Moondale

OJOS NEGROS. VENAS NEGRAS. CORAZON NEGRO.

[align=center][b]Diana Echolls | Ayuntamiento de Moondale [/b]

darkdiana

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[i]”No puedes ganar”[/i]. La frase resonaba en mi cabeza una y otra vez, como una canción que odias pero que no puedes quitarte de la cabeza y que al final, un día te sorprendes cantando en la ducha. Cecil agarró de nuevo a Bill y nos levantamos. Mirar a mi yo diabólico sólo conseguiría que acabase dándole patadas a los espejos como una desquiciada.

No pudimos avanzar mucho porque un disparo derribó a Cecil haciendo que Bill cayera con él al suelo. Busqué la dirección del disparo y me encontré a no mucha distancia a Lila Stroker, la lela para los amigos. Me dedicó una sonrisa de suficiencia y dejé escapar un grito desgarrador, sin olvidarme de arrebatarle la pistola de las manos utilizando un conjuro.

– [b]Te mataré.[/b]- Amenacé y me giré para mirar a Cecil al que se le escapaba la vida por segundos. Bill me miró negando con la cabeza, corroborando que ya poco podíamos hacer por él. Me agaché al suelo y agarré su mano, después volví a mirar a Lila deseando partirle el cuello como si de una gallina se tratase. Pero no podía hacerlo. Inspiré y espiré varias veces, tranquilizándome.

Se iba. El disparo había perforado, casi con seguridad, un pulmón por lo que Cecil no sólo estaba a punto de morir si no que moriría ahogado en su propia sangre. Le veía intentando respirar, pugnando por una pizca más de aire, pero se iba. Lila Stroker le había privado la vida a otro ser humano y una vez más, no había podido impedirlo.

– [b]No te rindas Cecil, que son pocos y cobardes.[/b]- Le pedí apartando la mirada de su cara, cuando de pronto, otro Cecil se materializó delante de mí y me habló.

– [b][i]Tú tampoco te rindas Diana, eres mejor persona que todas ellas y no te permitas caer en su juego[/b][/i]. – Instintivamente, solté la mano del Cecil moribundo y fijé la vista en el que me hablaba. En el de verdad. En mi amigo. – [b][i]Lo siento, no te dejaré que caigas a eso, aún menos estando yo aquí.[/b][/i]

Me acerqué hasta Cecil sin levantarme del suelo, andando de rodillas como si fuera imbécil o estuviera en una procesión de Semana Santa y sin decirle nada, le di un abrazo. Cuando me separé de él vi cómo Bill posaba su dedo en el cuello del otro Cecil para medirle el pulso y se le ensombrecía el rostro: El otro Cecil había muerto.

-[b][i] Matas uno y sale otro[/b][/i]. – Ebony Lekker, la vampiresa encargada de matar al pobre niño en la Iniciativa gracias a Lila también sabía hablar, aunque fuera para decir memeces como ésta. Miré al cielo, pidiéndole al sol que no aparecía por ninguna parte que la pusiese morenita, casi tanto como para acabar hecha cenizas, pero eso no sucedió.

– [b][i]No tardará mucho en caer, créeme[/b][/i]. – Respondió Lila segura de sí misma, la diferencia era que su pistola estaba ahora encima de algún tejado y que sin su poder, “proyección orbitacional”, creado por el mismo laboratorio de poderes ridículos que ideó la “lactokinesis” había desaparecido, seguramente gracias a la Iniciativa y por tanto, no podía recuperarla.

-[b][i] Lo siento mucho, o mejor dicho, no. [/b][/i]- Dijo Cecil dando un paso al frente.- [b][i]Por muchos que seáis, nunca podréis con nosotros[/b][/i]. – Se puso delante de mí y dijo.- [b][i]¡Scutum![/b][/i]- Mirando en dirección a alguien que no me esperaba ver y menos usando un hechizo: McLeod.

Noté cómo mis piernas se querían transformar en gelatina, pero aguanté.- [b]- Gracias, Cecil.[/b]
– [b][i]Las ratas siempre encuentran la forma de escapar[/b][/i].- Concluyó la Stroker.

– [b][i]No hay de que Diana, para eso están los amigos, ¿no?[/b][/i] – Cecil me sonrió y después, se dirigió a la panda de cutres en los que además de Lila y Ebony se encontraban Beri Knightley el primo demonio de Keira Knightley, Helena-soy-la-tía-más-sosa-de-la-historia y el bolso de Lila, quiero decir su novia florero, Paige [i]Mongollahan[/i]. –[b][i] Por favor, ¿sólo sabéis decir eso? ¿Es que no os enseñaron a insultar mejor?[/i][/b] – Volvió a concentrarse en el escudo.

