Moondale

HUERFANOS DE UN MUNDO SIN FUTURO

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Nicholas | Futuro del Soberano

[color=#5AA6BB]MaÑana[/SIZE][/color][/b][/font]

nikolairomanov1

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El granizo golpeó la ventana de cristal poco antes de que un trueno resonase por toda la habitación. Conté los segundos y calculé la distancia, pero no me hizo falta, el relámpago había caído cerca del Palacio del Soberano.

Los súbitos cambios en el tiempo habrían extrañado a la gente de hacía veinte años, seguramente lo habrían achacado al cambio climático, pero en el futuro estábamos acostumbrados, las estaciones habían desaparecido junto con la lógica, ahora todo venía regido por la inestable mente de nuestro «líder», nuestro gran ‘Soberano’.

Escuché un llanto en el piso de abajo, seguido de unos pasos apresurados. [i]Mama Eli[/i] siempre acudía al instante, sin importar dónde estuviese, cuando uno de sus niños corría peligro o estaba asustado. Si no hubiera sido por ella, casi todos los niños huérfanos que ahora se reunían en esa casa estarían solos en la calle, o muertos, aunque alguno lo desearía con tal de no seguir viviendo en ese mundo. No podía culparles, yo mismo era uno de ellos, Nicholas el huérfano, que a veces fantaseaba con una realidad en el que conocía a sus padres y el mundo no se había ido a la mierda.

Me estiré en la cama, tratando de no despertar a Edward, y pensé en que me había convertido en alguien sin mucho sentido, un miembro de la resistencia sin esperanzas, un defensor que está deseando caer en combate. Si [i]Mama Eli[/i] se enterase…pero no pensaba contárselo, ya tenía suficientes problemas, los más pequeños la necesitaban para que cuidase de ellos, igual que había cuidado a los mayores hasta que fueron lo suficientemente grandes como para empezar a ayudar.

Muchas veces me paraba a pensar en el mundo antes de que todo se fuese a la mierda, en las historias que [i]Mama Eli[/i] les contaba o en lo que había leído en los libros, o en internet antes de que se llenase de ‘El Recuerdo’.

Pensaba también en los famosos Campeones, los salvadores del mundo que desaparecieron al no poder detener al Soberano. La mayoría los daba por muertos, habían pasado a ser una leyenda, salvo para [i]Mama Eli[/i], ella seguía teniendo esperanzas, incluso veinte años después. A veces no sabía si envidiarla o compadecerla.

Volví a estirarme en la cama sin hacer ruido, no tardaríamos mucho en salir a patrullar la zona en busca de gente a la que ayudar, oscuridad contra la que luchar y suministros que encontrar.

Estaba agotado, más mental que físicamente, aunque el cansancio mental siempre solía tener secuelas en el físico y la verdad es que a veces resultaba difícil aguantar el ritmo sin más motivación que salvar a la gente y sobrevivir un día más.

No conseguía comprender como Edward se levantaba día tras día y salía noche tras noche, siempre determinado a salvar a alguien más. Quizá que sus padres fuesen dos de los Campeones tenía algo que ver, aunque ese era un secreto que debía quedar entre nosotros, si le descubrían podía darse por muerto, o al menos por juguete del Soberano durante algún tiempo. Y no era el único, teníamos más hijos de Campeones entre nosotros, pero al fin y al cabo, seguíamos siendo huérfanos, aunque al menos ellos sabían de dónde venían, tenían a alguien a quien parecerse.

Escuché un ruido y me giré para ver como Edward se incorporaba, tenía aspecto de cansado, algo que me resultó extraño. Últimamente algo debía rondarle la cabeza, algo más de lo habitual. Seguramente no tardaría en enterarme, no éramos demasiados y las cosas terminaban por salir porque al menos, nos teníamos los unos a los otros. Incluso en el fin del mundo queda esperanza, pero poca, a veces no la suficiente.

– [b][i][color=#898579]¿Listo?[/SIZE][/i][/b] – preguntó al terminar de cambiarse de ropa.

– [b][i][color=#0B3B2E]Tanto como siempre.[/color][/i][/b] – respondí esbozando una ligera sonrisa. Edward era lo más cercano a un hermano que tenía, junto a [i]Mama Eli[/i] y el resto de huérfanos refugiados en la casa frente al Parque Bellamy.

– [b][i][color=#5C1F42]¿Pensábais iros sin mí?[/color][/i][/b] – nos interrumpió una voz. Me giré para ver a Amy entreabriendo los ojos surcados por las ojeras, pese a que había dormido bastante.

