[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5]Hiroshi Sato y Dominic Williams | Tuberias

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]

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La sorpresa no era la única emoción reflejada en el rostro de Hiroshi Sato, pero si parecía ser una de las más palpables. Frente a él, el cuerpo de su antiguo mentor, el que había muerto protegiéndole, empezaba a desaparecer en una arena oscura, como si solo hubiese sido una vieja pesadilla hecha realidad. Pero con esa arena negra se iba también la que creyó su oportunidad de redención.

El silencio imperó durante varios segundos, hasta que las alcantarillas en las que se encontraban se difuminaron al verse rodeados de la arena oscura. Cuando se atenuó, ambos se encontraban en otro lugar, uno muy conocido para uno de ellos, y ligeramente para otro. Era la habitación de Dominic Williams, y en ese instante, había dos Hiroshi Sato en ella, uno el que había viajado con él, y el otro un eco del pasado, que entraba en la habitación y se libraba de unos invitados indeseables que esperaban a su primo, para quedarse observando una foto en la que él aparecía.

– [b][color=black]Sabía de ti desde hace tiempo…pero no te buscó[/SIZE][/b] – susurró una voz de ultratumba tratando de sembrar la duda, el eco de la última palabra rebotó varias veces en la habitación

Después se movieron a otro lugar, viendo pasar a ellos mismos hace varios meses, además de una chica rubia conocida como la Elegida. En algún lugar, un lobo aulló.

[spoiler]Alph, te toca rolear contigo mismo mientras el Demonio del Miedo intenta sembrar la duda entre ellos.[/spoiler]

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[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5]Illya Novak y Edward MacLay | Cementerio de Velze

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]

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Frank no estaba, había desaparecido, dejándola sola, tirada en el callejón, desangrándose bajo la lluvia sin recibir ningún tipo de ayuda. Pasó lo que pareció una eternidad y entonces perdió el conocimiento.

Cuando abrió los ojos no notó diferencia respecto a tenerlos cerrados. No veía nada, solo oscuridad total, y eso le hizo recordar a Frank y lo que había ocurrido, se llevó la mano al cuello y notó las dos marcas, pero no hubiese necesitado eso para saber lo que había ocurrido, estaba el ansia, su sangre parecía fuego en sus venas.

Estaba enterrada con vida, bueno, técnicamente, con muerte. Sintiendo el vigor de sus nuevas fuerzas, atravesó la madera con un golpe limpio y sintió la tierra en sus manos. Entonces empezó a trepar, pero a medida que lo hacía, sus sentidos la inundaban completamente, pero sobre todo, su cuerpo se centró en su oído, y los latidos que escuchaba en la superficie.

Apuró el último tramo con frenesí y salió a la superficie, dónde todos los que había conocido alguna vez, incluidos sus padres, la esperaban horrorizados.
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[spoiler]Entre ellos, está Ed, el verdadero, que tendrá que ayudarla a salir, y también a librarse de sus propios peligros cuando las pesadillas de Illya se vuelvan contra ambos.[/spoiler]

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[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5]Bill Parker y Sarah Echolls | La Iniciativa

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]

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Bill salió de su antigua casa, dejando atrás los fantasmas que la asolaban y seguro de que podía llegar hasta el fondo de ese asunto, alguien estaba jugando con él, pero no sabía quien.

Tras dar un par de pasos fuera de la casa, vio algo que le hizo parpadear varias veces para intentar procesarlo. El cielo, el suelo y todo lo que veía, parecía totalmente hecho a partir de unos y ceros, podía verlos.

Veía perfectamente que cada casa era una sucesión de píxeles, que en ocasiones parpadeaban y se apagaban, haciendo que faltasen trozos de ellas. Cada vez se apagaban más y más píxeles, acercándose hacia él. Intentó entrar en la casa, pero no lo logró y todo se fundió en la oscuridad.

Despertó con la mente abotargada y los sentidos difuminados. Sintió como le quitaban algo pesado de la cabeza, algo que les costó varios minutos quitarle, y lo dejaron a un lado. Con la vista nublada, vio una especie de aparato craneal. Intentó mover las manos, pero estaban sujetas por una especie de grilletes a la silla en la que se encontraba.

