[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Daakka| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba de la Tormenta
[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]
[SIZE=3]
TRADUCIDO POR DUKE RIVERA
Christopher había desaparecido de mi lado cuando las antorchas se apagaron de un instante a otro. Al principio suspiré aliviado, Christopher había dicho que la alternativa era una ola de agua arrastrándonos, así que mejor oscuridad que agua. Solo esperaba que estuviese bien, y que no hubiese vuelto a convertirse en un gran lobo malo, bueno, y que hubiese podido ponerse ropa, le hacía falta y los cuerpos humanos eran…raros, salvo los del sexo femenino, esos sí me gustaba verlos. No lo toméis a mal, no era por ningún convencionalismo ni tabú social, porque había aprendido de la humanidad desde un punto externo a su sociedad y cultura, pero sencillamente debía estar hecho para que me atrajese el sexo femenino, de haber sido de otra forma, para mí habría sido natural igualmente.
A veces me paraba a pensar que la cultura humana perdía mucho tiempo clasificándose, casi siempre entre dos cosas. Puede que el mundo en sí fuese así de dual: luz y oscuridad, derecha e izquierda, arriba y abajo, frío y calor, vida y muerte, hombres o mujeres, normal o no… Decidí guardar ese debate mental para más tarde, o sería capaz de pasar la prueba de largo mientras lo dilucidaba.
Continué caminando, mientras sacaba uno de los «panes» que nos había dado el enano. Le di un mordisco, estaba duro pero no tenía mal sabor, aunque prefería lo que cocinaba Elizabeth. De un bocado me comí el resto del «pan», pero guardé los otros por si alguien los necesitaba más, pese a que mi estómago rugía más que Christopher perro.
Después de caminar un rato a oscuras, frente a mí tuve a la persona con la que más habría deseado encontrarme, como si fuese una suerte de regalo. Aunque la sabiduría de mi gente decía que algunas veces, bajo un regalo se esconde un peligro. Y ciertamente, que Selardi estuviera allí me alegraba, estaba deseando verla y estar con ella, pero también la vería correr peligro. Aunque sabía que podía tumbar incluso a Lobo McLeod.
– [b][i][color=#7E6368]¡Daakka![/SIZE][/i][/b]- dijo corriendo hacia mí y saltando sobre mi espalda con una agilidad que resultaba sorprendente. No era tan ágil como ‘Shakti’, pero Selardi parecía más ágil y más coordinada que el resto de humanos corrientes. Quizá tenía algo, Christopher decía que Cara era una ‘Disir’, que es cuando un bebé lleva la genética ‘Aesir’ pero resulta ser una niña. Decía que no se sabía demasiado, porque los ‘Aesir’ no eran habituales, y que naciera una ‘Disir’ era menos habitual, porque la mayor parte de las veces solo era una humana normal, o una humana con talento mágico natural, una hechicera. Además Christopher contó una historia, y es que en la antigüedad, algunos grupos mataban a los bebés si no nacían ‘Aesir’, y eso incluía las ‘Disir’. La gente se volvía loca, fanática y cruel con gran facilidad, sin importar la raza. También nos contó que, quizá como reacción del karma, esos grupos fueron los primeros a los que dio caza el vampiro Mason, al que no había conocido, pero del que me habían contado lo suficiente como para saber que había sido un gran peligro.
– [b][i][color=#C2A765]¡Selardi![/color][/i][/b] – saludé incapaz de contener una sonrisa de alegría. Me gustaba sentir el tacto de Selardi, aunque fuese en la espalda. – [b][i][color=#C2A765]¿Estás bien?[/color][/i][/b] – pregunté. Ninguno de mis otros compañeros había cruzado su camino con el de Cara, y aunque sentía en el corazón que estaba a salvo, quería saber si había estado bien, porque las pruebas podían resultar muy duras. Yo mismo guardaría siempre el recuerdo del dolor de la naturaleza, para no cometer errores. Y un recuerdo para un Rakkthathor implica siempre, durante toda mi vida, y, si tenía hijos, las generaciones que me siguiesen.
– [b][i][color=#7E6368]Cara le ha pegado a la muerte y ha ayudado a Diana con un viejo que era simpático. Ha sido fácil[/color][/i][/b].- resumió en pocas palabras lo que parecía toda una odisea, hacía que pareciese fácil.
Aun así, conocía a Selardi desde que había salido del tanque, y eso había sido el principio de mi vida, pese a recordar cientos de vidas de mis antepasados. Eso implicaba que la conocía lo suficiente como para saber si le había pasado algo, y, definitivamente, había sido así, pero sabía que a Selardi no le gustaba hablar de esas cosas, así que preferí animarla. – [b][i][color=#C2A765]Selardi es fuerte.[/color][/i][/b] – dije llevando una mano hacia atrás para cogerle el bíceps.
