Moondale

SOLO ES POKER

[align=center][SIZE=2][b]Suzanne Sommerville | En Escocia[/b][/SIZE]

annsommerville

[SIZE=2]Me resulta prácticamente imposible en estos momentos concentrarme lo suficiente para recordar las últimas semanas, porque si lo hago, acabaré quedándome dormida incluso de pie. Sé que fueron semanas de reflexión, de pensar mucho en lo que había pasado en aquel bar. Semanas de intentar no pensar y de no poder evitar hacerlo. Mucho menos soy capaz de concentrarme para recordar los últimos tres días. De lo que sí soy consciente es que fueron una locura. Durante el día quedaba con Sylver para ir a hacer compras para el viaje, o simplemente para tomar un café y charlaba con Sarah en nuestra habitación antes de que empezase a hacerse de noche; y cuando caía el sol, quedaba con Ed para ir al manicomio abandonado en el que me transformo durante las noches de luna llena. Pese a que yo le había dicho que podía arreglármelas esta vez, por si necesitaba el tiempo para hacer cualquier cosa —con todo lo que teníamos encima, ante la perspectiva de un viaje al otro lado del Atlántico—, insistió en acompañarme. Es una persona increíble, y debo dar las gracias por tenerlo cerca.

La transformación no fue lo peor. Al menos ahora —y desde lo que pasó en el bar en el que nos caímos dormidos— ya no tengo miedo a transformarme; he aprendido que es una parte de mí misma, un proceso más; y ya no me aterra la perspectiva de que mi cuerpo cambie hasta convertirse en un cuerpo completamente distinto, porque ese ser enorme y lleno de pelos, colmillos y garras, también soy yo. Lo único que ahora me aterra, es el dolor; pero me preocupa incluso más que Ed tenga que oírlo desde el otro lado de la puerta que tener que vivirlo en mi propia carne. Ya que a fin de cuentas, el dolor es una parte de mí, como todo lo demás.

El viaje fue lo peor, después de tres días de dormir poco y mal, esperaba poder echar un sueñecito en el avión y llegar a terreno escocés un poquito menos rota, pero si viajé en diagonal a través del continente americano, desde Vancouver hasta North Carolina, subida en una moto fue por algo. No me gustan los aviones. Aún así, intenté dormitar con la cabeza sobre el hombro de Sylver, aunque fue prácticamente en vano.

Y ahora estamos aquí, en la casa del vecino de los padres de McLeod. El señor Darcy. No puedo evitar acordarme de la obra de Jane Austen, y no puedo evitar sonreír. Su sobina, Rebecca, nos ha dejado a Sylver y a mí en la que va a ser nuestra habitación. Es un lugar acogedor, como puedo comprobar a primer golpe de vista. Mi maleta ya está a los pies de una de las camas, con unas bonitas colchas a juego.[/SIZE]

[SIZE=2]—[b][i][color=#90908E]¡Mira Ann lo que he comprado![/SIZE][/i][/b]—dice Sylver, enseñándome un gorrito con orejas de lobo.

—[b][i][color=#454120]Awwww, Sylver…[/color][/i][/b]—me acerco a abrazarla, mientras nuestros acompañantes se alejan por el pasillo. Me parece súper tierno que Sylver se haya comprado ese gorrito, es adorable.

—[b][i][color=#90908E]Y mira…[/color][/i][/b]—se acerca a su maleta y saca dos gorritos más—[b][i][color=#90908E]Uno para cada una de nosotras[/color][/i][/b]—me explica.

—[b][i][color=#454120]Así iremos a juego[/color][/i][/b]—asiento entusiasmada y subo la maleta a la playa, obviando comentar que yo tengo unas orejas de esas de las de verdad a veces—[b][i][color=#454120]Gracias por guardarme al muerto, por cierto…[/color][/i][/b]—le digo, con una sonrisa.

Porque Sylver me guardó la maleta la noche pasada, cuando me fui con Ed al manicomio; cuando salimos de allí fuimos directamente a donde habíamos quedado con el resto, y de esa forma no tenía que hacer que todos se retrasasen más por culpa de mi maleta.