-[b][i]Sí[/b][/i].- Respondió Paige limándose las uñas.

Por suerte, nadie tuvo que contestarle porque alguien que no logré ver {Domcaras} derribó a unos cuantos guardias que se encontraban a no mucha distancia del escuadrón de los tontos.

McLeod aprovechó el momento de confusión y se acercó hasta mí, pero ya no estaba, la ira y las ansias de poder me consumían poco a poco.- [b][i]Diana[/b][/i]. – Me miró a los ojos y se quedó sin saber qué decir. – [b][i]¿Estás bien?[/b][/i]

– [b]Mejor que nunca[/b].- Iba a matar a Lila Stroker y a todos su amigos, era mi día de suerte.

– [b][i]Escúchame, alguien está jugando con nuestra mente[/b][/i]. –Colocó sus manos en mi cara. – [b][i]No caigas en su juego.[/b][/i]

– [b]¿Cómo lo sabes?[/b]– En realidad, poco me importaba si esto era verdad o no, lo importante era que Los Grandes Poderes me habían traído aquí para castigar a todos estos y eso es lo que haría.

– [b][i]Porque mis peores miedos también se volvieron realidad[/b][/i]. – Se le notaba la tristeza en el rostro. – [b][i]Y volverán a hacerlo si te pierdo.[/b][/i]

– [b]¿Cómo conseguiste salir?[/b] – Ya no era yo la que hablaba. Quise darle un beso, porque esa última frase decía mucho más que un te quiero, pero ya era tarde. Lo malo que había dentro de mí estaba campando a sus anchas, impidiéndome pensar en algo que no fuese venganza y poder.

-[b][i] Fue gracias a ti. A mis recuerdos. Me di cuenta de que no podía rendirme, no podía dejarte, ni a Sarah, Daniel…[/b][/i].- Me acarició la cara.-[b][i] Tenemos mucho por lo que luchar.[/b][/i]

– [b]Podría conseguir mucho más si me dejo llevar por mi poder[/b].-Ojos negros. Venas negras. Y después, corazón negro. Era la progresión lógica. Me iba a convertir en la bruja más poderosa (Willow Rosenberg aparte) a costa de perderlo todo. Y lo peor era que no me veía capacitada para pararlo. Había luchado tantas veces contra mis instintos que estaba agotada.

– [b][i]Lo que puedes es perderlo todo. Y no pienso dejarte[/b][/i]. – Dejó de acariciarme la cara y habló con determinación.

– [b]No tengo nada[/b].- Admití.- [b]En cualquier momento Los Grandes Poderes me arrebatarán todo lo que quiero, ya me han avisado[/b].- Volvería a perder lo que había conseguido.- [b]No soy lo bastante buena[/b].- Nunca había sido lo bastante buena. Ni siquiera cuando me decidí a ser bruja conseguí destacar lo suficiente hasta que no me interesé por la magia negra, pero no servía ni para ser la suplente de la mala del cuento.

– [b][i]Tienes a tu hermana, tu madre, Daniel, amigos…y me tienes a mí. Nunca te dejaré[/b][/i]. – Intentó una vez más, convencerme. – [b][i]Olvida lo que te dijesen, sólo era un intento de lo que quiera que nos tenga aquí encerrados de manipularte[/b][/i]. – Tragué saliva al escucharle. Asimilando, interiorizando lo que me acababa de decir, pero Lila Stroker nos interrumpió acercándose a una distancia no muy prudencial del escudo.

– [b][i]Cuando hablas me provocas dolor de cabeza[/b][/i].- Se dirigió a McLeod.

-[b] Y tu sola presencia me provoca ganas de matarte[/b].- Amenacé con una voz que parecía de otra persona muy diferente a mí y volví a mi tono normal para contestarle a McLeod.- [b]Pero no tengo poder. Y no mientas, tampoco te tengo a ti[/b].- Lo único que me quedaba era ser poderosa.

– [b][i]Ni siquiera la escuches, sólo es un oscuro eco de odio creada y manipulada por lo que quiera que nos tenga aquí[/b][/i]. – Parecía molesto. –[b][i] Ni siquiera la real merecía que malgastásemos el tiempo con ella[/b][/i]. – De nuevo, posó sus ojos en los míos. – [b][i]Y a mí, siempre me tendrás.[/b][/i]

– [b]Eso lo dices ahora, pero me estás mintiendo[/b].- No necesitaba verme para saber que “lo oscuro” de mi interior estaba en plena ebullición. Lo sentía.- [b]Si todo esto es un truco de mi mente, tú también lo serás[/b].- Alcé la ceja como si me creyese Morgana Le Fay dejándome llevar por la paranoia.

