Christopher MacLeod | Nave – Universidad de Moondale
MAÑANA
La revelación sobre lo que le había ocurrido a Kaylee, ahora Lucy, tenía demasiadas preguntas y demasiadas repercusiones, y después de todo lo que había pasado tras su aparente muerte, prefería dejarme llevar un poco por el alivio, aunque el hecho de pensar que en esos momentos Daniel podría estar arriesgando su vida sin que pudiéramos hacer nada para evitar ponerle en más peligro, no ayudaba a dejarse llevar por el alivio.
Por un lado estaba el ‘cómo’, no es que nunca hubiésemos visto algo parecido, como con Diana o con los cambios que algunos de nosotros habíamos sufrido y no recordábamos, aunque ella sí podía recordar que antes era distinta, pero no dejaba de parecer un milagro, y cuando te enfrentas muy a menudo a la oscuridad y a la descorazonadora realidad, a veces desconfías más de las cosas buenas que pasan que de las malas. Pero confiaba en Ed, en que no se había dejado llevar por sus ganas de recuperar a Kaylee y en que esta muchacha, Lucy, era ella. Y también confiaba en Mara y sabía que habría comprobado todo lo que estaba en su mano.
Quizá los Grandes Poderes no estaban tan desaparecidos después de todo, y Kaylee había tenido su «recompensa», quería confiar en ello, aunque nunca había sido un hombre de fe en entidades superiores. Una cosa era saber que existían, al igual que otras entidades ancestrales con enorme poder, y otra pensar que van a preocuparse lo suficiente por nosotros.
Eché un vistazo a Lucy sin apartar los ojos de la carretera. Me había dado la impresión de ser una muchacha muy alegre y vivaz, muy poco…bueno, muy poco Kaylee, aunque ahora no estuviese en su mejor momento después de la decisión de Ed. Podía entenderle, cómo se sentía después de haberse ido, sabiendo cómo lo pasarían Diana y Sarah, y podía entenderla a ella, sola entre extraños, porque por lo que había visto, no se reconocía como Kaylee.
Pasamos unos minutos en silencio, ella porque debía estar cohibida y triste, yo porque estaba dándole vueltas a qué tal lo llevarían Diana y Sarah, y en la posible alegría que se llevarían, y Mara, porque era Mara. Lo único que rompía el silencio eran los ladridos desgañitados de Sky.
Ese nombre encendió una chispa en mi cerebro, Kaylee es Lucy, que ahora tiene un perro, Sky…’Lucy in the Sky with Diamonds’, lo que me había venido a la mente cuando la había visto empezar a desvanecerse mientras las lágrimas caían en silencio por mis mejillas hace ya lo que parecían años. No sabía cómo sentirme al respecto, al menos mi cabeza no sabía, pero mi cuerpo si parecía saberlo, porque esbocé una sonrisa.
Decidido a romper el silencio sepulcral y animar a esa pobre chica que ya había pasado por bastante, di un par de toques en el teléfono para marcar el número del despacho de Diana y puse el manos libres del coche.
– [MacLeod]Voy a avisar a Diana, tenía unas cuantas entrevistas esta mañana con estudiantes.[/MacLeod] – comenté dirigiéndole una breve sonrisa a Lucy para intentar que empezase a encontrarse más cómoda. Su cabeza debía ser un lío, pensando que querríamos tratarla como a Kaylee cuando en realidad era Lucy. La realidad de lo que alegraba su existencia era muy distinta, algo que solo entenderían las personas que están acostumbradas a ver cosas tan asombrosas como nosotros. Creía saber cómo se lo tomaría todo Diana, pero seguía estando expectante, algo nervioso incluso, esperando que todo saliese bien.
– [Diana]Oh, sí, sí, sí…[/Diana]- se escuchó al otro lado de la línea, sacándome rápidamente de mis pensamientos.
– [MacLeod]Eh…Diana…tengo el manos libres, voy con Mara y con…ehm…una chica que quiere conocerte.[/MacLeod] – expliqué rápidamente sin poder llevarme una mano a la cara porque tenía ambas en el volante.
– [Diana]Ya le he dicho a mi amante que puede retirarse[/Diana].- replicó ella con una risa.- [Diana]¿Qué tal estáis?[/Diana] – preguntó a continuación. El carácter de Diana para enfrentarse a los problemas y las malas rachas podía parecer maravilloso a simple vista, más bromas cuantas más preocupaciones, pero cuando sabes el miedo y el dolor que se oculta debajo, tiendes a preocuparte. E incluso así consigue hacerte sonreír.
