Jane – Bosque del Crepúsculo
¿Tarde?
Iba a contestarle que no me afectaba, pero volvimos a perder la consciencia y cuando desperté estaba sola en una habitación sin ventanas, con un camastro y una palangana para hacer mis necesidades.
– No puede ser…– susurré y alguien tocó a mi puerta. No contesté, pero esa persona se dio por invitada y entró.
Frente a mí había una mujer de unos treinta y pocos años, con el cabello negro y una toga romana.- Hola, Jane.- al escuchar mi nombre, me eché hacia atrás.- Mi nombre es Caitriona y he venido a hacer un trato…
– [Jane]Hola, Caitriona. Yo soy Jane y no me hace ninguna gracia estar aquí encerrada[/Jane].- la saludé con desdén. Me fijé en que había unas cadenas y unas esposas en la pared. Por suerte, había decidido no atarme. Todo un detalle por su parte.
– [Caitriona]Eso tiene arreglo[/Caitriona].- esbozó una sonrisa. Era la de alguien que es consciente del poder que tiene y sabe cómo utilizarlo.
Ella era lo único bonito de aquel antro. La habitación estaba sucia y olía a cerrado. Me habría gustado poder quitar las mugrientas sábanas y tirarlas a la basura, pero me daba la sensación de que no iba a quedar muy bien.
– [Jane]Pues arréglalo[/Jane].- carraspeé e intenté darle una vuelta a la frase.- [Jane]Por favor[/Jane].
– [Caitriona]Quiero que escuches mi trato y después, cuando el resto hayan hecho lo mismo: podrás irte[/Caitriona].- me fijé que avanzaba hasta mí con la intención de sentarse a mi lado, pero negué con la cabeza y ella materializó una silla.
– [Jane]No parece muy práctico. Puede que haya quien tarde días en decidirse[/Jane].- me imaginé a mi hermano debatiéndose consigo mismo para, al final, quedarse con la peor opción.
– [Caitriona]Yo no hago las normas[/Caitriona].- sus penetrantes ojos negros se clavaron en los míos y desvíe la mirada. No quería mostrar debilidad, pero tampoco sabía qué decirle y me quedé callada.- [Caitriona]¿Quieres escuchar el trato que he venido a hacer contigo?[/Caitriona]- preguntó al ver que el silencio no parecía tener fin.
Asentí por inercia. Estaba casi segura de que le iba a decir que no, porque alguien que te deja inconsciente para ofrecerte algo, no puede tener buenas intenciones.
Caitriona bajó la vista y, cuando nuestros ojos se encontraron, vi un destello de malicia en ellos.- [Caitriona]Puedo liberarte de tu maldición[/Caitriona].
– [Jane]¿Te refieres a mi poder o me has hecho algo y tengo que liberarme de eso?[/Jane]
Soltó una carcajada y unas arrugas se formaron alrededor de aquellos ojos rasgados.-[Caitriona]Tu poder[/Caitriona].
Al escuchar eso, me envaré. Mi poder. Mi maldición. La mierda que me impedía relacionarme con normalidad. Vale, Caitriona era buena, no podía negarlo.
– [Jane]Te escucho[/Jane].- la voz me tembló. Me imaginé cómo sería mi vida sin el miedo a dejar frito a cualquiera y no estaba mal. Seguía teniendo una familia terrorífica y miles de problemas para relacionarme, pero la panadera no correría peligro si me daba el cambio en la mano sin llevar guantes.
Y luego estaba…eso. El sexo. Si mi relación con Alexander progresaba, no tendría que preocuparme por ello, pero ¿y si éramos incompatibles? Nunca podría estar con nadie si no lograba controlar esa parte de mí.
Caitriona se puso en pie, me pidió que me levantara y colocó su mano en mi hombro. Por suerte, mi blusa blanca de manga larga nos protegía a ambas. Durante unos segundos, no noté nada, pero una vez se apartó, sentí como si me hubieran quitado un enorme peso de encima.- [Jane]Si no he aceptado el…[/Jane]- balbuceé.
– [Caitriona]¿Puedo?[/Caitriona]- y vi que, de nuevo, se acercaba a mí.
