[align=center][b]Suzanne Sommerville | Residencia Hexe – Calles de Moondale – Club Silver
{Con Jamie, Diana, Dominic y Silver}[/b][/align]
[align=left]Nada más llegar a la [b]Residencia[/b], me dejé caer en el plato de ducha, con agua casi hirviendo cayendo sobre mí. Pero apenas era consciente de ella. Tenía demasiadas cosas en la cabeza, demasiada información para un solo día. Las palabras de [b]Ed[/b] y [b]McLeod[/b] resonaban en mi cabeza. Rebotaban unas contra otras, giraban y se aceleraban. Y yo sólo sentía tres cosas: incredulidad, desorientación y miedo. En el mundo en el que yo había vivido siempre, no existían los licántropos, no existían los vampiros, no existía la magia; sólo los cuentos que se les contaban a los niños por las noches, poblados de criaturas tenebrosas que nunca traspasaban la barrera de la realidad. Sin embargo, esa mañana, yo, [b]Ann Sommerville[/b], hija de una inmigrante francesa y un canadiense de a pie, me había despertado sintiéndose humana y en esos momentos me sentía cualquier cosa menos eso: una licántropo, mujer-lobo, como quisiesen llamarme… era una de esas criaturas que, en teoría, sólo existían en el mundo de los cuentos. Y cabía la posibilidad, tan oscura como certera, de que el “perro” que despedazó a [b]Francis[/b] no hubiese sido otro que yo. Me aferré con fuerza a mí misma y me hice un ovillo, notando como una lágrima bajaba por mi mejilla.
Mentiría si dijese que tengo miedo. La pura verdad es que estoy acojonada. Y no por mí, que al fin y al cabo, si soy una chica-lobo no puedo hacer nada por cambiar eso. Lo que verdaderamente me asusta es la posibilidad de hacer daño a la gente. Si yo maté a [b]Francis[/b], creo que más me valdría estar muerta, y si no… en cualquier momento podría descontrolarme y matar a alguien. Soy un peligro público, y por mucho que [b]Ed[/b] y [b]McLeod[/b] estén dispuestos a ayudarme, por mucho que pueda encontrar a [b]Fenris[/b] y suplicarle que me ayude a controlar mi condición, nunca nada volverá a ser como antes. He caído en una nueva realidad que no sé si me gusta. Pero es en la que me ha tocado vivir.
Al salir de la ducha me envuelvo en el albornoz. La verdad, en estos momentos nada me gustaría más que tirarme en la cama y dormir, dormir para siempre. Abro la puerta de mi armario, en busca de alguna camiseta holgada que ponerme para dormir cuando me suena el móvil encima del escritorio. Me giró, mirándolo un tanto confusa, [i]¿quién podrá ser a estas horas?[/i], y lo agarró en la mano para ver que tengo un SMS de un número desconocido.[/align]
[align=center][b]~ Sms de Diana ~ [/b][/align]
[i][QUOTE]¡Hola! Soy Diana. ¿Vienes a tomar algo al Silver? Estoy en la barra con un tío buenorro =D Besos.[/QUOTE][/i]
[align=left]Suspiro. La verdad, no me apetece ni un poquito salir de mi habitación (nunca más, en serio), pero [b]Diana[/b] es lo más parecido a una amiga que he tenido desde que llegué a [b]Moondale[/b], y no quiero echarlo a perder tan rápido. Además, si ella estaba aquella noche en los sótanos debe saber lo de mi… pequeño problema peludo, y si aún así quiere que vaya con ella… bueno, debo ir mientras alguien me quiera cerca.
Me visto en un santiamén (porque la verdad, no tengo pensado ligar, por muy bueno que esté el chico con el que está [b]Diana[/b]) y tiro las llaves y el móvil al bolso, mientras saco un diminuto espejito y el lápiz de ojos. Cierro la puerta de mi cuarto y bajo las escaleras sin prestar demasiada atención, pues intento que la raya no me salga torcida.
Las calles están bastante desiertas, y aunque, por lo que ha pasado antes con el vampiro ese ([i]un vampiro, tío, que fuerte todo[/i]) sé que cualquier cosa que pueda pasarme cicatrizará rápido, creo que ya he tenido bastantes emociones por hoy, así que camino a toda la velocidad que me permiten los tacones (y es un milagro que no me parta la crisma) hasta llegar al [b]Silver[/b].