– [MacLeod]Sí, y dile que anote su nombre para ir a buscarle luego….[/MacLeod] – comenté siguiéndole la broma. Aunque quizá sonaba más serio de lo que pretendía, nunca terminaba de abandonarme el miedo a que se fuese con alguien mejor, más joven. – [MacLeod]Tengo una noticia buena y una mala. La mala es que Ed ha ido a infiltrarse en el Palacio para ayudar a Sarah.[/MacLeod] – añadí queriendo ir directamente a una de las raíces de los problemas que teníamos entre manos. Mientras eso se solucionaba, tenía tiempo para decidir si conseguía controlarme y esperaba a contarle en persona lo de Lucy, con ella allí, o se lo decía ya. La sensatez me decía que era mejor en persona pero…¿cómo aguantas y no dices algo que piensas que va a hacer feliz a una persona?
– [Diana]La buena es que Ed ha recapacitado y va sentado en el coche contigo, ¿no?[/Diana]- replicó ella. Se hizo el silencio durante unos instantes, sabía que a Diana podía no hacerle mucha gracia que Ed se marchase, por eso mismo le había dicho desde el primer momento que iba a ayudar a Sarah, la protección que Diana mantenía sobre todos le haría llevarlo mejor.- [Diana]¿Ed es ahora una chica?[/Diana] – preguntó a continuación.
– [MacLeod]Eh, no. Se llama Lucy es la no…¿novia de Ed?[/MacLeod] – traté de explicar con un titubeo porque no quería meter la pata, y menos en un momento tan sensible como ése.
– [Diana]¿Qué?[/Diana]- preguntó ella levantando bastante la voz. Por suerte, noté sorpresa, no un «la madre que lo trajo, nos deja y se busca una novia el muy marrano» implícito.
– [Lucy]No soy la novia de Ed[/Lucy].- replicó la aludida revolviéndose algo incómoda en el asiento.
– [Diana]¿Es la novia o no es la novia?[/Diana]- preguntó casi gritando, el del despacho de al lado, si no me equivocaba Mark Banner, iba a ponerse de mal humor como siguiese hablando así, y Janice, al otro lado, pegaría seguramente la oreja.
– [Mara]Es que…han discutido[/Mara].- intervino Mara en voz baja. Me grabé un ‘gracias’ en la mente, porque la conversación no estaba yendo como esperaba y eso me ponía un poco nervioso, por miedo a que saliese mal entre ellas.
– [Diana]¿QUÉ?[/Diana]- chilló Diana.
– [Lucy]Que Ed se preocupa más por sus amigos que por mí[/Lucy].- puntualizó Lucy a mi lado, haciendo visible su enfado. No, no iba bien, nada bien, Diana podía tomarse eso como una acusación hacia ellas por las atenciones de Ed, y si respondían en defensa, Lucy podría mostrarse dolida, un mal comienzo para una relación. Tamborileé los dedos en el volante.
– [Diana]Ah bueno, pero es que Ed a veces parece tonto[/Diana].- replicó Diana en voz más baja. Se hizo el silencio en el coche y casi sonreí de alivio y de orgullo por mi pelirroja favorita. Le daría un beso en cuanto la viera, bueno, uno más de los habituales.- [Diana]Es parte de su encanto[/Diana]. – sentenció con voz cantarina, le divertía.
Supongo que se debía a Elizabeth y cómo las había criado, pero verdaderamente Diana y Sarah eran muy empáticas. Evidentemente, conocía más en profundidad a Diana (espero que no lea esto para hacer el chiste) y eso me hacía darme cuenta aún más de su enorme empatía. Muchas veces pensaba que, sin ellas, el grupo se habría venido abajo.
– [Lucy]Supongo[/Lucy].- respondió Lucy encogiéndose de hombros.- [Lucy]La cuestión es que se ha ido sin que lo hablásemos, cuando él fue el que me dijo que viniese hasta aquí[/Lucy]. – explicó ella. Observé durante un instante, eso era parte de lo que hacía Diana, por cómo era, terminabas queriendo contárselo todo, porque ella te ayudaría a llevarlo mejor, te daría una respuesta. Por eso era tan buena en su trabajo, y por eso le había mandado a unos cuantos de los ‘nuevos’ a su oficina para que les hablase de lo que estaba pasando.
– [MacLeod]Intenta ayudarnos, tenéis que entenderle.[/MacLeod] – intervine para defender a Ed, remarcando el sacrificio por su parte. Podía ponerme perfectamente en su piel y saber que si por él hubiera sido, se habría quedado, ése era el camino fácil, pero en la vida el mejor camino no suele ser el más fácil.