– [b][i]No ganaría nada mintiéndote[/b][/i]. – Sabía que hablaba con franqueza, pero por alguna razón no quería escucharle. No me dejaban escucharle. – [b][i]No puedo demostrarte que soy el de verdad, solo tú puedes. Fíate de tus recuerdos y de tu corazón y dime entonces si soy de verdad Christopher McLeod.[/i][/b]

Hubiese puesto mi cuerpo entero en una hoguera de Salem si hubiese hecho falta, porque sabía que él era mi Christopher McLeod. Podía sentirlo. Podía notarlo. Pero deseaba tanto acabar con Lila que mi mente y mi cuerpo actuaban como si fuesen dos divorciados.

– [b][i]¿Tan mal te iba dando clase que ahora te dedicas a dar sermones? [/b][/i]– Intervino Lila y ambos la obviamos.

– [b]Estoy encontrando una buena razón para no matarlos, pero es que… no puedo[/b].-Apreté los puños con rabia y Cecil frunció las cejas con desagrado al escucharme- [b]No podemos ganar, lo sé.[/b]- Intentaba convencerles de estaba siendo sincera. No podíamos ganar, ¿qué más daba rendirse?

– [b][i]No podemos rendirnos[/b][/i]. – McLeod, más terco que una mula, seguía en sus trece. – [b][i]Ésta es tu peor pesadilla hecha realidad, solo tenemos que despertar.[/b][/i]

Asentí con la cabeza conteniendo lo que ardía en mi interior y vi cómo Ed y Liad se abrían paso a patadas (literalmente) que este último propinó a un soldado que intentaba atacarles.

– [b][i]Acercaos un poco más, venga. Tengo dos nuevas amigas a las que quiero presentaros [/b][/i]. – Miré a Liad sin dar crédito. Con la cazadora de Daniel y sus dos katanas parecía distinto…mayor. – [b][i]Diana, puede que el odio, el rencor y todas esas sensaciones formen parte del ser humano, pero estamos aquí, estamos contigo y saldremos de esta todos juntos[/b][/i]

– [b][i]¿Pero qué mierda es esta? ¿Tiros? ¿Niñatos? ¿Aquí cuándo cojones se come?[/b][/i]- La interrupción de Ebony duró hasta que Lila la mandó callar.

Liad se apartó y Ed se acercó también hasta mí. Incluso poseída por toda la oscuridad tuve que sonreírle. Si McLeod representaba para mí el amor…y demás cursiladas que me hacen replantearme muchas veces si soy la tía dura que pretendo ser o la prima no peluda de Gizmo, Ed era el mejor amigo que tendría jamás. Hacía poco que le había conocido pero ya sentía la necesidad imperiosa de protegerle de cualquiera que pudiera hacerle daño directa o indirectamente.

– [b][i]Todos hemos pasado por mucho y mi camino se ha cruzado con el tuyo para ayudarte, siempre te ayudare, tomes la decisión que tomes.[/b][/i]- Dijo a modo de saludo.

– [b]¿Incluso aunque mi decisión sea matarlos a todos?[/b] – Bromeé. Gracias al amor de McLeod, a la ayuda de Cecil, a la aparición de Liad y al apoyo incondicional de Ed iba conquistando poco a poco, el control de mi cuerpo…o eso pensaba- [b]Gracias.[/b]

– [b][i]Ni siquiera es real, la verdadera murió en la Iniciativa.[/b][/i]- Miré a Ed confusa. Sabía que Ed podía ver el presente, pero nunca nos había dicho que Lila había muerto en la Iniciativa. Si la real estaba muerta, era un argumento más a favor de la teoría de McLeod.

– [b]Entonces puedo matarla.[/b]- Añadí despreocupadamente. De todas formas, matar a un muerto no tiene nada de malo, ¿verdad?

– [b][i]Diana…[/b][/i] – Me reprendió McLeod. –[b][i]Reales o no, cruzarías una línea que te cambiaría[/b][/i]. Hizo una pausa y metió la mano en el bolsillo de su pantalón, sacando la pulsera que me regaló. El corazón me dio un vuelco al verla. – [b][i]Te dije que confiaba en ti, que no caerías. Demuestra que no lo hice en vano[/b][/i].- Me la puso en la mano y cerré la cerré aferrándome a ella.