—[b][i][color=#90908E]Despreocupa[/color][/i][/b]—me guiña un ojo—[b][i][color=#90908E]Al menos me ha hecho compañía. Entre tu maleta y Obscure creo que he creado una nueva pandilla[/color][/i][/b]—añade, riendo.

Me río con ella. Sylver hace que el mundo parezca un lugar menos oscuro, como un soplo de aire fresco.

—[b][i][color=#454120]Mi maleta vale por tres, que conste[/color][/i][/b]—añado abriéndola y colocando libros en una pequeña pero prominente pila sobre mi mesita de noche. Tengo por costumbre viajar con unos cuantos libros: los que tengo que leerme para clase y los que leo por placer. Saco también una foto de mi hermana y mis padres—[b][i][color=#454120]Soy como la anciana Rose en Titanic, tengo que viajar con todo mi equipaje[/color][/i][/b]—añado, sentándome en la cama con la foto en mi regazo y exhalando un suspiro de cansancio. Mi familia me mira desde la foto con caritas sonrientes. Los echo tanto de menos…

—[b][i][color=#90908E]Sólo espero que no tengas el síndrome de Diógenes y te lo traigas todo contigo[/color][/i][/b]—se ríe y coge la foto de mi familia, mirándola—[b][i][color=#90908E]¡Qué bonita es y qué caras más alegres tienen todos! [/color][/i][/b]—suspira—[b][i][color=#90908E]Cómo te envidio Ann, yo no tengo ninguna foto de mis padres juntos, y mucho menos de ellos con mi abuela. Digamos que la única fotogénica de la familia soy yo. [/color][/i][/b]

—[b][i][color=#454120]Nah, el Diógenes de verdad creía que la pobreza era una virtud… si me viese con semejante maleta seguramente me apedrearía[/color][/i][/b]—me río. Soy una maldita Wikipedia en según qué cosas. La filosofía es una de ellas. Por otra parte me hace sentir mal que Sylver, que siempre lucha por arrancarme una sonrisa, piense en cosas que la entristezcan—[b][i][color=#454120]Pero tienes su recuerdo, cielo… y los recuerdos a veces son más bonitos que una imagen congelada[/color][/i][/b]—añado, estirando la mano y acariciando la de Sylver—[b][i][color=#454120]Además, tú no es que seas fotogénica, es que eres guapísima[/color][/i][/b]—añado, en un intento de levantarle el ánimo, antes de rodearle el cuello con un brazo y besar su mejilla.

—[b][i][color=#90908E]Oh, si hubiese sonado una voz grave y la mano que ha acariciado la mía fuese la de un hombre, ahora mismo habría perdido las bragas[/color][/i][/b]—se ríe—[b][i][color=#90908E]Bueno, sí tengo alguna imagen congelada, justo aquí[/color][/i][/b]—mete la mano por dentro del cuello de la ropa y saca un collar del que cuelga un colgante igual al mío pero con una piedra de distinto color, ya que la suya es amarilla y la mía es verde; y un guardapelo. Lo abre y puedo ver dos fotos. Una de una mujer relativamente mayor que cocina algo que parecen muffins (que presupongo que es su abuela) y una de una mujer absolutamente preciosa con una niña más preciosa aún en brazos (supongo que serán Sylver y su madre)— [b][i][color=#90908E]De mi padre no tengo ninguna, a veces pienso que mi madre me tuvo mediante procreación espontánea[/color][/i][/b]—añade.

Me río con ella.

—[b][i][color=#454120]Yo no soy un hombre (como diría Eowyn), pero creo que estamos en las mismas[/color][/i][/b]—añado, con una sonrisa cansada. En lo relativo a los hombres, vaya… llevo sin acercarme a un hombre intentando ligar desde que Francis murió. A veces creo que se me ha olvidado cómo era eso de flirtear. Tomo con delicadeza el guardapelo que Sylver me enseña, y lo observo con detenimiento. Se parece a su madre, mucho—[b][i][color=#454120]Son guapísimas ambas, cielo… está claro que lo tuyo es cosa de familia[/color][/i][/b]—añado.

—[b][i][color=#90908E]Eso espero, nunca he conocido a nadie de la familia que no sea mi abuela, así que no sé cómo serán las demás mujeres Wolfe[/color][/i][/b]—vuelve a mirar el guardapelo—[b][i][color=#90908E]Al menos sí me gustaría llegar con la energía que tenía mi abuela a su edad, era capaz de peinarme mientras hacía cookies y atendía una llamada importante. [/color][/i][/b]

Un extraño nudo en mi pecho presiona hacia abajo. No conocí a mis abuelas, a ninguna de las dos, y por lo que sé, ambas están vivas aún.

—[b][i][color=#454120]Llegarás a su edad con toda esa energía[/color][/i][/b]—digo, con seguridad—[b][i][color=#454120]Tu abuela, por lo que me cuentas, parecía una señora increíblemente dinámica, y eso se ha quedado en ti[/color][/i][/b]—añado, con una sonrisa, antes de suspirar—[b][i][color=#454120]Yo no conozco a mis abuelas[/color][/i][/b]—añado, encogiéndome de hombros—[b][i][color=#454120]La de Canadá vive en la otra punta del país y no se habla con mi padre; y la de Francia no se habla con mi madre[/color][/i][/b]—me río. Me río por no llorar de frustración y gritarles a todos que son una panda de necios—[b][i][color=#454120]Si algún día tengo un hijo o una hija, creo que no dejaría de hablarle por nada del mundo[/color][/i][/b]—añado, suspirando de cansancio.

Y menos por los motivos que mi familia no se habla. Mis abuelos de Francia le retiraron en saludo a mi madre porque se fue a Canadá a buscar trabajo y un futuro mejor. Allí conoció a mi padre, y cuando se fueron juntos a la Costa Oeste, mi abuela dejó de hablarle también. Ni siquiera cuando yo o mi hermana nacimos tuvimos noticias de ellos. Y es un poco extraño llevar el nombre de las dos personas a quienes mis padres más quieren después de yo y Carol y ni siquiera conocerlas. Es extraño llevar el nombre de dos personas que no quieren saber nada de mí. Pero bueno, en diecinueve años no me hicieron falta, no van a empezar a hacerme falta ahora.

—[b][i][color=#90908E]He aprendido en estos últimos días, y más metida en el sueño extraño ése, que no podemos dejar que los problemas insignificantes se apoderen de nuestra vida[/color][/i][/b]—cierra el guardapelo, coge uno de los gorros y me lo cala bien en la cabeza—[b][i][color=#90908E]Espero que tus abuelos y tus padres se perdonen algún día, que se den cuenta de que llegará un momento en el que no podrán hablar con sus hijos, y no porque no quieran, sino porque no podrán[/color][/i][/b]—yo también lo espero, Sylver, yo también. Me pellizca la mejilla—[b][i][color=#90908E]Por cierto, ¿cuándo vas a tener un bebé? ¿Ya has pensado los nombres? [/color][/i][/b]

Me río. Por el amor de una madre, tengo diecinueve años, no me lo he planteado en serio nunca. Bueno, en realidad sí. Hubo una época, una etapa de mi vida, en la que tenía claro qué quería, pero todos esos sueños de un apartamento con una sola habitación con una cama gigante, miles de cojines, estanterías llenas de libros y fotos pegadas a unas paredes de ladrillo, se desvanecieron en el aire.

—[b][i][color=#454120]Pues… no sé, algún día, supongo… antes tengo que encontrar un padre lo suficientemente bueno y guapo y alto y sano[/color][/i][/b]—y que me quiera y al que yo pueda querer, sobre todo—[b][i][color=#454120]Pero tengo muy claro que voy a tener dos niñas gemelas que se van a llamar Diana y Sylver[/color][/i][/b]—me río. No es como si lo de tener gemelas fuese algo que se pueda elegir, pero…—[b][i][color=#454120]Y un niño que se va a llamar Ed[/color][/i][/b]—añado, con convicción. Al fin y al cabo, son las personas que más han hecho por mí desde… siempre, y ‘dedicarles’ mis futuros hijos es la mejor forma de agradecérselo que se me pueda ocurrir—[b][i][color=#454120]¿Y tú? [/color][/i][/b]—pregunto entusiasmada. Si tiene alguna hija tan cuquísima como ella de pequeña, acabaré comiéndome a mi futura sobrina a besos.

