Moondale

LA VERDAD DUELE, MISS CELOFÁN

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=4]Kaylee Echolls| Templo de los Guardianes, ‘Axis Mundi’| Prueba de Virtud

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/b][/font]

dikastis-2

Caminaba al lado de Cara, pero no era capaz de mirarla a la cara, a pesar de su incesante parloteo que me daba dolor de cabeza. Ni siquiera sabía qué decía, porque no me apetecía nada perder el tiempo. Cada minuto que pasaba estaba más cerca de mi muerte y sí, puede que fuera una obviedad, porque cada minuto que pasa cualquiera está más cerca de la suya, pero la diferencia estaba en que la mía era inminente, además del hecho de que yo no era nada, sólo un recipiente que contenía la fórmula secreta para salvar el mundo.

Las antorchas volvieron a apagarse y la perdí de vista. Por una parte, fue un alivio, porque pude disfrutar del silencio, pero por otra, si tanto mi colgante como el suyo estaban completos, carecía de sentido que nos separasen, salvo…que ya hubiera llegado el momento.

Cuando se encendieron, el estrecho pasillo de piedra mal iluminado era lo único que quedaba. Cara y sus ganas de hablar habían desaparecido. Noté que empezaba a tener dificultades para respirar, pero intenté controlarlo. No tenía sentido tener un ataque de pánico, no era lógico y yo pensaba con el cerebro, no con el corazón, así que deseché la idea y comencé a andar, sin prisa pero sin pausa. Tenía que atravesar el pasillo, sí, pero tampoco era necesario ir a toda prisa a tu propia muerte.

Con cada paso que daba, más extraña que notaba. Ya no era por el miedo que me acompañaba y la sensación de que querer echar a correr en cualquier dirección, porque era demasiado joven para morir, sino que mi cuerpo…no sabría explicarlo, simplemente no parecía el de siempre. Noté un hormigueo la mano derecha y la miré: la piel estaba dando paso a lo que debía ser su verdadera forma, que no era más que algo invisible e intangible. Supuse que así debía ser yo: un montón de aire con forma humana, pero seguí caminando. No podía parar, porque si lo hacía, no sería capaz de sacrificarme.

– [b][i][color=#457238]No eres real, nunca lo has sido[/SIZE][/i][/b].- Me susurró Diana al oído entre risas, pero cuando me di la vuelta, ya no estaba. Siempre había odiado su sentido del humor, basado en decir un montón de tonterías, algunas de ellas hirientes, pero a todo el mundo le parecía graciosísima y no me quedaba más remedio que ignorarla, pero por mucho que fuese mi hermana, me resultaba cargante.- [b][i][color=#457238]La verdad duele, Miss Celofán[/color][/i][/b].- Dijo nuevamente a mi oído y esta vez escuché las risas de los demás: Ed, Sarah y mi madre también se reían de lo que acababa de decirme, pero en cuanto me giré, desapareció.

Me miré las piernas, que también estaban desapareciendo, pero en lugar de amedrentarme, seguí caminando. Sí, quizás no era más que un trozo de papel celofán recubierto de huesos o lo que fuera que Diana quisiera decirme, pero era el trozo de papel celofán que habían escogido para salvar el mundo y no podía detenerme, por muchos delirios paranoides que tuviese.

Anduve por el pasillo ignorando a Diana y a los demás.- [b][i][color=#457238]¿Sabes por qué prefiere a Illya? ¡Porque al menos ella tiene algo que agarrar![/color][/i][/b]- Decidí no hacerle caso, a pesar de las carcajadas que no me dejaban pensar y en el hecho de que, seguramente, Ed tuviera más en común con ella que conmigo. Fijé la vista al frente, en una chica rubia, que podía haber parecido Sarah, pero era un poco más alta y su cabello era rubio rojizo.

Como si hubieran percibido mis intenciones de salir de allí las carcajadas aumentaron, así como los comentarios hirientes, por lo que apuré el paso y al final prácticamente iba corriendo.- [b][i][color=#C2A765]¿Quién eres?[/color][/i][/b]- Le pregunté a la chica, que llevaba una minifalda vaquera y un top blanco ceñido, además de los labios excesivamente maquillados de rojo pasión. Parecía sacada de la imaginación calenturienta de algún adolescente, pero lo más llamativo eran sus zapatos negros de tacón o bueno, quizás debería decir que antes habían sido de tacón y ahora eran unas bailarinas deformes. A lo mejor nadie le había explicado que si se te rompe un tacón, lo mejor es no intentar hacer lo que haría la protagonista de una comedia romántica, porque con lo que te queda después de hacer eso casi no se puede caminar.