– [b][i][color=#7E6368]Claro[/color][/i][/b].- respondió haciendo fuerza con el brazo, la verdad es que sí que era fuerte.- [b][i][color=#7E6368]¿Las pruebas de Daakka también han sido fáciles?[/color][/i][/b]- preguntó a continuación bajando al suelo. Me giré y me encontré con sus ojos claros y su pelo dorado cayendo sobre un top de cuero. Su piel estaba bronceada por el sol pese a lo poco que había podido ir fuera de casa con la preparación para las pruebas. Muchas veces pensaba lo mucho que me gustaría salir con ella, pero la sociedad no estaba preparada, aunque por lo que había investigado casi nunca lo estaba para cualquier cosa «nueva», hasta hacía poco veían raro a dos personas del mismo sexo juntas, pese a que en la antigüedad se veía normal. Quizá necesitaban memoria genética.
– [b][i][color=#C2A765]He compartido dolor de… tierra, que estaba desnuda.[/color][/i][/b] – empecé a explicar con la dificultad propia de aquél entonces. A veces pensaba en las cosas que podría haber dicho si hubiese conocido las palabras, pero era una tontería, no podía cambiarlo, y no podía asimilar un nuevo lenguaje en unos pocos meses, sobre todo cuando algunas significaban lo mismo. – [b][i][color=#C2A765]Y sujetado a Chris…topher perro porque un enano enseñó la Luna, se puso bien solo, y también estaba desnudo.[/color][/i][/b] – comenté. La verdad es que había sido una noche de desnudos, aunque era algo con lo que estaba de acuerdo, la ropa molestaba.
Selardi rompió a reír cuando escuchó hablar de desnudos. – [b][i][color=#7E6368]Pues Cara ha besado a Vincent[/color][/i][/b].- añadió a continuación, como si fuese una competición de cosas interesantes. Sentí un escalofrío por todo el cuerpo, quizá era lo que los humanos comparaban con un jarrón de agua fría. No lo sabía, pero sí sabía que no era una sensación agradable.
Traté de no pararme a pensar en el tema, porque era normal, al fin y al cabo Cara, fuese ‘Disir’ o no, era «humana», no podía esperar que tuviese un futuro conmigo, o que lo quisiese, pero aun pensando así, me dolía imaginármela besando a Vincent, y en mi cabeza la escena se repetía una y otra vez, haciendo que sintiese una especie de tensión en los brazos y el cuello. – [b][i][color=#C2A765]Tenemos que entrar. Guardianes esperan.[/color][/i][/b] – dije acercándome a la puerta sin mirar a Cara, para evitar que se fijase en mí y notase como estaba. Cogí el colgante de mi cuello y lo introduje una vez más en el hueco.
– [b][i][color=#7E6368]¿Daakka se ha enfadado con Cara?[/color][/i][/b]- preguntó. Sentí su mirada observarme, evitarla no había conseguido disimular lo que había sentido.
– [b][i][color=#C2A765]No, nunca me enfadaría con Selardi.[/color][/i][/b] – le respondí con sinceridad. Vi como introducía en silencio el colgante a mi lado, y antes de que lo introdujese del todo me giré para mirarla y forzar una sonrisa que le hiciese sentirse bien, pero justo en ese instante sentí una oleada de energía recorrer todo mi cuerpo, despertando y agudizando todos mis sentidos.
Me llevé una mano a la cara para centrarme y cuando los volví a abrir la puerta había terminado de abrirse. Me giré hacia Cara y le hice un gesto para que pasase primero. – [b][i][color=#C2A765]Creo que Cara tendrá que ayudarme a mí. El rayo…[/color][/i][/b] – dije poniendo la palma de mi mano hacia arriba y haciendo crepitar unos pequeños rayos en ella, pocos, para no asustar a Cara, sabía que no le gustaban.
– [b][i][color=#7E6368]¿Qué tengo que hacer?[/color][/i][/b]- preguntó. Todavía no habíamos llegado al otro lado, así que no podía saberlo.
– [b][i][color=#C2A765]¿Hacer? Todavía no sé.[/color][/i][/b] – respondí lamentando no poder ayudarla más, pero la prueba no se había presentado todavía.
Di un paso más antes de que Cara respondiese, y con ese paso todo se transformó. Del ambiente fresco y húmedo de la cueva habíamos pasado a un calor húmedo asfixiante que empapaba la ropa que llevaba, demostrando una vez más que no era muy útil. Miré a nuestro alrededor y vi que volvía a estar en un bosque, pero esta vez reconocía algunas cosas de haberlas visto en internet, no era un bosque, era una selva tropical.