Nada más entrar mis ojos se topan con una chica que está sentada en el suelo, contra la pared, con pintas de estar pasadísima de algo. Y me recuerda a [b]Ashley[/b], la que había sido mi mejor amiga en la época del instituto, porque solía tomárselas buenas en todas las fiestas a las que se nos ocurría ir. Me acerco a ella, tal vez por el recuerdo de [b]Ashley[/b] o porque si yo estuviese en la misma situación me gustaría que alguien hiciese lo mismo por mí.
—[i][b]¿Te encuentras bien?[/b][/i]—pregunto, arrodillándome a su lado, y por lo que puedo notar, clavándome algo que parecen cristales en las rodillas—[b][i]¿Has venido sola?[/i][/b]
La chica mira de forma bastante desenfocada hacia mi izquierda, y no puedo evitar sonreír. Me recuerda a [b]Ashley[/b], cada vez más.
—[b]Creo que sí…[/b]—murmura bajito, haciendo gesto de arcadas. [i]No vomites, por favor, o vomitaré contigo[/i]—[b]y creo que sí.[/b]
Suspiro. Le coloco la mano en la frente, para intentar que tenga las vías respiratorias despejadas en caso de que realmente vomite. Y de pronto la reconozco. Ella tiembla ligeramente, gira la cabeza hacia el otro lado, y vomita.[/align]
[align=center][b]Flashback | La Iniciativa | Día de la huida[/b][/align]
[QUOTE]—[b][i]¡Hey! ¿Estás bien?[/i][/b]—pregunto, acercándome y ayudándola a incorporarse.
—[b]Eh … sí. No es nada[/b]—me dice, esbozando una maltrecha sonrisa antes de seguir corriendo.
—[b][i]Si tú lo dices…[/i][/b]—le respondo, un tanto irónica, porque, bueno, acabo de ser secuestrada (o de enterarme, al menos) y esto parece [b]Prision Break[/b] pero a lo bestia. Me cargo la mayor parte de su peso sobre los hombros, y sorprendentemente, no pesa casi nada—[b][i]Por cierto, me llamo Ann…[/i][/b]—añado—Y[b][i] no hace falta que me contestes, céntrate en respirar[/i][/b]—si la situación fuese otra, me habría echado a reír, pero no está el horno para bollos ahora mismo.
—[b]Estoy bien, en serio[/b]—murmura, con un leve jadeo, incorporándose lo mejor posible—[b]Jamie, por cierto[/b]—añade.
—[b][i]Pues… un último esfuerzo, Jamie[/i][/b]—le digo, usando mis inútiles dotes de ex animadora y ayudándola a subir los últimos escalones—[b][i]ya casi estamos fuera…[/i][/b]
—[b]Gracias…[/b]—susurra.
Una vez fuera, la suelto y me dejo caer contra la pared, mientras veo como [b]Jamie[/b] se aleja.[/QUOTE]
[align=left]—[b][i]Joder, Jamie…[/i][/b]—susurro, al verla vomitar. Noto una sacudida en el estómago, y la ensalada que comí hace horas se pone a bailar claqué—[b][i]¿Qué te has tomado?[/i][/b]—aunque la pregunta más acertada sería “cuánto”—[b][i]No, da igual, voy a buscarte algo de agua…[/i][/b]—añado, levantándome y sacudiéndome los cristales de las rodillas. Seguramente se me han jodido las medias, pero…
—[b]Vodka y helado…[/b]—la oigo susurrar por encima del sonido de la música y la distancia. Esa percepción sensitiva me deja momentáneamente aturdida, y casi no presto atención al camarero cuando me da un botellín de agua y le pago.
Vuelvo junto a [b]Jamie[/b] y me arrodillo de nuevo a su lado.
—[b][i]Bebe un sorbo[/i][/b]—le digo, acercándole el botellín a los labios—[b][i]te sentirás mejor.[/i][/b]
Toma la botellita de mis manos y bebe a pequeños sorbos.
—[b]Debo haber hecho el ridículo…[/b]—murmura, aún bastante ida.