– [b][i]Me llamo Cassie, ¿y tú?[/i][/b] – Me preguntó adoptando una postura que evidenciaba que estaba protegiendo la puerta, que era similar a las anteriores, salvo que ahora los grabados imitaban a un monstruo de tres cabezas.

– [b][i][color=#C2A765]Kaylee[/color][/i][/b].- Observé a mi alrededor y vi que sólo había una rendija para colocar un único colgante, así que visto el atuendo que llevaba y el despiste que aparentaba, asumí que no iba sobrada de neuronas.- [b][i][color=#C2A765]¿Todavía no has completado tu colgante?[/color][/i][/b]- Le pregunté despreocupadamente, mientras jugueteaba con mi pelo, tal como ella estaba haciendo.

La chica me miró con sus ojos grises muy abiertos, parecía a punto de echarse a llorar.-[b][color=#2A2B0F]C-creo que no. ¿Tenía que completarlo? No sabía…El Maestro y la señora Cleaver no me dijeron nada…oh dios, ya la he cagado.[/color][/b]- Fruncí el ceño. No sabía quién era la tal Cleaver, aunque me sonaba de una historia relacionada con tacones y Christopher, pero eso del Maestro me daba mala espina.

– [b][i][color=#C2A765]¿El maestro? ¿La señora Cleaver?[/color][/i][/b]- Me crucé de brazos. Quería parecer despreocupada, para que no se asustase y acabase complicándose todo.

– [b][color=#2A2B0F]Ella es mi Vigilante y él me trajo de vuelta a la vida.[/color][/b] – Me explicó gesticulando en exceso, como si quisiera paliar la falta de vocabulario con las manos. – [b][color=#2A2B0F]Sólo me dijeron que esperase aquí a que llegase alguien y no le dejase pasar.[/color][/b] – Se quedó callada y pensé que había metido la pata, pero la estaba sobrestimando. – [b][color=#2A2B0F]Pero no sabía que tenía que completar un colgante.[/color][/b] – Murmuró para sí misma.

Al ver que seguía sin apartarse de la puerta y que algo me indicaba que ése era el sitio al que me dirigía, tenía que apartarla de ahí cuanto antes.- [b][i][color=#C2A765]Pues sin el colgante…no sé yo, ¿eh? Es muy importante[/color][/i][/b].- Asentí exageradamente, para que viera semejanzas entre nosotras.

– [b][color=#2A2B0F]¿Sí? Ay, Dios, ¿y ahora qué hago?[/color][/b] – Una lágrima le surcó la mejilla y, por alguna extraña razón, algo se removió en mi interior, como si yo también fuera a echarme a llorar.

– [b][i][color=#C2A765]No llores[/color][/i][/b].- Le pedí con serenidad fingida.- [b][i][color=#C2A765]Si quieres…puedo quedarme vigilando la puerta y si viene alguien, le impido que pase[/color][/i][/b].- Le propuse forzando una sonrisa.

– [b][color=#2A2B0F]¿H-harías eso por mí?[/color][/b] – Sorbió con fuerza los mocos que tenía en la nariz y al verla tan frágil, me conmoví.- [b][i][color=#C2A765]Sí, claro que sí. Para eso estoy…para ayudar[/color][/i][/b].- Me sequé las lágrimas con las mangas del jersey de color melocotón.

– [b][color=#2A2B0F]Gracias…muchas gracias.[/color][/b] – Me dijo sonriendo, pero sin dejar de llorar, por lo que yo no podía dejar de hacerlo.- [b][color=#2A2B0F]Me has salvado la vida.[/color][/b] – En un arrebato, me dio un abrazo y echó a correr sin dejar llorar exageradamente.

En cuanto se fue, las ganas de llorar empezaron a desaparecer, aunque no del todo, porque no es que fuera el día más feliz de mi vida. Coloqué el colgante en la ranura y las puertas se abrieron, así que lo recogí y leí ‘Dikastis’ seguido de un montón de palabrejas en un idioma que desconocía.

