[align=center][SIZE=4][font=Bookman Old Style]Diarios de Destino | Exterior de Silver
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Un paso, dos, tres…la pálida imitación de ser humano caminaba lentamente, sintiendo como cada segundo su último cuerpo se quedaba seco, sin vida, pronto tendría que tomar posesión de otro, ese era su eterno destino, vivir siempre en un cuerpo que no sería el suyo, y morir una y otra vez, era una simple marioneta de la muerte, sin más sentimientos que la acera por la que caminaba.
Las puertas del Silver se abrieron de par en par, dejando paso a un par de muchachos bastante borrachos que se tambaleaban buscando un lugar donde despejarse.
– [b]Dios tío, creo que me he enamorado, ¿has visto a la pelirroja? [/b] – preguntó el más alto, de pelo castaño a su amigo de pelo rubio mientras se apoyaban en la pared de fuera. – [b]Es una…una…dios tío. [/b]
– [b]Ya te digo… [/b] – confirmó el rubio. Después de unos segundos de silencio añadió. – [b]Como soy buen amigo… te dejo a la pelirroja. [/b] – se colocó frente a su amigo y le puso una mano en el hombro. – [b] Peeeeero…yo me quedo con la rubia y con la morena. [/b] – añadió con una sonrisa de oreja a oreja y los ojos medio entrecerrados. Después el moreno le rodeó torpemente con los brazos, y se quedaron así, tambaleándose, durante varios minutos, como si solo hubiesen pasado segundos.
Comenzaron a escucharse unos pasos y unos murmullos cercanos y enseguida se pudo ver a dos hombres girando la esquina. Uno de ellos era corpulento y tenía una cicatriz en la garganta mientras que el otro era más delgado y caminaba ligeramente encorvado.
– [b][i] Vaya Sil, parece que tenemos un par de nenas aquí mismo. [/b][/i] – dijo el encorvado al acercarse más a los dos chicos, que se separaron y los miraron algo sorprendidos. – [b][i] Ya, ya, no puedes hablar. [/b][/i] – dijo mirando a Sil. – [b][i]¿Lo estabais pasando bien nenas? [/b][/i] – preguntó a los chicos.
– [b] Ey…oye, no queremos problemas ¿vale?, ya nos vamos. [/b] – dijo el chico alto de pelo castaño aún con la sonrisa provocada por el alcohol. La cara del encorvado se tornó en una máscara desagradable cuando el chico se acercó y le dio un puñetazo en la boca del estómago que lo tumbó boca abajo en el suelo. Cuando el chico rubio se acercó a donde estaba su amigo, Sil, el grandote, lo sujetó contra la pared.
– [b][i] Nos habéis pillado en un mal día, ¿a que sí Sil? [/b][/i] – dijo el encorvado un momento antes de propinarle una patada en el estómago al chico que estaba en el suelo. – [b][i] Ya, ya, oye ¿sabes que es un rollo un compañero que no habla? [/b][/i] – dijo girándose para mirar al grandullón encogerse de hombros mientras retenía al rubio contra la pared. – [b][i]En fin, ¿por dónde iba?…ah sí, nos habéis pillado en un mal día, sólo íbamos a quitaros toda la pasta, pero ahora…supongo que tendremos que daros una lección. [/b][/i] – al decir esto le propinó otra patada al chico y se echó a reír a carcajadas. La carcajada pronto se cortó en seco, porque por uno de los callejones, el cadavérico ser llegó arrastrándose. – [b][i]¿Qué coño? [/b][/i] – exclamó el encorvado alejándose del chico en dirección a la aparición. – [b][i]¿Te has pasado metiéndote o qué? [/b][/i] – dijo mirándolo de cerca. El ser fijó en él unos ojos de color negro y el encorvado se echó hacia atrás con una exclamación. Después sacó una navaja y la empuñó contra él. El extraño se abalanzó contra él rápidamente y le sujetó la cabeza con todas sus fuerzas, girándola lentamente hasta que se escuchó ¡CRAC!
