January Allard | Subterraneo 3
[QUOTE]– Mañana será otro día para que vuestras indignas vidas tengan algún propósito. Esta vez el turno será para… Sarah Echolls y January Allard. Pasad buena noche. Hasta mañana.[/QUOTE]
[i]January Allard. January Allard. January Allard.[/i]
Y Sarah. Las dos. Experimentación. Mañana. Al día siguiente.
Durante un minuto me quedé helada en el sitio. Sin moverme, sin ser consciente de mi respiración. Nada. Quizás fuera menos de un minuto, quizás más, pero durante ese minuto mi cerebro apenas si fue capaz de enlazar dos palabras o entender lo que iba a pasar al día siguiente. Funcionaba como a cámara lenta, como si procesar apenas dos palabras fuera la más ardua tarea que pudiera realizar.
Luego no. Luego todo lo contrario. De repente sentía la inmediatez de todo aquello en mis venas, y todo lo adormecida que me había sentido en esos días se desvaneció. De pronto me sentía hiperactiva, histérica quizás. Tenía ganas de salir corriendo, de huir en cualquier dirección posible. Quería colarme por la rendija en la parte alta de mi pared y darme de cabezazos contra el cristal hasta que se hiciera pedazos. Me repetía una y otra vez «no, no, no» como si mágicamente fuera a conseguir que aquello no fuera real y me encontré a mí misma dando vueltas por la habitación, como si una parte de mí deseara encontrar un agujero oculto que algún viejo prisionero hubiera excavado con sus propias manos para escapar de tan aséptica prisión.
Estaba al borde de un abismo, sujeta sólo por una cuerda, y ésa cuerda tenía fecha de caducidad. Así me sentía. Mi corazón bombeaba a mil por hora, mi cerebro no paraba de idear cada vez más absurdas formas de escapar y casi sin darme cuenta había empezado a llorar. Me obligué a quedarme quieta, justo en medio de la habitación y respirar hondo, pero nada de eso sirvió. Seguí llorando, mi cerebro siguió gritando y, por si fuera poco, me mareé.
En realidad, no fue un mareo. O sí. De pronto, sentí un cosquilleo extenderse por todo mi cuerpo y como si toda yo volase hasta otro lugar para tener una alucinación con una forma asombrosamente parecida a la de Sarah. Apenas duró dos segundos. Dos de los segundos más intensos de mi vida y, cuando acabaron, caí de rodillas, temblando y ahogándome, asustada y apenas consciente de lo que había pasado.
-[b]Me estoy volviendo loca[/b] -me levanté a duras penas, me sequé las lágrimas que seguían cayendo y corrí hacia el cristal, golpeándolo como si quisiera escapar de allí. Y, de pronto, volvió a suceder.
Un cosquilleo extraño me recorrió de arriba abajo y la sensación volvió. Una sensación intensa e imposible de identificar y allí estaba ella otra vez. Durmiendo.
-[b]¡Sarah![/b]
Sarah abrió los ojos, me miró y gritó. Mi primer y aterrorizado pensamiento fue que para ser una alucinación, no era la bienvenida que me esperaba; una alucinación más amable me hubiera alegrado la noche, por lo menos. La seguí con la mirada mientras se incorporaba y me miraba con miedo. No dijo nada y las palabras tampoco parecían querer formarse en mi garganta. Sentí venir una nueva oleada de sollozos e intenté inútilmente tragármelos antes de musitar quedamente:
-[b]¿Cómo…?[/b] -Luego miré en derredor, los ojos tan abiertos y yo tan asustada como parecía estarlo Sarah.
Volvió a mirarme sin dar crédito mientras yo me sentía como mármol, sin poder moverme ni apenas reaccionar. Fue hacia el cristal y se quedó mirando algo que yo no alcancé a ver. Quise decir algo. Pedir explicaciones. Darlas. En lugar de eso, ella se giró antes de que pudiera empezar a formular las palabras en mi cabeza.
-[b][i]¿Se puede saber qué haces aquí? ¿Y allí?[/b][/i] -señaló al frente y decidí hacer el esfuerzo de girarme. Me sentía más y más cansada por momentos y mis piernas parecían de plomo, pero cuando lo hice me encontré una sorpresa mayor: yo. Yo en otra celda. Yo caída en el suelo y mirándome sorprendida y aterrada a mí misma. Sus palabras me arrancaron de aquellos pensamientos-: [b][i]¿Cuál… cuál de las dos eres tú?[/b][/i]
Negué fuertemente con la cabeza, sin mirarla. De repente era dolorosamente consciente de que en aquella maldita alucinación había dos yo. Dos Januarys mirándose directamente a través de los cristales, ambas cansadas y asustadas como no lo habían estado en toda su vida. Volví mi vista a Sarah.
-[b]No… no lo sé [/b]-no parecía mi voz. Estaba ronca y sentía que me abandonaba. Apenas estaba segura de que me oyera-.[b]Nunca…[/b] -no pude decir más y me limité a negar con la cabeza.
Sarah se rascó la cabeza. En su expresión se leía su incomprensión, que aún así seguro que no estaba ni mínimamente cerca de la mía.
-[b][i]Esto no es un sueño, ¿verdad? [/b][/i]–preguntó-.[b][i] Ni una broma de Preston por lo que parece, ¿no recuerdas cómo has llegado o qué haces aquí?[/b][/i]
Tragué saliva, sacando fuerzas de flaqueza: -[b]Para recordarlo tendría que saberlo[/b] -respondí, con esa voz que no solo no parecía la mía sino que además sonaba lejanísima-. [b]Creo que estoy teniendo alucina…[/b]
De repente, aquella rara sensación me abandonó y me encontré de nuevo en el suelo de mi celda, tan cansada como si hubiese recorrido mil kilómetros a pie y tan desconcertada como un niño ante un problema de astrofísica. Levanté la vista y me arrastré a gatas hasta el cristal. Puse una mano sobre él y me arriesgué a mirar en dirección a la celda de Sarah, topándome de lleno con su mirada. Exhausta, no pude sostenerla y me giré sobre mí misma, apoyando la espalda sobre el cristal y dejando mi cuerpo muerto.
Decididamente, me estaba volviendo loca. Y lo peor era que eso sólo se sumaba a la larga lista de razones que me hacían desear que toda aquella pesadilla acabase.
-[b]Va a ser una larga noche[/b] -musité, hablando conmigo misma, a sabiendas que ni todo el cansancio del mundo iba a lograr que aquella noche pegara ojo.
[spoiler]Sarah movida por Stefy, as always. Los poderes de Jan surgen por motivos evidentes: un estado de histeria increíblemente anormal ha hecho que se descontrolen. En cuanto a la foto, me excuso porque no tenía en este ordenador ninguna imagen más aterrada a mano xD Y ya está, creo que esas son todas las aclaraciones que debía hacer. 😀
Edición de Dracon para explicar el poder: January tiene el poder de duplicarse. Ésta era su primera manifestación, que suele darse en estados de especial agitación y ser más potente de lo habitual, por eso el clon se aparece lejos de su cuerpo. El poder funciona de la siguiente forma, cada partícula del cuerpo de Jan se divide y después se reagrupa a imagen de la original. En este caso al no ejercer control las partículas han vagado hasta la celda de Sarah donde se han podido reagrupar durante poco tiempo. Mientras el clon/clones existen, cada uno tiene conciencia aparte (en el nivel actual) y cuando vuelven al cuerpo de Jan ésta recupera los recuerdos de cada uno.
[/spoiler]
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.