Moondale

UN RECUERDO DIFERENTE

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Edward | Futuro del Soberano

[color=black]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

xanderarkkan1

[SIZE=3]
Estaba tan enfrascado en ese lugar, en estar inmerso en un recuerdo vivo de mis padres, uno que no fuera la casa, que el sonido de las pisadas me sobresaltó demasiado tarde.

Me giré para observar quién estaba detrás de nosotros y vi a un chico y una chica, algo mayores que nosotros, pero no mucho más.

Me fijé en el machete que él llevaba en la mano y noté un bulto irregular a la altura de la rodilla derecha de la chica, un bulto que parecía otra arma oculta.

Me interpuse entre Ethan, Amy, Nicholas y los recién llegados, por si las cosas se complicaban. – [b][i][color=#898579]¿Sois libres?[/SIZE][/i][/b] – pregunté, con la voz algo quebrada, pese a que traté de disimularlo a mitad de frase. ‘Libres’ llamábamos a todos aquellos que no habían pasado a formar parte del ‘Compedio’, aquellos que no tenían retazos de la mente del Soberano en su cabeza, asegurándose de que cumplían la ‘Ley del Recuerdo’ y asegurándose de paso de que nadie crecía lo suficiente en poder como para hacerle frente, es decir, los Enfermeros.

Desde luego no parecían ‘Enfermeros’, principalmente porque no nos habían atacado aún, pero también por sus armas y porque los otros solían llevar mucha magicka encima, ya que al Soberano no le interesaba, él era muchísimo más poderoso, pero no quería que otros amasaran la suficiente magia como para derrotarle en un descuido.

Tampoco parecían adictos a la magia, eso se notaba a la primera, en cuanto les veías la cara.

Pero todavía podían ser saqueadores, unos tipos a los que no les tenía mucho aprecio, pero que en éste lugar no sería capaz de tolerar.

– [b][color=#244E2A] Sí.-[/color][/b] confirmó colocando el machete en el cinturón. Al ver ese gesto le indiqué a los demás que bajasen un poco la guardia. – [b][color=#244E2A] Y por tu pregunta deduzco que vosotros también.-[/color][/b] – añadió a continuación. Asentí y me guardé la estaca y el cuchillo.

– [b][i][color=#0B3B2E]¿Qué hacéis aquí?[/color][/i][/b] – interrumpió Nicholas con gesto hosco. No era muy bueno para la gente nueva, especialmente si pensaba que podían poner en peligro a cualquiera de nosotros.

– [b][color=#ab4747]Una cita, ¿no lo ves?[/color][/b]- habló por primera vez la chica, pasándole a su compañero el brazo por los hombros.

– [b][i][color=#0B3B2E]Mal sitio entonces, está ocupado.[/color][/i][/b] – le espetó él. Los ánimos estaban empezando a caldearse, así que me decidí a intervenir antes de que unos posibles aliados se convirtiesen en enemigos.

– [b][i][color=#898579]Nicholas, basta.[/color][/i][/b] – respondí serio. No podía permitir que las cosas se saliesen de madre. – [b][i][color=#898579]Aun así, nos vendría bien otra respuesta.[/color][/i][/b] – añadí mirándoles a ellos.

– [b][color=#244E2A] Estamos inspeccionando la zona y buscando provisiones.- [/color][/b] respondió. Parecía decir la verdad, aunque quizá un poco…»escueta», pero no podía culparle, la confianza era algo que había que ganarse a pulso en nuestros días.

– [b][color=#ab4747]Además de estar en una cita, claro[/color][/b].- bromeó su compañera. La miré intrigado, no había conocido a muchas personas que fuesen tan…alegres, teniendo en cuenta como eran las cosas. Pero también era cierto que no había conocido a muchas personas, a ninguna excepto a ‘Mamá Eli’ y el resto de huérfanos.

– [b][i][color=#5C1F42]¿Provisiones?[/color][/i][/b]- preguntó Amy con un hilillo de voz. Parecía que le había sobrevenido un fuerte dolor por todo el cuerpo. De nuevo suspiré, pero esta oportunidad quizá nos habría una ligera esperanza. La doctora que había estudiado la enfermedad de Amy había querido seguir haciendo pruebas, pero entonces su gente tuvo que moverse a un nuevo refugio, y perdimos su pista. Estos chicos parecían estar bien, dentro de lo que cabía, así que quizá provenían de allí.

– [b][color=#244E2A] Alimentos, ropa… medicinas.-[b][color=#244E2A] respondió. Después se quedó mirando a Amy. – [b][color=#244E2A] ¿Te encuentras bien?[/color][/b] – preguntó. Parecía querer ayudar, y quizá pudiese hacerlo.

– [b][i][color=#0B3B2E]Eso no es asunto vuestro.[/color][/i][/b] – le espetó Nicholas poniéndose frente a Amy. No era el momento para eso, podía echar a perder la oportunidad que teníamos, e incluso iniciar un combate que nos hiciese tener que irnos de allí, y aún teníamos que inspeccionar ese lugar, buscar algo que pudiese ayudarnos, o al menos, que nos recordase a ellos.

– [b][i][color=#898579]Nicholas, ve a inspeccionar el piso de arriba.[/color][/i][/b] – le ordené algo enfadado. Nicholas se quedó parado, observándome, pidiéndome explicaciones con la mirada. – [b][i][color=#898579]Ahora…hazme ese favor.
[/color][/i][/b] – Nicholas frunció el ceño, pero finalmente se fue. – [b][i][color=#898579]Lo siento. Nosotros buscamos lo mismo. Podemos colaborar, es una zona peligrosa.[/color][/i][/b] – ofrecí. En parte, era un alivio tener alguien más con quien hablar y aún conservaba la esperanza de que nos llevasen a ese lugar. Además, era cierto que la ayuda nos vendría bien, a nosotros y a ellos, el Sector 32 se estaba volviendo muy problemático.

