[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Daniel Morgan
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El sonido del helicóptero era ensordecedor, y me hacía cada vez más difícil pensar, aunque ni siquiera estaba seguro de poder procesarlo todo en caso de tener un momento para pensar, no todos los días te despiertas viendo como cae al agua un cadáver que tu mismo has tirado, por suerte.
La policía se acercaba con el helicóptero y me cegaba con sus luces. Me habían visto tirar el cuerpo, o más bien habían visto a Dexter hacerlo, porque yo había entrado en el peor momento, así que no tenía demasiadas vías de escape, podía tirarme al agua, pero en plena bahía de Miami la corriente podría arrastrarme y no quería ni pensar en lo que podría ocultar ese mar. Además, los videojuegos me habían enseñado que no era muy buena idea y seguramente terminaría acribillado.
Así que las opciones eran bastante limitadas, entregarme o casi con toda certeza morir, y teniendo en cuenta que no confiaba en las reglas que el Doctor había establecido, no podía arriesgarme, no soportaba la idea de morir allí solo, sin poder ver a Sarah un día más. Mirando hacia el helicóptero, y dando gracias por no ver las armas de fuego apuntarme, levanté las manos y me puse de rodillas en el suelo. Cerré los ojos mientras el helicóptero llegaba, con el ensordecedor giro de su hélice, hasta que pude escuchar como alguien se bajaba en la barca.
– [b] [i] [color=#383A72]¡Surprise, motherfucker![/SIZE] [/i] [/b] – escuché decir a una voz que me resultaba conocida y que estaba claro que no era la del Sargento Doakes. Miré hacia arriba y allí vi a Dom, algo más ancho y oscuro de lo normal.
– [b] [i] [color=#4F5360]¿Dom? Espero que puedas sacarme de esta.[/color] [/i] [/b] – comenté dudando si levantarme o no, alguno más de los que fuesen en el helicóptero podía ser de los nuestros, pero no quería arriesgarme. Por desgracia algo impactó contra el bote tirándome al agua, pese a que Doakesminic intentó agarrarme. El agua estaba helada esa noche, y la corriente me arrastró por mucho que peleaba. Empecé a sentir la falta de oxígeno y los efectos que producía en mí, cada vez me costaba más trabajo contener mis propios instintos de abrir la boca para respirar, que harían que me ahogase, hasta que al final abrí la boca y sentí el agua salada.
Me desperté con el manotazo que yo mismo había dado a un mosquito que me estaba picando, y me levanté de la cama siguiendo una rutina matinal que no podía controlar y que tenía connotaciones muy psicópatas.
– [b] [i] [color=#4F5360]No, no, no, no, no, Trinity no…¿Sarah? ¿SARAH?[/color] [/i] [/b] – llamé con desesperación. Desde el primer momento en el que entré en el cuerpo de Dexter temí el momento relacionado con Trinity, temí por la vida de Sarah, porque sabía que ella sería Rita.
Seguí avanzando por la casa, desesperado por encontrarla y temiendo entrar al baño, y entonces fue cuando apareció la música.
– [b] [i] [color=#BB609C]No lo sé, pero parece una discoteca de cuarentones, casi no puedo hablar[/color] [/i] [/b].- respondió alzando la voz. En ese momento la canción paró, pero solo para dar paso a otra, que también subió de volumen.
– [b] [i] [color=#BB609C]¿Qué?[/color] [/i] [/b]- preguntó al no escucharme por culpa de la música.
– [b] [i] [color=#4F5360]Me están dando ganas de matar a alguien.[/color] [/i] [/b] – admití, especialmente a Trinity antes de que nada ocurriese. Si hubiese tenido control del tiempo en ese lugar, me habría mantenido junto a ella desde el primer momento en el que la hubiese visto, pero no era así, y temía que el siguiente flash me la mostrase muerta en una bañera.
– [b] [i] [color=#BB609C]Pues si vieras quiénes son Astor y Cody…[/color] [/i] [/b]- comentó cuando la música bajó un poco.
En ese momento, como si hubiesen sido convocados, dos versiones en miniatura de Illya y Zack salieron de una de las habitaciones. Estaba claro por la cara que tenía que Illya era consciente de quien era, pero Zack no debía serlo.
