b] [i] [color=#4F5360]Tenemos que estar juntos en esto. ¿No echáis de menos el sol? ¿La luz de la luna sobre el pelaje?[/color] [/i] [/b] – dije tratando de imbuirles fuerza. – [b] [i] [color=#4F5360]A partir de la próxima noche, dejaré mi lugar como alfa libre para el mejor, pero hasta entonces no permitiré que ningún vampiro, brujo, demonio o cualquier otro tipo de ser nos subyugue.[/color] [/i] [/b] – escuché el clamor de algunos, era reconfortante ver como te aceptaban los que hasta entonces te había soportado simplemente, pero otros seguían observando sospechosamente. – [b] [i] [color=#4F5360]Os necesito conmigo hermanos y hermanas, debemos ser una manada más que nunca.[/color] [/i] [/b] – finalicé esperando las respuestas.

– [b] [color=#4D5E64]Iré contigo dentro.[/color] [/b] – aseguró Boyd. Vi como su padre y Erika asentían a su lado, no dudaba que me acompañarían.

– [b] [i] [color=#4F5360]No forzaré a nadie a ir conmigo de guardaespaldas, dentro estaremos en inferioridad numérica, pero si os pido que luchéis fuera.[/color] [/i] [/b] – aclaré.

– [b] [color=#8B312E] Parece divertido.[/color] [/b] – aseguró Peter sonriente, había optado por estar a mi lado, pero no podía fiarme completamente de él, tendría que mantenerlo vigilado.

– [b] [color=#3B7B6E]¿Estáis locos? Es un suicidio.[/color] [/b] – espetó Suzanne. Vi como sacaba los dientes, pero Peter actuó con rapidez, la cogió por el cuello y la tumbó en el suelo, dejándola inmóvil por mucho que se revolvía.

– [b] [color=#8A3C3C]Suéltala, tiene razón. No pienso morir por las decisiones de otro.[/color] [/b] – dijo tirando de su padre hacia atrás, que no se movía.

– [b] [i] [color=#4F5360]Peter, suéltala. ¿Quién más está con ellas? No obligaré a nadie.[/color] [/i] [/b] – pregunté. Vi como algunos empezaban a colocarse cerca de Rachel y esperé a que todos vencieran sus reticencias. Por lo menos media docena más se unió, así que cuando pareció que todos habían decidido, volví a hablar. – [b] [i] [color=#4F5360]Encerradlos en las jaulas de los nuevos, cuando todo termine seréis libres de nuevo.[/color] [/i] [/b] – sentencié. Se libró una refriega y escuché más maldiciones caer sobre mí que nunca, pero al final consiguieron llevárselos y encerrarlos. – [b] [i] [color=#4F5360]Muy bien, os agradezco a todos los que me habéis apoyado. Necesito que os preparéis, Boyd queda al cargo en mi nombre.[/color] [/i] [/b] – expliqué. Después le tendí a una nota que explicaba todo al detalle, sabiendo que les prepararía y no me fallaría.

Ya tenía a los míos de mi lado, alguno menos de los que pensaba, con sorpresas tanto positivas como negativas. Ahora solo quedaba ultimar los detalles. Mientras abandonaba la nave y caminaba por las oscuras y vacías calles de Moondale pensé en lo mucho que detestaba confiar en una nota, y esperar a que Mara se pusiera en contacto conmigo en vez de poder ir a encontrarme con Christopher, pero no quedaba más remedio. Por el momento solo podía volver a mi apartamento y esperar, para que no sospecharan si alguien me seguía.

Mientras recorría el camino de vuelta absorto en los planes vi a lo lejos a la Cazadora, Brooke. Decidí pasar de largo, la chica era un imán para los problemas, porque le encantaban, y tenía un odio inmenso por todos los seres sobrenaturales.

– [b] [color=#84665E]¿Dónde está tu dueña que te ha dejado salir sin la correa puesta?[/color] [/b] – la escuché decir a lo lejos cuando me vio. Se refería a Mara y con esa forma de hablarme logró enfadarme, pero continué caminando, ignorándola. – [b] [color=#84665E]Eh, te hablo a ti, perro[/color] [/b].- espetó con desprecio al ver que la ignoraba.

– [b] [i] [color=#4F5360]Ni siquiera Christopher haría de ti una buena Cazadora.[/color] [/i] [/b] – le solté manteniendo las distancias. No era el mejor momento para problemas o explicaciones ante la Tregua, tenía que mantener un perfil bajo.

– [b] [color=#84665E]Si no fuera buena, no sería la Elegida[/color] [/b].- argumentó.

– [b] [i] [color=#4F5360]Eres una Cazadora, pero lo de Elegida no mereces atribuírtelo.[/color] [/i] [/b] – le aclaré. No representaba en absoluto los ideales de una Elegida.

– [b] [color=#84665E]Es mío por derecho, chucho[/color] [/b].- replicó acercándose un poco, decidí no retroceder, como si de un miembro hostil de la manada se tratase, no podía mostrarme vulnerable.

– [b] [i] [color=#4F5360]Me mantengo a raya por McLeod, pero no me tientes.[/color] [/i] [/b] – le aseguré intentando que no se acercase más.

