[b][Jamie Smith][/b][/align]
[QUOTE]El dieciséis de diciembre, me ha tocado la tarea de hacer compras navideñas, antes del viaje a Italia, por navidades. Entro en una de las tiendas de Moondale, mirando aquí, un poco allá, cuando ubico a January.
-[b]¿Jan?[/b]- pregunto, en un susurro.
Observo a Jan con un abrigo bastante mono y en rojo, el pelo recogido en uno de esos moños que no son muy apretados -de los que caen mechones y tal-, el bolso, un par de bolsas y cara de estar super concentrada mirando uno de esos objetos para cocina, cuando la llamo, se sobresalta, se gira y sonríe con amabilidad: -[b][i]Jamie.[/i][/b]
Sonrío con timidez.
-[b]¿Qué tal has pasado tu cumpleaños?[/b]- pregunto, con amabilidad.- [b]Estuvo bonito y divertido, menos la parte del Sing Star.[/b]- añado con las mejillas sonrojadas y un poco vergonzosa. He tenido que cantar y no sé si se me habría oído algo con la vergüenza que llevaba encima.
Jan se ríe un poco, se queda como ausente unos segundos recordando, percibo que le brillan los ojos y sonrío: -[b][i]Fue una sorpresa estupenda.[/i][/b]- asiente y me mira.- [b][i]Gracias por pasarte. Y que sepas que con Sarah cerca, creo que te vas a tener que acostumbrar al Sing Star.[/i][/b]
– [b]Gracias por invitarme y no ha sido nada, de hecho me he divertido un buen rato.[/b]- admito, aún con cierta vergüenza.-[b] Veo que te estás poniendo al día con las compras navideñas…[/b]- hago ver el hecho.- [b]¿Dónde las pasarás?[/b]
Jan mira las bolsas y se encoge de hombros, con uan risita, como diciendo «no tengo remedio»: -[b][i]Me quedo en Moondale. Enviaré los regalos a mis padres por correo y pasaré aquí las fiestas.[/i][/b] – parece un poco triste.- [b][i]Es más seguro. [/i][/b]- dice con una leve sonrisa.
La observo, un poco consternada. Como que no me parece bien que Jan esté sola en Navidades.
– [b]¿Sola? No sé, nadie debería estar solo en Navidades, así que si quieres cambiar de aires, puedes venirte a Italia con nosotras.[/b]- le digo, con honestidad.- [b]Eso sí, no me hago cargo de los primos plastas que quieran coquetear contigo…[/b]- añado, con una risita avergonzada.
Jan se encoge de hombros: -[b][i]No puedo permitirme un viaje a Italia, y tranquila, aquí hay gente con la que seguro puedo quedar algún día.[/i][/b] -sonríe.- [b][i]Pero gracias. En alguna otra ocasión prometo tenerlo en cuenta.[/i][/b]- agradecida.
Asiento, aunque iba a pagarle el pasaje, más bien sería Nana y sus trucos de magia.
– [b]Está bien, pero por favor no te quedes sola.[/b]- le digo, sin presionarla.- [b]Que me daría tristeza saber que has estado sola.[/b]- añado. Porque tampoco me gustaría estar sola en Navidades. Y Jan no debería estarlo, con lo simpática que es.- [b]Y supongo que lo de alguien, te refieres a cierto millonario…[/b]- murmuro, por lo bajo.- [b]Es que vi sin querer…su momento íntimo.[/b]- admito, avergonzadísima.
Jan se ríe, mirando hacia otro lado unos segundos: -[b][i]¿Hubo alguien que no nos viera? Entre otras personas, supongo, sí.[/i][/b] -sonríe.- [b][i]¿Y qué haces tú por aquí?[/i][/b]
– [b]Las compras de rigor para esos parientes que mi abuela no aprecia mucho.[/b]- me encojo de hombros.- [b]Entonces, mi abuela me lo ha endilgado, antes de que vuelva y de allí a Venecia.[/b]- añado, mirando un objeto.-[b] Son más de veinte horas de vuelo…[/b]- mi expresión denota TERROR y PÁNICO.
-[b][i]Vaya. Bueno, piensa que luego estarás en Italia. Mejor clima, muchos italianos… te aseguro que la January de diecinueve años hubiera estado encanta de ir. [/i][/b]- me guiña un ojo.
Enarco una ceja, pero con una sonrisa tímida, tirando a divertida.
