Moondale

ALGO NO MARCHA BIEN

[align=center][b]Suzanne Sommerville | Un bosque desconocido[/b]

bosqueoscuro

Como si hubiese sido arrancada del sueño (un sueño profundo pero incómodo, que me ha dejado especialmente desorientada) de un bofetón, abro los ojos de golpe, respirando entrecortadamente. Es como despertar de una pesadilla que no puedo recordar; pero la sensación de desasosiego que me recorre, me inquieta, como si un sexto sentido me dijese que algo no marcha bien.

[i]¡Pues claro que algo no marcha bien![/i] Veo las ramas de los árboles sobre mi cabeza, y… y no tengo ni la más remota idea de cómo he llegado hasta aquí. Contengo la respiración por un instante, intentando hacer memoria, pero… pero todo es difuso, todo está borroso. Estaba en el bar de Lorne, con Jan, llegó Sylver y… y… ¡no podía ser! ¡imposible! No puedo haberme transformado (aunque la situación fuese bastante parecida a después de transformarme). Cuento por los dedos, y, o mucho me equivoco(o he perdido la memoria) o aún no hapasado un ciclo lunar desde la última vez.

Me siento de golpe, sólo para ser consciente de que estoy totalmente desnuda, hambrienta y ligeramente mareada. [i]Vale, Ann, bien. Te estás volviendo majara.[/i] Acabo de despertarme desnuda en medio de un bosque desconocido (sin que sea, según mis cálculos, luna llena), como cada vez que me transformo (o bueno, como antes de Ed me ayudase con esto). ¿Y si…? ¿Y si me he transformado? ¿Y si he perdido el control, me he transformado y por eso no recuerdo nada? Cierro los ojos, abrazándome a mis propias rodillas, reprimiendo un escalofrío. Si me he transformado, puedo haber hecho daño a cualquiera: a Diana o Sylver, a Sarah o Jan… aunque sé que Ed nunca me dejaría hacer daño a nadie en mi versión mascota gigante, también cabe la posibilidad de que le haya hecho daño a él. Aprieto los ojos con fuerza. [i]No, por favor, no.[/i]

[i]Deja de pensar esas cosas. Tienes que salir de aquí.[/i] Deshago el ovillo en el que había convertido mi cuerpo y aprieto los dientes intentando no ponerme a tiritar (sería una vergüenza que una canadiense como yo se pusiese a tiritar en medio de un bosque yankee, por muy desnuda que vaya). Utilizo una rama partida que queda a la altura de mi cabeza para apoyarme y ayudarme a ponerme de pie. Tengo las extremidades entumecidas, y un latigazo candente me recorre la pierna derecha cuando me apoyo sobre ella. Respiro hondo y doy un par de pasos, soltándome de la rama. Bueno… el dolor es soportable para caminar.

Ignorando que estoy desnuda (no es como si hubiese nadie cerca) miro a mi alrededor. Hay una espesa bruma entre los árboles, y se oye a los grillos cerca. Hasta oigo, por un momento, el ulular de un búho o una lechuza, que, por algún motivo que no entiendo, logra que mis sentidos se pongan más alerta. Percibo el olor a madera, a savia, y las hojas rezuman el fresco olor de la clorofila. Y oigo… oigo el penetrante cantar del silencio. De pronto, los grillos han hecho un alto y no sabría decir por qué ese silencio resulta la cosa más amenazadora que he oído en mi vida.

[b]¡¡¡¡¡MIIIIIAAAAAAAAAW!!!!![/b]

Boqueo, asustada, girándome hacia la procedencia del aterrador maullido. El corazón me late a toda velocidad, de repente. Ante mí, de entre la bruma, surge un gato negro del tamaño de un pastor alemán. Su mirada fosforescente clavada en mis ojos, camina de forma sibilina, sigiloso, casi como si estuviese disfrutándolo.

[b]¡¡¡¡MIIIIIAAAAAAW!!!![/b]

No tan lejos como me gustaría, oigo otro maullido similar, y el gato que tengo ante mí flexiona las patas, dispuesto a saltar para atacarme. Sacude la cola, casi con pereza, y yo, casi obedeciendo más a una fuerza interior que a mi propio instinto de supervivencia, retrocedo un paso, trastabillando, y después otro, sin poder apartar la mirada del enorme animal, que, de repente, salta.