– [Diana]A Ed le han crecido los ovarios en el peor momento[/Diana]. – Diana hizo caso omiso a lo que yo había dicho y respondió directamente a Lucy.
– [Lucy]¿Pero cómo pretende que le entienda si me dice «perdona, pero es que le debo mucho a Sarah»? ¿Y quién…leches es Sarah? ¿Sarah es más importante que yo?[/Lucy]- la chica continuó soltando lo que se había estado guardando.
– [MacLeod]Es tu…es la…hermana de Diana. Ed se crió con las tres.[/MacLeod] – expliqué con cautela, no era el mejor momento para lanzar la bomba de ‘Lucy es Kaylee’.
– [Diana]El problema de Ed es que parece que se ha criado en una cueva y tiene las habilidades sociales de una maceta[/Diana].- resumió Diana. Abrí la boca para intervenir, pero parecía como si su diálogo estuviese en otra dimensión a la que mi voz no iba a llegar, así que intenté tener paciencia y esperar a ver cómo seguía la cosa.- [Diana]Conociéndole, estará enamorado de ti como si no hubiera mañana, porque serás rubia, de ojos azules y piel pálida, casi como si estuvieras enferma[/Diana]. – volvió a resumir. Abrí los ojos y la miré, como si no la hubiese visto hacía un instante. Me pregunté si la habría visto en alguna visión, si todo esto no sería ya un deja vu para ella. Pero no podía serlo, había pasado una mala época por lo de Kaylee, sobrellevada porque había estado apoyando a Sarah y se había hecho fuerte por la pequeña, y desde la noche en el Axis Mundi tampoco había tenido visiones, salvo las del día anterior.
– [Lucy]Oye, que yo…[/Lucy]- replicó ella defendiéndose, las mujeres no solían llevar bien detalles como ‘piel pálida’.
– [Diana]¡Shh! La cuestión es que Ed es así: tan leal que cuando siente la llamada del deber, se le caen las bragas y echa a correr[/Diana].- continuó sin dejarla hablar. Observé a Lucy, que no parecía estar tomándoselo mal. Se escucharon unos ruidos al otro lado, como de apartar unos papeles y después lo que debieron ser los pies de Diana al colocarse sobre la mesa, a juzgar por el sonido de su nueva silla de escritorio al reclinarse.- [Diana]Es la primera vez en su vida que ha encontrado el valor de hacer algo heroico que le quite de encima una mierda que no viene a cuento y si de verdad te interesa, deberías respetar eso[/Diana]. – añadió. Vaya, sí que es buena – pensé mirando de reojo la cara de Lucy. Ed había cargado mucho tiempo con el estigma de su pasado en la realidad destruida por Mason, por haber estado en la cabaña mientras los demás íbamos muriendo uno a uno a manos de ese monstruo, porque Diana, terminal por culpa del cáncer, había tenido una visión que le decía que debía salvarsey se lo hizo prometer.
– [Lucy]Pero…no hemos tenido tiempo de…ser una pareja de verdad, ni siquiera hemos empezado[/Lucy].- se quejó la rubia con bastante menos ahínco.
– [Diana]Tranquila, Ed es tan virgen como una monja y estará deseando salir para dejar de serlo[/Diana].- replicó soltando una risa. Meneé la cabeza, Diana era…auténtica, era…fuego, en eso acertaron bien los GP, era como observar a una llama, preciosa, perfecta, atrayente, incontrolable. – [Diana]Y ahora, déjate de tonterías y disfruta, que no todos los días encuentras al único buen chico que queda en el mundo. Aunque al más guapo me lo he llevado yo[/Diana]. – añadió. Le sonreí aunque no me veía.
– [Lucy]Ya veremos[/Lucy].- concedió Lucy finalmente. Ése era un ‘ya veremos’ de esos de, ‘no quiero reconocer públicamente pero tienes razón y me has convencido’.- [Lucy]Gracias por la terapia y encantada de conocerte[/Lucy].- replicó con una sonrisa que solo podría calificar como auténtica, se notaba que estaba de verdad agradecida y que le había caído bien Diana, así que instantáneamente me cayó bien esa chica.
– [MacLeod]Vaya…bueno, ¿te viene bien que vayamos a verte para que la conozcas o necesitas más tiempo con los…ehm…especiales?[/MacLeod] – comenté para evitar que se saturase con nuestra visita allí y un montón de estudiantes (y algún trabajador con el que se había cruzado el día de las visiones) con poderes.
