Zoë Cooper | Sede de la Iniciativa Awaken, Dormitorio

-Esta es su habitación, señora Cooper.

Miré de reojo a aquella chica. Secretaria, o algo similar. Quizás la hija de algún mandamás enchufada en aquel sitio sin tener idea de lo que hacíamos. Ladeé levemente la cabeza y sonreí un tanto, en un intento de suavizar mi expresión.

-[b]Señorita, si no le importa.[/b]

La chica pareció tratar de disculparse, pero hice un gesto con la mano. Tomé la maleta y entré en la habitación, decidida. Vi que hacia un amago de entrar, por lo que me aseguré de hacerle entender que prefería estar sola. Cuando finalmente se marchó, cerrando la puerta tras ella, fue cuando me decidí a echar una mirada alrededor.

La habitación era amplia, de decoración minimalista y con luz más que suficiente. Quizás demasiado impersonal, pero no es que yo gustara de pasar mucho tiempo en mi habitación, así que aquello estaba bien. Dejé las maletas en el suelo y me dirigí a la ventana. Podía ver una gran parte de la ciudad, incluyendo la universidad a lo lejos y una enorme extensión de césped que, supuse, sería un parque o similar.

-Señora… ita, lamento interrumpirla -la misma chica de antes volvía a asomar su carita de universitaria inocente por mi puerta. La miré, intentando parecer cortés a pesar de la irritación que su voz me producía-, pero… quería recordarle que la doctora Saunders la espera en su despacho.

Acto seguido murmuró una disculpa y volvió a cerrar. No me molesté en decirle nada pero era cierto, tenía que ir a hablar con la doctora Saunders. Aún estaba algo descolocada. Odiaba los aviones, siempre bajaba de ellos con un carácter agrio que me duraba días y me impedía hasta concentrarme. Tampoco me hacía gracia la idea de estar en aquel pueblucho y haber dejado Nueva York. Bueno, Nueva York… y todo lo demás. Sacudí la cabeza y me froté los ojos, dirigiéndome al espejo que mi vista localizó junto a la puerta e intentando dejar de pensar en ello.

-[b]Bienvenida a la Iniciativa Awaken, doctora Cooper[/b] -le dije a mi reflejo en el espejo. Se me veía cansada, pero aquello era inevitable. Por lo demás, estaba tan perfecta como podía pedir.

Me arreglé el vestido y abrí la puerta para marcharme en dirección a aquel despacho. Oí el móvil sonar detrás de mí, pero no le hice caso. Fuera quien fuera, seguro que podía esperar.

[spoiler]Super introductorio, pero así os sirve. De momento vamos a ver a la Zoë más bien zorrilla, porque la Zoë dulce necesita un disparador para salir y aquí… pos de momento no hay xD Pero bueno, la Zoë con mala baba también es encantadora, ¿a que sí? *Zoë os amenaza con la mirada*[/spoiler]