Con una capacidad de reacción que jamás creía que pudiese llegar a tener, salgo corriendo en dirección opuesta a donde está el gato. El corazón me late a toda velocidad. ¿Por qué coño existen gatos tan grandes? Para acojonarme, fijo. Oigo sus pesados pasos trepidando detrás de mí, e intento correr más rápido, apretando los dientes para ignorar el dolor de mi pierna derecha cada vez que doy un paso. La sangre me hierve en las venas, literalmente, si antes tiritaba de frío, ahora tengo calor. Mucho calor, casi me siento adormecida, como si mi conciencia estuviese intentando rendirse a una fuerza irresistible, a una fuerza devastadora y mucho mayor. Y me niego, me niego.

Pero de repente, casi parece una tontería huir de un gato, por muy grande que sea. [i][b]Los lobos no huimos, peleamos.[/b][/i]

Aprieto los puños, clavándome las uñas en las palmas de las manos. [i]Yo no soy un lobo, soy una persona, no una bestia.[/i] Intento aferrarme con todas mis fuerzas al miedo, a la carrera, si me aferro a aquello que me hace humana, el lobo no podrá vencerme.

Siento una rabia incontenida, una furia atroz. [i][b]Sí eres un lobo. Soy una parte de ti. Soy tú.[/b][/i]

Jadeo, notando como una lágrima cae por mi mejilla derecha. [i]¡No lo eres! Yo no… yo no soy tú. Yo soy la dueña de mi cuerpo.[/i]

Es como si el corazón fuese a estallarme. Me duele el pecho. [i][b]Yo soy más fuerte. Puedo salvarte. Puedo salvarnos.[/b][/i]

Siento que pierdo el control. [i]No, por favor. No.[/i] Sollozo como una niña pequeña. No puedo dejar que me domine. [i]No…[/i]

[i][b]¡¡¡SÍ!!![/b][/i] Es como si me rompiesen los huesos. Como si el corazón fuese a reventarme en el pecho. Como si fuese a morirme de dolor. Y al mismo tiempo me siento absoluta e increíblemente viva.

Aprieto los ojos y los dientes con fuerza, intentando presentar una batalla que sé que está perdida. Me rindo ante el dolor. Me dejo arrastrar por la marea de fiereza que se ha liberado en mi interior, y dejo que, violentamente (porque es la única forma en que sabe hacerlo), en lobo tome el control.

[align=center]oOo[/align]

Abro los ojos, al oír entre los árboles el sonido de [URL=http://www.youtube.com/watch?v=bUwLlwO-ZR8]una dulce canción[/URL], que a la vez se me antoja tétrica. Noto el cuerpo completamente dolorido y noto, también, que estoy recubierta de algún líquido pegajoso y caliente. Me incorporo lentamente, y veo a unos metros el cuerpo del gigantesco gato abierto en canal, y mi cuerpo recubierto de su sangre humeante.

Aterrorizada, me levanto a toda velocidad. Por mi mente se cruza la imagen de Francis, aquella mañana en que lo fui a buscar para ir a recoger los billetes de avión para venir a Moondale y lo encontré… como a ese gato. Esa mañana en la que desperté cubierta de sangre.

Ahogo un chillido de pánico que sale desde lo más hondo de mi pecho y empiezo a correr de nuevo, intentando alejar de mí ese sentimiento de realización, ese sentimiento que recorre a la gente cuando se dan de morros con una realidad que han sabido todo el tiempo pero que se han negado a ver.

[i]Yo he matado a Francis.[/i]

Y ya puedo correr hasta el fin del mundo para huir de los gatos gigantes, pero no habrá un lugar lo suficientemente lejano al que pueda huir para escapar de mí misma. De esto. De lo que soy y lo que he hecho.

Pero de momento, sólo me queda correr.

[spoiler]Muchísimas gracias a Dracon por su apoyo y sus aportes genialosos <3 Lo he escrito con [URL=http://www.youtube.com/watch?v=-FVA0ZFTr7o]esta canción[/URL] de fondo. Hope you enjoy it :3[/spoiler]

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