[b][ January Allard | Casa de las Echolls | [color=green]{ con Cecil Anwalt }[/color] ][/b][/align]
Vi alejarse a Daniel y Sarah sin poder evitar reírme y sacudir la cabeza. ¿Qué iba a hacer con la inocente y dulce Sarah? Un día de estos Diana y yo íbamos a tener que hacerle una [i]pyjama party[/i] con lección sorpresa incluida en el lote. Aunque, en realidad, era un respiro estar con ella: asombraba la facilidad que tenía para transmitir buen humor a base de sonrisas y abrazos. Sin duda, ser su amiga era increíblemente fácil.
-[b][i]Al fin solos, ¿no?[/b][/i] –preguntó entonces Cecil, dirigiéndose a mí con las cejas arcadas como si fuera uno de esos muñequitos expresivos del ordenador-. [b][i]¿Qué te cuentas, Jan?[/b][/i]
Recordaba a Cecil del tiempo de la Iniciativa. Recordaba que había sido él quien me había obligado a no entrar en pánico allá abajo, cuando me dejaron a solas con la pistola de dardos tranquilizantes con la que tenía que ayudarles. Poco más recordaba. Sabía que había estado casi todo el rato con Sarah, que parecían llevarse muy bien y que definitivamente ella confiaba en él. En cuanto a mí, la única opinión que tenía de él hasta el momento era que parecía un chico agradable.
Con una risa, imité su gesto, levantando las cejas antes de hablar: -[b]Ya les hemos espantado, sí, te parecerá bonito [/b]–bromeé. Y recuperando mi tono normal-: [b]Ah, poca cosa. Menos que tú, seguro, que me comentó Sarah que te habías ido… ¿adónde?[/b]
-[b][i]A casa, en Londres. Demasiado pasado por agua, para qué negartelo. [/b][/i]
Me sorprendí por un segundo y luego dejé de sorprenderme porque, al fin y al cabo, ya había notado que su acento no era exactamente californiano. Pero claro, había vivido allí toda la vida, me costaba identificar cualquier otra clase de acento.
-[b]¿Londres? Ya decía yo que tu acento no era especialmente americano. Al menos has salido unos días de Moondale, que no es la ciudad más divertida del mundo. Aunque probablemente aquí llueve menos… [/b]
-[b][i]Moondale no está tan mal, quitando lo evidente, claro[/b][/i] -sonrió-. [b][i]¿Y tú? ¿Te has ido a algun sitio o has hecho otra cosa?[/b][/i]
-[b]Qué va. Mi madre quería que volviera para San Francisco… pero lo tengo muy visto. Y ¡no hubieráis podido hacerme una fiesta sorpresa! No podía haceros esa faena [/b]-dije, como si fuera yo la que les estuviera haciendo un favor a ellos.
-[b][i]Una fiesta sin uno de sus protagonistas no estaría nada bien, no señor. Sino hubiera tenido que buscarte para castigarte como es debido[/b][/i] -dijo, negando con la cabeza pero sin borrar la sonrisa.
Utilicé mi mejor risa malvada antes de contestarle. Mi mejor risa malvada era, por supuesto, una mezcla bizarra entre un Santa Claus empachado de culdes y Bellatrix Lestrange en La Orden del Fénix (más que nada porque seguramnete mi tono de voz era más parecido al de la mortífaga que al de un tío enorme que no sabía lo que era hacer una dieta).
-[b]Como que hubieras sabido dónde buscarme. [/b]
-[b][i]Pues magia, ¿con qué otra cosa hubiera podido encontrarte? [/b][/i]-respondió, como si fuera obvio.
Abrí la boca. Vale, a lo mejor era un poco obvio, pero yo aún no estaba acostumbrada a estas cosas, aunque si seguía haciendo amistades sobrenaturales iba a tener que empezar a hacerlo.
-[b]Tsk, siempre lo olvido. Pero te aseguro que no me hubiera dejado castigar, soy una tía dura de roer, aquí donde me ves[/b] -dije, poniendo mi mejor expresión de tipo duro. Que en mi caso era, obviamente, una expresión [i]a la Chuck Norris[/i].
-[b][i]Entonces, ¿hay alguna otra manera para que pueda encantarte?[/b][/i]
Me quedé mirándole con ambas cejas levantadas, en un gesto de incredulidad, y tardé unos segundos en decidir cómo contestarle: -[b]De momento, podrías acompañarme a la mesa de la comida. Luego veremos si encuentro alguna otra manera.[/b]
-[b][i]Ya lo veremos[/b][/i] -dijo riéndose.
Caminamos hacia la mesa de la comida. Cierto era que estaba famélica y los canapés de la señora Echolls tenían una pinta estupenda. Toda una tentación.
Observé, mientras nos acercábamos a la mesa, la fiesta que nos había organizado Sarah y pensé en cómo nos había engañado a los tres como a tontos para que pensáramos que estábamos distrayendo a los demás y no también a nosotros mismos. De fondo sonaba una canción de Nickelback (ESO seguro que no me lo había esperado) que no era capaz de adivinar y un poco más allá la vi con Daniel (sólo me faltaban unos pompones para ser su animadora personal). Encontré también a Diana con algunas caras que reconocía vagamente. La señora Echolls estaba un poco más allá y había uno a quien definitivamente no conocía. ¿Ligue de Diana o amigo de Daniel?
