Moondale

CRISIS DE CELOS

[align=center][b][Jamie Smith || En el Silver ][/b][/align]

jamiesmith

Si el día había sido un desastre emocional en proporciones épicas, la noche había decidido seguirle el juego al día. No recuerdo casi nada, dado que mi completa borrachera no me permitía hilar nada más que algunos rostros conocidos y pocas conversaciones. Con lo cual, no entendía en absoluto mi pequeña crisis de celos al ver a Sylver y Dominic muy juntos, en la puerta del baño de mujeres del bar. Tenía ansias homicidas, por lo que tuve que ir derecho con Diana y Ann. Ambas me abrazaron y eso me reconfortó bastante. Luego se acercaron Dom y Sylver, consiguiendo que me enfadase más de lo que estaba y quisiera irme, cuando llegó alguien.

– [i]Mes amie[/i], una reunión de excompañeros de celda. ¿Se os olvidó llamarme verdad?

– [b]¿Y a ti quien te llamó?[/b]- pregunté, con la mala leche de antes.

– Un viejo amigo llamado Jack…Daniels. Somos un grupo muy unido, él, Eristoff y yo somos uña y carne.

– [i]¿Y dónde te has dejado a Heineken? Pensaba que érais amigos.[/i]- Diana lo miró de hito en hito como si no se pudiera creer que eso está pasando.

Sylver miraba a aquella persona, en plan ‘¿Qué demonios…?’, como si todo fuese una broma de mal gusto. En general, todos estábamos en el mismo plan que Sylver, mirando al tipo éste, como si hubiese salido de la nada. Inspiré aire, la borrachera no se había ido del todo, esperando a que algo más sucediera.

– [b]Bueno, la barra está por allá, piérdete.[/b]- mascullé.

– Creo que Heineken también os ha visitado, yo siempre termino con dolor de cabeza cuando viene a verme, por eso ya no es del grupo.- se giró para irse. – Por cierto, tenía un aviso para vosotros, pero creo que se me ha olvidado.

-[i]¿Y no hay nada que pueda refrescarte la memoria?[/i]- preguntó Ann.

El tío éste no oyó a Ann, fue hasta Dominic, le dijo algo a él lo suficientemente bajo para que nadie más lo oyese y se piró a ninguna parte. Fruncí el ceño, bastante confusa. ¿Un aviso? Esperaba que no hubiese más problemas de los que ya había, porque francamente yo no estaba para esos juegos. La captura, saber la verdad sobre mis orígenes (a medias) y que ahora ese tío viniera a avisarnos de algo, completaba un esquema nada agradable, en mi opinión personal. Me apetecía doblar la cantidad ingente de alcohol que tenía en mi sangre, para no pensar en absoluto.

– [i]¿Y quién ese ese? ¿Amigo vuestro?[/i]- preguntó Sylver.

-[i]¿Y si lo que tenía que decir era importante?[/i]- Ann se frustró.

– [b]¿Porqué? ¿También te lo quieres ligar?[/b]- le espeté a Sylver. De veras que no sabía qué coños me pasaba con Sylver, ya la había conocido antes, en la huida y me había caído bien, hasta era graciosa; pero esta noche me estaba irritando a grandes niveles. [i]Jamie, o te tranquilizas o te tranquilizas.[/i] Inspiré aire profundamente, buscando serenarme.

– [i]No guapa, te dejo a ti mis sobras.[/i]- Sylver me respondió con sorna.

-[i] Jamie, tranquila[/i]- me dijo Ann, acariciándome el brazo.-[i]Y tú…[/i]- miró mal a Sylver- [i]cuidadito con quien te metes.[/i]- amenazó.

– [i]Chicas…em…creo que somos lo suficientemente maduras para no fastidiar una noche que se suponía que iba a ser divertida con estas cosas.[/i]- Diana hizo una pausa en la que nos mira a las tres.- [i]¿De verdad creéis que un tío (por muy bueno que esté) merece que nos tratemos así? Tantos años de feminismo para nada…[/i]

De repente, me sentí como una idiota redomada. ¿Qué demonios había hecho? Yo no era así, en absoluto. He querido que la tierra me tragase hasta lo profundo y que nadie me viese la cara de vergüenza. El alcohol más todo mi drama, había intensificado mi desborde emocional, tomándome a mal todo. Miré hacia el resto del Silver, como buscando un hueco donde escabullirme y pasar la vergüenza sola.