– [b][i][color=#7E6368]Para que no te enfades con Cara[/color][/i][/b].- dijo ella. Seguramente había empezado a decirlo antes de cruzar, porque en cuanto sintió el calor asfixiante se llevó un dedo al escote del top de cuero y tiró hacia delante para separarlo de la piel. Pensé en palmeras de chocolate, pero intenté controlarme, no era el momento, así que miré una vez más a mi alrededor para distraer mi mente y centrarme. Mientras observaba, recurrí a mi memoria genética para procesar las imágenes de la vegetación que estaba percibiendo, y comencé a recibir los flashes. [i]Meliaceae, Filicopsida, Araliaceae, Myrsinaceae, Sapotaceae…Heveas, Jatobá, Victoria Regia.[/i]. Me fijé en la última: [i]Victoria Regia, ‘La Reina de los Lagos, planta más famosa de la Amazonia.[/i] Analizando el resto, estábamos definitivamente en una zona de la Amazonia o al menos similar. Y sí, había palmeras.
Al menos sumergirme en los recuerdos me había distraído del cuerpo sudoroso de Selardi, y también del recuerdo de Vincent, así que pude girarme hacía ella para apreciar la belleza que regalaba al mundo. – [b][i][color=#C2A765]No me enfado.[/color][/i][/b] – le aseguré. Todo parecía más lejano, aunque trataba de evitar pensar en ello de nuevo, para no volver al mismo punto. Sobre nosotros un pájaro de un enorme tamaño sobrevolaba la zona en la que nos encontrábamos. [i]Harpia harpyja. Un águila harpía.[/i]- [b][i][color=#C2A765]Pero promete cuidado.[/color][/i][/b] – le dije señalando hacia arriba, pero también hacia cualquier parte, había muchos peligros incluso para alguien tan fuerte como Selardi.
Selardi asintió, y casi al instante cogió una piedra del suelo y la lanzó con todas sus fuerzas hacia el águila, pero la piedra solo cayó sobre nosotros, nos sobrevolaba a mucha altura, por suerte.
– [b][i][color=#C2A765]Selardi no, Guardianes sabios, no debemos atacar.[/color][/i][/b] – la avisé, si con la Guardiana de la Naturaleza, Tammuz, hubiesemos empezado atacando, por leve que fuese el ataque, no habría habido vuelta atrás. Observé al águila, pero no había cambiado sus movimientos, volaba en círculos sobre nosotros.
Pero de pronto, cuando pensaba que iba a volver a girar hacia el mismo lado, se lanzó en picado con una velocidad increíble, sorteando los árboles. Todo sucedió muy deprisa, y cuando me quise dar cuenta tenía a Selardi agarrada entre sus patas y volvía a alzar el vuelo. No era un águila harpía normal.- [b][i][color=#7E6368]¡Suelta a Cara, pájaro![/color][/i][/b]- gritó Cara intentando soltarse, pero la tenía sujeta de forma que no podía, y cada vez ascendían más.
– [b][i][color=#C2A765]No, Guardián, suéltala.[/color][/i][/b] – dije intentando dialogar. Me estaba costando mantener la calma en esa situación, con Cara en peligro, porque mi interior me pedía lanzar un rayo que acabase con el águila, pero también haría daño a Cara, y caería desde muy alto, así que eso me frenó, y consiguió hacerme ver que tampoco era bueno, tenía que tratar de convencerla. Así que hice lo único que podía hacer, me lancé hacia el tronco de uno de los enormes árboles cercanos y clavé mis garras sobre él, pidiendo perdón a la naturaleza para que entendiese que era necesario, y comencé a trepar. En la imaginación era más fácil que en la realidad, pero lentamente fui ascendiendo tramo a tramo, hasta llegar a una especie de copa en la que me detuve en una rama ancha, pero sin soltar el tronco. Miré a ambos lados y vi al águila sostenerse en el aire, con Selardi sujeta entre sus patas, intentando pegarle.
– [b][i][color=#01A9DB]Sube, pero luego tendrás que bajar si quieres comprenderlo todo[/color][/i][/b].- dijo el águila con una voz profunda y sabia que hablaba directamente en mi mente. Entonces batió sus alas hacia mí y empezó a formarse un tremendo vendaval que arrastró las hojas de los árboles tras de mí, y después, a mí.
Me vi perdido en el torbellino, flotando en el aire mientras trataba de buscar qué era lo que debía comprender, y oteaba el horizonte buscando a Cara, para ver si estaba bien, pero ya no veía a ninguno de los dos, solo la sombra del águila. – [b][i][color=#C2A765]Para comprender necesito…que Cara sea segura.[/color][/i][/b] – expliqué como pude por aquél entonces. Si había alguien en peligro me costaría pensar con detenimiento y abrir mi mente, porque un segundo de más podía significar la muerte.
