Moondale

DEMASIADA FE EN MI

[SIZE=2][align=center][b]Suzanne Sommerville |Residencia[/b]

annsommerville

Sentada en el alfeizar de la ventana, con la mejilla pegada al cristal, mirando a las estrellas del cielo nocturno de Moondale, intento dejar la mente en blanco. Intento contenerme para no pensar en todo lo que he vivido (o soñado). Intento controlarme, compartimentarlo todo, racionalizarlo. Pero hay cosas que no se pueden racionalizar. Hay cosas que no se pueden más que entender en conjunto, cosas que ni siquiera es bueno intentar entender.

Mi mano va inconscientemente hacia el colgante de color verde oscuro que me fue entregado, y lo aprieto en mi mano, mientras mi mirada se pierde en el brillo de la luna. Ahora soy parte de algo mucho, muchísimo más grande que yo misma. Y da miedo pensar sobre ello. Mucho miedo. Aunque sé que ahora, pase lo que pase, nunca voy a estar sola. Tengo a Sylver y a Diana. Tengo a Ed. Y tengo a todos los demás. Gente de la que preocuparme, gente de la que cuidar. Y gente que, si fuese necesario, cuidará de mí.[/SIZE]

[align=center][b]Flash-back | Con Sylver y Diana | Bar de Lorne[/b][/align]

[QUOTE][SIZE=2]Al abrir los ojos, las luces del techo me hacen cerrarlos de nuevo, confusa. Cuando me incorporo de nuevo, veo que estoy en el bar al que llegué con Sarah y Jan. Noto un dolor latente en un lado de mi cabeza, y creo que tengo un chichón o algo así. Me toqueteo el chichón, mirando a mi alrededor. Sylver está a mi lado, también despierta, y al parecer, también confusa.

—[b][i][color=#454120]¿Estás bien?[/SIZE][/i][/b]—pregunto con suavidad. Tengo miedo a que si hablo demasiado alto vuelvan a inducirme al sueño y tener de nuevo esas espantosas pesadillas reales.

—[b][i][color=#90908E]¿Ann?[/color][/i][/b]—Me mira, como reconociéndome—[b][i][color=#90908E]¿No eres mi abuela, ¿no? [/color][/i][/b]

—[b][i][color=#454120]Ehm… creo que no[/color][/i][/b]—digo, con un intento de sonrisa, levantándome y echándole una mano a Sylver para que se ponga en pie.

—[b][i][color=#843181]¿Estáis bien?[/color][/i][/b]—Diana se acerca y nos abraza a las dos a la vez.

—[b][i][color=#90908E]¿Sí, gracias a … no sé[/color][/i][/b]—sonríe—[b][i][color=#90908E]¿y tú? [/color][/i][/b]

—[b][i][color=#454120]Yo ahora sí…[/color][/i][/b]—respondo a mi vez—[b][i][color=#454120]¿Tú? [/color][/i][/b]

—[b][i][color=#843181]Eso creo[/color][/i][/b]—se separa y se queda pensativa—[b][i][color=#843181]He sido la Bruja Mala de Moondale, ¿y vosotras? [/color][/i][/b]

—[b][i][color=#454120]Yo… he hecho mis pinitos como lobo de Caperucita…[/color][/i][/b]—cierro los ojos y respiro hondo, intentando no pensar en la textura de la carne de Francis bajo mis dientes. Abro los ojos y las miro a ambas—[b][i][color=#454120]Además… me mandaron a un lugar en el que… no tenía claro si existíais o no… y creo que eso ha sido peor incluso que emular a Fenrir Greyback[/color][/i][/b]—añado, con una pequeña sonrisa. Creer que ellas no eran reales, que no las tenía, fue peor que volver a perder a Francis.

—[b][i][color=#90908E]¿Yo he pasado de ser una chica en apuros, con los tacones en la mano, a una secuestrada en mi propia casa, una anciana y una niña pequeña… Sólo me faltaría que mantuviese conmigo una de mis canas[/color][/i][/b]—dice Sylver.

—[b][i][color=#843181]No os quejéis, en mi versión os maté a todos por mis ansias de poder[/color][/i][/b]—Diana sonríe, como intentando quitarle hierro al asunto.

No puedo evitar suspirar. Es horrible matar a la gente que quieres.