-[b] El clima sigue siendo igual, con un poco de nieve.[/b]- contesto, de forma monótona.-[b] y los italianos…[/b]- me nace un escalofrío.- [b]No, ni quiero pensarlo, por favor…[/b]
-[b][i]¡Nieve! ¿Ves? Ya es más de lo que solemos tener aquí en California. O me dirás que has visto tú mucha nieve… [/i][/b]-se ríe.- [b][i]¿Tan sobones son? Al final resultará que los californianos son de lo mejor que hay.[/i][/b]
– [b]Sí, bueno…[/b]- me sonrojo, es normal para mí ver mucha nieve en Navidades.- [b]No sólo son sobones…son un poco asquerosos.[/b]- me vuelve a dar otro escalofrío.- [b]Te dicen cosas… guarras y te sientes…incómoda.[/b]
Jan se ríe a carcajada limpia y dice: -[b][i]Eso es porque no has estado en España.[/i][/b]
– [b]Menos mal, que con éstos, creo que tengo suficiente vida para traumarme.[/b]- añado, contagiándome de la risa de Jan. Es agradable volver a hablar con ella, no he tenido mucha oportunidad de hacerlo en su cumpleaños.
Jan sonríe, mira la hora y pone cara de «lo siento pero…» -[b][i]Uff. Jamie, lo siento, pero… debería ir yéndome. Tengo que ir a un par de tiendas más, y mira qué hora es…[/i][/b]
– [b]No te preocupes, no quiero demorarte, además yo también debería irme.[/b]- la tranquilizo.-[b] Que pases unas buenas Navidades y ya nos volveremos a ver por allí.[/b]- añado, pero no la saludo con besos, me da corte.
-[b][i]Felices fiestas, Jamie. ¡Nos vemos en enero![/i][/b] .-y se comienza a ir con algo de prisa.[/QUOTE]
Y hoy es veinticuatro de diciembre, hace un frío que te lastima la piel, pero a mí me gusta. Me hace sentir un poco más viva y como si respirase aire puro. Las navidades familiares siempre suelo pasarlas en Venecia, básicamente en una casa de campo a las afueras de la ciudad acuática, una que pertenecía al linaje Lorenzetti, desde hace bastantes años. Con mi taza de chocolate caliente entre mis manos, camino un poco por el jardín nevado, hasta llegar a una glorieta y sentarme allí. Es de noche, aunque bastante temprano. Bebo de la taza caliente y el líquido me hace sentir mejor.
Recojo mis piernas, cruzándolas sobre el banco de madera blanca y miro hacia el cielo, con tono pensativo. Llevo varios días con todo el asunto de mis padres biológicos dando vuelta: ¿quienes son? ¿porqué murieron? ¿de qué escapaban? ¿porqué me habían abandonado? Mi familia son Nana y Carolina, indudablemente; pero necesito saber cuáles eran mis orígenes verdaderos. Suspiro, mientras vuelvo a beber de mi chocolate caliente. Oigo el suave ruido de la nieve siendo pisada y giro mi cabeza, para ver a Nana enfundada en uno de esos abrigos que tanto les gusta.
– [b][i]Ay, querida…hacer caminar a una viejecita hasta aquí…[/i][/b]- me regaña, negando con la cabeza. Sonrío, mientras la veo sentarse a mi lado.- [b][i]¿Qué sucede?[/i][/b]
E instintivamente me acurruco en ella, y dejo que todo lo que me había estado pasando en las últimas semanas aflore en lágrimas. Nana me acarició la espalda, hasta que me tranquilizo. No me separo de ella, su abrazo hace que me sienta mucho mejor.
– [b]No lo sé, me siento perdida, Nana.[/b]- admito.- [b]No entiendo qué me pasa en la cabeza.[/b]- añado.- [b]Es decir, que me siento como si fuese una traidora apuñaladora de espaldas.[/b]
– [b][i]Espera, ¿qué te hace pensar eso?[/i][/b]- me detiene y me mira con el ceño fruncido.
– [b]Bueno, ¿te acuerdas de Dom?[/b]
– [b][i]Sí.[/i][/b]- noto su gesto de ‘no me gusta, porque no es italiano’.
– [b]Bueno, nos besamos en la fiesta del cumpleaños y no debí haberle correspondido, ¿sabes?[/b]- explico.
– [b][i]¿Porqué no?[/i][/b]- me pregunta sin entender.