– [Diana]Me quedan todavía unas cuantas entrevistas[/Diana].- confirmó con pesar.- [Diana]Pero antes, voy a ver si como algo, que hoy sólo he desayunado una vez[/Diana]. – añadió. Desde hacía ya unas semanas, la pequeña le estaba haciendo comer más que yo, y como la solía acompañar moralmente cuando estábamos juntos, entre eso y la falta de entrenamientos con Sarah había cogido un par de kilos.
Verdaderamente, no sabía dónde llevar a Lucy antes de llevarla a casa, porque allí estaría Elizabeth, y no estaba seguro de ser tan capaz de presentársela como lo sería Diana.
– [Mara]Me gustaría…pasar por mi apartamento. Si puede ser[/Mara].- sugirió Mara con timidez, volviendo a salvarme el día.
– [MacLeod]Lucy, ¿te importa que tardemos un poco más?, imagino que estarás cansada[/MacLeod] – le pregunté dejando que ella tomase la decisión final, no me gustaba ser un mal anfitrión, pero la situación era complicada. Ella asintió y suspiré, aliviado una vez más.
– [MacLeod]Bueno, entonces vamos a pasar por la Nave y quedamos para comer, ¿te parece bien?[/MacLeod] – pregunté en voz alta para que Diana me respondiese.
– [Diana]No puedo prometerte que no coma antes[/Diana].- respondió alegremente despidiéndose con un beso al teléfono, sin darme tiempo a despedirme.
– [MacLeod]Creo que os llevaréis bien.[/MacLeod] – pensé en voz alta, contento de ver las posibilidades de su relación al ver que su primer encuentro había ido tan bien.
– [Lucy]Parece simpática[/Lucy].- concedió ella. En ese momento escuché una risa a través de los altavoces del manos libres, Diana no había colgado.
– [Diana]¡Soy majísima! ¡Me vas a adorar![/Diana]- dijo la muy tramposa entre risas. Lo peor es que no podía evitar reírme abiertamente.
– [MacLeod]¡Diana! ¡No seas mala! Luego nos vemos, te quiero.[/MacLeod] – respondí antes de ir a colgar, todavía riéndome.. – [MacLeod]Bueno, pues esa es la madre de mi hija…voy a dormir poco, ¿verdad?[/MacLeod] – bromeé para romper el hielo. Lucy me respondió con una sonrisa.
Cambié el rumbo a la Nave e intenté amenizar el camino hablando con Lucy sobre detalles sin importancia, para conocernos mejor. Resultó que lo que había pasado con las visiones había venido derivado de los recuerdos de Kaylee que Wolfram&Hart, concretamente el padre de Ed, le habían quitado y después devuelto de golpe cuando Ed le plantó cara. Al parecer, la magia funcionaba de forma inestable en Lucy, y por eso el conjuro que hicieron con ayuda de una demonio para intentar despertarla nos había dado visiones a todos los Campeones, porque estábamos conectados a ella.
También hablamos de cosas más normales, como la costura y un breve repaso de lo que sabía de nosotros.
No tardamos en llegar a la Nave, que estaba más cerca de donde estábamos que la Universidad. Me llamó la atención que Cara no estuviese en la recepción de la planta baja, pero después me fijé y vi que era bastante temprano, estaría arriba, echando cuentas.
Entonces apareció Dom, que nos saludó a todos antes de preguntar por Lucy.
– [Dom]¿Nueva recluta?[/Dom] – dijo observándola. Mara hizo un gesto para excusarse y fue hacia su apartamento.
– [MacLeod]No exactamente. Tenemos mucho de lo que hablar.- [/MacLeod] respondí. Al menos podía tomarme la explicación a Dom como un entrenamiento, porque iba a ser difícil. Dom pareció ponerse tenso.
– [Dom]Cada vez que dices eso me temo lo peor.-[/Dom] – admitió con sinceridad. Era una alegría el apoyo que estaba suponiendo en esos momentos, pero también significaba que estaba teniendo que echar peso sobre él, y no me gustaba demasiado, bastante tenía con sus propios problemas como para sostener los de todos.
– [MacLeod]Es bueno, ya iba siendo hora.[/MacLeod] – confesé para que se relajase. – [MacLeod]¿Los nuevos bien?[/MacLeod]. – pregunté por curiosidad mientras pensaba cómo explicarle lo de Lucy.
– [Dom]Si, nos serán de gran ayuda.-[/Dom] aclaró en pocas palabras. Me alegraba saberlo, necesitábamos a todos los que pudiéramos conseguir, y por el momento solo habían sido 4 de 6, esperaba que Diana tuviese más suerte.