—[b][i][color=#90908E]Awwww[/color][/i][/b]—me abraza—[b][i][color=#90908E]Me encantaría ver a dos gemelitas rubias alrededor tuyo. Yo siempre he querido tener gemelos: un niño al que llamaría Eoin, y una niña, a la que llamaría Arya[/color][/i][/b]—se ríe—[b][i][color=#90908E]Me gustaría vestirlos a juego, ella siempre con lazos en el pelo y vestiditos, y él peinado con la raya al lado y pajaritas, muy al estilo Mary Poppins. [/color][/i][/b]

—[b][i][color=#454120]Oh, qué nombres más bonitos[/color][/i][/b]—sonrío—[b][i][color=#454120]Arya me recuerda a la canija de Canción de Hielo y Fuego[/color][/i][/b]—añado, riendo, y mirando de soslayo mi ejemplar de [i]Festin de cuervos[/i]— [b][i][color=#454120]Me pido ser la tía Ann, solo para que quede claro… porque puedo ser una tía absolutamente desastrosa pero prometo regalarles chuches a montones y enseñarles a jugar a las cartas y a los dardos[/color][/i][/b]—me levanto de la cama para hurgar en mi maleta y saco un mazo de cartas de póker—[b][i][color=#454120]por cierto, ¿te apetece echar una partida? [/color][/i][/b]—pregunto luego.

—[b][i][color=#90908E]Claro[/color][/i][/b]—sonríe.

Estoy segura de que será una partida rápida, porque llevo tres días durmiendo lo que se dice nada, y acabaré por quedarme dormida sobre mis cartas, pero aún así, me sabe mal empezar a jugar sin ir a preguntar a los demás si quieren apuntarse. No sé, a lo mejor Dominic está durmiendo ya o algo así, pero…

—[b][i][color=#454120]Vale, vengo en un minuto[/color][/i][/b]—le digo a Sylver saliendo de nuestra habitación.[/color]

[SIZE=2]Salgo de la habitación y enfilo por el pasillo, por el lado que vi que se iban antes los demás. No tengo ni idea de cuál de todas estas puertas del pasillo que se extiende ante mí puede ser la de la habitación de Dominic. Cierro los ojos, avanzando en silencio, concentrada. Cerrar los ojos hace que tenga más ganas aún de meterme en cama, pero es distinto. Oigo mejor, olfateo mejor. A veces me paro a pensar en los montones de aplicaciones útiles que podría tener mi condición. Pero sería un poco complicado que alguien que no sean mis amigos se me tomase en serio. Me paro delante de una de las puertas. En su interior hay alguien, que estoy casi segura de que es Dominic. Abro los ojos y toco con los nudillos.

Espero, calándome las manos en los bolsillos traseros de mi pantalón. Ruego al cielo por que esté vestido. No porque no considere que —objetivamente— no esté bueno, sino porque lo que menos necesito, después de que me haya visto borracha en el Silver, es que tengamos una ‘escena de toalla’ o algo así. La idea es dejar de tenerle vergüenza, no tenerle más. Se abre la puerta, y por ella asoma la cabeza de Dom, SÓLO la cabeza; con un poco de suerte aún habrá un cuerpo vestido debajo.[/SIZE]

[SIZE=2]—[b][i][color=#383A72]¿Sí?[/SIZE][/i][/b]—me pregunta.

—[b][i][color=#454120]Ehm… hola Dom[/color][/i][/b]—me encojo sobre mí misma, sacando una mano de los bolsillos y rascándome la nuca por debajo de los mechones de pelo suelto que se escapan de mi moño—[b][i][color=#454120]yo… ehm… venía a preguntarte si quieres venir a jugar al póker con Sylver y conmigo[/color][/i][/b]—digo, encogiéndome de hombros—[b][i][color=#454120]me sabe mal que estés aquí solo[/color][/i][/b]—añado, con una sonrisa.