—[b][i][color=#454120]Eso da miedito, sí…[/color][/i][/b]—intento no pensar en mis padres. En mi hermana—[b][i][color=#454120]Chicas… prometedme una cosa, por favor. Si alguna vez… estuviese fuera de control, si no fuese capaz de manejar esa parte de mí que…[/color][/i][/b]—que tengo que controlar a como dé lugar—[b][i][color=#454120]prometedme que no dejaréis que os haga daño, nunca[/color][/i][/b]—porque hasta que sea capaz de controlar al lobo al cien por cien, no quiero que la gente que me rodea corra riesgos.

—[b][i][color=#90908E]Entendido[/color][/i][/b]—dice Sylver, guiñando un ojo; luego mira a Diana—[b][i][color=#90908E]¿No sé realmente como podrías ser malvada, pero creo que tengo una imagen muy sensual en mi cabeza[/color][/i][/b]—se ríe—[b][i][color=#90908E]¿ye veo con ropa ajustada y el pelo suelto, ¡déjame ser tu Robin! [/color][/i][/b]—luego se pone serie—[b][i][color=#90908E]¿Y vosotras, prometedme que cuando me vuelva tan estúpida para no diferenciar la amistad de un vestido de Dior me pegaréis. [/color][/i][/b]

—[b][i][color=#843181]La verdad es que cuando me hago la mala estoy bastante buena, para qué negarlo, pero prefiero mantener la cordura[/color][/i][/b]—Diana sonríe. Y miente, no sólo está buena cuando se hace la mala. Está buena siempre. Mi diez por ciento de bisexualidad lo confirma—[b][i][color=#843181]Prometemos cuidarnos las unas a las otras[/color][/i][/b]—levanta la mano a lo boy scout.

—[b][i][color=#90908E]¿Prometido[/color][/i][/b]—Sylver alza la mano.

—[b][i][color=#454120]Lo juro solemenemente[/color][/i][/b]—dice friki-yo, con una sonrisa.

Diana mira hacia la puerta, donde Sarah le hace una seña, acompañada de Cecil, Daniel y McLeod. Ed se acerca a nosotras y mi amiga mira a Sylver.

—[b][i][color=#843181]Me voy antes de que volvamos a desmayarnos, ¿te vienes, Sylver? Será mejor que hoy no conduzcas y Ann creo que tiene compañía. [/color][/i][/b]

—[b][i][color=#454120]Cuidaos mucho, ¿vale? [/color][/i][/b]—les digo—[b][i][color=#454120]Mañana os acosaré en vuestros cuartos[/color][/i][/b]—añado, sonriendo.

—[b][i][color=#90908E]¿Toda compañía es mejor que una zombie lunática o un espejo roto[/color][/i][/b]—dice Sylver, antes de irse con Diana.

—[b][i][color=#843181]Cuídate, Ann[/color][/i][/b]—dice Diana, guiñándome un ojo y yéndose con Sylver mientras les digo adiós con un gesto de la mano.[/color][/QUOTE]

[SIZE=2]Suspiro sin poder evitarlo. Aunque no son mi familia de verdad (no son mis padres, ni mi hermana), les quiero como si lo fuesen. Con ellas siento la misma sensación de estar a salvo que sentía cuando me tiraba en el sofá de casa al lado de la chimenea con Carol subida a mi regazo y nos tragábamos peli tras peli de Disney comiendo palomitas y bebiendo chocolate caliente mientras mi madre hacía colchas de patchwork o de ganchillo y mi padre tarareaba alguna canción de The Beatles en el garaje mientras desmontaba una y otra vez el viejo Mustang en que vinieron él y mi madre desde la otra punta del país.

Puede que quedase un poco raro tener a Sylver en brazos mientras vemos pelis de Disney y no me imagino a Diana haciendo colchas de patchwork (aunque seguramente haría unas colchas increíblemente coloridas y preciosas). Pero cuando estoy con ellas tengo esa misma sensación de paz, esa sensación de sábado por la tarde, esa sensación de que nunca va a pasar nada malo. Supongo que en realidad el concepto de familia va mucho más allá de lo que concierne estrictamente a la gente con la que compartimos sangre. La familia es la gente por la que lo daríamos todo sin dudarlo. Y ellos también son mi familia.

[align=center][b]Flash-back | Con Ed | En el bar de Lorne y de camino a la Residencia[/b][/align][/SIZE]

[QUOTE][SIZE=2]Miro a Ed con un amago de sonrisa, como queriendo asegurarme de que está bien, realmente bien. Ahora que está aquí, delante de mí, no concibo como pude llegar a creer que no era real. En mi cabeza resuenan las palabras que el Demonio del Miedo puso en boca de la versión lobo de mí misma. En lo que a mí (Ann y Annie) concierne, Ed no va a correr la misma suerte que el Francis de mis pesadillas. Ni en lo que concierne a nadie… a Ed no se le toca. Punto.

