Atardece en Moondale…

Diarios de Destino | Subterraneo tres, Bloque Epsilon

El capitán entró al despacho del General tras haber llamado a la puerta, una vez dentro hizo el saludo y esperó a que el General le dijera que descansara. Cuando lo hizo, comenzó a hablar.

– Señor, traigo el informe sobre el incidente. – el General hizo un gesto con la cabeza para que continuase y el capitán así lo hizo. – Njörðr, el Activo que disparó a Balder ha sido analizado en la medida de lo posible. El cuerpo no nos ha dado ninguna pista, y la mente estaba demasiado dañada, el ingeniero Summers está tratando de recuperar algo de información pero parece que no podremos continuar por ahí.

– Vigilad a ese Summers y reportadme cualquier conducta anómala. – ordenó mientras cruzaba las manos. – Continúa.

– Sí, señor. – hizo una breve pausa y siguió. – El cuerpo del Activo Balder está en tratamiento ahora mismo, parece que puede recuperarse según ha confirmado la doctora Saunders. – de nuevo hizo una pausa esperando alguna señal del General, cuando no la recibió, continuó. – También ha confirmado que el suero de los licántropos está listo, empezará la producción pronto.

– Otro gasto innecesario más, si yo tuviera el control completo se acabarían las tonterías de Saunders de cuidarlos como si fueran humanos: camas, ropa limpia…demasiado para ellos. – el rostro del General estaba torcido mostrando el desagrado por ellos. Cámbialos de celdas. Pon en celdas contiguas a los que capturaron juntos. Continuaremos con la experimentación y cuando sientan el sufrimiento de gente que conocen sabrán de verdad lo que es el miedo. – el capitán asintió y esperó unos segundos por si el General añadía algo, y así fue. – En la sesión de mañana demostraré a la doctora quien tiene el mando si es necesario. Puede retirarse Hugin

Unos minutos después el doll (Activo) Hugin improntado como un militar bien entrenado descendió hasta el subterráneo tres acompañado de varios guardias. Bloque por bloque fue sacando a los presos y cambiándolos, hasta que llegó al bloque Epsilon. Los guardias se repartieron, dos delante de cada celda, y apuntaron. Una vez colocados Hugin accionó un control que tenía en la mano y el cristal de las celdas comenzó a deslizarse hacia arriba.

– No intentéis escapar. Vais a ser recolocados, si obedecéis será rápido, si no acabaréis muertos.

Con los guardias apuntando desde una posición tan ventajosa los presos tuvieron que obedecer y fueron cambiados de celdas, quedando así: