Lexie – Nexus
Tarde
Como no estoy segura de quién lo dijo, supongamos que yo misma definí La Flecha como la hija entre la ciudad Blade Runner y El Capitolio. Por ello, tras las explicaciones de Zahra en las que nos quedó claro que aquí el que partía el bacalao era «Antinitaires» y viendo las pintas que tenía todo el mundo, decidí que lo mejor sería conseguir ropa apropiada para la infiltración. Que sí, que ya sé que me vais a decir que si tengo un poder de ilusión por qué no lo creé todo de la nada. Pues a lo mejor porque no me dio la gana.
Idris y yo dejamos al resto tras una ilusión de un callejón y fuimos en dirección a la primera tienda que encontramos, que era el Forever 21 de Nexus. Era aún por la tarde pero lloviznaba y estaba oscuro como en el mes de noviembre a las seis de la tarde. Me estaba dando depresión solo de ver el día que hacía.- [Lexie]Con estas pintas no pasamos de la primera calle[/Lexie].- le expliqué viendo cómo miraban nuestra ropa y la evidente ausencia de implantes visibles.
– [Idris]¿Y si llaman a la poli?[/Idris].-Idris, como buena persona racializada, le tenía más miedo que vergüenza a la policía.
– [Lexie]Tú sígueme el rollo y verán lo que yo quiera que vean[/Lexie].- las puertas se abrieron a nuestro paso y me fijé en que ese momento no había mucha gente comprando. Mejor, menos testigos.
– [Idris]Tú mandas, hermana[/Idris].
En cuanto estuvimos dentro y, viendo que en ese mundo no se llevaba el gel desinfectante, me puse a toquetear las prendas con decisión.- [Lexie]¿Cuántas veces tengo que decirte que esta ropa no es adecuada para alguien de nuestro estatus?[/Lexie] – le grité a un Idris que abría mucho los ojos.- [Lexie]Eh, tú, chica[/Lexie].- chasqueé los dedos.- [Lexie]Necesito ropa para él y para mí[/Lexie].
Una chica de rasgos asiáticos, cabello azul cielo, implantes por todas partes y ropa ciberpunk se acercó a donde estábamos.- [Idris]No sé qué hacemos en esta fodida tienda, seguro que no tienen nada en condiciones. He visto una más arriba, de esa cadena…[/Idris]- mi amigo hacía como que susurraba, pero seguro que le estaban escuchando en la calle de al lado.
– [Elle]En Punks no tienen la calidad de ropa que tenemos aquí, tejida a mano en aldeas de la superficie por elfas del bosque[/Elle].- susurró sin mirarnos directamente. De momento, solo había necesitado echarle morro para que me creyeran.
– [Lexie]Espero que esas elfas estén desparasitadas y limpias[/Lexie].- tercié enarcando una ceja y vi que Idris se mordía el labio para aguantarse la risa.
– [Elle]Por supuesto, aquí todo es de primerísima calidad, desde la ropa a los implantes[/Elle].- nos explicó.
– [Lexie]Pues enséñanos tus mejores prendas, pero rapidito[/Lexie].- la espoleé para nos enseñara lo que tenía, que resultó ser todo horrible. Parecíamos las monjas de clausura del espacio. Me estaba poniendo mala de imaginarme con eso.
– [Elle]También tenemos implantes de todo tipo, mejoras como visión telescópica, estéticos como una tercer pecho, muy popular, o incluso cosas de alto nivel como circuitos subdermicos para piratear las redes[/Elle]. – sonrió.
– [Idris]Nah, ya quedé contento con el segundo pene cibernético. Pero había pensado comprar algo de regalo para el resto, están obsoletos[/Idris].
Viendo que la conversación estaba yéndose por unos derroteros raros, cogí los primeros trapos que supuse que serían de mi talla.- [Lexie]Voy al probador con esto, pero quizás Idris quiera ponerse una tercera teta[/Lexie].
– [Idris]Quizá me quede un par si hay oferta y me haga un segundo culo con pezones[/Idris].- él me imitó y se fue al probador de al lado.
Cuando salimos de nuestros respectivos probadores, me tuve que aguantar la risa. Idris llevaba una especie de chaleco negro y unos pantalones a juego, todo decorado con cientos de correas y tachuelas y yo, por mi parte, llevaba un vestido negro, sin mangas, pero con cuello vuelto y unas botas que pesaban diez kilos como mínimo.
– [Lexie]Y, cuéntame, chica[/Lexie].- me miré al espejo y quise llorar. Parecía mi abuela. Me fijé en que la tienda se iba vaciando de manera progresiva, quizás se acercaba la hora de cerrar.- [Lexie]¿Algo interesante que haya pasado hoy? Estoy súper desconectada últimamente[/Lexie].
– [Elle]¿Novedad? Últimamente sólo se habla de esos terroristas de otros mundos que quieren matar al Arquitecto[/Elle]. – Dris y yo intercambiamos una mirada. – [Elle]Está claro que no se puede ser justo, siempre te envidiarán[/Elle]. – carraspeé al oírla. – [Elle]Si quieres mi opinión, seguro que son esos elfos, les salvó de morir de hambre y mira como lo pagan[/Elle].
– [Idris]Putos elfos, siempre queriendo más[/Idris].- masculló mi amigo.
– [Lexie]Los elfos siempre jodiendo[/Lexie].- intenté ver si podía doblarle un poco el bajo a la falda, pero era imposible sin aguja e hilo.- [Lexie]¿Sabes lo que más miedo me da de los terroristas? Que cualquiera, incluso tú podrías ser una de ellos[/Lexie].
– [Elle]¿Yo? No yo… no mira, tengo méritos para ser clase C y estoy cerca de ser B[/Elle].- me enseñó un implante que llevaba en la muñeca en el que se veían sus puntos acumulados.