—[b][i][color=#266EAC]¿Estás bien?[/SIZE][/i][/b]—pregunta, acercándose a mí.

Su voz revuelve algo dentro de mí. ¿Cómo me he atrevido a pensar por un solo segundo que era producto de mi imaginación?

—[b][i][color=#454120]Sí…[/color][/i][/b]—susurro. Alargo la mano ligeramente y agarro la de Ed. Como siempre, tiene las manos calentitas—[b][i][color=#454120]… ahora sí[/color][/i][/b]—añado, con la voz tomada. Me aclaro la garganta, pues lo último que me falta sería echarme a llorar ahora—[b][i][color=#454120]¿Y tú? [/color][/i][/b]—pregunto.

—[b][i][color=#266EAC]Estoy bien[/color][/i][/b]—dice en voz baja—[b][i][color=#266EAC]¿Quieres que te acompañe a la Residencia? [/color][/i][/b]

Dudo durante un segundo. Necesito estar sola, pues siento que en cualquier momento me derrumbaré y no quiero llorar delante de Ed. Pero por otra parte, y por muy extraño que suene, lo he echado de menos.

—[b][i][color=#454120]Eh… sí, si quieres[/color][/i][/b]—le digo, en un susurro, componiendo una pequeña sonrisa.

Salimos del bar de Lorne. Las calles de Moondale nunca me han parecido tan amenazadoras y a la vez tan hogareñas como en este momento. Da miedo lo que pueda salir de detrás de un contenedor en cualquier momento. Demonios del Miedo, vampiros pervertidos que intentan arrastrarte a su ataúd para hacer cosas perversas, licántropas psicópatas involuntarias que pueden hacer daño a cualquier chico inocente, como yo le hice a Francis. Aprieto ligeramente la mano de Ed con la mía.

[i]Eso fue sólo un sueño.[/i]

Pero yo sé que no lo fue. Recuerdo el cuerpo de Francis, en Vancouver. Recuerdo que yo lo encontré. Y los recuerdos de la realidad se confunden con los recuerdos del sueño. Y…

—[b][i][color=#266EAC]¿De verdad que estás bien? Pareces… distraída[/color][/i][/b]—me dice Ed.

—[b][i][color=#454120]Estoy… pensando en lo que pasó[/color][/i][/b]—susurro, encogiéndome de hombros en un intento de quitarle hierro al asunto—[b][i][color=#454120]Tengo muchas cosas sobre las que reflexionar, supongo[/color][/i][/b]—añado.

—[b][i][color=#266EAC]Recuerda que lo que hayas visto sólo era un sueño, nada de eso va a pasar. [/color][/i][/b]

Miro al suelo un segundo, después miro al cielo y cierro los ojos. Es como si decirlo con los ojos cerrados hiciese que la realidad fuese menos cruda.

—[b][i][color=#454120]Pero… hay cosas que… cosas que pasaron allí que también pasaron en el mundo real[/color][/i][/b]—digo, en voz baja.

—[b][i][color=#266EAC]¿Cómo qué? [/color][/i][/b]—la voz de Ed me llega como de muy lejos.

Me zumban los oídos y el corazón me va a toda velocidad. Sé que si lo digo en voz alta, nada volverá a ser como antes. Me paro en seco y me suelto de Ed. Miro al infinito, un punto indefinido entre una farola y la siguiente. Si lo digo en voz alta se hará realidad.

—[b][i][color=#454120]Yo… he matado a Francis[/color][/i][/b]—susurro. Cierro los ojos y agacho la cabeza. Ed debería salir corriendo. De hecho, yo misma habría salido corriendo, huyendo de mí misma como una desquiciada.

De hecho, al decirlo en voz alta es como si me hubiesen dado un puñetazo en pleno estómago y no tuviese un ápice de aire en los pulmones. ¿Cómo he podido…?

—[b][i][color=#266EAC]Eso… fue un accidente[/color][/i][/b]—dice Ed—[b][i][color=#266EAC]Además, ni siquiera puedes estar segura de que fueras tú, pudo ser atacado por otra cosa[/color][/i][/b]—me pone la mano en el hombro—[b][i][color=#266EAC]Es lo que piensas por lo que habita dentro de ti, pero en el fondo tampoco estás segura de que lo hicieras tú. [/color][/i][/b]

Alzo la cabeza y lo miro con una sonrisa triste.