-[b] Porque supuestamente estaba con otra chica.[/b]- respondo.- [b]Nana, eso me hace sentir mal, pero me nublé y sabes que no me gusta nublarme por nada en particular.[/b]
Nana me mira, con una leve sonrisa.
– [b][i]Mira, lo que te pasa, es que se llaman hormonas[/i][/b].- me contesta, acariciando mi espalda.-[b][i] Pero te entiendo, no es algo que deberías haber hecho y si estás arrepentida, decidida a no repetirlo, creo que con eso basta y sobra para que te reivindiques y te disculpes con la otra chica.-[/i][/b] me besa la sien.- [b][i]Por mucho que te atraiga el chico, no vale la pena comportarse como una traidora apuñaladora de espaldas, como dices.[/i][/b]
Suspiro, secándome las lágrimas. Nana siempre consigue que yo revele todo lo que me pasa. Y por lo general, me hace bien.
– [b]Sí, no voy a volver a repetir eso.[/b]- dije con determinación.- [b]Después, está que no sigo estando cómoda con mi magia, Nana.[/b]- añado, haciendo entrever mi rechazo total sobre mi poder.- [b]No me gusta, quiero ser normal, no quiero tener que enterarme de cosas feas, Nana, quítamelo.[/b]- le pido,frustrada.
-[b][i] No, cariño.[/i][/b]- me corta ella.- [b][i]No te voy a quitar nada, deberías irte acostumbrando a tu magia.[/i][/b]- añade, con seriedad.- [b][i]Tienes que verlo como algo maravilloso y con el que puedes hacer un bien en el mundo, ¿sabes? Salvar vidas y toda la historia aquella.[/i][/b]- me acomoda el gorro de invierno y me mira con cariño.- [b][i]Ser bruja no es malo, no es como lo que pintan en Disney, ¿sabes?[/i][/b]- se ríe.
Dejo la taza en el banco y me abrazo más a ella. Aunque no fuésemos de la misma sangre, ella era mi familia: mi madre, mi abuela, mi hermana, mi tía, mi todo. Tanto que me duele decir lo que tengo que decirle.
– [b]Necesito saber quienes eran ellos.[/b]
– [b][i]Y lo sabrás, por eso es una bendición que tengas ese poder, Jamie.[/i][/b]- me dice, con suavidad.- [b][i]Y tu habilidad innata para la historia, más tu poder, vas a descubrir la verdad.[/i][/b]- añade, abrazándome fuerte.- [b][i]Pero tienes que estar dispuesta a que tu mundo, como lo ves, quede patas para arriba. Más o menos como está ahora.[/i][/b]- agrega.-[b][i] Van a haber momentos en que quieras tirarlo todo al[/i][/b] [b]il reverendo merda[/b],[b][i] otros momentos en que no sabrás para dónde apuntar y te sentirás más perdida de lo que estás ahora y momentos en que llorarás de frustración.[/i][/b]- me explica, sosteniéndome con fuerza.- [b][i]Porque quizás la razón de que ellos te dejasen en mi puerta, era una estupidez y eso hará que te enfades y te sientas rechazada, porque eso es un cincuenta por ciento de probabilidades o quizás…haya pasado algo grave y te hayan querido proteger.[/i][/b]
Percibo como mi abuela se mueve, buscando algo en uno de los bolsillos de su abrigo y oigo el ruido de papel. Miro a Nana y luego al papel.
– [b][i]Y si quieres comenzar en la búsqueda, empieza por esto.[/i][/b]- me entrega un sobre donde reza ‘A quien le interese’.
Lo tomo, con bastante aprehensión, mirándolo. No, no estoy lista para abrirlo y menos esta noche.
– [b]Lo abriré cuando esté lista.[/b]
– [b][i]Me parece lo ideal.[/i][/b]- asiente Nana.- ¿[b][i]Qué te parece si sacamos estos culos congelados y vamos adentro a por comida rica, abundante y caliente?[/i][/b]- me sugiere.
Le sonrío, asintiendo. Guardo el sobre en uno de mis bolsillos, tomo la taza de chocolate ya frío y camino, abrazada a Nana.
– [b][i]¿Sabías que en esa glorieta he tenido mi primera vez, una noche de verano caluroso?[/i][/b]
– [b]¡NANA![/b]
Se oye la carcajada de mi abuela por medio jardín y mi trauma crece a niveles insuperables.
[spoiler]Jan manejado por Laeryn.[/spoiler]
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.