– [i]No sé qué pasó en el baño, pero no sólo es culpa de Sylver.[/i]- De nuevo se quedó callada, intentando que no la matemos.- [i]Quizás todo sea un malentendido, ¿por qué no empezamos de nuevo?[/i]- Preguntó a las tres y miró solo a Sylver con una sonrisa.- [i]Hola Sylver, hacía siglos que no te veía.[/i]

Ann saludó a Silver con un gruñido y un movimiento de cabeza.

– [i]Y todo esto por haber preguntado un nombre.[/i]- Sylver se sintió azorada, se pasó la mano por el codo y miró al suelo.- [i]Hola chica-habladora.[/i]

Que incómoda que me sentía, sobre todo, porque Dom no era nada mío y me había comportado como una asquerosa novia celosa. Miré a las chicas, y decidí que necesitaba más alcohol, porque estaba soberanamente haciendo idioteces. Me acerqué hasta la barra y le pedí al camarero un mojito extra fuerte. Necesitaba sobretodo, callar mi mente, mis sentimientos, todo en mí. No podía lidiar con nada en este preciso instante.

– [b][i]Por esta noche ya has bebido bastante.[/i][/b]- me dijo Dominic, quitándome el mojito y bebiéndoselo.

– [b]P-pero…[/b]- le hice un puchero. Que Dominic viniese a cuidarme, me dejaba un poco descolocada, porque lo había conocido apenas esa misma tarde. Tuve que obligarme de no mirarle ese culo, porque… [i]Genial Jamie, además de destrozada emocionalmente, estás hormonada.[/i]

Al rato, en los parlantes empezó a sonar una canción que estaba bastante buena e invitaba a bailar. A lo lejos vi a Sylver alocarse sin ningún pudor, consiguiendo que abriera los ojos de par en par. Me giré hacia Dom, con una sonrisa traviesa. Si bailar ayudaba a que no pensase en comportarme como una idiota psicótica celosa, más me valía hacer arder mis pies en la pista. Menos mal que iba sin tacones, o creo que no viviría para contarlo.

– [b]Tú no te salvas de ésta.[/b]- lo agarré por el brazo, tirándolo hacia la pista y llegando al lado de las chicas, comenzando así a bailar.

Ann parecía buscar a alguien o algo, cuando ese alguien o algo apareció en mi campo visual a mi izquierda.

– Estoy más cerca de lo que piensas, cherie. – dijo John Doe, al lado de Ann. – Sabía que me buscarías. – le guiñó un ojo.

Ann miró a John con una sonrisa (después de que se le pase el infarto) y le invitó a bailar, moviéndose de un lado a otro. El tal John le susurró algo en el oído de Ann, antes de hacerle una reverencia y acompañarle en el baile. Vaya con Ann, creo que esta noche no sobrevive al tal John, porque hay que admitir las cosas como son: es guapo a su manera. Dominic estaba bailando, mientras yo intentaba no parecer que me lo quería ligar cuando esa era mi completa y sincera intención. Miré de reojo a Ann bailando con John, y Diana se acercó a Sylver, para no quedarse sola, bailando de forma bastante…peculiar. Consiguiendo que un buen grupito de tíos lo suficientemente pervertidos las rodearan alentándolas. De repente me he dado cuenta que todos bailábamos en plan parejas y me he quedado un tanto descolocada, porque bueno…eso me llevó a pensar cosas que no son y luego no pensé mucho en lo que iba a hacer a continuación.

Lanzarme sobre Dom y besarle torpemente.

– [b]Me han empujado.[/b]- me excusé pobremente. ¿Me han empujado?¿Qué clase de excusa idiota retrasada es esa? [i]Jamie, debes salir de ahí, ahora mismo. No sé, a cualquier sitio donde la tierra se abra y te trague entera, para no tener que volver jamás de los jamases.[/i] Envidié tantísimo a Paige Halliwell que tenía el poder de transportarse a donde quisiera. Era lo que necesitaba para no verle la cara a Dom.

Dom me volvió a besar y añadió. – [b][i]A mi tambien me han empujado.[/i][/b]

¿Mi reacción? Quedarme completamente pasmada, preguntarme si realmente me habían besado, notar que Dom sabía a mojito y decirme a mí misma que reaccionase, que ya parecía como si jamás me hubiesen besado. Parpadeé, entrecerrando los ojos ya que las luces me molestaban justo en ese momento. Todavía estaba en shock, porque francamente no me esperaba en absoluto eso. Me esperaba que me ignorasen o se riesen de mí o que me mirasen mal por invadir espacios personales. Cualquier cosa menos el beso de vuelta.