– [b] [i] [color=#4F5360]No acertaron mucho en el parecido cuando hicieron el casting.[/color] [/i] [/b] – porque el parecido entre Sarah y ellos dos era inexistente, y temía imaginarme quien sería el padre…
– [b] [i] [color=#BB609C]Están insoportables…[/color] [/i] [/b]- se quejó Sarah poniendo los brazos en jarras.- [b] [i] [color=#BB609C]¿No te apetece chocolate?[/color] [/i] [/b]- preguntó cambiando de tema. Temía que eso fuese un antojo y Harrison se acercase.
– [b]¡Mamáaaaa…Marastor me ha pegado![/b]- se escuchó gritar en ese momento a…¿Zackody? ¿Zody?.
– [b] [i] [color=#EE5159] No…yo…nunca haría eso[/color] [/i] [/b].- respondió Illya de forma bastante cómica al ver tanta seriedad en un cuerpo tan pequeño.
– [b]Me pega y ahora va de mayor…[/b]- lloriqueó mientras se frotaba un ojo con un puño.
– [b] [i] [color=#4F5360]¡Oh Dios![/color] [/i] [/b] – me lamenté.
– [b] [i] [color=#457238] No, eso en próximas temporadas.[/color] [/i] [/b] – escuché decir a la voz de Christopher. Me giré y allí estaba, plantado en medio de la sala donde nadie parecía verle, lo que me faltaba, Mc era mi conciencia en forma de padre adoptivo muerto y un poco psicópata cuando estaba vivo. No tuve tiempo a pensar nada más, porque volví a aparecer en otro lugar.
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Esta vez lo primero que hice fue escuchar, porque no me dio tiempo a ver nada antes de oír a alguien soltar todas las combinaciones posibles de «fuck» y «shit».
– [b] [i] [color=#843181]Mierda, me cago en mi vida ya, puta, coño, mierda de mundo: ¿Por qué cojones tengo que hablar como si fuera un puto camionero con el maldito síndrome de Tourette?[/SIZE] [/i] [/b]- se quejó una delgadísima Diana con los brazos en jarras.
– [b] [i] [color=#4F5360]Yo hablo con un Mc producto de mi imaginación.[/color] [/i] [/b] – aclaré, eso me hacía sumar bastantes puntos de queja. – [b] [i] [color=#4F5360]¿Ese no es Logan? Y Bill…Vincent…[/color] [/i] [/b] – dije señalando al otro lado de la comisaría, dónde Bill llevaba a Logan esposado y Vincent les hacía algunas preguntas.
En ese momento vi a un tipo asiático y calvo acercarse, era el mismo tipo que habíamos visto en otras series, y esta vez al parecer era Masuka. Se paró a nuestra altura y nos miró, al parecer había escuchado lo que acababa de decir. – [b] [color=#689AAF]No estás muy despierto hoy ¿eh Dex? ¿Una noche movida?[/color] [/b] – preguntó levantando las cejas.
– [b] [i] [color=#843181]Joder, estás de puta pena. Ahora alucinando como si fueras un puto grillado[/color] [/i] [/b].- soltó Diana.
– [b] [i] [color=#457238] Diana…[/color] [/i] [/b] – le regañó Christopher la conciencia.
– [b] [i] [color=#4F5360]Te manda saludos.[/color] [/i] [/b] – resumí.
La escena volvió a cambiar, centrándose un rato en mi nuca, y juraría que mis pensamientos se escucharon en estéreo durante todo ese rato. Me miré las manos y vi que tenía una caja de donuts que dejé encima de la mesa. Vi una mano acercarse rápidamente a coger uno, era Dominic, no me extrañaba que tuviese hambre, tenía una familia de músculos que alimentar. En ese momento se abrió el despacho al fondo y salió Rebecca vestida como una auténtica señorona. Vi como un Ed con barba oscura, sombrero, camiseta hawaiana y tez más oscura de lo habitual se apartaba de su camino.
– [b] [i] [color=#CC858A] ¿Alguien me quiere explicar por qué parezco una madame?[/color] [/i] [/b] – nos preguntó con el ceño fruncido. Nos quedamos en silencio sin saber que decirle, un silencio solo roto por dos tacos que se escucharon a lo lejos y los pasos de Masuka que cogió un donut.
Cuando dejé de escuchar en mi cabeza la risa de Masuka, vi que había vuelto a aparecer en otro sitio.