Tenía la cabeza tan embotada que le dije que sí y con uno de sus dedos me rozó el brazo. El vello se me erizó por el contacto de alguien ajeno a mí.- [Jane]Es…[/Jane]
– [Caitriona]Esto podría ser así[/Caitriona].- su dedo siguió subiendo. Caitriona se estaba animando.- [Caitriona]Siempre[/Caitriona].
Me aparté un poco turbada.- [Jane]¿Qué…qué tengo que hacer?[/Jane]
– [Caitriona]Solo quiero a cambio…a tu madre[/Caitriona].
– [Jane]¿A mi madre?[/Jane]- no era capaz de entender lo que me estaba diciendo. Mi madre era una persona. No podía darle a una persona, por muy mal que me cayera.
– [Caitriona]Si me das a tu madre, te liberaré de tu maldición[/Caitriona].- volvió a sentarse en la silla y yo caí de culo contra el colchón.- [Caitriona]Es un precio justo[/Caitriona].
– [Jane]Pero…es mi madre[/Jane].- susurré.
– [Caitriona]No os lleváis bien y es un lastre para toda tu familia[/Caitriona].- resumió como si estuviera leyendo el más cruel de mis pensamientos.- [Caitriona]Ni siquiera es buena madre[/Caitriona].
Me mordí el labio inferior con fuerza. Mi madre. Pensé en todas las veces en las que habíamos discutido a gritos por los tratamientos de Elliot, porque era demasiado fría, porque estaba cansada de cenar siempre las mismas cuatro cosas. En definitiva, la mayor parte del día nos lo pasábamos sin hablarnos, porque éramos incompatibles, pero de ahí a querer borrarla de la existencia.
– [Jane]No es perfecta, pero es la que tengo y hace las cosas lo mejor que puede viendo las cartas que le han tocado[/Jane].- noté cómo los ojos se me llenaban de lágrimas. La recordé en mi habitación sentándose a escuchar el nuevo single de Taylor Swift solo porque me hacía ilusión o cómo me hacía las trenzas más bonitas de toda la clase. Recordé todas las noches que la había escuchado llorar hasta quedarse dormida, porque lo de Elliot no tenía arreglo o lo mucho que había luchado para que no perdiéramos la casa cuando mi las facturas se iban acumulando y ella solo cenaba un café para que a nosotros tres no nos faltara de nada. Quizás no era la más cariñosa ni la más simpática, pero es que la vida de mi madre daba para escribir un libro.- [Jane]Lo siento, pero es un precio que no quiero ni puedo pagar. La familia Williams será una mierda, pero es mi mierda[/Jane].- espeté con orgullo y me levanté para irme en dirección a la puerta.
La abrí y salí, pero cuando atravesé el umbral vi que estaba de nuevo en la habitación. Caitriona me miraba con una expresión divertida, pero a mí no me hacía tanta gracia, porque volvía a notar la carga conmigo.- [Jane]Acabo de quedar como una idiota…[/Jane]
– [Caitriona]Tienes que esperar a que el grupo decida[/Caitriona].- cuando se puso en pie, la silla desapareció. Habría sido gracioso que fuera al revés.- [Caitriona]Volveremos a vernos[/Caitriona].
– [Jane]¿Es una amenaza?[/Jane]- me crucé de brazos, en un claro gesto de estar a la defensiva.
– [Caitriona]Más bien un deseo[/Caitriona].- y se encaminó hasta la puerta. Seguro que ella no aparecía otra vez aquí.- [Caitriona]Para las chicas guapas siempre tengo una trato extra, pero esperaré a que me busques tú[/Caitriona].
– [Jane]En tus sueños, chata[/Jane].
– [Caitriona]No, Jane. Será en los tuyos[/Caitriona].- y al decir eso, cerró la puerta.
En ese momento no entendí a qué se refería y para cuando lo hice: ya era tarde.
You can leave me here alone
I’m just tryin’ to do what’s right
Oh, a (wo)man ain’t a (wo)man unless he’s fought the fight
Waste of space in a faceless crowd
Tell me what I have to say
If you know what’s right then you’ll walk away
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