Las puertas se cerraron una vez que entré y, para que os hagáis una idea, diré que era una sala que parecía sacada de los juicios de la Inquisición Española. Era amplia y estaba mal iluminada, además de llena de polvo, rodeada de gradas de madera apolillada en las que debía sentarse el público y en el centro de la misma, una especie de altar rectangular, en el que, supuse, debía colocarme para ser juzgada, por lo que me encaminé hacia allí. Una vez estuve en el centro, se iluminó el estrado y un juez de tres cabezas ataviado con poco más que harapos, se sentó en su asiento, que quedaba a una altura considerable del mío, que me hizo sentir diminuta.

– [b][i][color=#C2A765]Con la venia, su señoría, me gustaría… [/color][/i][/b]- Empecé presentándome tal como haría ante un tribunal real, pero me detuvo.

– [b][i][color=#6f665e]Kaywinit Lee Echolls…[/color][/i][/b] – Me interrumpió la cabeza del centro. – [b][i][color=#6f665e]…has venido a ser juzgada…[/color][/i][/b] – Después, habló la primera. – [b][i][color=#6f665e]…antes de tu paso a la otra vida.[/color][/i][/b] – Finalmente, la última.

– [b][i][color=#C2A765]Adelante[/color][/i][/b].- No sonaba muy convencida, pero poca gente en mi lugar lo habría estado.

– [b][i][color=#6f665e]Tu vida llegará a su fin, ¿estás preparada para dejarlo todo atrás?[/color][/i][/b] – La cabeza del centro, que parecía llevar la voz cantante, clavó su mirada en mí.

– [b][i][color=#C2A765]S—no[/color][/i][/b].- Admití.- [b][i][color=#C2A765]Soy demasiado joven para morir[/color][/i][/b].- Intentaba apelar a su conciencia, si es que la tenía.

– [b][i][color=#6f665e]Aún no has llegado a la cima de tu carrera.[/color][/i][/b] – Comentó la izquierda, que parecía más comprensiva. – [b][i][color=#6f665e]Demasiado joven.
[/color][/i][/b] – La de la derecha del todo, de aspecto fiero, también se estaba apiadando de mí. A lo mejor tenía una oportunidad, a lo mejor no tenía que morir.

– [b][i][color=#C2A765]He trabajado muy duro para…nada[/color][/i][/b].- Mi vida se iba por el retrete por un montón de gente que no conocería jamás.

– [b][i][color=#6f665e]Tus estudios, tu carrera, inservibles.[/color][/i][/b] – Apostilló la de la izquierda. – [b][i][color=#6f665e]Pobre marioneta del Destino condenada a sacrificarse.[/color][/i][/b] – Aseguró la central. – [b][i][color=#6f665e]Sólo vas a dónde te han guiado, como una vaca al matadero.[/color][/i][/b]

– [b][i][color=#C2A765]No es justo[/color][/i][/b].- Les expliqué y me fijé en las gradas. Ya no estaban vacías, ahora estaban todas las personas que había conocido a lo largo de mi vida.- [b][i][color=#C2A765]¿Por qué yo? ¿Por qué no…cualquier otra? Illya, por ejemplo[/color][/i][/b].- Estaba entre el público sentada al lado de Ed, pero sabía que no era más que una ilusión, así que: ¿Por qué no intentarlo? Al fin y al cabo, llevaba muerta mucho tiempo.

– [b][i][color=#6f665e]No tienes elección, fuiste creada para ello.[/color][/i][/b] – Aseguró la del medio. – [b][i][color=#6f665e]Pobre chiquilla.[/color][/i][/b] – El de la izquierda negaba con la cabeza.

– [b][i][color=#C2A765]¡Es injusto![/color][/i][/b]- Exploté desesperada.

– [b][i][color=#6f665e]Lo sé niña, sabemos bien lo que es la injusticia.[/color][/i][/b] – Aseguró la de la izquierda. – [b][i][color=#6f665e]Podemos protegerte a ti y a los tuyos, aquí dentro.[/color][/i][/b] – Le interrumpió el del centro. – [b][i][color=#6f665e]El mundo perecerá, pero vosotros sobreviviréis aquí.[/color][/i][/b] – Y acabaron las tres.

