[align=center][b]~ Silver Wolfe | Casa Echolls | Surprise! ~[/b]
Aquella habitación estaba a punto de estallar, yo sentía que, por muy contenta que me encontrase, toda esa felicidad que se respiraba no iba a durar mucho. Era como el Big Bang: el ente crecía y crecía, hasta que llegaba a un límite y explotaba.
Era el mejor cumpleaños al que había asistido, aunque para ser sinceros, no asistí a muchos. La comida estaba deliciosa, la música (aunque en el volumen 2, para permitir las conversaciones y demás) era agradable, el olor a dulces recién hechos, la decoración de aquella casa tan maravillosa, los invitados, es decir, todo eso y mucho más componían un cumpleaños inolvidable. Y, para qué mentirnos, el hecho de que los invitados recibiesen regalos añadía un punto más a su favor.
Mirase a dónde mirase solo veía caras alegres, sonrientes, con un brillo especial en los ojos o una emoción que se exteriorizaba en el movimiento de las manos o de las piernas. Yo me había contagiado, porque era imposible oponerse, y me sentía muy a gusto. Claro, lo raro se viene a entender cuando aclaro el hecho de que nunca he sido partidaria de permanecer más de una hora en una habitación repleta de personas y fingir que formo parte del grupo: porque nunca sucedía. Siempre fui la rara, la apartada, la que hablaba en susurro, la que llegaba primero y se iba antes que nadie, cuyo vestuario pasaba de la explosión erótico-festivo a ropa encontrada en un mercadillo de domingo, etc. Pero esta vez era distinto: era yo, Sylver, la que formaba parte del grupo, cuyos comentarios sin sentido formaban parte de la conversación.
Era mi momento, mi regalo no podía seguir esperando. Cuando todos estaba riendo y comentando los regalos que habían recibido los tricumpleañeros, me hice un hueco en el centro y los intenté silenciar. Moví las manos cual guiador de aviones con las luces fluorescentes, y me hicieron caso: oh, lo que me gusta a mi el público que hace caso.
-[b]Bueno, ahora que por fin nos hemos dado los regalos materiales, que por cierto: gracias de nuevo Fenris; es hora de pasar a otro tipo de regalos…ya sabéis [/b]– moví un poco las caderas y el cabello-[b] los regalos carnales y/o físicos. Diana, Daniel y January, por favor, sentaos aquí [/b]– moví tres asientos y los coloqué de forma paralela- [b]y tapaos los ojos con esto[/b]- saqué tres trozos de telas que recorté antes de venir a la fiesta.
Ellos siguieron mis órdenes, no sin poner antes alguna cara de miedo y asombro, y pensamientos que seguro serían: [i]“¿Qué hará la loca ésta ahora?”[/i]
-[b]Muy bien[/b]- miré en ese momento a Sarah cuyo rostro se asemejaba al de los cumpleañeros- [b]Por favor, no actues instintivamente antes de ver lo que pasará, pequeño saltamontes.[/b]
-[b][i]Hoy no estoy de servicio[/b][/i]- contestó riéndose.
Sonreí ante aquel comentario, saqué mi Blackberry y tecleé lo necesario. Luego levanté el rostro, admiré a cada uno de los cumpleañeros, encendí la minicadena que había en el salón (con el permiso de la Mamá Echolls, claro) y dije: [b]-¡Qué comience el show![/b]
Lo siguiente que se escuchó fue la voz de Lady Gaga invadiendo el espacio con su tema [URL=http://www.youtube.com/watch?v=1eK7RCmR-9I]»Monster»[/URL]. La puerta principal se abrió de pronto, dejando entrever dos figuras oscuras, al entrar la luz proyectó sus sombras por todo el lugar. Dos zombies, con la ropa destrozada, sangre por toda la piel y el pelo alborotado irrumpieron. [URL=http://www.iballer.com/wallpaper/models/malemodels/andrei_andrei/images/andrei1_800x600_jpg.jpg]Él[/URL], un chico alto, fuerte y moreno, se arrastraba por el suelo cual perro. [URL=http://i55.tinypic.com/iqlph3.jpg]Ella[/URL], una rubia explosiva, con cuerpo de infarto y rostro arrebatador, se movía como si de una serpiente se tratase.
[align=center][i]That boy’s a monster, mo-mo-monster.
He ate my heart, he-he-heart.[/i][/align]
El público comenzó a gritar, pero obviamente para asustar a los cumpleañeros. Alguno que otro silbo al ver a la chica entrar en la estancia. Pero no los culpaba, hasta yo si supiese silbar lo hubiese hecho. Escuché a Jan que le comentó por lo bajo a Diana:
-[b][i]Genial, seguro que nos estamos perdiendo toda la diversión… ¿Nos podemos quitar ya la venda?[/b][/i]
Sonreí, quería dejar que se quedasen con la intriga hasta el último momento. Los tres intentaban descubrir qué pasaba, alguno colocando la oreja por delante de todo para ver si escuchaban algun sonido conocido, otros intentaban mirar por debajo de la tela.
Claro está que aquellos dos zombies eran strippers, y muy buenos por lo que pude ver. Bueno, a él, James, lo conocía porque estuve trabajando en un bar y hacíamos algun show juntos, pero a ella no. Habia intentado contactar con Holly, mi compañera de camerino, pero no la localizaba. Entonces James me comentó que conocía a esta nueva chica, y que según él daba mucho de qué hablar, así que acepté. Y no pude hacerlo mejor.