– [Lexie]Puedes ser una mentirosa muy buena[/Lexie].- como aquí no existía el covid, cogí un labial morado del estante, lo abrí, lo usé y me lo quedé.- [Lexie]Hay gente que miente tan bien que se mete en tu cerebro y te planta las ideas que quiere, ¿sabes? Como una hiedra venenosa[/Lexie].
Vi que Idris me hacía señas para que parara, pero era incapaz de dejar de mentir. Cuando lo hacía, sentía la adrenalina corriendo por mis venas.- [Elle]No, llevo años en este distrito, desde que demolieron esta parte del barrio de los clase F[/Elle].
– [Lexie]Eso es exactamente lo que diría una terrorista[/Lexie].
– [Elle]¿Cómo sé que no es usted una de ellos?[/Elle] – intenté mantener la calma.- [Elle] He oído que los cibermagos pueden cambiar tus recuerdos[/Elle].
– [Lexie]Porque yo soy muy famosa[/Lexie].- le mostré mi muñeca en la que se veía una ilusión en la que yo era de categoría A+++. Ni siquiera sabía si existía, pero esperaba que sí.
– [Elle]¿Una favorita del Arquitecto? Mil disculpas… no, no lo sabía, llévense lo que quieran, será un honor[/Elle].- agachó la cabeza varias veces.
– [Idris]Me tientas con las tetas, pero creo que con esto tengo[/Idris].- apuntó Idris metiendo ropa para todo el grupo en bolsas que encontró tras el mostrador.
– [Lexie]Somos humildes y solo nos llevaremos esto[/Lexie].- señalé lo que habíamos cogido.- [Lexie]Gracias por todo. Le hablaré al Arquitecto de ti[/Lexie].
Idris y yo empezamos a caminar en dirección a la puerta, cuando la chica nos interrumpió.- [Elle]Gracias mi señora. ¿Podría preguntaros bajo el mando de qué Dedo estáis?[/Elle].
Miré a mi amigo con cara de pánico y él habló.- [Idris]Qué pregunta más poco apropiada[/Idris].- viendo que la chica parecía un poco perdida, conjuré una ilusión para que olvidara que yo estaba allí.
– [Idris]¿Te encuentras bien? ¿Te han hecho algo?[/Idris]- le preguntó él.
– [Elle]Había una mujer contigo…[/Elle]- musitó la chica.
– [Idris]¿Mujer? Acaba de salir un grupo de unas doce personas, al entrar estabas en el suelo, parece que te han dado con eso[/Idris].- en su mano hice ver que había una pesada piedra.
La dependienta se tocó la cabeza. – [Idris]Deberías ver un médico, será mejor que cierres y vayas. Te acompaño hasta la parada[/Idris].
Cerraron la tienda, Idris la acompañó a la parada de bus más cercana y, cuando estuvimos lejos de ella, vi que me iba a caer la bronca.- [Idris]Te has venido arriba, bigotes[/Idris].- me tendió una bolsa para que yo también cargara.
– [Lexie]No sé por qué[/Lexie].- me encogí de hombros.
– [Idris]Ahora dirás que lo tenías controlado[/Idris]. – negó con la cabeza echándose a reír.- [Idris]Estás loca[/Idris].- hizo una pausa y me miró.- [Idris]Así que buscando adrenalina, ¿eh?[/Idris]
– [Lexie]Estaba intentando infiltrarme que es lo que me han pedido[/Lexie].- me defendí un poco molesta.
– [Idris]Y de paso divertirte un rato[/Idris]. – apuntó. – [Idris]Te recuerdo que a efectos prácticos eres una Drow[/Idris].
– [Lexie]Soy más Drow que tú[/Lexie].
– [Idris]El truco está en que yo no sea tan Drow[/Idris].- llovía con fuerza y la calle estaba atestada. ¿Dónde mierda estaba el callejón? – [Idris]Y en que sepa las adicciones de todos vosotros[/Idris]
– [Lexie]¿De qué estás hablando, Dris? No me vengas ahora con moralina barata[/Lexie].- si quería que sacara la navaja, que siguiera por ese camino.
– [Idris]¿Por quién me tomas?[/Idris] – me calmó. – [Idris]Mientras no sea un problema, no me voy a meter con que te guste ser nuestra Loki[/Idris].
– [Lexie]Más vale o te haré creer que tu madre no te quiere[/Lexie].- le amenacé cuando llegábamos al callejón que en teoría estaba vacío, pero en el que nos esperaban los demás.
– [Idris]No tienes tanto poder, mapache con ínfulas[/Idris].
– [Lexie]¿Que no? ¿Quieres que te lo demuestre?[/Lexie]- puse los brazos en jarras.
– [Idris]Sé que no te apetece cansarte en eso[/Idris]. – me puso una mano en el hombro. – [Idris]Ni a mí ver a mami decir cosas chungas. Así que lo dejamos en esto, Rocket[/Idris].
– [Lexie]Sabes de sobra que si me diera la gana sería mala, pero me parece muy cansado[/Lexie].- le recordé.
– [Idris]Demos gracias por eso y porque los rakkthathor tengan ese trabuco[/Idris].- bromeó. Seguro que Noah lo había escuchado, porque estábamos muy cerca.
– [Lexie]Cuando quieras, le digo a Noah que te dé una vuelta[/Lexie].- desconvoqué la ilusión para que fueran saliendo.
– [Idris]Si no fuera un hombre enamorado me lo pensaría, pero mi medio coquito me espera, lista para vestirse de mamarracha como nosotros[/Idris]
Al menos, una vez que estuviera todo el mundo vestido, no me sentiría tan mal por llevar las pintas de una monja del espacio.
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