– [b]Al menos besas mejor que yo…[/b]- le halagué. [i]Jamie, ¿qué idioteces estás murmurando? Sé más elocuente, por favor…rescata tu poca dignidad en algo elocuente, vamos.[/i]- [b]Es decir, que tu empujón fue mejor que el mío…[/b]- dije, trabándome. [i]Genial Jamie, así no pensará que eres una idiota patética a quien jamás han besado.[/i]

– [b][i]No te creas, tu empujón tampoco ha estado mal…[/i][/b]

Me sentí azorada, ¿qué era lo que estaba pasando? Encima, haberme excusado con una cosa tan ridícula y por las leyes de la física, difícil. Me giré y observé a las chicas bailar como si no pasase nada en absoluto. Ya quisiera estar así como ellas, en vez de martirizarme mentalmente por lo que había sucedido segundos atrás.

– [b]Uhmm…creo que se me ha ido todo el alcohol…[/b]- comenté.[i]Jamie, eres definitivamente la campeona de decir cosas poco elocuentes. ¿Eso? Una estupidez. Vamos, sabes cómo tratar con ligues, no eres una virgencita asustada. Eso ya lo has sido a los dieciséis…[/i]- [b]Y ahora es cuando no sé qué más decir…[/b]- [i]Jamie, claro que no sabes que más decir, porque yo te estoy buscando ese cerebro inteligente que tienes, y francamente no lo estoy viendo en ningún lado. Lo único que veo es una cabeza hueca y no eres rubia. Renuncio.[/i]

En un momento me fijé que Ann y John se habían ido a la barra, mientras Diana y Sylver seguían bailando. Y yo ahí parada con Dom, un poco sin saber cómo comportarme, porque la verdad me apetecía estar en mi cama, oculta entre las sábanas, lamentándome de mi actuación más que patética. Claramente, yo de autoestima tengo lo que Sylver con su pudor.

– [b][i]Ahora es cuando deberiamos conocernos mejor. Hola, soy Dominic Williams, soy de Inglaterra, tengo una hermana, estoy en Moondale por motivos personales y tal vez este sea el mejor beso que me han dado.[/i][/b]

¿El mejor beso que le han dado? ¿Ese beso puñeteramente torpe y con tan poca coordinación? No sabía ni qué decir, excepto que era de Inglaterra, y pese al disgusto de mi abuela porque no me molaban los italianos, tenía un fuerte enamoramiento con todo lo que fuera de Inglaterra. Vaya lotería me he ganado, un inglés nada más ni menos. Y añádele que es guapísimo, con un culo de puta madre. [i]Jamie, concentrate. He vuelto porque necesito la paga mensual para mis cosas.[/i]

– [b]Jamie Smith, americana, italiana por adopción, no deberías conocer bajo ninguna circunstancia a mi abuela, que fijo te casa conmigo y…también ha sido el mejor beso que me han dado…[/b]- respondí en la misma forma que él.

Luego decidí que era mejor volverme, porque eran tantas las cosas que tenía que digerir. Le di la espalda para irme, necesitaba vaciar el cerebro, tantas emociones me dejaban medio loca. Dom me agarró del brazo y añadió. -[b][i] No, espera. Deberías quedarte.[/i][/b]

No voy a mentir, que me dijera que me quedase provocó un cosquilleo en el estómago. Vaya, aparentemente le había causado buena impresión, a pesar de mi borrachera épica que llevaba a cuestas.

-[b]¿Que me quede?[/b]- pregunté, para corroborar.-[b] Uhm…creo que estamos molestando a Ann y John, y bueno…Diana se ve dispuesta a ligarse a Sylver.[/b]-señalé con la cabeza al resto.

– [b][i]El resto también tiene que quedarse. Tengo que contaros algo.[/i][/b]

Y naturalmente, que el cosquilleo estomacal se había ido a la mierda, la poca autoestima que tenía se fue al garete y me sentí tan poco especial. Me crucé de brazos, percibiendo esa ligera sensación de que me iba a enfadar en pocos segundos, y sería lo que me faltaba para cerrar una noche movida. Sinceramente, tendría que postularme para alguna de esas novelas italianas que ve Nana; quedaría perfecta en un papel así, tenía todas las emociones que se necesitaban.

Me quedé parada, mirando a las demás, envidiándolas demasiado. No digo de sus vidas, que seguramente son terribles en este momento, sino en el hecho de verlas bailar a sus anchas y divertirse un poco, mientras yo me estaba montando una novela italiana. Bufé, de cansancio. Luego de que Dom dijera lo que tenía que contarnos, yo me iba a largar de allí, conseguir con suerte una heladería abierta y comprarme dos kilos de helado de chocolate. Lo necesitaba con urgencia.

[spoiler]Cada personaje manejado por su dueño.[/spoiler]

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