—[b][i]Nah, no creas…[/i][/b]—digo, en un intento por consolarla—[b][i]¿Quieres que te acompañe a casa? ¿Quieres que te busque un taxi?[/i][/b]—le compruebo el pulso en la muñeca, para ver si es normal o va demasiado lento.
—[b]No quiero volver…[/b]—murmura de forma pastosa—[b]no quiero volver y quedarme llorando, necesito olvidar… duele.[/b]
Por un momento me pregunto si alguien le ha hecho daño. Y si ese alguien ha sido un chico, deberían ponerle un ojo completamente morado. O los dos, para hacer juego.
—[b][i]A ver, Jamie[/i][/b]—me armo de paciencia y le quito el pelo de delante de la cara—[b][i]las cosas, por muy feas que se pongan, no se solucionan con alcohol[/i][/b]—explico, en tono conciliador—[b][i]una vez te calmes, dejes de estar borracha y n las cosas con perspectiva, te será mucho más fácil asumir lo que sea[/i][/b]—añado, con una sonrisa. [i]Muy bien, [b]Ann[/b], ahora, aplícate el cuento.[/i]
—[b]Pero hoy no, Ann[/b]—me dice en tono suplicante, con un par de lágrimas—[b]Sólo… hoy no, por favor.[/b]
—[b][i]Jamie, no me lo pongas más difícil, cielo[/i][/b]—susurro, acariciándole el pelo—[b][i]Yo no puedo cuidar de ti[/i][/b]—[i]porque estoy teniendo pánico a merendarte[/i]— [b][i]y si cualquier estúpido te encuentra en este estado a saber qué podrían hacerte…[/i][/b]
—[b]Estaré bien, sólo… creo que iré a la barra y compraré una botella de agua[/b]—se levanta, aún mareada—[b]Pero no me apetece volver allá[/b]—suelta un largo suspiro—[b]Necesito distraerme, despejarme, olvidarme un rato de mis problemas familiares.[/b]
La familia. Siempre la familia. Yo extraño horrores a los míos, pero cuanto más lejos me tengan, mejor.
—[b][i]Haz algo por mí[/i][/b]—pido—[b][i]Ve a esta dirección[/i][/b]—revuelvo en mi bolso hasta sacar un boli y le anoto la dirección de mi dormitorio de la [b]Residencia[/b] en la mano—[b][i]y quédate en mi cama si quieres[/i][/b]—añado, agarrándola para que no se caiga. Vuelvo a revolver en el bolso—[b][i]y aquí tienes la llave[/i][/b]—añado, metiéndosela en la palma y haciéndole cerrarla en un puño—[b][i]Y sobre todo, aléjate de los tíos que no conozcas…[/i][/b]—susurro, dándole un beso en la frente.
[b]Jamie[/b] sonríe y me mira.
—[b]Disculpa, pero a lo que me refería era a no volver a la residencia[/b]—[i]vale, yo pensaba que no querías ir a tu casa, ay, qué vida esta…[/i] Me devuelve la llave—[b]Necesito estar donde haya gente, no me apetece estar sola ahora mismo[/b]—se encoge de hombros—[b]Sino, ya estaría en mi dormitorio, en pleno coma etílico y no es plan[/b]—suspira con una sonrisa triste que casi me parte el corazón—[b]Además, aquí me puedo alegrar la vista[/b]—añade, mirando en dirección a un tío bueno [b]{Dominic}[/b].
Miro hacia donde está mirando ella y veo a [b]Diana[/b], esbozo una sonrisa. Pues [b]Jamie[/b] se viene conmigo.[b] Diana[/b] alza un brazo y me hace señas para que me acerque.
—[b][i]Anda, pues precisamente está con Diana[/i][/b]—digo, enlazando mi brazo con el de [b]Jamie[/b]—[b][i]Dado que no quieres irte a dormir, tendré que vigilarte de cerca no vaya a ser que algún idiota intente hacerte algo[/i][/b]—añado, alzando el brazo libre y devolviéndole el saludo a [b]Diana[/b]—[b][i]¡Vamos![/i][/b]—digo, con entusiasmo, llevando a [b]Jamie[/b] conmigo.
