Moondale

UNA CIUDAD DEMONIACA

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=5] El Vigilante | Casino ‘FENNU DE SHEN’, Louna

[color=#000000]Noche[/SIZE][/color][/font][/b][/align]

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El sonido de los coches en el exterior aturdía, parte porque estaban en el exterior del mayor casino de Louna, y parte porque el sonido estaba pobremente paliado por la carrocería metálica de la furgoneta negra, la clásica de actividades delictivas o de actividades policiales, la que vale tanto para un roto como para un descosido, como habría dicho Diana.

Al acordarse de su amiga, su mente se desvió ligeramente, hasta verla riéndose a mandíbula batiente junto a Daniel y Sarah. La razón de su carcajada parecía venir de lo que sea que estuviese metiendo en una caja de regalo, con una etiqueta que ponía “Ed”.

Esbozó una sonrisa, deseando disfrutar de las fiestas con tranquilidad, especialmente después de todo lo que había pasado, y de lo que aún estaba pasando, pero primero tenía que ayudarles, le necesitaban, y la vida de una chica corría peligro.

Volvió a centrarse en ella, alta, esbelta, de pelo castaño oscuro y sonriente, o al menos cuando no estaba hablando con los muertos. Su mente se trasladó rápidamente a otro lugar, y pudo verla perfectamente, con un escueto vestido, sentada frente a una mesa de Blackjack.

Parecía llevar una mano ganadora, de nuevo, con esa ya debían ser diez seguidas, pero no le dio tiempo a aprovecharla porque un par de tipos con traje y pinganillos en las orejas se acercaron y le indicaron que se levantase.

Ella les acompañó, pero antes hizo un gesto con las manos a la espalda, una señal para él, que sabía que la observaba, un dos con la mano, se la llevaban al segundo piso.

Empezó a subir las escaleras, escoltada por los dos guardias. En ese momento Ed decidió poner a los demás al día.

– [b][i][color=#266EAC]Se la llevan al segundo piso.[/SIZE][/i][/b] – resumió tratando de concentrarse para no perderla de vista. Cuando se trataba de cosas sobrenaturales, convenía no despistarse, porque podían conducirla a un lugar oculto a simple vista, y en este caso, sus compañeros sospechaban que era así. Y no se equivocaban, no tardó en comprobarlo cuando llegaron a una especie de sala de espera y la chimenea se difuminó dejando ver un arco y una amplia puerta. – [b][i][color=#266EAC]Hay una chimenea que en realidad es una puerta con un conjuro de ilusión.[/color][/i][/b] – lo que más le preocupaba a Ed era que esa puerta era demasiado grande para una persona normal.

Escuchó a Bill contenerse para no soltar una maldición, los años siendo padre se notaban. – [b][i][color=#585F7D]¿Cómo han podido descubrirla tan pronto?[/color][/i][/b]- preguntó visiblemente enfadado, aunque también preocupado, a partes iguales.

– [b][i][color=#8F532C]No sabemos cuantos clanes Oni trabajan en este casino, alguno de ellos puede tener alguna capacidad de detección.[/color][/i][/b] – intervino su otro compañero, el que le había pedido el favor de ayudarles con su poder.

– [b][i][color=#266EAC]No paraba de ganar.[/color][/i][/b] – aclaró el brujo, tratando de mantener la concentración para no pensar en Vincent y Bill y terminar viéndose a sí mismo junto a ellos, eso siempre desorientaba, incluso llegaba a marear.

Ed escuchó un golpe en la mesa.- [b][i][color=#585F7D]¿Usará la cabeza para algo más que para lucir ese ridículo sombrero?[/color][/i][/b]- espetó, estaba preocupado, y no podía culparle. Según le habían informado, ese casino estaba regentado por un jefazo entre los Oni, el clan de demonios japoneses que habían intentado acabar con los Moondies y los vampiros a la vez haciendo que peleasen entre ellos.

Por suerte Sarah había decidido que era mejor delegar la responsabilidad de los Oni hacia Bill, Vincent y los Búhos y había demostrado ser una gran decisión. De lo contrario, ahora probablemente el Doctor camparía a sus anchas.

– [b][i][color=#8F532C]Tenemos que entrar sin levantar muchas sospechas.[/color][/i][/b] – aseguró Vincent.

– [b][i][color=#585F7D]Maclay, ¿qué está pasando?[/color][/i][/b]- preguntó Bill suspirando.

– [b][i][color=#266EAC]Forcejea con un par de tipos que la hacen sentarse en una silla.[/color][/i][/b] – narró el hechicero tal como estaba viendo en ese momento. Por suerte no le habían hecho daño, solo la habían obligado a sentarse. – [b][i][color=#266EAC]Los mira…acaban de cambiar de apariencia, de zorro.[/color][/i][/b] – podría parecer una visión de cuento de hadas, o incluso graciosa, el hecho de ver a unos tipos trajeados con cabeza de zorro, pero en realidad era una visión antinatural, sabías que eran zorros, pero no podrías ver a un pobre zorro silvestre y a esos demonios y pensar que eran lo mismo, la oscuridad se veía en ellos, en sus ojos, en sus dientes.

– [b][i][color=#8F532C]Kitsune. Hemos dado con el gordo.[/color][/i][/b] – dijo Vincent, en parte emocionado y en parte preocupado.

Se hizo el silencio unos segundos, solo roto por el sonido de las manos de Bill al posarse sobre su cabeza, luego en la mesa y luego en la cabeza de nuevo. – [b][i][color=#585F7D]Tienes razón, Vincent. Tenemos que entrar[/color][/i][/b].- admitió.

Después empezaron a discutir entre ellos la mejor forma de entrar, pero Ed trató de evadirse para seguir centrado en la chica, que era la que corría especial peligro en ese momento, sobre todo a juzgar por la inclinación que acababan de hacer los dos demonios zorro ante el tipo que acababa de entrar, y que ahora observaba a Karen de arriba a abajo. Pero sus ojos parecían ir mucho más allá, como si le mirasen a él directamente, como si supiera que le observaban. En ese momento perdió la concentración.

– [b][i][color=#8F532C]Podemos intentar colarnos por la escalera de incendios, si están concentrados en ella puede que no nos detecten.[/color][/i][/b] – escuchó sugerir a Vincent. Trató de concentrarse de nuevo para ver lo que estaba ocurriendo, pero no veía nada.

– [b][i][color=#266EAC]No la veo.[/color][/i][/b] – dijo el hechicero maldiciendo, mientras continuaba intentándolo una y otra vez.

– [b][i][color=#585F7D]¿Qué quieres decir con eso?[/color][/i][/b]- preguntó Bill, visiblemente nervioso.

– [b][i][color=#266EAC]Que…[/color][/i][/b] – empezó a decir el hechicero.

– [b][i][color=#8F532C]…la hemos perdido.[/color][/i][/b] – finalizó el guerrero de Darkonia.
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[align=center][SIZE=5]Continuara…[/SIZE][/align]

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