—[b][i][color=#454120]Tienes demasiada fe en mí, Ed[/color][/i][/b]—le digo, agradecida. Y eso hace que me sienta bien, que me sienta fuerte y no como una niñita asustada. Vuelvo a agarrar su mano y entrelazo mis dedos con los suyos—[b][i][color=#454120]No soportaría hacerte daño a ti también…[/color][/i][/b]

—[b][i][color=#266EAC]Tranquila, no me pasará nada[/color][/i][/b]—me dice—[b][i][color=#266EAC]Además, he pasado por mucho, tengo experiencia con licántropos. [/color][/i][/b]

Me freno, y sonriendo, me pongo de puntillas y le doy un beso en la mejilla.

—[b][i][color=#454120]Sólo prométeme que si alguna vez no soy capaz de controlarme y estoy a punto de hacerte daño, me detendrás… cueste lo que cueste. [/color][/i][/b]

—[b][i][color=#266EAC]Te lo prometo. [/color][/i][/b]

—[b][i][color=#454120]Gracias…[/color][/i][/b]—susurro, con una sonrisa—[b][i][color=#454120]Puede que suene… raro, pero te he echado de menos[/color][/i][/b]—añado, con una ligera risita. Reír hace que me sienta bien.

—[b][i][color=#266EAC]Yo también… bueno, a todos. [/color][/i][/b]

—[b][i][color=#454120]Por mi parte puedo prometerte que no me vas a echar de menos en mucho, mucho tiempo[/color][/i][/b]—digo, con una sonrisa. Porque ya me ha bastado con soñar que no era real para una temporada muy, muy larga.

Ya hemos llegado a la Residencia, que, aunque a oscuras, no presenta un aspecto tan amenazador como las calles de Moondale ni de lejos. A lo mejor es por las luces de emergencia que están encendidas por las noches.

—[b][i][color=#454120]¿Qué vas a hacer ahora? [/color][/i][/b]—pregunto a Ed, girándome hacia él.

Me resulta extraño pensar que me he despertado esta mañana pegada a él. Y me resulta mucho más extraño tener la sensación de que ha pasado tanto tiempo desde entonces.

—[b][i][color=#266EAC]Había pensado ir a casa de Sarah. [/color][/i][/b]

Asiento con la cabeza.

—[b][i][color=#454120]Dale un besote enorme de mi parte… bueno, y a los demás[/color][/i][/b]—digo, con una sonrisa—[b][i][color=#454120]Yo… necesito llamar a casa[/color][/i][/b]—añado, tomándolo de las manos—[b][i][color=#454120]Necesito saber que mi hermana está bien[/color][/i][/b]—añado.

—[b][i][color=#266EAC]Lo está[/color][/i][/b]—dice Ed, sin dudarlo—[b][i][color=#266EAC]Buenas noches, Ann. [/color][/i][/b]

Me pongo de puntillas y lo abrazo con fuerza.

—[b][i][color=#454120]Buenas noches, Ed[/color][/i][/b]—susurro, antes de separarme. Le dedico una pequeña sonrisa—[b][i][color=#454120]Y gracias… por todo. [/color][/i][/b]

Gracias por creer en mí cuando ni yo misma creo. Gracias por venir conmigo hasta aquí. Y gracias por existir, sobre todo.

Ed sonríe mientras yo entro en la Residencia y me dice adiós con la mano, antes de que me gire y suba por las escaleras.[/color]
[/QUOTE]

[SIZE=2]Con una sonrisa que no tengo demasiado claro a qué viene, me bajo del alfeizar de la ventana y me siento en el borde de mi cama. Miro hacia la cama de Sarah y sacando un peluche de una de las cajas que aún no he vaciado, se lo dejo allí. Me lo regaló Ashley cuando hice los catorce años. Es un gato de peluche (seguramente el único gato que no me da miedo) blanco y negro. La monez. Ahora es para Sarah.

Cojo el móvil de la mesilla de noche y marco los números de casa a toda velocidad. Calculando la hora en base a lo que pone en mi despertador, supongo que en casa aún estarán cenando.

—¿Suzzie?

Me cae una lágrima por la mejilla derecha. La voz de mi hermana hace que me sienta del todo viva, de nuevo. Gracias al cielo que está bien.

—[b][i][color=#454120]Hola, Campanilla, ¿qué tal el día en el cole? [/SIZE][/i][/b]

…[/color]

[spoiler]Diana controlada por Stefy y Sylver por Davie. Ed controlado por Alphie. Muchas gracias a todos 🙂 Espero que os guste. Y espero que esté bien taggeado, porque he llorado lágrimas de sangre xD[/spoiler]

Comentarios

Deja una respuesta