—[b][i][color=#383A72]Uhmm… póker[/color][/i][/b]—dice con voz de dormido. Pobrecillo. Debería ser sensata, dejarlo dormir e irme yo misma a la cama, pero… maldito jet-lag—[b][i][color=#383A72]Claro, por qué no[/color][/i][/b]—abre la puerta del todo (sí, estaba vestido) y sale.

—[b][i][color=#454120]Si tienes mucho sueño o algo… lo dejamos para mañana[/color][/i][/b]—le digo con una sonrisa.

—[b][i][color=#383A72]Tranquila, de todos modos no consigo quedarme dormido. ¿A qué tipo de póker vamos a jugar? ¿Texas, Omaha…?[/color][/i][/b]

Me deja fascinada. Sabe un montón sobre póker, ya que la mayoría de la gente no conoce más de una forma de jugar, y ni siquiera se sabe el hombre; yo lo sé porque cuando Francis me enseñó a jugar, antes de empezar con lo que viene siendo el juego, me dio una aburrida, muy aburrida, charla sobre la historia del póker, sus variantes y demás. Cuando la gente se queja de que soy como una Wikipedia debería echarle la culpa a él, en realidad.

—[b][i][color=#454120]A lo que Sylver quiera[/color][/i][/b]—le digo, encogiéndome de hombros—[b][i][color=#454120]Yo lo prefiero estilo Texas, pero…[/color][/i][/b]

—[b][i][color=#383A72]¿Sólo vamos a jugar nosotros tres? [/color][/i][/b]—pregunta Dom.

—[b][i][color=#454120]Voy a ir a buscar a la chica de la casa, Rebecca[/color][/i][/b]—le explico con una sonrisa—[b][i][color=#454120]por si quiere apuntarse, que me sabe mal que estemos nosotros tres jugando y ella esté por ahí, probablemente sola[/color][/i][/b]—explico.

Probablemente sola porque seguramente la señora Echolls y el señor Darcy estén charlando animadamente.

Llegamos a delante del dormitorio que comparto con Sylver, y lo señalo con la cabeza, girándome para mirar a Dom.

—[b][i][color=#454120]Quédate con Sylver que ya vengo[/color][/i][/b]—le digo, antes de salir caminando en la dirección opuesta, mientras él entra en la habitación.[/color]

[SIZE=2]Cierro los ojos de nuevo, y me concentro. A veces resulta hasta divertido hacer esto. Me dejo guiar por el olor del champú de Rebecca, hasta llegar a otra zona de la casa. Llamo a una puerta, en la que no obtengo respuesta, y llamo en la siguiente, donde tampoco me contesta nadie. Estoy a punto de irme, pero opto por llamar otra vez; mis sentidos me dicen que está ahí dentro. Finalmente oigo como alguien se acerca, y la chica abre la puerta con un ejemplar de [i]Jane Eyre[/i] en la mano. Va en pijama, y se me queda mirando un poco extrañada.

—[b]La habitación de Dominic es la otra[/b]—me dice.

Alzo las cejas sorprendida. [i]Qué coño…[/i] Pero opto por sonreír. A lo mejor lo de parecer una animadora rubia de pocas luces le ha dado una impresión equivocada de mí.

—[b][i][color=#454120]Ya, ya sé cuál es la habitación de Dom[/SIZE][/i][/b]—digo, suspirando de cansancio—[b][i][color=#454120]Pero no es mi tipo[/color][/i][/b]—explico, encogiéndome de hombros—[b][i][color=#454120]En realidad venía buscándote a ti… y no te preocupes, tampoco eres mi tipo[/color][/i][/b]—añado.

—[b]¿Ah sí? [/b] —pregunta—[b]Dime. [/b]

—[b][i][color=#454120]Pues… Sylver y yo vamos a jugar al póker, y me preguntaba si te apetecería unirte a nosotras[/color][/i][/b]—digo, con toda la amabilidad que me queda bajo el cansancio—[b][i][color=#454120]Me sabe mal que estemos nosotras juagando a las cartas y que tú estés sola[/color][/i][/b]—explico.

Sonríe ligeramente.

