Daniel Arkkan | Subterraneo tres

Hacía apenas unos minutos que había decidido no comer y mi estómago ya estaba pidiendo la rendición, la comida era mi punto débil, justo por detrás de Sarah. Traté de evitar pensar en la comida, así que pensé en Sarah. Me sentía impotente al no poder hacer nada, me había fijado en todos los aspectos que estaban a mi vista, incluso había investigado a fondo el baño, pero todo me conducía a una simple opción, esperar el momento propicio, o crearlo. Mientras investigaba el baño vi que había un pijama limpio y una toalla en un estante, entonces decidí darme una ducha, no tenía ni idea de cuanto tiempo llevaría con ese pijama, [i]mejor no saberlo.[/i]

Así que me quité el pijama y me metí en la ducha, mientras estaba bajo el agua, más fría que caliente, no pude dejar de pensar en Sarah y darle vueltas a la forma de sacarla de aquí, debía tener varios planes alternativos, sólo por si acaso. Salí de la ducha y cogí el pijama, miré los números marcados en el pecho [i]somos como ganado para ellos…[/i], dejé la parte de arriba y me puse los pantalones, y así llegamos a como estaba ahora, muerto de hambre.

Por mucho que intentaba centrarme en los puntos débiles de la sala, la idea de lo que le podían hacer a Sarah no abandonaba mi mente, y eso me impedía pensar con claridad. [i]Las prisas nunca son buenas.[/i] Al menos eso solía decir mi padre, si él estuviera en mi lugar habría dado con algo, McLeod habría dado con algo, en primer lugar la culpa era mía por dejarnos capturar, no debí bajar la guardia.

Lo que nunca imaginé es que los humanos también fueran a ser un problema, como si no tuvieramos ya suficiente con luchar contra los demonios. Tantos sacrificios para que al final este sea el agradecimiento, capturados, investigados y quien sabe que más.

Despejé como pude mi mente, traté de utilizar una técnica de relajación que me enseñó mi madre y me centré. Escapar de la celda era el primer problema, eso no era imposible, pero luego venían los problemas morales, si conseguía salir de la celda y sacar a Sarah y todos los que pudiera, cómo conseguiría evitar la pérdida de vidas, tanto de captores como de capturados. Además había otro tema, ¿los liberaba a todos?, no podía fiarme, y quien era yo para juzgar quien debía salir y quien no. [i]Todo son problemas…demasiados,[/i] pero tenía que resolverlos para sacar a Sarah de ahí, eso era lo principal, volver a verla sonreír, eso sería mejor que volver a ver la luz del sol.

Me levanté del suelo y me acerqué al cristal, no había nadie en el pasillo, y Sarah parecía no haberme visto aún. Miré las celdas contiguas a la suya, a su derecha la celda estaba ocupada por una chica joven, no conseguía ver al ocupante de la otra celda, debía estar al fondo de la misma.

De pronto un grito rompió mi observación.

– ¡Joder! – el grito parecía proceder de la celda de mi izquierda, me acerqué a la rendija y pregunté: [b]¿Hay alguien ahí?[/b] – parecía una tontería, porque evidentemente había alguien, pero no sabía qué narices preguntar.

[spoiler]Minipost, pero tenía que dejarlo ahí para que Dave continúe en el suyo[/spoiler]