El fortachón soltó al chico para encararse al que acababa de matar a su compañero, momento que aprovechó el rubio para recoger al otro chico del suelo y huir.
El extraño se miró las manos, que temblaban y tenían un aspecto cada vez más deteriorado, y comenzó a sacudirse. Un humo de color negro intenso salió de su boca y se condensó cada vez más hasta formar una figura humanoide completamente desfigurada similar a un cadáver en descomposición. La figura miró al grandote y volvió a transformarse en un humo negro intenso, que se dirigió contra él y empezó a introducirse en su cuerpo por cada orificio de su cara que encontraba a su paso, hasta que tomó control de él. El Segador ya tenía nuevo cuerpo.
Para probarlo, movió los músculos y admiró sus nuevas energías. Sus sentidos volvían a estar alerta, escuchaba el murmullo del viento en la calle vacía, sólo ocupada por él y el cadáver en el suelo. O así parecía, porque cuando se giró para irse, pudo ver frente a él, a unos pocos metros, una figura alta e imponente rodeada de oscuridad que se dispersaba.
En un parpadeo la figura llegó hasta él y colocó una mano con la palma frente a él, casi tocando la frente de su nuevo cuerpo.
– [b][i]Maestro…[/b][/i] – exclamó el Segador al ver a su creador.
– [b][font=Book Antiqua][SIZE=2]Ha llegado el momento de recoger la cosecha. Ya no eres de utilidad[/SIZE][/b] – Y dicho esto, del cuerpo del Segador comenzó a manar oscuridad, atravesándolo por todas partes mientras salía de su cuerpo. La Muerte había venido a cosechar y no había nada que pudiese impedírselo. Cuando terminó, del Segador ya no quedaba nada, sólo el último cuerpo que había poseído, tendido en el suelo boca arriba con el torso lleno de agujeros que había hecho la energía oscura al salir.
Mason se quedó allí de pie un segundo mirando al cielo, parecía absorto completamente, incluso podría decirse que distraído, pero cuando habló, despejó todas las dudas, sabía perfectamente todo lo que pasaba a su alrededor.
– [b][font=Book Antiqua][SIZE=2]La última vez que supe de él, no se decía que Siegfried el Zieg fuese un cobarde. [/SIZE][/b] – dijo aparentemente a la nada. Su imperiosa voz hizo que las palabras infundiesen tanto miedo como él mismo. – [b][font=Book Antiqua][SIZE=2]Decidle a vuestro maestro que si quiere algo de mí que venga a por ello. De éste ya no os podréis llevar nada. [/SIZE][/b] – la oscuridad comenzó a manar de él, pero no violentamente como del cuerpo del Segador, sino armónicamente, como si formase un todo con él. – [b][font=Book Antiqua][SIZE=2]La próxima vez que os acerquéis estaréis muertos antes de poder gritar. [/SIZE][/b] – la oscuridad lo envolvió por completo y cuando se despejó ya no quedaba nada.
La calle volvía a estar vacía, excepto por los dos cuerpos tendidos en el suelo y por las dos figuras ocultas tras un contenedor de basura que se acercaron a los cuerpos y la figura femenina lo examinó y, después de intercambiar unas palabras con su compañero, se fueron.
[spoiler]
El Segador ha muerto, Mason lo creó dándole un poco de la oscuridad de su amuleto (con la finalidad de que crease el caos en la ciudad distrayendo a los buenos, además, como cada vez que absorbía y consumía un cuerpo, la oscuridad en él aumentaba y así Mason tendría una gran fuente de oscuridad que absorber si tenía necesidad, como ya no le era útil al haber absorbido la energía antigua del amuleto que había estado escondida, terminó con él)
El rubio, el moreno, el encorvado, Sil, el Segador y Mason han sido controlados por mi.
En serio, según redactaba veía que necesitaba que esto fuese una serie, porque tenía en mente los planos, la ubicación de las dos figuras y de Mason plantado en la calle vacía, visto perfectamente por ellas detrás del contenedor y no conseguía explicarlo xD
Ah y sí, la pelirroja es Diana, la morena Silver y la rubia Ann
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