Escuché una risa provenir de la sombra del águila, que comenzó a alargarse y mostrar una sombra humana. Parpadeé y al abrir los ojos todo había cambiado, era de noche y no tardé en sentir algo duro, húmedo y frío debajo. Me levanté y vi unas rayas pintadas en el suelo, estaba en mitad de una carretera, y el suelo estaba mojado. Me puse en pie y busqué a Selardi o al Guardián. Me llevé una sorpresa al ver que el Guardián estaba posado sobre una señal que indicaba la posibilidad de girar a la izquierda o la derecha. Reprimí las ganas de cogerle por el cuello y apretar hasta que dijese dónde estaba Selardi, ese era un eco de la degeneración de los Rakkthathor que no pensaba cumplir.
Algo en ese lugar me recordaba al mundo de las pesadillas, y a cuando me sumergía en mis recuerdos y en los de mis antepasados. El mundo real era…no sabría explicarlo, porque era una sensación y a veces se diluía con facilidad haciéndote creer que estás de verdad en ese lugar.
Pero vi al frente a Selardi, rodeada de un grupo de maleantes amenazándola, y parecía estar costándole trabajo, algo iba mal, Cara habría podido con todos. Caminé hacia ella aprisa. – [b][i][color=#C2A765]Dejad a Cara.[/color][/i][/b] – bramé colocándome en medio, pero parecían obviarme. Miré a Cara y vi como sacaba un arco de su espalda y tensaba una flecha para disparar una y otra vez al pecho de sus enemigos, que iban cayendo uno tras otro. No conseguía comprender qué había forzado a Selardi a matar a todos aquellos tipos, así que me acerqué un instante a ver si podían estar vivos y era todo un truco, esperando que Cara lo explicase, que tuviese un motivo, mi Selardi no era una asesina, lo sabía.
Cuando me acerqué al primero de ellos di un par de pasos hacia atrás, tenía mi rostro. Miré al resto, uno tras otro, y todos eran yo, todos eran Daakka. Entonces, gracias a Elizabeth, a Rebecca, a Christopher y a toda mi ‘Rakkna’ que me había enseñado todo lo que podía y me habían ayudado a estudiar, mi memoria genética se lanzó sola. [i]Jupda, pueblo indígena, cuenca del Río Negro. Sueños en forma de jaguar, chamán. Avalerion, Rey Águila, aviántropo, líder chamán de los Avinan, aviántropos de muchas tribus reunidos.[/i] Y todo comenzó a encajar, Avalerion era el nombre un miembro de la tribu amazónica de los Jupda con habilidades chamánicas, pero que fue expulsado por ser capaz de transformarse en ave, ya que el animal chamánico de los Jupda era el jaguar. Expulsado, reunió a los aviántropos de otras tribus en una llamada Avinan y se retiraron a un lugar cuyo paradero se desconoce, rechazando todos los intentos de conquista españoles y portugueses. Era el ‘Rey’ de los Avinan, que se correspondía con su líder chamán, que según dicen guiaba a los suyos por sus sueños hasta que comprendieran su ser y su propósito.
Miré a los ‘Daakkas’ muertos en el suelo, que habían estado atacando a Selardi, y me llevé la mirada a mi mano, mientras abría y cerraba el puño. – [b][i][color=#C2A765]Sé que algo dentro es peligroso…para Selardi, para todos.[/color][/i][/b] – respondí al Guardián y guía del sueño. Ellos luchaban contra demonios que amenazaban al mundo, y si yo hacía alguna vez lo mismo, quería que me detuviesen a tiempo. Pero confiaba en mi control, Illya era también una vampiresa y mantenía el control, que era mucho más difícil que el mío. Su existencia me reconfortaba, además de por tener un corazón enorme, como dirían los humanos, por todo eso, a Illya solía llamarla ‘Ninari’, nuestra diosa del viento de sur, que podía ser letal, pero decidía brindarnos su capacidad para sanar.
Avalerion negó con su cabeza de pájaro, y al instante escuché su voz en mi mente.- [b][i][color=#01A9DB]Sí, pero no[/color][/i][/b].- dijo tan solo.
De pronto el mundo a mi alrededor pareció volver hacia atrás en el tiempo, los ‘Daakkas’ estaban de nuevo en pie y ahora superaban a Selardi, que no podría aguantar mucho más. En ese instante, con la fuerza de su enemigo superándola, parecía tan pequeña, tan frágil… Me lancé hacia los Daakkas para apartarlos de ella, no dejaría que se acercasen. Ella sacó de nuevo el arco y disparó una y otra vez. Cuando me giré hacia ella vi que también me apuntaba. – [b][i][color=#7E6368]Aparta o acabarás igual[/color][/i][/b].- amenazó. Era Cara, pero no era Selardi, podía verlo en sus ojos, no me miraba como ella lo hacía.