– [b][i][color=#898579]¿No deberías estar descansando?[/color][/i][/b] – le reprendió Edward con preocupación. Amy era una más de los originales y por lo tanto habíamos crecido juntos, pero la relación entre Edward y ella era aún más familiar, al fin y al cabo, eran primos, Amy también era una hija de los Campeones. – [b][i][color=#898579]Nosotros nos encargamos, tú ayuda a Mama Eli con los pequeños. [/color][/i][/b] – intentó mandarle Edward. Normalmente en las salidas era el líder, porque nadie más quería la presión de serlo, y porque al igual que un capitán, se hundiría con el barco.

– [b][i][color=#5C1F42]Piensas que porque soy una chica tengo que quedarme cuidando niños y haciendo la comida, ¿verdad?[/color][/i][/b]- protestó la pelirroja pese a estar pálida y débil. Llevaba enferma desde que podía recordar, pero había ido a peor. No teníamos un exceso de médicos para atenderla, pero el caso es que tampoco tenía síntomas claros. La única vez que le habían realizado análisis, la doctora no había obtenido nada en claro, solo que estaba débil, como si le faltase algo. Parecía el reflejo físico de todos nosotros, a todos nos faltaba algo, solo que a ella también físicamente.

– [b][i][color=#898579]Sabes que no tiene nada que ver con eso.[/color][/i][/b] – le respondió algo dolido.

– [b][i][color=#0B3B2E]Déjala venir Edward, no creo que nos encontremos con nada raro.[/color][/i][/b] – dije intentando mediar entre ambos. Si ya era difícil buscar alguna razón para levantarse cada día, no podíamos pretender que se quedase en casa y perdiese todo ápice de esperanza. Sobrevivir sin motivos no tenía sentido, yo mismo lo sabía bien porque caminaba por su frontera.

– [b][i][color=#5C1F42]»Déjala venir porque está enferma»[/color][/i][/b]- replicó ella imitándome. La miré frunciendo el ceño.- [b][i][color=#5C1F42]Reconoce que es eso lo que has querido decir[/color][/i][/b].- me espetó levantándose. Perdió un poco el equilibrio al levantarse, como si le hubiesen flaqueado las fuerzas, pero me miró envalentonada. Hice como que no lo había visto, y Edward pareció hacer lo mismo.

– [b][i][color=#0B3B2E]¡Eh! ¡No quería decir eso![/color][/i][/b] – me defendí aparentando estar más molesto de lo que estaba. Era difícil enfadarse con Amy, especialmente cuando nunca sabes cuánto tiempo te queda, y no solo a ella, si no a cualquiera de nosotros.

– [b][i][color=#898579]Dejadlo ya, tenemos cosas mejores que hacer.[/color][/i][/b] – intervino Edward. Hoy tocaba ronda de aprovisionamiento, lo que seguramente implicaría evitar a algunos «Enfermeros», la policía del Soberano, sus ojos y oídos, y normalmente también, personas a las que conocíamos que se habían convertido en poco más que marionetas, muchos de ellos, padres de los huérfanos que ahora poblaban la casa. – [b][i][color=#898579]Solo nos preocupamos por ti, no nos compadecemos.[/color][/i][/b] – aseguró. Amy también era como de la familia para mí, solo nos teníamos los unos a los otros, pero a la hora de la verdad no dejaba de pensar que Edward era su verdadera familia.

– [b][i][color=#5C1F42]Pues disimulas bastante mal[/color][/i][/b].- le replicó con el semblante serio, que no tardó en dar paso a una sonrisa cansada.- [b][i][color=#5C1F42]Vamos antes de que Maisie se despierte y quiera venir con nosotros[/color][/i][/b].- Maisie era una huérfana que siempre quería acompañarnos y que la enseñásemos a luchar. La habíamos encontrado en una ronda habitual, frente a su padre, recién convertido en «Enfermero», poco más que un zombie.

– [b][i][color=#0B3B2E]Cuantos menos seamos, más desapercibidos pasaremos. ¿Tenéis la lista?[/color][/i][/b] – pregunté. Normalmente Mamá Eli hacía una lista de lo que necesitaban y dónde podrían encontrarlo, o a veces mandaba a alguno de los pequeños a ir revisando la casa para ver qué hacía falta, para que se sintiesen útiles.

