Moondale

EL VERDADERO COLE

Ruby – Dyavol

Noche

Dejé caer a la criatura montaña abajo con una patada y me limpié el cuchillo con el pantalón. Tras eso, lo guardé en el cinto e inspiré. Eché un vistazo a mi alrededor: estaba oscuro. Qué novedad.

Dyavol era un pedrusco casi carente de vegetación, repleto de seres deseosos de clavarme el diente, putrefacción y agua..

No sé en qué momento me di cuenta de que algo no funcionaba bien. Volvía a la cueva con el maldito pescado desandando el camino que tenía la impresión de haber recorrido mil veces: primero a la derecha, luego la izquierda, treinta metros en línea recta. Izquierda, izquierda otra vez, derecha…

Cuando llegué, vi a Cole tumbado en la postura que había sido la habitual desde su lesión.- [Cole]Hola, nena[/Cole].

Puse los ojos en blanco y dejé el pescado en una superficie que consideré lo bastante limpia. Había algo que me decía que él nunca habría hablado así. Y luego estaba el beso descafeinado que me dio aquel día.- [Ruby]Hola[/Ruby].

– [Cole]¿Te pasa algo?[/Cole]- inquirió incorporándose sobre los codos y sus ojos centellearon con rabia. Rabia. Cole era lo opuesto a eso. Era paz y calma.

– [Ruby]Solo estoy cansada[/Ruby].- tomé aire. Era evidente que algo no iba bien.

– [Cole]Estás preciosa cuando te preocupas[/Cole].

Enarqué una ceja. ¿Él habría dicho alguna vez algo así? ¿Qué era lo último que recordaba haber hecho fuera de este sitio? ¿Cómo se hirió Cole?

Me apoyé contra la pared y me dejé caer contra el suelo. No recordaba nada relevante. La Nave y después, aparecí aquí, en esta puñetera cueva.- [Ruby]¿Cómo te lesionaste?[/Ruby]

Aún incorporado, soltó una carcajada gutural.- [Cole]¿Estás perdiendo la memoria?[/Cole]

– [Ruby]Sí, es posible[/Ruby].- murmuré mordiéndome el labio inferior y evité mirarle.

– [Cole]Lo sabes perfectamente. Fue…esa cosa[/Cole].- le costaba hablar. Desde luego, el traumatizado le salía de actor de método.- [Cole]Gracias a ti estoy vivo y eso hace que cada día te quiera más[/Cole].

– [Ruby]Lo que has dicho es como no responder[/Ruby].

– [Cole]Estás insoportable hoy[/Cole].- me soltó.- [Cole]Pareces la loca esa con la que estuve en Japón[/Cole].- volvió a reírse.

Me concentré en mi respiración mientras el Falso Cole repetía estupideces que me sonaban a algo que había escuchado muchas veces.

Tanteé la parte baja de mi pantalón y noté el tacto del cuchillo. Podía matarlo. Si era lo bastante rápida, lo mataría y saldría de aquí. El problema era que podía equivocarme y matar a un…amigo.

– [Cole]No eres muy lista, ¿verdad?[/Cole]- el Falso Cole se puso en pie y avanzó hasta mí sin que yo hiciera nada por detenerlo. Mientras caminaba, fue tomando la forma de una serpiente gigantesca y entonces lo entendí todo: había estado expuesta a su veneno durante mucho tiempo. Nunca había estado con Cole. Solo esperaba que él hubiera tenido más suerte que yo.

– [Ruby]La verdad es que no[/Ruby].- admití incorporándome.

La serpiente era enorme y se enroscó a mi alrededor para aprisionarme.- [b]No necesito enseñarte tus mayores deseos, porque llevo meses alimentándome de ellos[/b].

Lo siguiente, pasó a toda velocidad. A la vez que la enorme víbora me aplastaba, saqué el puñal que antes había estado en mi pantalón de la manga y se lo clavé en la cabeza. Ya habría tiempo de lamentarse de haber sido una idiota.

El reptil empezó a chillar y dejó caer la piel de serpiente entre volutas de oscuridad hasta que bajo ella apareció una mujer de unos cincuenta años, de rasgos asiáticos y tras ella, un portal. – [Ruby]Lista no seré, pero desde luego te he mantenido entretenida[/Ruby].

– [b]Gracias por liberarme[/b].- asintió la señora haciendo una reverencia.

– [Ruby]Gracias a ti y, por cierto, besas fatal[/Ruby].- comenté guiñándole un ojo.

Me adentré en el portal sin mirar atrás deseando volver a ver al verdadero Cole…y también al resto, claro.

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