– [b][i]Nunca llegarías tan lejos como para matar a alguien, por eso sé que puedo confiar en ti, nunca nos harías daño a nosotros ni a nadie que se lo mereciera.[/b][/i]- Ed confiaba en mí mucho más que yo misma y ni siquiera era capaz de agradecérselo. Sólo quería matar a Lila, una que ni siquiera era la de verdad, por un motivo que desconocía.

– [b][i]Tú no eres una asesina, nunca lo has sido y nunca lo serás. Eres la amiga que cualquiera querría tener, un apoyo al que siempre podemos contar[/b][/i]. – Continuó Cecil.

– [b][i]Conmovedor[/b][/i].- Apostilló Lila.

– [b][i]¡Cállate de una vez, Stroker![/b][/i]- Grité, la agarré por el cuello y la levanté del suelo casi sin necesidad de esforzarme en canalizar el conjuro.

– [b][i]Recuerda quién eres ahora.[/b][/i]- Me pidió Chistopher.

-[b] ¡Soy la que quiere acabar por esto de una vez por todas! [/b]– Grité de nuevo, esta vez para responderle a él. “Lo oscuro” se estaba agarrando a un clavo ardiendo porque ya era consciente de su derrota.

– [b][i]Diana no merece la pena. Ella no es real. No te manches las manos.[/b][/i]- Ed se unió a la petición de McLeod mientras que yo apretaba un poco más el cuello de una Lila que pataleaba ridículamente y maldecía oculta tras los gritos desgarrados de su novia.

– [b]Precisamente por eso…[/b]- Sonreí.- [b]Tiene que pagar por todo lo que ha hecho, aunque sea en otras vidas[/b]. – Lila gimió.

-[b][i] ¡No![/b][/i] – Gritó Cecil sin dejar de concentrarse en el escudo. – [b]El hecho de tener poderes no nos da derecho a poder decidir quién muere y quién necesita pagar todo el mal que hiciera. La vida pone en su sitio a todas las personas, sin hacer ninguna diferencia.[/b][/i]

– [b]¡Mató a un niño![/b] – Me defendí.- [b]¡Dejó que me atacasen en el Silver![/b]

– [b][i]Pero ella no sentirá nada y tú sí. Siempre recordaras este momento y te cambiara. No lo hagas Diana, por favor.[/b][/i]- Ed se acercó un poco más.

– [b][i]Confío en ti. Eso no va a poder contigo[/b][/i]. – “Esto” era la oscuridad que había en mi interior, es que mi yo feo se dedicó a cultivar una y otra vez y que ahora volvía dispuesta a morderme el culo. – [b][i]Juntos lo solucionaremos.[/b][/i]

– [b][i]Todos juntos[/i][/b]. – Especificó Cecil.

-[b] No…puedo…[/b]- El problema era que la maldad que había dentro de mí no sólo se apoyaba en mis carencias, en lo malo que todo el mundo tiene dentro, si no que removía mis remordimientos. Había sido un proyecto de mala, ahora era un proyecto de buena, pero en realidad no era ninguna de las dos. Era una inútil.- [b]No se lo merece.[/b]

– [b][i]Te marcará, te cambiará como dice Eddie. ¿Esa es la vida que quieres? ¿Eso es lo que quieres ver todas las noches?[/b][/i] – Liad lo intentó. – [b][i]Morir es sencillo, ¿quieres darle esa satisfacción? ¿Quieres mancharte las manos de esta manera? Vivir es difícil, y pesará en su conciencia el resto de sus días.[/i][/b]

– [b]No es real[/b].- Luchar contra los instintos más bajos de mi otro yo me agotaba psicológicamente y cada vez que bajaba la guardia decía imbecilidades como ésta.- [b]Si no es real, será como si nunca hubiese pasado.- Intenta convencerse apretando mas y mas.[/b]

– [b]¡ES REAL![/b] – Gritó Liad.-[b] Tú más que nadie debe de saberlo, tú que eres una poderosa bruja debería de comprender bien estas cosas. Da igual que te parezca un sueño, da igual que creas que no es real, lo vives como si de verdad lo fuera y nunca lo olvidarás.[/b]

-[b][i] Habrá pasado porque la intención estaba ahí[/b][/i].- McLeod me miró a los ojos de nuevo.- [b][i]Eres mejor que eso.[/b][/i]

-[b][i] Diana… si lo haces ellas ganan. Quien esté haciendo esto gana. Te conozco desde que éramos pequeños y sé que no lo harás, porque no eres como ellas.[/b][/i]- Cuando escuché a Ed decir eso supe que el mal que había dentro de mí cargaría contra él.