– [b][i][color=#898579]Aquí está.[/color][/i][/b] – respondió Edward tendiéndomela. Fui a cogerla, pero Amy alargó la mano y la cogió antes que yo.

Vi como su rostro se tornaba más serio al detenerse en una parte de la lista. – [b][i][color=#5C1F42]¿Cuándo fue la última vez que salimos a por ella?[/color][/i][/b]- preguntó deteniéndose para mirar a Edward. Seguramente se refería a su medicina, que cada vez tenía menos efecto.

– [b][i][color=#898579]Dos semanas, pero las cosas se están complicando en ese sector, quiero que tengas reservas antes de que se compliquen más.[/color][/i][/b] – comentó aparentando estar tranquilo. Lo conocía lo suficiente como para saber que no estaba tranquilo en el fondo, pero conseguía engañarte. Cogí la lista que Amy me tendió y eché un vistazo, al lado de la medicina ‘Lipafina 1 gr.’ estaba marcado «Cargamento reciente. Sector 32».

Cuando levanté la vista de la hoja de papel, vi a Amy escrutándole con el rostro serio.- [b][i][color=#5C1F42]Ya[/color][/i][/b].- respondió sin creerle. Lo cierto era que Mama Eli le había estado subiendo las dosis, pero Amy seguía yendo a peor, al paso que se deterioraba, no sabíamos si llegaría a un año más. Cada vez que me paraba a pensarlo volvía a dudar de los motivos para seguir en este mundo de mierda. – [b][i][color=#5C1F42]Creo que Ethan está en el huerto[/color][/i][/b].- añadió cambiando de tema. Ethan otro más de los huérfanos originales y a veces éramos como el agua y el aceite. Por mi parte, no podía entender el motivo que le hacía seguir adelante; Edward era el líder, si se desmoralizaba, todos lo harían y los pequeños estarían solos; a Amy no le quedaba más remedio, si no quería venirse abajo; pero Ethan, no entendía cómo podía sacar las ganas para hacer…nada. También estaba el hecho de que era otro hijo de los Campeones. Él podía estar orgulloso de sus padres, los héroes, las leyendas de este mundo, mientras que yo solo conseguía recordar el pelo rubio de mi madre y su voz al cantarme.

– [b][i][color=#0B3B2E]¿No duerme?[/color][/i][/b] – pregunté. Era de los primeros en levantarse e ir a cuidar su huerto, qué era el que nos proveía de la mayor parte de la comida, eso era cierto, y la verdad es que, para tratarse de vegetales, estaba bastante buena. Eso tenía que concedérselo.

– [b][i][color=#898579]Está bien que busque algo en lo que ayudar, eso es lo que nos mantiene a flote.[/color][/i][/b] – aseguró Edward, que no aprobaba las escisiones internas, por pequeñas que fuesen. – [b][i][color=#898579]Pasaremos a buscarlo, pero al Sector 32 iré yo solo, hay mucho ‘lurker’ por la zona y últimamente también unos cuantos ‘Enfermeros’.[/color][/i][/b] – usábamos ese termino para llamarlos, aunque no era el oficial, pero bastante hacíamos con no llamarlos simplemente zombies. Su personalidad se había perdido hacía mucho y estaban totalmente al control del Soberano, encantados y encadenados por su magia.

– [b][i][color=#5C1F42]Edward el suicida[/color][/i][/b].- replicó Amy metiéndose con él. Ni siquiera trató de pelear, sabía que todos éramos conscientes de que era una pelea inútil, ella pensaba ir de todas formas.

– [b][i][color=#0B3B2E]Yo también iré, no pienso quedarme esperando mientras tú te diviertes.[/color][/i][/b] – últimamente, lo poco que conseguía infundirme algo de vida era la lucha.

Amy se adelantó, no tenía buen aspecto, incluso para ella, pero nunca le daría motivos a Edward para quedarse en casa. – [b][i][color=#5C1F42]Voy delante y así busco a Ethan[/color][/i][/b]. – aclaró mientras se alejaba.

– [b][i][color=#0B3B2E]¿Crees que está bien?[/color][/i][/b] – pregunté a Edward, preocupado por ella.

– [b][i][color=#898579]No, pero no estará mejor quedándose en casa, así al menos se…distraerá.[/color][/i][/b] – añadió él con gesto sombrío.

Después de ese momento, se hizo el silencio. Nos habíamos acostumbrado a él, era parte de nosotros, igual que ese hueco en el alma. Éramos los niños perdidos, los huérfanos de un mundo sin futuro.

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