– [b][color=#AB8730]El sujeto parece resistirse a la simulación señor, debemos mejorar los parámetros p…pero parece que esta vez ha durado más tiempo.[/SIZE][/b] – dijo una voz conocida. Alcanzó a ver a una figura con bata blanca varios metros más allá, hablaba con otra que tenía el pelo blanco y un traje militar. En cuanto le escuchó hablar supo quien era.

– [b][color=#353029]Seguid con ello, si saltamos la resistencia de su poder significará que podemos controlar a cualquiera.[/color][/b] – dijo con su habitual deje de desprecio.

– [b][color=#AB8730]Las partes de la simulación referentes a su nueva mujer y su hija apenas generan resistencia.[/color][/b] – aclaró la doctora Saunders.

– [b][color=#353029]Desea tanto encontrarlas que fue es su mayor debilidad, incluso para creer que ha viajado a una realidad alternativa.[/color][/b] – se mofó con su habitual desprecio por los seres sobrenaturales. – [b][color=#353029]Debió aceptar nuestra oferta, aunque me alegra que no lo hiciera.[/color][/b] – añadió. Después se movió hacia otra parte. – [b][color=#353029]Vuelve a ponerle la simulación del encarcelamiento y la huida, me encanta ver como se agita.[/color][/b] – aseguró con su habitual odio.

– [b][color=#AB8730]Sí, señor. Ya hemos terminado las últimas pruebas con el grupo de la Cazadora, ha…habido un problema, uno de los chicos ha muerto.[/color][/b] – respondió ella tratando de contener sus sentimientos.

– [b][color=#353029]Bien, uno menos.[/color][/b] – añadió antes de irse.

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[spoiler]Bill nunca ha salido de la Iniciativa, solo le introdujeron en una simulación tras otra para hacérselo creer. Los Moondies tampoco consiguieron escapar. Bill no puede romper las cadenas, así que es el turno de Sarah para eso. Los dos tendrán que conseguir salir y vencer los miedos. Puede toparse por el camino con los Moondies transformados en monstruos a raíz de los experimentos, y pueden tener a la hija de Bill en éxtasis o convertida en experimento.[/spoiler]

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[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5]Vincent C. Solo y Christopher McLeod | Callejon oscuro

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/font][/b][/align]

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Vincent seguía corriendo, huyendo del monstruo. Notaba cómo el corazón le latía con tanta fuerza que amenazaba con salir de su pecho, pero el callejón parecía no acabarse nunca. Era eterno, como el abismo que le separaba de su tierra, Darkonia. Las imágenes de esa tierra que había dejado empezaron a agolparse en su mente, dificultando su avance, como si fueran pesos bajo sus pies que le hacían torpe y lento.

Temió por su vida, porque le pasara como a Qastan y un acto de cobardía o quizás, de valentía excesiva, echó la vista hacia atrás y vio que el monstruo había desaparecido, que no era tal cosa, sino una mujer de raza negra, como él. Tenía el pelo negro y los ojos más bonitos del mundo, pero no sólo eso, era absolutamente preciosa, la mujer más guapa del mundo. La suya. Faye. Que había muerto mucho tiempo atrás y ahora corría para alcanzarle.

Entonces, al ver que era ella, frenó en seco y esperó a que llegase.

La había echado de menos durante demasiado tiempo. Lo que no sabía, era que ella también le había estado esperando.[/SIZE]

[spoiler]Comenzamos, Vincent. La parienta ha venido a decirte un par de cosas bien dichas, así que cuidado. Tienes a McLeod contigo, que aparecerá cuando quieras, pero sus miedos y los tuyos se pondrán rebeldes.
A la parienta te la llevo yo (Stefy).[/spoiler]

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[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5]Logan Villiers | Espacio

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]

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Logan tenía los ojos cerrados y flotaba, como un feto en el vientre de su madre, como si su cuerpo lo controlase otro en vez de él. Pero eso no le frustraba, porque se sentía ligero y a la vez pesado, como una pluma de hierro o algún símil igual de absurdo de esos que se inventaban los charlatanes y los poetas, a los que hubiera dado de puñetazos de buena gana. Pero no tenía ganas de pegar ni de enfadarse, porque estaba en paz.

