Lexie – Bosque del Crepúsculo
¿Tarde?
Podría contaros el mismo rollo que os ha contado el resto del grupo, pero sería tan aburrido como un podcast de Leo contando la situación del tráfico en Louna. Lo importante de esto es que me desperté desorientada, con la boca seca y un leve dolor de cabeza, que evidenciaba la mierda de colchones que teníamos en la nave. Me imagino que también influía que quedarse inconsciente con al asiduidad de una preñada tampoco es que fuera bueno.
Viendo la de mugre que había en aquella cabaña, opté por alejarme de la cama y me quedé de pie. A saber quién se había acostado ahí y cuándo había cambiado las sábanas por última vez.
En esas estaba cuando la tal ¿Caitona? ¿Caitriona? se presentó, explicó que venía a ofrecerme un trato y materializó una silla para sentarse. Le pedí una para mí, porque seguro que estaba más limpia que el resto del mobiliario y así lo hizo.- [Lexie]Ahora cuéntame de qué va ese trato y por qué tendría que interesarme[/Lexie].- espeté en un tono que en Louna conocíamos como «normal», pero que a la gente de fuera le sonaba como el culo.
– [Caitriona]Puedo ayudarte a mejorar tu poder de tal forma que podrías darle su merecido a todas las personas que alguna vez te hicieron daño[/Caitriona].- escuché su propuesta con atención. Mi familia tenía mucho dinero, muchísimo. Teníamos varias casas, coches, motos, un barco, tanta ropa en el armario que a veces descubría nuevos vestidos o le acababa regalando a las chicas Drow un pantalón con la etiqueta puesta.
Pero hay cosas que el dinero no puede comprar y una de ellas es la venganza. Mi padre, aunque era rico, no se codeaba con gentuza. Los Drow, como mucho, le podían dar una paliza a alguien y ese tampoco era su estilo. Siempre estaba la posibilidad de vagar por Endless hasta dar con un servidor chungo, pero no merecía la pena. La venganza satisfactoria era aquella que llevabas a cabo con tus propias manos.- [Lexie]Te escucho[/Lexie].- me retrepé en la silla y observé mis mallas de leopardo y mis deportivas con incrustaciones que imitaban al oro. Tenía estilazo, las cosas como son.
Caitriona se levantó, con aquella toga que bien podía haber lavado antes de venir a verme y pidió permiso para rozar mi brazo. Entonces, un tirón me llevó hasta mi pasado en el que vi cómo se reían de mí, en todas mis caras y apariencias: a veces por sorda, unas por pija, otras por juntarme con frikis y otras por vivir mi sexualidad sin miedo. La visión continuó avanzando y me vi dándole su merecido a todas aquellas personas. Era tan divertido de ver como una película de The Purge, pero tenía el mismo sentido, es decir, ninguno.
Cuando todo terminó, Caitriona volvió a sentarse en su silla.- [Caitriona]Todo eso podría ser tuyo[/Caitriona].
Decidí jugar un poco con ella y sonreí emocionada.- [Lexie]Es…increíble[/Lexie].- fingí.- [Lexie]¿Qué-qué me pides a cambio?[/Lexie]- viéndolo con perspectiva, me pasé un poco con el tartamudeo, pero es que mi maestro había sido Idris, que era el rey de la sobreactuación.
Caitriona parecía tan segura de sí misma que entre su ego y el mío íbamos a acabar aplastadas contra las paredes.- [Caitriona]A cambio de esto que has visto, solo te pido no volver a sentir el amor de nadie. Es decir, la venganza a cambio del amor[/Caitriona].
– [Lexie]Pero seguiré teniendo sexo, ¿verdad?[/Lexie]- pregunté como si me interesara lo que me estaba diciendo yme lo estuviera planteando en lugar de escuchar en bucle en mi cabeza ‘R.I.P’ de Sofía Reyes. Bim-bari-bom-bom, bari-bom-bom…
– [Caitriona]El sexo y el amor no están reñidos[/Caitriona].- sentenció.- [Caitriona]Y bien, ¿aceptas?[/Caitriona]
Me quedé en silencio unos minutos de cortesía. Bim-bari-bom-bom, bari-bom-bom…
– [Lexie]La verdad es que no, pero gracias por la oferta de mierda[/Lexie].- le solté sin pensarlo.
– [Caitriona]Parecías convencida[/Caitriona].- admitió contrariada.
– [Lexie]Nunca te fíes de una Tanuki, ciela[/Lexie].- coloqué las manos a la altura de mi barbilla como la del meme aquel.
Vi que fruncía el ceño y antes de que me quitase la silla, me levanté.- [Caitriona]Volveremos a vernos, Alexandra Karen Reed[/Caitriona].- me amenazó poniéndose en pie y dejando que su silla desapareciera en un vórtice.
– [Lexie]Por más que quieras, soy una Fenris, cariña[/Lexie].
– [Caitriona]Eso dices tú[/Caitriona].- y cerró la puerta.
En el fondo, me había jodido más que me dejara con las ganas de saber si podría salir de ese sitio que su intento de dar a entender que no era la hija de mi padre.
Como ella había dicho, volveríamos a vernos y le demostraría de qué está hecha esta Tanuki.
R-R-R-R.I.P. to the bullshit
Brush it off like, «Go away»
Raise ‘em up to the ceiling
‘Cause I know that you feel, that you feel me
R.I.P, Sofía Reyes
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