Dominic Williams | Subterraneo 3
Desperté sobresaltado como si una mala pesadilla hubiese tenido, solo que no recordaba haber soñado nada y la pesadilla estaba en el mundo real. Mire a mi alrededor y pude comprobar que seguía en esa habitación blanca, esas paredes blancas que veía mientras me encontraba inmóvil en ella, sin poder moverme pero despierto.
Me incorporé y me senté en el borde de la cama, una cama durísima, tal vez el suelo fuese más blando. Me pase las manos por la cara preguntándome cuanto tiempo habría dormido, no recordaba cuantas veces había despertado ya en esa habitación, no recordaba el día de la semana, no recordaba cuanto tiempo llevaba en este lugar.
Me levante y puse mi mano en la pared para evitar tambalearme de un lado a otro. El suelo esta helado, helado como el corazón del que me tuviese encerrado aquí. Me acerque hasta lo que parecía ser un pequeño baño con un inodoro, un lavabo y una ducha. Me quite el pijama que tenia puesto y me metí en la ducha, necesitaba espabilarme y pensar alguna manera de salir de este sitio. Al mirar el los brazos me di cuenta de que tenia un par de pinchazos en cada brazo. [i]Vaya, parece que alguien se ha entretenido en jugar conmigo.[/i] Mientras me colocaba el pijama limpio escuche como se encendía un altavoz.
[b]- Ya es hora de que despertéis. -[/b] Salí del baño minúsculo y me acerque hasta el cristal que daba a un pasillo y el resto de celdas. En el pasillo había un hombre con un traje militar y una mujer con una bata blanca que mantenía la cabeza agachada. [b]- Seguramente os preguntaréis la razón de que estéis aquí. Es sencilla. Sois abominaciones, seres deplorables que sólo estáis en la tierra para amenazar a la raza humana y mi trabajo es protegerla, protegerla de vosotros. -[/b] [i]¿Pero que? ¿este tío iba en serio? ¿tengo pinta de vampiro o demonio?.[/i] Al mirar en la celda de enfrente vi a una chica muy guapa. [i]Bueno, tal vez ella sea una vampiresa.[/i] [b]- De ahora en adelante, podéis llamarme Teniente Preston, mi palabra aquí es la ley y dado que vuestra estancia aquí es indefinida, os conviene no retarme. – Podéis dar las gracias de servir de ayuda para mejorar la calidad de vida humana, si por mi fuera estaríais todos en una pira llameante.[/b]
Tras pronunciar esas últimas palabras tan amigables se giró y pasó por mi celda rumbo a la salida. Le hice un saludo militar esperando que con un poco de suerte entrara en la celda para darme de hostias, momento que aprovecharía para partirle el cuello con mis propias manos. En vez de eso simplemente me echó una mirada asesina y siguió su camino. [i]Capullo.[/i]
La mujer que iba con él entro en una de las celdas que estaban frente a la mía, tras unos segundos volvió a salir con un hombre de unos treinta años, iba esposado y no tenia cara de muy buenos amigos. Junto a la celda que acababa de quedar libre pude ver a una chica que me sonaba. [i]¡Pues claro!, es la chica de las llaves. Ya lo recuerdo. Intente salvarla de unos tíos que iban en plan comando.[/i] Comencé a dar golpes en el cristal, pero parecía no escucharse nada, ni siquiera la chica de enfrente se giro para mirar. Pare de dar golpes en el cristal y me tumbe en el suelo esperando a que ocurriese algo.
[spoiler]Si, no tengo fotos con Dominic en plan pordiosero, algún problema en la que se esta duchando ¬_¬ xDDDD[/spoiler]
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