La chica observó a su compañero. – [b][color=#244E2A] Si, claro, porque no.-[/color][/b] dijo él tras meditarlo un rato con ella.

– [b][i][color=#898579]Sabemos que hay cargamentos en el Sector 32, un poco más adelante.[/color][/i][/b] – decidí compartir la información. – [b][i][color=#898579]Necesitamos una medicina y algunas cosillas, el resto es vuestro.[/color][/i][/b] – aclaré. No había problema en compartir, pero no cuando se trataba de la medicina de Amy. – [b][i][color=#898579]Pero antes tenemos que terminar algo…aquí.[/color][/i][/b] – dije señalando a nuestro alrededor. – [b][i][color=#898579]Es un lugar importante, espero que lo respetéis porque si no, Nicholas a mi lado parecerá encantado de vuestra presencia.[/color][/i][/b] – avisé. Por fin parecía que íbamos a descubrir algo más de nuestros padres. Mamá Eli no habría estado de acuerdo, porque indagar en el pasado siempre implicaría arrojar pistas sobre nosotros mismos, pero no podíamos vivir siempre con miedo, porque es aún peor que cualquier cosa que pudiese ocurrirnos. Si alguno de ellos dos echaba a perder ese momento, debían saber que no me lo tomaría precisamente bien.

La chica se quedó esperando a que el otro hablase, parecía que el tema de los suministros no iba mucho con ella, aunque entonces no entendía porque había abandonado la seguridad del refugio que tuviesen. – [b][color=#244E2A] Ni siquiera notaras que estamos aquí .-[/color][/b] respondió con una ligera sonrisa.

– [b][i][color=#898579]Gracias.[/color][/i][/b] – respondí con sinceridad. Más tarde les explicaría las razones, pero todavía era pronto, acabábamos de conocernos y tenía algo más urgente que hacer.

Estaba a punto de decir algo cuando se escuchó un ruido en la parte de arriba.

– [b][i][color=#0B3B2E]Subid. Tenéis que ver esto.[/color][/i][/b] – gritó Nicholas en el hueco de las escaleras, desde el piso de arriba. Parecía que había encontrado algo importante, y quizá pequé de irreflexividad al subir sin inspeccionar nada más, pero el hecho de saber más de mis padres me pudo. Ése fue mi error.

Subí lo más rápido que pude, con Ethan y Amy detrás, y los otros dos siguiéndonos en una distancia prudencial. Si hubiesen sido peligrosos, habrían podido aprovechar ese instante para acabar con nosotros, pero por suerte no lo eran.

Al llegar arriba vimos una especie de recibidor, aunque de los muebles poco quedaba, y un pasillo con bastantes puertas. Nicholas estaba allí, y nos indicó que entrasemos por una de ellas.

Le seguimos sin dudar y una vez dentro nos encontramos con algo que nos dejó atónitos. Parecía una especie de almacén, con armas, libros, ingredientes para pociones, artefactos…era sencillamente deslumbrante.

En ese momento perdí la consciencia de dónde me encontraba y de quién estaba conmigo, simplemente intentaba absorber toda la información de ese lugar, y el resto debían estar tan absortos como yo, recorriendo la sala.

Me paré a observar un par de katanas colocadas en un soporte, una era blanca y la otra negra. Tomé la empuñadura de una y la saqué ligeramente, comprobando que tanto el filo como la vaina tenían marcas de runas. Conocía esas katanas perfectamente, eran las espadas de mi padre.

Pero como digo, pequé de sumergirme en las sensaciones de ese instante, por eso me sorprendió el sonido de una saeta al cargarse. – [b][i][color=#2D1F1F]Aléjate de esas espadas, rubiales.[/color][/i][/b] – me giré para ver quién había hablado y me topé con un tipo alto, fuerte, de piel negra y el pelo corto, casi rapado, cuyo rostro estaba surcado por una cicatriz que iba desde la sien izquierda hasta casi la barbilla, también era algo mayor que nosotros, un par de años más que los chicos que encontramos antes. En su mano tenía una ballesta, cargada.

– [b][i][color=#898579]¿Quién eres? ¿Qué quieres?[/color][/i][/b] – pregunté, aunque había muchas más preguntas rondándome la cabeza, junto a la ira que había crecido porque ese extraño lo interrumpiese todo, lo complicase todo, y osase poner en peligro a los demás.

– [b][i][color=#2D1F1F]Eso debería ser yo el que lo preguntase. No estáis en vuestro territorio.[/color][/i][/b] – aseguró, sin bajar la ballesta.

Iba a responderle, pero escuché unos pasos, alguien más se acercaba, así que decidí esperar.

– [b][color=#643E28]Baja el arma Drizz. Son ellos los que están en casa.[/color][/b] – dijo la voz, aunque todavía no había pasado por el umbral de la puerta. Él le hizo caso. – [b][color=#643E28]Hace mucho que no veía este lugar con tanta gente, aunque no es que vea mucho precisamente.[/color][/b] – en ese momento pasó por el umbral de la puerta y pude ver una cicatriz extraña cubriendo sus ojos, parecía una quemadura pero no parecía hecha por un fuego normal. – [b][color=#643E28]Sé lo que vais a preguntar, mi nombre es John Doe, y tenemos mucho de lo que hablar.[/color][/b] – añadió al final.

Comentarios

Deja una respuesta