Daba igual, de todas formas. Ensanché un poco la sonrisa, inevitablemente. Aquella fiesta era fantástica, pensé mientras me abalanzaba sobre los canapés para susto (probablemente) de Cecil. -p
-[b]Y dime… ¿os conociáis tú y Sarah antes de que Voldemort nos encerrase?[/b]-pregunté, curiosa.
-[b][i]Nop. Estaba en mi celda contigua, por lo que pudimos hablar. ¿Y tú? Porque sinceramente, creo que, salvo unas cuantas excepciones, nos conocemos por lo ocurrido allí.[/b][/i]
Recordé del día que nos conocimos, en uno de mis brillantes momentos de socialización.
-[b]La conocí… bueno, el día que nos cogieron y eso. Nos encontramos en la cafetería de la uni y no sé por qué me dio por hablar con ella. Luego nos vimos esa noche, en una fiesta… aunque todo fue muy, por decirlo de alguna manera, raro. Y luego lo demás sí, el encierro, que también fue raro, y lo de después, que no ha sido mucho más normal [/b]-dije, sonriendo para quitarle importancia-.[b] Todo muy raro y muy rápido, vamos[/b] -me reí.
Raro. Podía cambiar mi apellido por esa palabra porque hacía tiempo que todo lo que me pasaba era raro.
-[b][i]Bueno[/b][/i] -sonrió-.[b][i] Lo importante es que ya estamos fuera, quizás lo mejor sea no hablar mucho del tema.[/b][/i]
-[b]¡Cierto! Y dígame, señor Cecil, ¿me cuenta algo de usted o he de hacer caso a mi madre y alejarme para no hablar con desconocidos? Algo que no sea que eres inglés y haces magia potagia, que éso ya lo sé y no cubre mi dosis de cotilleo diaria.[/b]
-[b][i]Mmm… ¿Qué es lo que quieres saber?[/i][/b] -preguntó, riéndose ante mi cara de yonqui cotilla más practicada.
-[b]Ya sabes, lo usual: edad, lugar de trabajo, hobbies favoritos, excentricidades, cuál de todas éstas es la mujer de tu vida… [/b]-dije, enumerando con los dedos de la mano-. [b]¡Lo que quieras![/b]
-[b][i]Mmm… ¿No deberias contestar tú antes mis preguntas? Después de todo, las damas van primero, ¿no? [/b][/i]
Abrí la boca, fingiendo sorpresa: -[b]Bonita forma evitar las preguntas, pero no te creas que te servirá. Hagamos una cosa, preguntas tú, pregunto yo, por turnos[/b] -propuse con una sonrisa.
-[b][i]Mmm… ¿Tienes novio?[/b][/i] -preguntó, riéndose.
Bueno, tenía que reconocer que eso no me lo había esperado en absoluto. Le miré unos segundos, sin saber muy bien qué contestar, y luego la vista se me escapó al otro lado de la sala buscando a una persona en concreto. Yo ya sabía la respuesta, era sencilla, pero tal vez era que en realidad me hubiera gustado que no fuera tan sencilla. Volví a fijar la vista en Cecil y contesté.
-[b]¿No es una pregunta muy indiscreta que hacer a una dama en el segundo encuentro? [/b]-le reprendí, bromeando-. [b]No que yo sepa, de momento. ¿Qué hay sobre ti?[/b]
Porque dicen que donde las dan las toman… y porque su pregunta me había pillado desprevenida y había olvidado lo que iba a preguntarle en verdad.
-[b][i]Puede que sí, puede que no.[/b][/i]
-[b]Ajám. Creía que la idea de las preguntas era que se respondiera directa y sinceramente[/b] -dije, dándole un golpecito leve en el hombro.
-[b][i]Eh, yo te he contestado, si no te gusta mi forma de hacerlo…. Mira, hagamos una cosa, quedemos un día y hablemos, contémonos cosas, ¿te parece?[/b][/i]
Fingí pensármelo un segundo antes de responder: -[b]Tendré que consultarlo con mi amigo invisible, que lo sepas.[/b] -dije, advirtiéndole medio en broma.
-[b][i]Ok. Entonces se acabó el interrogatorio hasta el próximo día[/b][/i] -dijo, guiñándome un ojo-. [b][i]Tengo muchas preguntas que hacerte todavía, que no se te olvide.[/b][/i]
Hizo un gesto con la mano y se marchó en dirección a Sarah. Aproveché para regodearme un poco más con la fiesta, mientras me colocaba bien la falda -nueva, comprada especialmente para estar guapa en el cumpleaños de Diana y Daniel y la fiesta de Sarah-. Medio sentada, medio apoyada contra la mesa de los canapés, me giré un poco sobre mí misma y cogí otro, que comencé a saborear mientras me quedaba pensando en las musarañas. Al menos, pensando en las musarañas hasta que otra voz me sacó de mi ensimismamiento.
-[b][i]Menos mal que mi regalo no es una cena.[/i][/b]
Levanté la vista y no pude evitar esbozar una gran sonrisa.
[spoiler]Cada personaje movido por su dueño.
[URL=http://i56.tinypic.com/2v2dz6b.jpg]Así va vestida, peinada y maquillada January[/URL] :][/spoiler]
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