—[b]Creo que puedo apañármelas para rechazarlos[/b]—[i]si no estuvieses tan mamada tal vez, cariño, pero así…[/i]—[b]pero se agradece tu postura de caballero blanco[/b]—[i]Sí, soy todo un miembro de la [b]Guardia Real[/b][/i]—me sonríe, dejándose arrastrar
—[i][b]¡Ann![/b][/i]—[b]Diana[/b] me estruja en un abrazo y me planta dos besos. Después le da otros dos besos a [b]Jamie[/b]—[i]Supongo que os conocéis, ¿no? De aquel sitio…[/i]—dice, refiriéndose al tío bueno que está con ella.
—Sí, hola—dice el tío bueno al que creo recordar que se llama [b]Dominic[/b], dándome dos besos—Hola de nuevo—le dice a [b]Jamie[/b], dándole dos besos también.
—[b][i]Hum, sí, creo que sí[/i][/b]—digo, un tanto confusa, como cada vez que intento recordar esa noche—[b][i]Encantada de volver a conocerte.[/i][/b]
—[b]El que no me dejó pagar la comida china[/b]—replica [b]Jamie[/b], señalando a [b]Dominic[/b]—[b]Hola de nuevo[/b]—y se agarra en mí, porque aún está un poco bastante borracha.
—¿Ves por qué no quiero que sigas bebiendo?—le susurra [b]Dominic[/b] a [b]Diana[/b]. Y me siento increíblemente incómoda por ser capaz de oírles, pero… tampoco es como si pudiese evitarlo. Al menos ahora, los sonidos extraños e inexplicables tienen un origen… más o menos lógico.
—P[i]areces mi novio…[/i]—le dice [b]Diana[/b] entre dientes, con una sonrisa destinada a que no se note. Al final esto de oír de más mola lo suyo—[i]¿Queréis tomar algo? Sin alcohol, claro[/i]—añade, ya en tono normal.
—[b]Mucha agua[/b]—murmura Jamie—[b]O Coca-Cola… o zumo. Lo que sea…[/b]
—[b][i]Yo no puedo renunciar al alcohol tan temprano…[/i][/b]—protesto, con una sonrisa. S[i]oy una mujer-lobo, necesito olvidarme de ello durante unos segundos, gracias[/i]—[b][i]Quiero un tequila bien cargado, sin sal y con mucha lima[/i][/b]—explico.
—[i]Pues yo quiero otro[/i]—dice [b]Diana[/b] con una sonrisa—[i]No puedo dejar a mi amiga [b]Ann[/b] beber sola porque es de mala educación[/i]—añade, y siento una euforia extraña cuando dice que soy su amiga. Si no fuese porque se me iría el maquillaje a la porra, casi me podría echar a llorar.
—[b][i]Whoooooaaaaa[/i][/b]—digo, como las chicas estas de [b]Cómo conocí a vuestra madre[/b]. Estoy desatada, medio loca, tal vez, pero la euforia de estar en un bar y comportarme como si estuviese medio loca o medio borracha ayuda a no pensar.
—[i]Whoaaaaaaaaa[/i]—repite [b]Diana[/b].
Ambas miramos a [b]Jamie[/b], pues le tocaría repetir el [i]“whoa”[/i] pero parece hipnotizada por el culo de Dominic, que está con la mano alzada, intentando obtener la atención del camarero. La verdad es que tiene un culo estupendo.
—Tres vasos de agua y dos tequilas por aquí—le dice [b]Dominic[/b] al camarero.
—[b]Vaya…[/b]—musita [b]Jamie[/b], mirando los tres vasos de agua—[b]¿Gracias?[/b]—mira a [b]Dominic[/b] de una forma un tanto extraña.
A mí me falta tiempo para tirarme en plancha sobre mi tequila. En circunstancias normales no bebo alcohol. Pero hoy me he enterado de que soy una licántropo. En lo que a mí respecta, se han acabado las circunstancias normales. Me bebo el tequila de un trago y dejo el vaso sobre la mesa, logrando que arranque un sonido sordo de la madera.
—[b][i]Otro[/i][/b]—le digo al aire, con la esperanza de que el camarero me oiga. Me vuelvo hacia [b]Diana[/b]—[b][i]Pues sí, tenías razón, tu acompañante está cañón[/i][/b]—comento con una risita. El tequila rasca de lo lindo.