Miré a mi alrededor. Vi a todos los que alguna vez había conocido: amigos, enemigos, compañeros de clase y de trabajo e incluso, mi madre, mis hermanas y Ed. No todos estarían a salvo, pero sí los que eran importantes para mí. Era una posibilidad y aunque fuera una elección cobarde, cualquier cosa era mejor que estar muerta.-[b][i]
[color=#C2A765]¿Ed estaría a salvo…?[/color][/i][/b]- Pregunté con un hilo de voz y no me atreví a mirarlo. No sabía qué pensaría de mí si eligiese esa opción.-[b][i][color=#C2A765]¿Y también mi madre y mis hermanas?[/color][/i][/b]

– [b][i][color=#6f665e]Tu madre ya está fuera, es un pequeño precio.[/color][/i][/b] – Aseguró la cabeza de la derecha, la más severa. – [b][i][color=#6f665e]Vuestras vidas por las suyas.[/color][/i][/b] – Añadió sin miramientos. – [b][i][color=#6f665e]Aquí, siempre así. Siempre a salvo.[/color][/i][/b]

Pensé en qué pasaría si nos quedásemos. En una eternidad sin poder ver el sol, aburridos y solos, sin nadie más que nosotros mismos, como si fuéramos animales salvajes arrancados de nuestro entorno para vivir entre cuatro paredes.- [b][i]
[color=#C2A765]No condenaría a la humanidad, especialmente a las personas que me importan por vivir encerrada como si fuera un hámster[/color][/i][/b].- Solté casi sin pensarlo.- [b][i][color=#C2A765]El amor eterno no existe. No condenaría a Ed a pasar el resto de su vida conmigo[/color][/i][/b].- El romanticismo nunca había sido mi fuerte. No creía en el futuro y menos aún, en el “y fueron felices para siempre”.

– [b][i][color=#6f665e]¿Nuestra oferta no es suficiente?[/color][/i][/b] – Espetó la cabeza de la derecha con furia. – [b][i][color=#6f665e]¿La muchacha quiere más?[/color][/i][/b] – Se notaba el sarcasmo a kilómetros.

– [b][i][color=#C2A765]Quiero una vida mejor para mí, pero ya que no puedo conseguirla…al menos no me llevaré la de los demás por delante[/color][/i][/b].- Les miré y luego, miré a las gradas.- [b][i][color=#C2A765]Mis hermanas y mi madre no estarán solas[/color][/i][/b].- Hice una pausa, no quería llorar.- [b][i][color=#C2A765]Y Ed tiene a Illya, aunque ni él mismo lo sepa[/color][/i][/b].- Me miré las manos, ya no eran transparentes, pero sabía que algo de verdad había en lo que me mostraron en ese pasillo.- [b][i][color=#C2A765]En esta ecuación la que sobra soy yo[/color][/i][/b].

El jurado se quedó en silencio y el público se fue difuminando hasta desaparecer, como mis manos unos minutos antes. Después, las tres cabezas dialogaron entre ellas y, finalmente, hablaron en voz alta para dar su veredicto.- [b][i][color=#6f665e]La chica es ambiciosa.[/color][/i][/b] – Comenzó la de la izquierda. – [b][i][color=#6f665e]Y justa.[/color][/i][/b] – Le recordó la de la derecha. – [b][i][color=#6f665e]No se ha nublado por sus sentimientos.[/color][/i][/b] – Explicó la central y, tras decir eso, las cabezas se fusionaron en una, y el estrado se dividió en tres atriles, dejando a un anciano monje frente a ellos.
Comprendí que debía bajarme de la plataforma y eso hice.- [b][i][color=#C2A765]¿Quién eres…?[/color][/i][/b]- Le pregunté cuando estaba a su altura. Ya no era amenazador, simplemente un hombre mayor de aspecto cansado.

– [b][i][color=#6f665e]Querida muchacha soy…fui, el Reverendo Rowe.[/color][/i][/b] – Esbozó una sonrisa cansada. – [b][i][color=#6f665e]Tienes una cita ineludible, solo te entretendré con una cosa más, una última elección[/color][/i][/b] .- Los atriles se iluminaron y pude ver que sobre ellos había tres cajitas de madera tan apolilladas como las gradas.

