Diarios de Destino | Subterraneo tres, Bloque Epsilon
El ascensor se abrió dando paso al guardia que daba el aviso para dormir. Comenzó su ronda como de costumbre y al poco las luces se apagaron.
[i]Amanece en Moondale…[/i]
Al día siguiente otro de los guardias se encargó de despertarles a todos con el habitual: [b]Despertad, holgazanes.[/b]. Los compartimentos chirriaron y mostraron la habitual papilla grisácea. En unas horas el ascensor volvería a abrirse y escogerían a otro para experimentar. Sólo era cuestión de tiempo.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.