– [b] [i] [color=#4F5360]¿Dónde estoy?[/color] [/i] [/b] – pregunté desorientado. La mayoría de la gente del cast éramos los Moondies, así que no me contuve, de todas formas tenía más salida que me tomasen por loco que por psicópata asesino.
– [b] [i] [color=#266EAC]»Cuidado con lo que dises. La Asesina del Camión del Hielo ha secuestrado a tu hermana»[/color] [/i] [/b] – dijo Ed en un perfecto español latino que no conseguí entender, pese a que yo mismo había pasado un par de meses en España.
– [b] [i] [color=#457238] Dice que la Asesina del Camión del Hielo ha secuestrado a Diana. Date prisa.[/color] [/i] [/b] – dijo la licántropa voz de mi conciencia.
Escapé de la mirada de los policías, seguido por Ed, sus nuevos kilos, su sombrero y su camisa hawaiana que no ayudaba nada a que pasásemos desapercibidos. Conseguimos entrar por una ventana y allí estaba la Asesina del Camión del Hielo, Cara, plantada con un delantal y guantes intentando liberar a Diana, que estaba atada por plásticos a una mesa de metal.
– [b] [i] [color=#7E6368]Tú, ayúdame a desatarla y tú, vigila.[/color] [/i] [/b] – el «tú» lo había aprendido muy rápido, eso y lo de mandar. Juntos liberamos a Diana, y en ese momento volvió Eduardo Batista.
– [b] [i] [color=#843181]Joder, la que os va a matar voy a ser yo, mierda, joder…[/color] [/i] [/b].- se quejó Diana.
– [b] [i] [color=#266EAC]La Teniente «Rebecca» viene de camino, tenemos que salir de aquí.[/color] [/i] [/b] – avisó, en cuanto lo dijo traté de pararme a pensar como huir de allí, pero lo único que venía a mi cabeza era su voz pronunciando Rebecca en latino. Por suerte cambiamos de escena.
[IMG]http://i960.photobucket.com/albums/ae82/Whedonverso/dex2_zps6b805797.png[/IMG] [/align]
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No estaría siendo fiel a la verdad si dijese que todo se desvaneció en un flash de luz y aparecí en otro lugar, porque lo único que hice fue parpadear, cerré los ojos en un lugar y al abrirlos me encontré en otro muy distinto. Observé la escena a mi alrededor para evitar la desorientación que el Doctor me había provocado al cambiarme de lugar tan rápidamente, pero si alguna vez habías visto la serie, sabías lo que estaba pasando.
Frente a mí, tumbado en una camilla, había un tipo con el aspecto de Benjamin McBeth, sujeto a ella por un plástico que le envolvía completamente y le inmobilizaba. Me miré a mí mismo y vi que llevaba puesta la «camiseta de matar» y el delantal y guantes propios de un trabajador de un matadero. Los cuchillos estaban a mi lado, en una mesa, junto a la placa de cristal para tomar una muestra de la sangre para la colección, un poco más allá vi también la máscara para protegerme la cara de salpicaduras y la sierra. Al menos que todo eso estuviese en su sitio me indicaba que no lo había matado aún, pero estaría a punto de despertarse.
No tenía a Sarah, a Christopher ni a ninguno de mis amigos cerca, así que no sabía como actuar. En el mundo de Ed habíamos salido siguiendo adelante con la historia, pero yo no era capaz de seguir, no podía matar a una persona aunque tuviese esa apariencia.
Paseé por la sala observando las fotos que había colgado para que las viese, fotos que me hicieron apartar la mirada en algunas ocasiones, al parecer el tipo era un asesino en serie de mujeres, mujeres que seguían un mismo patrón, todas se parecían a Sarah.
Traté de evitar pensar en eso, pero no lo conseguí y me encontré meditando sobre las anteriores muertes que habían caído sobre mis manos. A lo largo de mi vida había matado muchos demonios, a los que podía aplicarse las mismas reglas morales que a los humanos, puesto que no todos tenían porque ser malos por naturaleza, pese a que algunos lo eran. Tenía esa sangre en mis manos y Ben era uno de esos demonios que alguna vez habría matado sin pestañear, la única diferencia es que aquí era humano, la parte de despreciable y asesino la mantenía, además, nada de esto era real, por lo que sabíamos Ben había caído en manos de la vampiresa Alice tras descubrir que había jugado no a dos, si no a tres bandas, así que podíamos darlo por muerto. Solo me enfrentaba a una sombra del pasado, su muerte no significaría nada, salvo mi salida de ese lugar para poder volver a ver a Sarah, a todos.
Pero sentía en el fondo de mi ser esa oscuridad con la que había compartido mucho tiempo, una oscuridad que había rechazado al conocer a Sarah y a la que no podía rendirme de nuevo, porque haría que la perdiese. Odiaba a ese demonio por lo que había hecho y por las fotos que acababa de ver, pese a que él no lo había hecho, si no el personaje al que interpretaba, pero también quería a Sarah y eso era mucho más importante, por eso lo que estaba a punto de hacer era mucho más difícil.
Escuché el sonido del plástico a mi espalda y supe que estaba empezando a despertarse, si no lo había hecho ya, así que pasé por detrás de una columna y me coloqué en un lugar en el que no pudiese verme.
– [b] [i] [color=#4F5360]Has tardado en despertarte Benjamin.[/SIZE] [/i] [/b] – dije con la voz amenazadora que pude conseguir.
– [b] [i]¿Qué? ¿Dónde estoy? ¿Qué coño hago así?[/i] [/b] – preguntó comenzando a revolverse.
– [b] [i] [color=#4F5360]Estás en el tribunal del Inframundo.[/color] [/i] [/b] – dije con teatralidad. – [b] [i] [color=#4F5360]Tus pecados desfilan por delante de ti y yo soy tu juez, jurado y verdugo.[/color] [/i] [/b] – le amenacé.
– [b] [i]¿De qué estás hablando? No he hecho nada, soy inocente, suéltame.[/i] [/b] – respondió con tono imperativo.
– [b] [i] [color=#4F5360]Aquí no tienes control, igual que ellas no lo tenían cuando las mataste.[/color] [/i] [/b] – dije empezando a sentirme más tranquilo con mi papel de Dexter. Me había acercado por encima de su cabeza de forma que no me viese pero supiese que estaba allí.
– [b] [i]No, mira, esto es un error, déjame ir, no se lo diré a nadie, lo prometo.[/i] [/b] – me aseguró bastante más humilde de lo que se había mostrado nunca.
– [b] [i] [color=#4F5360]¿De qué valen las promesas de un asesino?[/color] [/i] [/b] – pregunté retóricamente, al instante, sin pensarlo, cogí un cuchillo de la mesa y lo clavé con fuerza en la mesa cerca de él para asustarle. Hacer de loco psicópata era relajante.
– [b] [i]No, Dios no…haré lo que quieras, por favor.[/i] [/b] – pidió.
– [b] [i] [color=#4F5360]¿Así te suplicaban tus víctimas?[/color] [/i] [/b] – continué. – [b] [i] [color=#4F5360]Si no mueres esta noche, te perseguiré el resto de tu vida, girarás la cabeza y en cada sombra estaré yo.[/color] [/i] [/b] – dije apretándole la cara con fuerza, como si estuviese loco. – [b] [i] [color=#4F5360]Solo la cárcel te protegería de mí.[/color] [/i] [/b] – añadí ofreciéndole la posibilidad.
– [b] [i]Me entregaré, confesaré…de verdad…[/i] [/b] – rogó.
– [b] [i] [color=#4F5360]Esa es tu decisión, bien, llamaré a la policía y esperaré cerca, si no confiesas, lo sabré y te haré una visita cuando menos te lo esperes, nada te pondrá a salvo de mí.[/color] [/i] [/b] – volví a amenazar cogiendo el mango del cuchillo que continuaba clavado en la mesa, y lo saqué.
Busqué entre sus pertenencias y cogí un móvil, marqué el número de la policía y se lo puse en el oído.
– [b] [i]S-soy un asesino, quiero entregarme…[/i] [/b]
Vi como el espacio a mi alrededor empezaba a desvanecerse poco a poco, señal de que ese mundo se acababa, por suerte. Siendo positivos, había vuelto a vencer a mi lado oscuro, esta vez más intensificado por el influjo de Dexter y siendo negativo…bueno, había que ser positivo, eso sí, podía haberme topado con Sarrita disfrazada de Lara Croft, pero no se puede tener todo.
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