– [b][i][color=#C2A765]¿Para qué quiero elegir si…?[/color][/i][/b]- No terminé la frase. Dolía demasiado.
– [b][i][color=#6f665e]El libre albedrío nos hace humanos, por eso nos equivocamos, por eso debemos hacer nosotros el esfuerzo, es parte de la carga de la libertad.[/color][/i][/b] – Se detuvo frente al primero y abrió la caja. Sobre un almohadón ajado había una especie [URL=http://moondale.whedonverso.com.es/personajes/wp-content/uploads/2014/06/kay13.png]de perla diminuta de color verde[/URL], en cuyo interior había un líquido. Supuse que debía ser una ampolla que debía abrir para beber el brebaje-. [b][i][color=#6f665e]El conocimiento te ayudará a entender todo lo que está pasando, lo que ha pasado, y lo que pasará.[/color][/i][/b]

– [b][i][color=#C2A765]Cuanto más sé sobre mi vida, más deseo ser una ignorante[/color][/i][/b].- Admití y cerrándola con fuerza. El conocimiento era tentador, pero no quería saber más. Era más feliz cuando vivía en Barcelona y mi única preocupación era qué comida preparada iba a cenar aquella noche. Todo era más fácil cuando la persona con la que estaba no debía salvar el mundo.
Descubrió la siguiente. Esta vez,
[URL=http://moondale.whedonverso.com.es/personajes/wp-content/uploads/2014/06/kay12.png]la perla era roja[/URL].- [b][i][color=#6f665e]Esta opción te llevará a un mundo nuevo, tu utopía.[/color][/i][/b] – El estómago me dio un vuelco.

– [b][i][color=#C2A765]¿Y cuál es mi utopía?[/color][/i][/b]- Me crucé de brazos, esperando a ver si me conocían tanto como creían.

– [b][i][color=#6f665e]Eres importante, reconocida por todos en todos los ámbitos. Tienes fama, dinero, salud y tu familia y amigos te veneran.[/color][/i][/b] – Noté que el corazón se me aceleraba. – [b][i][color=#6f665e]No hay magia, para nadie, ni seres sobrenaturales.[/color][/i][/b] – Parecía perfecto, demasiado.

– [b][i][color=#C2A765]Tentador[/color][/i][/b].- Dejé escapar un suspiro.- [b][i][color=#C2A765]¿Cuál es el «pero?[/color][/i][/b]- Le escruté la cara surcada por las marcas de la edad.

– [b][i][color=#6f665e]Este mundo desaparecerá a manos del Gran Mal.[/color][/i][/b] – Se refería al Doctor o al Maestro o como fuera que le llamasen ahora. – [b][i][color=#6f665e]El futuro que has visto, sin ti.[/color][/i][/b]- Se refería a la visión en la que me hacía cargo de los huérfanos.

– [b][i][color=#C2A765]Entonces no es un mundo sin magia[/color][/i][/b].- Sentencié con fastidio. Un mundo sin magia es uno en el que además de no haberla, no te borran del mapa porque no la haya. Cerré la tapa con más cuidado que la vez anterior.

– [b][i][color=#6f665e]Y el último, chiquilla: existencia[/color][/i][/b].- Descubrió la caja y en su interior vi [URL=http://moondale.whedonverso.com.es/personajes/wp-content/uploads/2014/06/kay11.png]una perla dorada[/URL].

– [b][i][color=#C2A765]Existencia efímera[/color][/i][/b].- Maticé sin apartar la vista de ella.
– [b][i][color=#6f665e]¿Lo es?[/color][/i][/b] – Preguntó mirándome.

– [b][i][color=#C2A765]Teniendo en cuenta que voy a morir ahora, sí. Pero mejor morir que nunca haber vivido[/color][/i][/b].- Las otras opciones no eran viables: no necesitaba saber por qué lo habían hecho, ni ir a una realidad que acabaría condenada, pero sí quería existir. Lo deseaba más que nada en el mundo.

– [b][i][color=#6f665e]Es una interesante perspectiva.[/color][/i][/b] – Concedió con, lo que parecía, orgullo.

– [b][i][color=#6f665e]Tu elección, muchacha.[/color][/i][/b] – Me instó.

– [b][i][color=#C2A765]Ya te la he dicho[/color][/i][/b].- Finalicé encogiéndome de hombros.

– [b][i][color=#6f665e]Toma tu elección y continúa tu camino, muchacha, eres ‘El Conducto’.[/color][/i][/b] – Cogí la caja que contenía la perla dorada y la sujeté entre las manos, como si me fuera la vida en ello.

– [b][i][color=#C2A765]Gracias[/color][/i][/b].- Le dije de corazón.- [b][i][color=#C2A765]Espero que en el futuro no le toque a nadie ocupar un lugar similar al mío[/color][/i][/b].- El anciano asintió y me di la vuelta para salir de allí, sin prisa pero sin pausa.

Tampoco era necesario ir con prisa a mi propia muerte.

[spoiler]Post complicado. Espero que os guste ^^ [/spoiler]

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