Decidió entonces abrir los ojos y observó cómo a su alrededor todo estaba oscuro, a excepción de unos puntitos de luz brillantes, que aunque intentase coger con las mano, estaban demasiado lejos. Se percató de que bajo sus pies no había nada y de que en lugar de su vieja y raída ropa, llevaba un extraño y aparatoso traje que marcaba que se asfixiaría en poco más de veinte minutos.

Apretó los puños con rabia, maldiciendo que no hubiese nada a su alrededor a lo que agarrarse. Pero por mucho que gritase, no obtendría respuesta.

Porque en el espacio, por mucho que grites, nadie puede oírte.
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[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5]Cara Arkkan y Daniel Arkkan | El Vacio

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]

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Toda narración suele empezar con que un personaje vio algo, escuchó algo…en resumen, sintió algo, o estuvo en algún lugar, pero Cara no podía sentir nada ni estar en ningún sitio, porque eso era, definitivamente, la Nada, el vacío más absoluto, la muerte de la luz y la oscuridad, algo que iba más allá de vida y muerte, el olvido.

Pero un ser humano no se remite solo a sus sentidos, y pese a la opresiva sensación de la anulación de sus sentidos, Cara sabía dónde se encontraba, veía, aunque no podía ver, como si su mente hiciese el trabajo por sus ojos.

Conocía a la figura que flotaba más adelante, le había visto hacía muy poco, era el que asustaba a sus amigos, el Doctor, el de los ojos de loco, y su mente intentaba conectar esos dos seres, pero había un bloqueo que se lo impedía, aunque estaba a punto de ceder, y tenía miedo de lo que viniese con él.

Sintió una presencia en su mente, una especie de susurro constante, un salmo del hombre, si es que podía llamársele hombre, que se encontraba más adelante. Repetía un nombre una y otra vez, sin cesar, como si ese canto mantuviese su cordura, ida mucho tiempo atrás.

Tras esa presencia vino otra, que se abrió paso por su mente como Moisés abriendo las aguas, dispuesta a torturar cada retazo de su ser, a devorar cada recuerdo, de nuevo.
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[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Daakka y Diana Echolls | Ciudad en ruinas

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]

[SIZE=2]Daakka recuperó la consciencia cuando caminaba por un frondoso bosque, rodeado por otros Rakkthatthor de sendas armaduras de hueso, armados con rudimentarios artefactos que a él le parecían, cuanto menos, barbáricos.

Aquello sólo podía significar que los de su raza le habían hecho prisionero, aunque a él no se le escapaba el detalle de que habían desaparecido hacía millones y millones de años.

Se quedó así perdido en sus pensamientos, meditando como solía pasarle durante unos minutos que parecieron lustros. Hasta que al final de aquella espesura que atravesaban, vio a un grupo de demonios de su raza en círculo, que al verle, se pusieron en una posición que para ellos significaba sumisión y bramaron a la vez.- [b]Ak’nar Kor, Daakka.[/b]

Daakka se quedó en silencio, esperando que alguien le explicase el chiste, pero por toda respuesta, uno de ellos, de aspecto fiero y una horrenda cicatriz surcándole el rostro, dio un paso al frente y dejó caer a una chica pelirroja a sus pies, maniatada y malherida. Daakka agachó la vista y vio que era Diana Echolls, la hija mayor de Elizabeth. No tuvieron tiempo de comunicarse, sólo de cruzar una mirada, porque los Rakkthatthor comenzaron a entonar una cántico que indicaba el inicio de un sacrificio.

Y a su alrededor, aunque en ese momento no pudiese verlas, estaban las ruinas de la caída de la civilización humana.

Los Rakkthatthor habían vuelto a la Tierra y esta vez, no pensaban marcharse.[/SIZE]

[spoiler]A ver cómo te las ingenias para salvar a Diana de los demoños xDD[/spoiler]