Llegó el momento de que los cumpleañeros visualizasen su regalo, y les quité los trozos de tela de los ojos. Sus caras fueron un cuadro: Diana emocionadísima, Jan no sabia que pensar y Daniel se alejaba poco a poco. Cuando la zombie se acercó a éste, se apartó tímidamente, como dibujando su propio espacio personal. [i]“Pero que mono de chico, Sarah tiene muchísima suerte”[/i], pensé. Al segundo siguiente la stripper se fue con las chicas: [i]“Ésta es de las mías”[/i], volví a pensar.
Diana y Jan se dieron de la mano y se levantaron para unirse a los strippers. Ellas aprovecharon los bellezones que les traje para alegrarse las vistas, mientras Daniel se mantenía a una distancia prudencial.
-[b][i]Silver, creo que te quiero[/b][/i]- dijo Diana por encima de la música, mientras vi como Jan le hacia una seña a Daniel para que se uniese al baile, pero este rehusó la oferta.
Acto seguido se levantó y se unió al público que estaba entretenido bailando y viendo a los cumpleañeros disfrutar de su sorpresa, no sin antes decir colorado: -[b][i]Gracias…Silver.[/b][/i]
-[b]No no Daniel, no creas que esto ha terminado[/b]- dije apresuradamente. Lo agarré por el brazo y lo volví a sentar. Intentó irse de nuevo, pero lo retuve intentando poner más fuerza aún y le susurré: [b]No te resistas.[/b]
Los strippers me imitaron y llevaron a las chicas a sus asientos, las cuales se quedaron un poco patinando por ese cambio tan repentino. Diana levantó la ceja y Jan no sabia cómo reaccionar. James y la desconocida sacaron tres cuerdas que tenían entre sus ropas destrozadas y los amarraron al asiento por las manos. Yo me coloqué frente a los cumpleañeros y luego los strippers se unieron y se pusieron a mi lado. El trio cumpleañero estaba flipando, no se esperaban para nada la sorpresa, pero mucho menos lo que venía a continuación. La canción bajó de volumen y hubieron unos segundos de silencio, en los cuales el público susurraba cosas como: [i]“¿Qué pasará ahora?”[/i]. Intenté no reírme cuando vi a Sarah con la boca abierta, y los ojos salidos de su órbita. Mcleod, por su parte, se apartó un poco más del grupo, como no queriendo presenciar lo que venía.
-[b]Buen chico[/b]- dije mirando a James, no sin antes coger con el dedo un poco de sangre de su cara y lamerla. Acto seguido el stripper se colocó a cuatro patas cual perro cazador- [b]Es mi turno[/b]- dije luego mirando a la chica.
En ese momento la voz metálica de Ke$ha invadió la escena, con su tema [URL=http://www.youtube.com/watch?v=g0sTHAxoSZY&feature=fvst]»Cannibal»[/URL], y en menos de dos segundos, los strippers bajaron la cremallera del [URL=http://photos.posh24.com/p/917473/z/lea_michele/jessica_lowndes_black_zipped_m.jpg]vestido[/URL] que llevaba y me quedé en [URL=http://i52.tinypic.com/25fimvo.jpg]ropa interior[/URL]; me había pintado piel de leopardo por casi todo el cuerpo. Los stripper se unieron a mi baile, él me agarraba con fuerza y ella jugaba con mi pelo. Y mirándonos con complicidad, fuimos a por los cumpleañeros. Yo me acerqué a Diana, James a Jan y la chica a Daniel, aunque éste no se dejó.
[align=center][i]I eat boys up,
breakfast and lunch.
Then when I’m thirsty,
I drink their blood.
Carnivore, Animal.
I am a Cannibal.
I eat boys up,
You better run.[/i][/align]
Por último, cuando la música parecía que iba a destrozar las paredes de la casa por el volumen, sacamos unas bolsitas de purpurina dorada y las derramamos por todo el cuerpo de los cumpleañeros. Justo en ese momento la música fue bajando de intensidad y grité: [b]¡Feliz Tricumpleaños![/b]
El público se unió a nuestra fiesta y alguno que otro se puso a coger purpurina. Desamarramos al trío y los dejamos libres. Cuando quise darme cuenta tenía a Diana abrazada a mi y saltando al compás de la música.
-[b][i]Creo que podemos casarnos en Las Vegas esta misma noche[/b][/i]- dijo riéndose.
A lo mejor Mamá Echolls no me dejaba volver a pisar su casa, pero mi regalo lo había dado. Algunos regalan cosas materiales, otros cosas personales, pues yo -la mayoría de las veces- algo visual y efímero, que quede en el recuerdo. Como aquel cumpleaños que estaba quedando grabado en la memoria de cada uno. Y lo más maravilloso, es que estaba formando parte de él.
[spoiler]Cada personaje controlado por su dueño. Las locuras de Sylver, por su parte, controladas por Davie y por ella misma. Espero que veais la escena como yo la tenía en mi cabeza con la música. Dejad que la imaginación vuele 😀
PD: Yo tambien quiero un regalo sorpresa asi, gracias.[/spoiler]
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