– [b][i][color=#C2A765]Qué debo ver en estos…ecos…[/color][/i][/b] – le pregunté a mi guía espiritual.
– [b][i][color=#01A9DB]Sabes la respuesta, solo soy el medio para que llegues a ella[/color][/i][/b].- habló de nuevo en mi mente. Era solo un guía, el camino debía descubrirlo por mí mismo, igual que los Grandes Poderes, ellos no defendían el mundo, nos guiaban para defenderlo nosotros mismos.
Cara tensó el arco y disparó con fuerza una flecha que impactó directamente en mi pierna, haciendo que doblase la rodilla e hincase una en el suelo.
– [b][i][color=#C2A765]Selardi, detente.[/color][/i][/b] – le pedí, aunque sabía que no era Selardi. – [b][i][color=#C2A765]Mi pueblo acabó corrupto, pero sus principios…los guardo.[/color][/i][/b] – traté de explicar que no era un monstruo, que no era un tirano, ni un conquistador, ni un ser maligno sediento de sangre. Era Daakka.
– [b][i][color=#7E6368]Niegas lo que eres, no mereces vivir. No eres mejor que ellos[/color][/i][/b].- soltó mientras tensaba el arco, dispuesta a lanzar una flecha más.
– [b][i][color=#C2A765]Soy un demonio Rakkthathor, pero no salvaje, no…carente de moral.[/color][/i][/b] – respondí. No negaba mi naturaleza de demonio, solo todo lo que se había asociado a ella, algo que había propiciado el salvajismo de los míos, y de muchos otros. – [b][i][color=#C2A765]Control, siempre.[/color][/i][/b] – dije sin apartar la mirada de ella, pero hablando en realidad con el Guardián.
Cara dejó escapar una risotada que en nada se parecía a sus risas, esta no tenía alma, igual que no la tenían los ojos vacíos con los que me miraba.- [b][i][color=#7E6368]¿De qué te ha servido el control? Mira en lo que te has convertido[/color][/i][/b].- no entendí a qué se refería, hasta que me llevé una mano a algo extraño que notaba en el cuello, una correa.
Me detuve a pensar en todo ello, era un demonio que tenía que vivir con el estigma de lo que otros demonios hiciesen, especialmente los de mi misma especie para aquellos que la conocieran, como si hubiese sido yo mismo el que había cometido el pecado. Para ello intentaba hacer siempre lo correcto, ser el mejor exponente de lo que podía ser mi raza e incluso los humanos, porque me hacía sentirme bien hacer las cosas bien. Pero eso me obligaba a mantener el control constante, ¿era posible que a veces ese control viniese de lo que la sociedad dictaba? ¿Qué me hubiese convertido en un perro amaestrado? – [b][i][color=#C2A765]Control sí, sumisión no.[/color][/i][/b] – concluí al final llevándome una mano al collar. Control, moral, sí…pero obedecer algo en lo que no creía, no.
– [b][i][color=#7E6368]¿Estás seguro?[/color][/i][/b]- preguntó ella tensando el arco y disparándome en la otra pierna, lo que hizo que tuviese que apoyarla también, quedando de rodillas en el suelo. Tiré de una de las flechas, pero no salía, parecía diseñada para perforar mi piel y quedarse trabada.
– [b][i][color=#C2A765]No se puede defender principios…siendo esclavo. [/color][/i][/b] – razoné arrancando la correa de mi cuello y poniéndome en pie, pese a las flechas en mis piernas. Si no tienes la fuerza suficiente como para defender tus ideales terminas siendo un pobre esclavo con ideales que defenderás junto a otros esclavos proclamando una libertad por la que ni siquiera luchas.
Las flechas en mis piernas se desvanecieron en una neblina, al igual que la Cara de ojos vacíos. Miré hacia mi guía y vi cómo hinchaba su pecho de águila harpía con orgullo. ¿Había pasado la prueba?
El vendaval volvió a arrastrarme, y un rayo caído del cielo partió un árbol decorativo cercano, haciendo que cerrase los ojos por un instante. Cuando volví a abrirlos, me encontraba de nuevo en un lugar conocido, pese a que sus calles no las había caminado demasiadas veces, sí lo había hecho gracias a internet, para ver una y otra vez lo que no podía ver con mis propios ojos pese a estar al lado. Eran las calles de Moondale.
Me puse en pie. Estaba al lado de Selardi y un grupo de gente a la que no distinguí al principio, pero tenía la impresión de que era el resto de mi ‘Rakkna’. Estábamos en la Plaza de la Luna, la central de la ciudad, frente al ayuntamiento. Por todas las calles venía seres de todo tipo, humanos y otros no tanto, exhibiendo poderes sobrenaturales. Eran demasiados para el grupo que tenía a mi alrededor, incluso pese a haber más gente de la que conocía, pero también faltaban otros, ‘Shakti’ entre ellos.