– [b]Conoces a otra Diana[/b].- Especifé.- [b]No a mí.[/b]- Miré a Ebony que intentaba arañar el escudo como si tuviese algún tipo de problema mental.- [b]Hice cosas horribles…[/b]- Podía imaginarme perfectamente a una mini Diana luchando contra Dark Diana que era enorme. David contra Goliat pero en pelirrojas.- [b]Le hice daño a mi madre, jugué con la magia negra, estaba llena de odio…n-no soy mejor que esto, lo he intentado, pero no lo soy. Lucho cada día por no volver a ser como antes, pero algún día cometeré un error y os pondré en peligro.[/b]

– [b][i]Y estaremos aquí, ayudándote con lo que sea, impidiendo que vuelvas a caer en lo mismo[/b][/i].- Cecil, de nuevo, dando en el clavo al igual que los demás.

– [b]No tenéis por qué[/b].- Ni siquiera me di cuenta hasta que no escuché un golpe seco y un quejido de que había soltado a Lila.

– [b][i]No. Te conozco a ti. Y sé que no has querido decir eso. Mira la pulsera que te regaló Christopher, mira el ancla, recuerda lo que te dije que significaba.[/b][/i]- Abrí la mano y vi el ancla, al lado de los demás colgantes. El corazón se me encogió. Podía ser La Bruja Mala de Moondale, la Bruja Buena o el Eterno Intento, pero seguía teniendo sentimientos, por suerte.

– [b]Que no me hunda por muy mal que vayan las cosas[/b].- Respondí con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos.

– [b][i]Exacto. Todos nosotros somos tu ancla.[/b][/i]- Ed asintió.

– [b][i]No te hundirás, me niego. No te dejaremos, de ninguna manera[/b][/i]. – Intervino Cecil.

– [b]Sois el ancla más pesada del mundo, pero me caéis bien porque soy una blanda.[/b]- Bromeé haciendo que los demás sonriesen.

– [b][i] Más te vale, porque todavía no estoy tan viejo como para un asilo[/b][/i]. – Dijo McLeod con una sonrisa de orgullo. – [b][i]¿Qué os parece si cambiamos de defensa a ataque? Tenemos un buen ariete entre manos.[/b][/i]

No necesitamos mucho para ponernos de acuerdo e incluso le pedimos a Liad que nos ayudase a recitar el hechizo [i]”Reverse”[/i] que suele utilizarse cuando quieres darle la vuelta (literal o metafóricamente) a un conjuro. Con él, convertimos nuestro escudo en una prisión y nos liberamos.

Quise decirles muchas cosas que no eran ni la cuarta parte de lo que se merecían. Quise decirles que había aprendido la lección y que sabía que estaban ahí. Que no era tan mala como pensaba ni deseaba tanto el poder como mi otro yo. Que les quería mucho más de lo que jamás podría decirles con palabras. Y que desde luego, jamás les haría daño porque si se lo hiciera, me lo estaría haciendo a mí misma. Eran mi familia disfuncional en la que había un chico de otra realidad, una bruja y un brujo que hablaban por los codos, una Cazadora diminuta, dos aesir macizorros, un niño pequeño que ni es niño ni es pequeño y una madre y un padre que en realidad son suegra y yerno.

Pero no tuve tiempo porque un fogonazo blanco hizo que todo se desvaneciera y después, el sonido de un pájaro y el olor a hierba recién cortada me despertaron.

[align=center] [i] “Two years ago, I was afraid of wanting anything. I figured wanting would lead to trying and trying would lead to failure. But now I find I can’t stop wanting. I wanna fly somewhere in first class. I wanna travel to Europe on a business trip. I wanna get invited to the White House. I wanna learn about the world. I wanna surprise myself. I wanna be important. I wanna be the best person I can be. I wanna define myself instead of having others define me. I wanna win and have people be happy for me. I wanna lose and get over it. I wanna not be afraid of the unknown. I wanna grow up to be generous and big hearted, the way that people have been with me. I want an interesting and surprising life. It’s not that I think I’m gonna get all these things. I just want the possibility of getting them.”

Tyra Collette, Friday Night Lights (2006 – 2011)[/i][/align]
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[spoiler]Siento la longitud, había mucho que contar ^^ Gracias a Dracon, Alph y Eitan por ayudarme a parir a este niño de unas seis páginas y media.[/spoiler]

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