Cecil Alexei Anwalt | Subterraneo tres
Ahora mismo me debatía entre en una estado de furia y emo-depresivo que me sorprendía y a la vez, ignoraba quien podía ganar entre estos dos grandes combatientes. Porque hay que decirlo, las armas que tienen cada uno las tienen bien puestas y uno puede llegar a sorprenderse de manera inesperada.
Las sorpresas habían empezado el día anterior, aumentando las personas que se llevaban de forma que nadie se sentía seguro y [i]ese[/i] momento podía llegarle a cualquiera.
Otras las sorpresas para hoy, habían sido las horas en las que estos habían llegado. Realmente no sabría decir si iban a su hora (porque seguirán un horario, ¿no?) o si era yo el que me sentía desorientado por la situación. En cualquier caso, cuando se acercaron a la celda de Sarah, intenté decirla algo, intenté que me viese, al menos, por el cristal, pero nada sirvió. [b]ABSOLUTAMENTE NADA[/b].
Y para ser sinceros, mi compañera del otro lado (¿de la cama? No, la celda contraria a la de Sarah) precisamente no es que tuviese un estado de tranquilidad de esos respetables.
– [b]Por mucho que golpees el cristal, no vas a conseguir gran cosa. Otros más fuertes que tú lo han intentado y no es que sirviese de mucho.[/b]
– [b]Al menos no tengo la sensación de estar resignándome. [/b] – murmuró con un tono de voz bajito. Escuché que ya se apartaba del cristal y dejaba de golpear.
– [b]Creo que es mejor estar resignado que ver como vienen esos y te meten una buena zurra.[/b] – Como al [i]chico de la celda de al lado[/i], de Sarah, claro. Y no era yo, por supuesto.
– [b]Que hagan lo que quieran.[/b]
– [b]¿Entonces?[/b] – Me aparté de la celda, paseando un poco por la supuesta habitación, un tanto indignado. –[b]¿Ya está? ¿Qué hagan lo que quieran contigo? Independientemente de que puedas regenerarte, hay cosas de las que incluso tu no podrías curarte, seguro.[/b]
– [b]Sí, es fantástica la perspectiva de estar aquí sana y feliz para siempre.[/b] – hablaba con rapidez, seguramente más por nervios que porque ella hablase así. Me di la vuelta y vi una sombra en la rendija. Seguramente se habría acercado.- [b]¿Quién eres tú?[/b]
– [b]Soy un humano, al igual que tú.[/b]- Me acercar a la rendija con cierta lentitud.
– [b]Está bien, dominamos los «qué»[/b]. – hizo un amago de risa amarga y alargó la mano, de tal modo que acerqué la mía y, al menos durante unos segundos, ambos mantuvimos contacto.- [b]Soy Arizona, señor humano.[/b]
– [b]Cecil. Señora humana.[/b]
– [b]Cecil…[/b]- se quedó callada durante un momento. – [b]No estoy encantada de conocerte Cecil, al menos aquí no, y no es que entienda muy bien todo lo que significa [i]estar aquí[/i] …[/b] – dejó de hablar, de tal modo que aquellas palabras irradiaban en sentimientos que cualquiera de aquí había podido sentir en algún momento o incluso ahora.
– [b]Lo mismo digo Arizona. No me preguntes dónde estamos ni desde cuando, porque realmente no lo sé. Lo poco que sé es que aquí nos tienen encerrados como sus… experimentos. [/b]– me alejé, acercándome al cristal para ver nuestro querido espectáculo privado. – [b]Cada uno aquí dentro es especial, al menos a su manera, pero lo es. Ninguno de nosotros seguimos la palabra de “normal” y eso es porque nos tienen aquí abajo. Ignoro su propósito u objetivo, pero algunos, como ese calvete de Preston, disfrutan de nuestra agonía.[/b] – Fruncí las cejas al nombrarle, pero aún más al mirarle. Qué ganas tenía de pegarle.
– [b]Imagino entonces que no les parecerá demasiado bien que les pida la hoja de reclamaciones… [/b]
– [b]Tú inténtalo. Aunque lo más seguro es que te quedes esperando una larga temporada.[/b]
– [b]Esto no pasaría en el Ritz.[/b] – intento de broma… fallido. La chica, Arizona, volvió a ponerse a llorar. Joder…
– [b]Escúchame Ari. ¿Te puedo llamar Ari?[/b]- tragué saliva, mejor que se tranquilizase antes de que viniese cualquiera de esos con ganas de tocar las partes nobles de cualquiera.- [b]Saldremos de aquí. Sé que la situación es jodida, pero saldremos de aquí. ¿ok?[/b]
Aguardé durante unos segundos o minutos, ya que en aquel momento todo se me pasaba con una lentitud horrorosa entre esa conversación y mirar qué es lo que ocurría con las chicas. Después escuché un poco de ruido, supongo que se levantaría, para dejar de hablar conmigo.
Suspiré, nervioso, con ganas de coger algo, de [i]patear[/i] algo. Ahora entendía perfectamente cómo se había sentido Sarah el día anterior. Daban ganas de romper el cristal y empezar a repartir hostias por todos lados.
Pero así no conseguiríamos nada, no mientras ellos tuviesen la ventaja.
[spoiler]Arizona fue movida por Stargirl xD No es un gran post, pero espero que algo guste ^w^[/spoiler]
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