Los enemigos llegaron hasta nosotros y empezó el combate, un brutal, una danza de sangre. Los enemigos peleaban entre sí, y los míos luchaban también contra ambos bandos. Con la confusión, a veces herían a gente de su mismo bando y pronto no tardaron en llegar los caídos. Tenía que detener esa masacre.
– [b][i][color=#01A9DB]Tienes tres opciones, Rakkthathor[/color][/i][/b].- dijo en mi mente de nuevo la voz del Guardián, al que vi posado sobre el ayuntamiento.
– [b][i][color=#C2A765]¿Cuáles?[/color][/i][/b] – dije, impaciente y nervioso por la refriega salvaje que había a mi alrededor.
– [b][i][color=#01A9DB]La respuesta ya te la he dado[/color][/i][/b].- respondió de forma críptica, de nuevo era yo mismo el que debía labrarse el camino. Necesitaban a ‘Shakti’, su líder, también faltaba más gente, no tenían suficiente fuerza, y faltaba alguien que les dijese que debían detenerse y pensar.
Antes de que pudiese pararme a pensar, sentí algo tirando de mí hacia atrás, y vi tres cadenas que me sujetaban al suelo. Sentí algo extraño con esas cadenas, como si de pronto comprendiese el significado de cada una, seguramente el propio Avalerion me lo había dado, o quizá mi subconsciente: una era fuerza, otra liderazgo y la última, moral.
Miré de nuevo a la refriega, con tanta gente eran incapaces de distinguir, terminarían matándose todos entre sí. – [b][i][color=#C2A765]Alto. Tenéis que parar.[/color][/i][/b] – intervine intentando detener ese sinsentido, tratando de alzar la voz por encima del gentío.
– [b][i][color=#7E6368]¿Eres el líder ahora?[/color][/i][/b]- me preguntó Cara. Pero su aspecto se difuminó, no era Cara, ni Selardi, era una mujer rubia con una estaca en la mano.
– [b][i][color=#C2A765]No, Shakti es líder. Pero líder necesita ayuda de otros. Esto está mal.[/color][/i][/b] – traté de explicar. La líder del grupo era ‘Shakti’, Sarah, por varias razones, la primera es que lo llevaba en la sangre, la segunda, que no quería serlo y eso impediría que se convirtiese en una tirana. Pero un líder de verdad, cómo Sarah, necesita ayuda de los demás, la acepta y se enriquece de ella. Un líder es uno más del grupo, alguien que se funde en él, no alguien que destaca, y esa era ‘Shakti’.
– [b][i][color=#7E6368]¿Eres la fuerza bruta entonces?[/color][/i][/b]- dijo de nuevo Selardi, pero volvió a difuminarse. Se había convertido en un tipo de pelo oscuro, casi tan alto como yo, capaz de mover cosas con su mente, era aquél al que apodaba ‘Nurkashi’, Dominic. Después volvió a cambiar, aunque su rostro tenía algo de Cara, y también era rubio, pero ahora era un hombre, y capaz de proyectar luz de sus manos, era ‘Sinnaki’ hermano de Selardi; luego su pelo se tiñó de castaño mezclado con rojo fuego y una llama crepitó en su mano, ‘Nanshari’, Diana; a continuación se transformó en un hombre delgado que parecía preocupado por sus compañeros y les cubría las espaldas, ‘Marokai’, Ed; le siguió una chica de pelo oscuro y piel pálida, que atendía a los heridos de ambos bandos, ‘Ninari’, Illya; por último se transformó en ‘Nakbali’, un hombre algo mayor que el resto que vigilaba cada movimiento y les aconsejaba. Ellos eran la fuerza, la ‘Rakkna’, nos daba la fuerza, no uno solo de nosotros.
– [b][i][color=#C2A765]Tengo fuerza, pero no es quien soy. Fuerza sola mataría inocentes, necesita control.[/color][/i][/b] – traté de explicar. En algún anuncio de televisión había escuchado que ‘La fuerza sin control no sirve de nada’, y era cierto, el poder era necesario, pero cuando más poder, más control hacía falta.
– [b][i][color=#7E6368]Pues rompe las cadenas, Daakka[/color][/i][/b].- dijo siendo Selardi de nuevo, con sus ojos iluminando incluso un terreno de batalla lleno de sangre. La batalla a mi alrededor se detuvo completamente, como si el tiempo se hubiese congelado, como hacía la bruja de la serie que le gustaba a Sarah, y también a Cara. El desenlace dependía de mi decisión.
Miré hacia las tres cadenas: Liderazgo, como había hecho mi padre antes que yo, tomando el poder por la fuerza, y mis antepasados antes que él, con sabiduría; Fuerza, que me daba mi genética y el poder sobre el rayo que no compartía con mis hermanos de raza; y Moral, que había decidido tener, pese a mi pasado, pese a mi naturaleza, y gracias a los que me habían cuidado y dado un lugar en el que poder desarrollarla.
Tiré primero de Liderazgo, y la rompí, Sarah era la líder, no sería como mi padre, pero honraría a mis antepasados aplicando su sabiduría para ayudarla; después rompí Fuerza, porque de nuevo, no era como mi padre, obteniendo lo que quería mediante la fuerza, la utilizaría para proteger de gente como él pero no era lo que me definía; y por último, me até a Moral, porque era lo que había decidido tener, la Moral para cumplir las más sabias enseñanzas de mis ancestros, para dar tiempo a la humanidad a aceptarme, para aconsejar en los peores momentos y para ser justo y bueno.
– [b][i][color=#01A9DB]Parece que empiezas a entenderlo[/color][/i][/b].- habló la voz del guía Avalerion en mi cabeza. El tiempo volvió a avanzar con normalidad, pero la batalla seguía siendo cruenta, me puse en pie para luchar y defender a mis compañeros, pero también para evitar el derramamiento de sangre.
– [b][i][color=#C2A765]No ataquéis a amigos. Apoyaos. Juntos, fuertes. Shakti guiará nuestro brazo.[/color][/i][/b] – hablé con el corazón, pese a que la lengua no acompañaba, esperaba ayudarles, pero no hizo falta, porque un nuevo torbellino empezó a llevárselo todo. Después, un rayo cayó sobre el ayuntamiento y al abrir los ojos volvía a estar sobre la copa del árbol, y frente a mí, Cara, pero no Cara, si no Selardi, la verdadera, sujeta por las garras de Avalerion, que comenzó a descender hasta dejarla en el suelo. Yo comencé el descenso por el árbol, que parecía más complicado por lo desorientado que me sentía todavía, pero conseguí llegar al suelo dignamente…bueno, caí desde tres metros de altura, pero mi piel hizo el resto.
– [b][i][color=#7E6368]El pájaro ha mareado a Cara[/color][/i][/b].- protestó Selardi acercándose. Mientras me ponía en pie, sonreí ampliamente.
– [b][i][color=#C2A765]Gracias por mostrar el camino.[/color][/i][/b] – agradecí al Guardián. No había consistido solo en pasar una prueba, había aprendido mucho por el camino, me había guiado para encontrar mi verdadero ser, para madurar.
El águila harpía empezó a agitarse y a cambiar de forma, soltando agudos chillidos. Pronto frente a mí había un hombre de mediana edad colocándose unas ropas, poco más que un taparrabos, que había cogido de una rama, y un tocado con una pluma blanca y azul en la cabeza. Tenía el pelo oscuro, largo y liso, y la piel de color bronce. – [b][i][color=#01A9DB]El camino te lo has mostrado tú mismo[/color][/i][/b].- dijo esta vez con su propia voz. Vi sobre su brazo derecho un tatuaje con la forma de un ojo, con cuatro plumas en la cabeza y un pico, que parecía echar a volar. Su pecho estaba surcado por dos tatuajes gemelos que simulaban las marcas de tres garras sobre la piel.- [b][i][color=#01A9DB]Cualquier opción era una bendición y una condena, porque todas nuestras decisiones nos encadenan[/color][/i][/b]. – añadió con sabiduria.
– [b][i][color=#C2A765]Son más llevaderas las condenas que nosotros mismos nos imponemos.[/color][/i][/b] – respondí repitiendo algo que había leído en alguna parte, no recordaba dónde, pero no quería acceder a mi memoria en ese momento, prefería estar atento a las palabras del Guardián, que encerraban más sabiduría que perderme en lo que ya conocía. – [b][i][color=#C2A765]Gracias.[/color][/i][/b] – repetí una vez más, porque estaba verderamente agradecido, me había mostrado el camino. Avalerion caminó hasta nosotros y me dio un corto abrazo, con afecto. Era un buen hombre, excelente Guardián, y mejor líder y guía. Al apartarse, sacó de un saquito de su cinturón una infusión de jengibre y se acercó a Selardi. – [b][i][color=#01A9DB]Espero que te ayude con el mareo[/color][/i][/b].- le explicó. Selardi murmuró un «gracias» y empezó a bebérsela, poniendo cara de asco y consiguiendo que sonriese.
Un rayo atravesó el cielo sin nubes y cayó sobre uno de los grandes árboles, partiéndolo de forma que llegó a formar una puerta. En ese instante sentí como si ese mismo rayo recorriese todo mi cuerpo con su poder. Sentía la energía para cambiar el mundo, para hacer lo que nadie hubiese hecho antes, y no rendirse jamás, ante nada.
