Daniel Arkkan | Bosque de los Susurros
[i]Dios mío, prefiero enfrentarme a un nido de vampiros que salir así a la calle.[/i]
Estaba de pie frente al espejo de mi habitación mientras Murtagh me contemplaba desde el otro lado.
[i]No sé como me dejé convencer para esto…[/i] En realidad era bastante simple, Sarah me lo había pedido. Cuando su amiga nos dejó en la cafetería estuvimos hablando, y tras un rato Sarah me habló de la fiesta de Halloween e insistió en que la acompañara, y soy incapaz de decirle no.
Por la tarde fui a la ciudad a buscar un disfraz, porque no me dejó ir de taxista. El primer disfraz que pensé gfue uno de Squall, pero me fue imposible encontrar ninguno, parecía que las tiendas habían sido saqueadas, así que sólo conseguí encontrar un disfraz que cuadrara con mis gustos, Murtagh, aunque era el disfraz de penosa adaptación me conformé.
Cuando llegué a casa, y tras ducharme, cenar y darle mil vueltas conseguí sacar fuerza de voluntad para ponérmelo, [i]al menos en el rato que estaré sólo iré en coche y no me verá nadie[/i] pensé. Y así había llegado a este punto, mirándome al espejo con una espada de plástico en la mano y un arco con flechas de ventosa…
Por precaución metí un par de estacas en el cinto, y después de salir y cerrar con llave me metí en el coche y conduje en dirección a la residencia Hexe, dónde había quedado con Sarah.
Por el camino traté de pensar que no estaba haciendo el ridículo, que todo el mundo iría disfrazado, pero tenía esa sensación de que al final nadie irá disfrazado y serás el hazmerreír. Tras un rato pensando en esto me asaltó el pensamiento de Mason y todo lo que estaba ocurriendo, esa fue una de las razones por las que acepté, además de por no ser capaz de negarle nada, quería que Sarah disfrutara y se aliviara un poco de las labores de Cazadora.
Después de un rato llegué a la entrada de la residencia y me detuve allí, salí del coche y esperé al lado hasta que viniera Sarah, aún quedaban unos minutos.
El tiempo se me hizo más largo del o que imaginé, y juraría que tenía la cara como un volcán, pero cuando la vi, todo cambió, estaba…estaba….no tenía palabras para describirla, todas las que se me ocurrían significaban poco, si tuviera que decir una sería…preciosa.
Mientras venía hacia mí con una sonrisa un coche se detuvo y el conductor salió de su interior. Quizá fue porque no me lo imaginaba en absoluto, pero tardé en reconocerlo, y cuando lo hice no pude contener una enorme carcajada, [i]nunca me lo habría imaginado…Mac disfrazado, espero que Sarah haya traído la cámara.[/i]
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