—[b]No será strip-poker, ¿verdad? [/b]—bromea, o eso creo.

Niego con la cabeza, riendo.

—[b][i][color=#454120]Estoy segura de que a Sylver se le ocurriría[/color][/i][/b]—comento—[b][i][color=#454120]pero no, yo no me arriesgo a perder la ropa tan fácilmente. Además[/color][/i][/b]—alzo y bajo las cejas, como haciéndole una oferta que no podrá rechazar—[b][i][color=#454120]tenemos como tres toneladas de gominolas que traje de contrabando en la maleta[/color][/i][/b]—añado.

Y es cierto. Entre las gominolas y los libros, apenas he traído ropa.

—[b]Charlotte Brontë me juzgará por esto[/b]—me dice, dudosa.

—[b][i][color=#454120]Estoy segura de que Charlotte estará aquí cuando vuelvas[/color][/i][/b]—sonrío—[b][i][color=#454120]Y si te aburres mucho, te presto mi ejemplar[/color][/i][/b]—añado.

—[b]Está bien[/b]—dice, asintiendo con la cabeza—[b]Me cambio de ropa y nos vemos…[/b]—se queda pensativa—[b]¿Dónde nos vemos? [/b]

—[b][i][color=#454120]En nuestra habitación[/color][/i][/b]—digo, con una sonrisa—[b][i][color=#454120]está Sylver montándolo todo ya[/color][/i][/b]—añado, despidiéndome con la mano, mientras ella hace un gesto vago de cabeza que a mí me vale como despedida.[/color]

[SIZE=2]Una vez más, vuelvo sobre mis pasos hacia la habitación que comparto con Sylver. Al acercarme a la puerta, disminuyo el ritmo de mis pasos.

—[b] [i] [color=#454120]Espero que estéis vestidos, y si no, vestíos que voy a entrar…[/SIZE] [/i] [/b]—bromeo, riéndome, mientras me tapo los ojos dejando huecos entre los dedos lo suficientemente grandes como para poder ver a la perfección.

[i]Ann, ¿se puede saber qué te ha dado con la gente desnuda?[/i]

—[b] [i] [color=#90908E]Yo me desnudaría, pero me congelaría, así que paso[/color] [/i] [/b]—se ríe Sylver. Exagerada. Esto ni siquiera es frío.

—[b] [i] [color=#383A72]Seguimos vestidos, aunque en realidad sé que me estáis desnudando con la mirada[/color] [/i] [/b]—Dom se tapa, bromeando.

—[b] [i] [color=#454120]Más quisieras, encanto[/color] [/i] [/b]—le digo, guiñándole un ojo y caminando hacia la cama con mi mejor pose de chulazo, antes de dejarme caer al lado de Sylver en la cama.

En ese momento entra Rebecca con cara de sorpresa. Intuyo que oyó nuestra conversación sobre despelotes varios… y es normal que la chica tenga esa cara, francamente.

—[b] Has perdido[/b]—le dice a Dominic cruzándose de brazos. Yo y Sylver nos miramos con cara de no entender nada, alzando las cejas. Sin embargo, con un suspiro, repliego las piernas contra mi pecho y me pongo a barajar las cartas.

—[b] [i] [color=#90908E]Pero si todavía no hemos empezado[/color] [/i] [/b]—constata Sylver.

—[b] [i] [color=#454120]Ahora sí que vais a perder todos[/color] [/i] [/b]—digo, mientras echo una de las manos hacia atrás y saco mis gafas de sol de la maleta y me las pongo.

—[b] [i] [color=#383A72]Sólo es póker…[/color] [/i] [/b]—de excusa Dom.

Reparto las cartas, dando dos a cada uno y dejando cinco cartas descubiertas en el centro. Acto seguido me giro y saco cuatro bolsitas de gominolas de la maleta, y les paso una a cada uno, ensayando mi mejor rictus de mafiosa.

—[b] [i] [color=#454120]Ehm… ¿sabéis más o menos las normas? [/color] [/i] [/b]—pregunto. Mis cartas son una reverenda pifia. Así no ganaría ni a mi hermana pequeña.