– [b] [color=#84665E]El pureta está muerto, eso pasa por hacerse el héroe cuando no has partido las bocas necesarias[/color] [/b].- soltó cruzándose de brazos. La frase pronunciada con frialdad cayó como un bloque de hielo sobre mí, Christopher…no podía creer que hubiese muerto…

– [b] [i] [color=#4F5360]¿Qué? No..no..[/color] [/i] [/b] – dije tratando de controlarme. Empezaba a ponerme nervioso, nervioso y enfadado, y cuando estás en comunión con el licántropo, tiende a aparecer inesperadamente en esas situaciones. No me habría importado transformarme, pero no quería mostrarme vulnerable frente a ella, no tenía derecho a saber nada de mi relación con Christopher. – [b] [i] [color=#4F5360]¿Dónde?[/color] [/i] [/b] – pregunté imperativo. Debía haber sido Diana, maldita sea, si había sido ella, sería la primera a la que matase.

– [b] [color=#84665E]Ni lo sé, ni me importa[/color] [/b].- replicó encogiéndose de hombros.- [b] [color=#84665E]Hace un rato estaban en la biblioteca, pero…[/color] [/b]- comentó de pasada, mientras se sacaba un gran cuchillo del cinto y jugueteaba con él entre las uñas.

Brooke no me daría ninguna información más, así que continué mi camino, sin saber muy bien hacia dónde dirigirme, tenía que comprobar por mí mismo lo que había pasado, pero eso haría peligrar el plan, si no había muerto ya junto con Christopher.

– [b] [color=#84665E]Eh, eh…más despacio, perrito[/color] [/b].- dijo cortándome el paso.- [b] [color=#84665E]Mi ciudad, mis reglas[/color] [/b]. – amenazó sujetando firmemente el cuchillo.

– [b] [i] [color=#4F5360]Quita de en medio, no tengo tiempo para esto.[/color] [/i] [/b] – bramé sintiendo como la ira la pena me invadían. Christopher…no podía parar de ver su cara cuidándome cuando me mordieron…

Brooke avanzó rápidamente amenazándome de cerca con el cuchillo.- [b] [color=#84665E]Los monstruos no tienen cabida en mi ciudad si no están de mi lado, así que…[/color] [/b] – aseguró. En ese momento, con el recuerdo de mi hermano en mente y su indiferencia respecto a ella, su actitud peleante sin haberle ayudado nunca, me hicieron desear arrancarle la cabeza con mis manos ahí mismo.

– [b] [i] [color=#4F5360]No te lo repetiré más veces. Aparta antes de que sea tarde.[/color] [/i] [/b] – amenacé. No estaba seguro de contenerme durante mucho tiempo, ni siquiera de querer hacerlo.

– [b] [color=#84665E]Tiemblo de miedo[/color] [/b].- bravuconeó envalentonada. Disfrutaba de la lucha, pero sin medida, solo violencia. Si eso quería, eso tendría, no tenía tiempo que perder con ella, y parecía no querer moverse.

Cerré los ojos un instante y dejé que toda la rabia y la pena avanzasen hacia mi interior, hacia el pequeño receptáculo que mi mente visualizaba como una especie de hogar al que el licántropo se recluía. Sentí su emoción al escuchar mi llamada, y pronto comenzó el dolor, al que ya estaba acostumbrado, el dolor que sufría a diario era mucho peor, interior, como si mi propia alma se resquebrajase y se curase para volver a destrozarse en un ciclo eterno.

– [b] [i] [color=#4F5360]No digas…que no te he avisado…[/color] [/i] [/b] – me escuché decir con una voz gutural, mientras mi columna se alargaba y acomodaba a la pose erguida de Crinos. Brooke no esperó ni un segundo y aprovechó mi guardia baja mientras me transformaba y me desgarró el costado dejando una herida amplia.

– [b] [color=#84665E]A los perros que tienen la rabia hay que sacrificarlos[/color] [/b]. – la escuché decir. Normalmente la herida no me habría preocupado demasiado, el tiempo que estábamos indefensos mientras nos transformábamos estaba equilibrado por una sanación mucho más rápida, porque el propio sistema trabajaba a toda máquina para amoldar el cuerpo al del licántropo, pero esa herida escocía como el demonio y no se curaba. Observé a Brooke y la vi sonreír mientras sostenía el cuchillo, que brillaba demasiado para ser de acero…plata.

Con mi cuerpo casi transformado por completo lancé un par de zarpazos para alejarla, pero ella los esquivó rápidamente. Sentí de nuevo la plata morder y atravesar la carne del brazo, pero Brooke falló al juzgarme, estaba falta de entrenamiento y eso mismo la hacía débil. No se esperaba que me sobrepusiese al dolor y a mis propios instintos y amagase, para después lanzarme sobre ella y morderle el brazo. Apreté sintiendo el sabor de su sangre en la boca y antes de que pudiera moverse utilicé toda la fuerza de mi cuello para lanzarla un par de metros más allá. Ella se puso en pie rápidamente, sujetándose el brazo, por el que seguramente ya circulaba mi maldición. No tenía tiempo para lidiar con ella, me desangraba y tenía una misión, así que comencé a correr en dirección opuesta sujetándome el costado.

– [b] [color=#84665E]HIJO DE PUTAAAAA…ahh…huye cabrón…ah….[/color] [/b]- la escuché gritar y maldecir a mi espalda.

En otro lugar, si las cosas hubiesen salido de otra forma, una Cazadora nos habría ayudado, quizá una Elegida, y quizá no hubiésemos acabado así, quizá las cosas habrían sido diferentes si aquél licántropo no me hubiese cogido…eran demasiados quizás, pero ojalá hubiese un mundo así. Sin duda merecía la pena morir para conseguir un mundo mejor, pero todavía no, tenía que aguantar un poco más.

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