– [MacLeod]Estupendo, luego me cuentas más.[/MacLeod] – respondí. Entonces me paré a pensar en que dentro de no mucho, Dom tendría que coger el coche de Daniel e ir a buscarle. – [MacLeod]Luego no sé si te veré hasta que vuelvas, así que es mejor ahora.[/MacLeod] – pensé en voz alta. Después seguramente tendríamos otro frente abierto con el regreso de Daniel, ya fuera con ellas o solo. – [MacLeod]Ella es Lucy. Es…bueno, es complejo. Es la…reencarnación de Kaylee.[/MacLeod] – expliqué en pocas palabras, demasiado pocas.
– [Lucy]No. Kaylee era otra persona. Yo soy … ¿su energía?, pero diferente.[/Lucy] – intervino ella tratando de explicarlo. Seguramente Ed le había ido contando casi toda la historia, era un alivio, porque era complicada.
– [MacLeod]No soy muy bueno resumiendo.[/MacLeod] – me disculpé sinceramente mirándola a los ojos. No quería insinuar que era Kaylee, ni que la trataríamos bien por ser ella, solo que aliviaba que…bueno, que Kaylee no hubiese desaparecido así como así.
– [Lucy]No pasa nada. Ni siquiera tiene sentido.[/Lucy] – respondió de forma desenfadada, con una sonrisa.
– [Dom]Parece que tenias razón cuando decías que nos ibas a reunir a todos.-[/Dom] admitió Dom sorprendido. Yo también sonreí, lo de Lucy no me lo esperaba, quizá podía tomármelo como una buena señal. – [Dom]Por cierto. ¿Dónde esta Ed?-[/Dom] preguntó al ver que no estaba por allí cerca. Suspiré y medité cómo contárselo, no quería reabrir heridas que Diana podía haber ayudado a cerrar.
– [Lucy]Tenía un deber como cuarto Echolls.[/Lucy] – la respuesta de Lucy me pilló desprevenido. La charla con Diana había ido incluso mejor de lo que esperaba, lo que implicaba dos partes. La primera era que Diana era muy buena en su trabajo, y la segunda, que Lucy era muy buena persona.- [Lucy]Bueno, como quinto, en realidad.[/Lucy] – añadió a continuación refiriéndose a la propia Kaylee y a sí misma. Sabía que era demasiado pronto, porque ni siquiera las había conocido formalmente, pero esa respuesta me caló hondo. Las Echolls podían ser toda una familia para ella, y viceversa, sin ocupar el puesto de Kaylee, ella era otra persona diferente. Era un gran primer paso. El día iba mejorando, y no pude evitar pensar en lo que decían las señoras «mucho estoy riendo, ya lloraré», esperaba no tener que hacerlo, porque la asignatura pendiente era Daniel.
– [Dom]¿No le has dicho nada de lo planeado? Estamos rodeados de cabezotas.-[/Dom] replicó Dom. La verdad es que no le faltaba ni una pizca de razón, pero las motivaciones de algunas personas pueden ser muy complejas, y la de Ed, lo era.
– [MacLeod]Estaba determinado a ayudar a Sarah, no podía quitarle eso.[/MacLeod] – comenté tratando de explicarle por qué no había intentado detenerle. – [MacLeod]Espero que todo salga bien, esta tarde serás el primero en saber si las cosas van a cambiar.[/MacLeod] – añadí refiriéndome a Daniel. No estaba seguro todavía, pero podía imaginar que Dom no iría solo. Yo no podía, y Diana tampoco, pero Cara seguramente iría, y con ella, Daakka.
– [Dom]Eso espero yo también. Será mejor que vuelva con los pupilos. Los he dejado descansando en el comedor y como Cara los vea comiendo algo el que se la va a cargar soy yo.-[/Dom] comentó con una sonrisa. – [Dom]Un placer Lucy.-[/Dom] respondió girándose hacia Lucy. Se quedó unos segundos pensando qué hacer, si abrazarla o no. Finalmente le cogió la mano con una de las suyas y le puso la otra encima en un gesto cercano, pero sin pasarse.
Lucy se acercó más y le dio un beso en la mejilla. – [Lucy]Tranquilo, que no me voy a enamorar de ti.[/Lucy] – añadió con una sonrisa.
– [MacLeod]Estaremos en contacto.[/MacLeod] – respondí poniéndole la mano en el brazo de la que se iba.
Sonreí a Lucy y esperé con ella a que Mara estuviese lista, antes de subir en busca de Cara para presentársela también, porque si me iba de allí sin hacerlo, me caería una bronca de su parte, nuestra Cara tenía carácter, y dotes de mando.
Desde luego el día había empezado bien, pero nos quedaba un largo camino por recorrer. Aunque al menos, cada vez tenía más confianza en la esperanza de que ese camino lo íbamos a recorrer juntos.
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