[align=center][b]~ Sylver F. Wolfe | Moondale vacio ~[/b]
[i]Crack.[/i]
Aquel leve sonido insignificante para cualquier persona me había despertado, aquel sonido que lo menos que haría seria ponerme en alerta, pero lo había hecho. Algo malo había sucedido. Y por ello los ojos se abrieron de par en par en cuestión de segundos. Incluso me atrevo a decir que me dolió aquel reflejo, pero tendría que explicar que también me dolía todas las partes del cuerpo, hasta las pestañas.
El sonido de la lluvia resonaba en aquella oscuridad, entonando una melodía al chocar con el plástico. El frio cartón en el que estaba acostada molía mi cuerpo, y éste junto a tres trozos más de cartón, formaban algo asi como la típica caseta que se monta un niño con la caja del televisor en Navidades. Cual perro abandonado en la calle.
Me moví a duras penas, insultando a todas aquellas lágrimas del cielo que caían sobre mi cabello y el rostro. Cuando me pasé la mano por él descubrí que todo mi maquillaje se había corrido, que ahora iba mal maquillada. El rimel, el eyeliner, la escasez de pintalabios, aquel pelo estofado…Ni Tim Burton se atrevería a vestirme así para una sesión de fotos. Sin embargo lo que peor estaba en aquellos momentos era mi vestido, aquel con el que había ido al Lorne: ahora destrozado, arrugado, manchado e incluso deshilado en partes comunes como en la parte de los pechos o en los muslos. Se podría decir que cómo me atreviese a hacer una voltereta, cualquier hilo se terminaría rompiendo dejándome en ropa interior. Al menos, los tacones seguían intactos, mucho mejor que haber roto alguno, pero sí estaban rayados, como si le hubiesen pasado un cuchillo por encima para levantar la tela de encaje.
Recogí un trozo de plástico que había en aquel callejón y me lo puse por encima para protegerme de la lluvia. Caminé poco a poco hasta salir de aquel lugar, y me encontré con la típica calle de Moondale, con las casitas alineadas, bien pintadas, con todos aquellos coches en la acera de enfrente, pero sin conductores por la carretera. Incluso algún que otro coche tenia la puerta abierta.
-[b]¿Qué…ha…pasado?-[/b] pude decir a duras penas, pues la voz se negaba a salir de mi interior.
Me apoyé en una verja negra que había cerca, para poder ordenar mis ideas. A ver, había ido en coche con Diana hasta el Lorne, hablando sobre el amor, los chicos y la música de Beyoncé, en otras palabras, una conversación de lo más normal. Luego había entrado en el bar, había establecido una conversación con Ann, para luego…luego…¿luego?. Lo único que recuerdo era aquella oscuridad, aquella sensación de abandonar tu cuerpo físico, y después despertarme aquí. ¿Cuánto tiempo ha pasado de eso? ¿Por qué estoy ahora aquí, cómo he llegado?
Muchas preguntas se iban formando en mi cabeza, y no encontraba respuesta razonable para ninguna de ellas. Y entonces lo supe: todo aquello había sido muy bonito, demasiado. Las Navidades con las Echolls y con los demás, haber recuperado a Obscure, formar aquel trio amistoso-amoroso con Diana y Ann, conocer a nuevas personas cómo a Cecil o Ben, sonreír junto a Sarah, abrazar a Daniel, etc. Porque mi vida había sido un constante “zas en toda la boca”: toma felicidad, toma amigos, toma nueva vida, pero luego ZAS y no te queda nada, no recuerdas nada de cómo has llegado hasta ahí y de por qué ha sucedido. Asi que puede que una parte de mi se lo esperase, incluso se preguntaba por qué había tardado tanto en llegar aquel momento.
Caminé un trozo más y llegué a la siguiente calle, que la cruzaba horizontalmente, y también estaba vacía. Seguí caminando porque me negaba a creerlo y cuando llegué a la siguiente calle no tuve fuerzas ni para decirlo en voz alta. [i]Guay, muy guay: Moondale desolado. Al menos ahora soy la única mujer en la ciudad ¿no? Si me presentase a un concurso de belleza tendría que ganar si o sí[/i], deduje.
-[b]¿DIANA?[/b]- grité con todas mis fuerzas- [b]¿ANN? ¿SARAH? ¿DANIEL?[/b]- pero no obtuve respuesta.
¿Dónde están todos? Odio la soledad, y más si estoy perdida en mi propia ciudad. Sin coche, sin móvil, con poca ropa, un trozo de plástico en la cabeza, un vestido destrozado, en tacones, y con malas pintas. Si alguien me estuviese grabando desde una cámara oculta se estaría descojonando ahora mismo. Me senté en medio de la carretera, con el plástico aún en la cabeza. Crucé los pies y me acurruqué como pude. Poco a poco la lluvia bajó su intensidad, para ser un leve chisporreo; ya realmente no me importaba nada, asi que me deshice del plástico y dejé que el agua cayese en mí.
Entonces lo oí, un grito (o algo parecido), el sollozo de alguien humano. Pero espera, ¿humano? Aquel grito no lo había sido en absoluto, fue como si le estuviesen desgarrando cada tendón de su cuerpo, sintiendo el dolor multiplicado en millones. Pero aquel sonido gutural, como si hubiese gritado hacia dentro, no era para nada natural. O estaba muriendo o se estaba depilando con una moto sierra, una de dos.
Me levanté de pronto, incorporándome como pude sobre los tacones. Y otra vez lo oí, esta vez mucho más cerca. Miré a todos lados pero no vi a nadie, o nada. Cuando lo volví a escuchar estaba tan desorientada que no sabría decir si vino del cielo, de cualquier calle cercana o incluso de la alcantarilla que estaba a menos de 5 metros de mi. Pero fui lo bastante lista para saber que no debería quedarme quieta, no sé, ahora mismo soy como el único espermatozoide en un útero, hasta que se demuestre lo contrario: que hay más como yo intentando alcanzar el óvulo.
Otro grito puso en movimiento mi cuerpo.
[i]No, no te hagas ilusiones Sylver: quizás podrás ganar aún el concurso de belleza, pero eso no significa que seas la única que se presente al certamen[/i]
[spoiler]¿Sylver sola por Moondale? Qué peligro.[/spoiler]
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