—[i]Mi acompañante está que se parte, pero no se lo digas que se lo cree[/i]—me dice [b]Diana[/b] en voz baja, dándome un leve codazo y guiñándome un ojo.
Suelto una risita medio etílica. Creo que se me ha olvidado mencionar que yo y el tequila tenemos una seria lucha a muerte desde que empecé a beber, y que siempre me gana en el tercer asalto.
[b]Dominic[/b], que sigue con los vasos de[b] Jamie[/b] en la mano (la verdad, hacerle beber a una pesonita tan pequeña tanta agua debería ser ilegal, no sé donde va a almacenarla toda), nos pide dos nuevos tequilas a [b]Diana[/b] y a mí.
Apuro el nuevo tequila que me sirven y me giro hacia mis acompañantes. [b]Jamie[/b] parece muy ocupada comiéndose a [b]Dominic[/b] con los ojos, así que me vuelvo hacia [b]Diana[/b] con una sonrisa de oreja a oreja.
—[b][i]¿Nadie baila?[/i][/b]—alzo una ceja, en gesto de invitación, y señalo a la pista con un movimiento de cabeza.
—[i]¿Te valgo yo?[/i]—me pregunta, con ojitos brillantes—[i]Prometo no aprovecharme de ti[/i]—añade.
[i]Y yo prometo intentar no merendarte.[/i]
—[b]Yo creo que me quedaré aquí, quietecita[/b]—dice [b]Jamie[/b], encaramándose a uno de los taburetes. [i]Jamie, chica, tú sí que sabes. Si yo tuviese a un chico así de mono para que me cuidase tampoco bailaría.[/i]
—[b][i]¡Claro![/i][/b]—le digo a [b]Diana[/b], antes de volverme hacia [b]Dominic[/b]—[b][i]Cuida de Jamie mientras yo bailo con la dama[/i][/b]—agarro la mano de [b]Jamie[/b] y la enlazo con el brazo de [b]Dominic[/b].
[b]Diana[/b] y yo llegamos a la pista, mientras [URL=http://open.spotify.com/track/28O4PwkH8bzARStxeL4pxL]una canción[/URL] que había sonado mucho ese verano empezaba. Bailamos una con la otra, como si nadie más en el mundo existiese. Yo, al menos, necesito dejar de pensar por un momento. [b]Diana[/b], estoy casi segura, también.
—[i]¿Cuánto tiempo crees que necesitarán para liarse?[/i]—me pregunta, señalando a [b]Dominic[/b] y [b]Jamie[/b] con la cabeza mientras baila.
Los miro un segundo, ladeando la cabeza, y esbozo una sonrisa traviesa, mientras yo y [b]Diana[/b] chocamos las caderas, al ritmo de la música.
—[b][i]Mmmmm… teniendo en cuenta que Jamie va fija y que él… también va fino… creo que en diez minutos como mucho…[/i][/b]—digo. [i]¿Desde cuándo yo soy una experta en tiempo para liarse? Creo que el alcohol me ha afectado más de lo que debería. Puto tequila. Llegará el día en que te venza.[/i]
—[i]Pues entonces sigamos bailando a la espera de novedades, y si pasa algo: ¡Me avisas![/i]—dice [b]Diana[/b] riendo, mientras giramos en medio del corrillo que nos han hecho unos cuantos tíos a los que, como se les alargue la mano se les acortan las piernas.
—[b]Para que no os preocupéis, estoy yendo al baño[/b]—nos dice [b]Jamie[/b] a mí y a [b]Diana[/b] en un chillido por encima de la música—[b]Ya regreso.[/b]
[b]Dominic[/b] pasa tras ella, y [b]Diana[/b] se emociona entera ante la perspectiva. Para qué mentir, hasta yo me alegro de que alguien vaya a hacer [i]“algo”[/i] hoy.
—[i]Pásalo bieeeeeeen[/i]—dice [b]Diana[/b], diciéndoles adiós con la manita—[i]Y haced todo lo que yo no haría.[/i]
—¡[b]Pervertida![/b]—grita [b]Jamie[/b] por encima de la música.
[b]Dominic [/b]se para y mira a [b]Diana[/b] con una sonrisa.