– [b][i][color=#01A9DB]Recuerda lo que has aprendido hoy, se avecinan tiempos difíciles[/color][/i][/b]. – me aconsejó. Mi memoria genética no me permitiría olvidar esa lección, y aunque lo hiciese, yo me forzaría a recordarla siempre.
– [b][i][color=#C2A765]Lo haré.[/color][/i][/b] – le prometí solemnemente. Entonces Avalerion hizo un gesto de dolor y todo su cuerpo volvió a transformarse hasta convertirse en un águila harpía que alzó el vuelo. – [b][i][color=#C2A765]¿Mejor?[/color][/i][/b] – pregunté girándome para mirar a Selardi, a la que incluso el pálido del mareo le sentaba bien.
Ella asintió.- [b][i][color=#7E6368]Sabe a caca[/color][/i][/b].- siseó sacando la lengua como si fuese a vomitar.
No pude evitar soltar una carcajada que resonó en la selva. – [b][i][color=#C2A765]Pero es bueno. A veces lo que mejor es…peor parece.[/color][/i][/b] – respondí. Las apariencias engañaban, esa era una lección que todo el mundo debería conocer.
– [b][i][color=#7E6368]¿Entonces la prueba de Daakka era agarrarse a un árbol fuerte mientras Cara volaba?[/color][/i][/b]- preguntó con interés mientras nos acercábamos a la puerta.
– [b][i][color=#C2A765]Parecido.[/color][/i][/b] – respondí aprovechando lo cerca que estaba para mirarla.
– [b][i][color=#7E6368]Era fácil[/color][/i][/b].- concedió encogiéndose de hombros. Después vio que la estaba mirando y se quedó pensando en algo.- [b][i][color=#7E6368]Cara ha besado a Vincent para que supiera que no íbamos a ser novios[/color][/i][/b]. – aclaró. Pese a todo lo que había ocurrido y la repercusión que tendría en mi vida, no pude evitar sentir alivio por algo que parecía tan…tonto. Pero lo estaba, estaba aliviado, incluso aunque no pudiese estar con ella, no sabía qué pensar de eso, a veces el corazón es más difícil de controlar cuando se trata de amor que cuando se trata de cualquier otra cosa.
– [b][i][color=#C2A765]Creí que besar significaba…distinto.[/color][/i][/b] – traté de explicarle. Para mí, en ese momento, besar era el máximo exponente para decirle a alguien que le quieres, más tarde averiguaría muchas más formas.
Selardi negó con la cabeza.- [b][i][color=#7E6368]A veces un beso solo es un beso[/color][/i][/b].- añadió con sabiduría. A veces pensaba que Selardi había avanzado mucho más rápido que yo, era muy lista, pero tenía mucho miedo y se escondía bajo la máscara de la despreocupación. Ojalá pudiese ir a ese lugar a acabar con ‘La del Pelo Rojo’ para que viviese libre, pero para algunas cosas solo hay un remedio, el tiempo.
– [b][i][color=#C2A765]Guardaré mis besos para cuando sean…más que besos.[/color][/i][/b] – le aseguré mientras me quedaba mirándola fijamente, frente a frente.
Selardi acercó más su cara hacia mí, como cuando se detenía a mirar como era mi cara de cerca. Cuanto más cerca estaba, más preciosa la veía, era un regalo a la vista, era Selardi, aquella cuya belleza todos ansían contemplar. Sentía su aliento fresco y dulce contra mi rostro y vi como se acercaba más. Reconozco que pese a la vida que vivíamos, me puse nervioso al pensar que iba a besarme, temblaba como una quinceañera con garras y dientes afilados. Selardi se acercó más su nariz casi estaba contra la mía, y sentí sus labios posarse sobre mi mejilla, cerca de la comisura de mis labios, en un beso que di gracias de poder recordar para siempre.
– [b][i][color=#7E6368]Pues Cara prefiere darlos cuando le apetece[/color][/i][/b].- añadió antes de echar a caminar por delante de mí. Y yo, el último de mi especie, hijo de un tirano con ansias de poder que había muerto hacía milenios después de corromper a toda su tribu, guardián del dolor de la naturaleza, guiado por un chamán legendario capaz de transformarse en águila, capaz de controlar el rayo con mis manos, me quedé de pie durante unos instantes, sintiendo todavía sus labios cerca de mis comisuras, y sonreí. Después de un par de minutos seguí a Selardi corriendo, y la puerta se cerró detrás de mí. En el cielo un águila harpía seguía sobrevolando la selva.
[spoiler]Muchísimas gracias a Stefy por regalarme esta maravilla de post, sin ti no habría sido capaz. Te adoro <3[/spoiler]
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