—¿Te lo tengo que recordar por tercera vez?—le dice.
[b]Diana[/b] lo ignora, y conforme [b]Dominic[/b] se aleja, le grita:
—[i]Dom, cuídamela o te los corto.[/i]
—[b][i]Me apunto a esa[/i][/b]—le grito yo. Me vuelvo hacia [b]Diana[/b] con una sonrisa y digo:—[b][i]menos de diez minutooooos[/i][/b]—soltando una risita, mientras seguimos bailando.
La música cambia, [URL=http://open.spotify.com/track/14iN3o8ptQ8cFVZTEmyQRV]la canción[/URL] cambia, y pasamos de [b]David Guetta[/b] a [b]Katy Perry[/b] como se puede pasar de ser una [i]“sexy bitch”[/i] a [i]“kiss a girl”[/i] en cuestión de segundos.
—[i]¿Pasó algo con [b]Ed[/b] que deba saber?[/i]—me pregunta [b]Diana[/b], dándole la espalda a los puñeteros pesados de manos largas que bailan a nuestro alrededor.
En ese momento llega [b]Jamie[/b] junto a nosotras. Joder, pues sí que es rápido [b]Dominic[/b], demasiado, a juzgar por la cara de mala leche que trae.
—[b]El baño estaba extrañamente vacío[/b]—dice, a modo de explicación.
[b]Diana [/b]se queda con los ojos como platos y abraza a [b]Jamie[/b], mientras [b]Dominic[/b] pasa por nuestro lado y vuelve a la barra.
—[b][i]¿Con Ed?[/i][/b]—esbozo una sonrisa un tanto bobalicona, la verdad, porque ese chico es una ricura, y probablemente estando borracha no sea la mejor forma de pensar en él. [i]Pero alto ahí. Yo no estoy borracha[/i]—[b][i]No, nada, de momento…[/i][/b]—puntualizo—[b][i]pero es una monada de chico[/i][/b]—añado, mordisqueándome el labio inferior, un tanto pensativa. Sí, de momento—[b][i]¿Vacío? Pe-pero…[/i][/b]—me giro para mirar mal a [b]Dom[/b] y achucho a [b]Jamie[/b] en el proceso.[i] Hombres… quién los entienda que se compre uno.[/i]
De repente, aparece una chica morena a la que creo haber visto (supongo que la noche esta de marras).
—Hello everybody!—dice, saludando con la mano muy efusivamente—No sé si os conozco de algo, pero no veo ni mis tacones—dice. No puedo evitar alzar una ceja.
[b]Jamie[/b] se gira y le echa una mirada a la recién llegada que no me gustaría que me echasen a mí.
—[b]Debería irme…[/b]—dice, con los ojos entrecerrados.
—[b][i]No, no, no, no, tú no vas a ninguna parte[/i][/b]—digo, pasándole a [b]Jamie[/b] un brazo sobre los hombros. Practico mi mejor mirada gélida traída de los inviernos canadienses y miro a la chica morena. De alguna forma extraña sé que lo que le pasa a [b]Jamie[/b] tiene que ver con ella.
—[i]No te vas, [b]Jamie[/b]. Tú no te vas[/i]—dice [b]Diana[/b], mirando mal a la chica y a [b]Dominic[/b], que está en la barra, apurando un trago de lo que creo que es tequila.
En un segundo que dejo de mirar a [b]Dominic[/b] para mirar a [b]Jamie[/b], aparece un tío junto a nosotras. La verdad, está de muy buen ver. Tiene un aire con [b]Johnny Depp[/b], y no puedo evitar mirarlo de arriba abajo.
—[b][i]Mes amies, una reunión de excopañeros de celda. ¿Se os olvidó llamarme, verdad?[/i][/b]
[spoiler]Este post está dedicado a [b]Laeryn[/b], para mandarle así todo nuestro apoyo y amor :heart:
Cada personaje ha sido movido por su respectivo dueño.
La intervención del último personaje era «mon amie», pero dado que lo dice en plural, lo puse de modo que concordase (manías de filóloga u.u») si queréis que lo cambie, echadme un grito y lo hago.
Espero que os guste el post y que nadie me quiera echar por pesaaaaaaaaaada :3[/spoiler][/align]
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