—[b]Depende de a qué tipo de póker te refieras[/b]—responde Rebecca, cogiendo las cartas con inseguridad.

—[b] [i] [color=#454120]Cada uno tiene dos cartas, y yo descubro cinco más[/color] [/i] [/b]—explico, señalando a la mesa—[b] [i] [color=#454120]Con lo que tengáis y lo que salga, veremos quien tiene combinaciones más altas[/color] [/i] [/b]—abro mi bolsa de gominolas y pongo dos fresas de pica-pica sobre la zona de apuestas—[b] [i] [color=#454120]Yo subo dos fresas. [/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#383A72]Subo una barrita de regaliz[/color] [/i] [/b]—dice Dom, mientras mastica otra usándola como puro.

—[b] [i] [color=#90908E]Wow, Dominic va a saco, se lo está jugando todo[/color] [/i] [/b]—dice Sylver, intentando sonar sarcástica—[b] [i] [color=#90908E]Venga va, yo subo una dentadura. [/color] [/i] [/b]

—[b]Paso[/b]—Rebecca, por su parte, decide esperar.

—[b] [i] [color=#454120]Yo subo dos señales y una nube[/color] [/i] [/b]—digo. Aunque mis cartas sean una mierda siempre se puede jugar al despiste. Miro a Rebecca de soslayo. Si no entablamos una conversación, todo esto será en vano. Estamos aquí para pasárnoslo bien (y conocernos mejor), no para sentirnos incómodos—[b] [i] [color=#454120]¿Y en Moondale… estás en la universidad, no? ¿Qué estudias? [/color] [/i] [/b]—le pregunto, mientras me llevo una señal a la boca.

Rebecca asiente con la cabeza antes de responder:

—[b]Filología Inglesa[/b]—se queda un ratito en silencio, y después añade:—[b]¿Y vosotros? [/b]

—[b] [i] [color=#454120]Yo estudio Filosofía e Historia[/color] [/i] [/b]—le digo, con una sonrisa

—[b] [i] [color=#383A72]Arte[/color] [/i] [/b]—replica Dom.

—[b]¿ARTE? [/b]—Rebecca mira a Dominic alucinada.

—[b] [i] [color=#90908E]Fotografía[/color] [/i] [/b]—dice Sylver.

—[b] [i] [color=#383A72]Sí. ¿Ocurre algo? ¿Te cuesta imaginarme embadurnado de pintura? [/color] [/i] [/b]—Dom responde a Rebecca mientras sigue mordisqueando su regaliz.

—[b]Ahora que lo pienso, en las clases de Arte siempre hay alguna chica desnuda[/b]—Rebecca sonríe—[b]Ya lo entiendo. [/b]

—[b] [i] [color=#383A72]En realidad son más bodegones y cosas así. Ninguna chica se ha prestado voluntaria aún. ¿Alguna está interesada? [/color] [/i] [/b]—nos mira a las tres, fijándose más en Rebecca en un claro intento por incomodarla. [i]Ay, Dom, por favor… se te ve el plumero, cariño[/i].

—[b] [i] [color=#454120]Hay bellezas que no están hechas para ser pintadas, Dom[/color] [/i] [/b]—dejo mis cartas descubiertas, mostrando mi pareja de ochos.

—[b] [i] [color=#90908E]Sería algo demasiado obvio que ahora levante la mano, ¿o son cosas mías? [/color] [/i] [/b]—Sylver se ríe—[b] [i] [color=#90908E]Pero Dominic, que si tú necesitas un cuerpo femenino desnudo, puedo sacrificarme por ti, o llamo a la Sra. Echolls que quizás no te ponga pegas. [/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#454120]Si queréis os dejo solos[/color] [/i] [/b]—les digo, alzando las cejas—[b] [i] [color=#454120]no sé, digo…[/color] [/i] [/b]añado, con una sonrisa.

—[b]Eso[/b]—Rebecca mira a Dom intensamente, como desafiándolo[/b]—Si queréis os dejamos solos.

—[b] [i] [color=#383A72]Por ahora seguiremos con el póker[/color] [/i] [/b]—replica Dominic, echando las cartas—[b] [i] [color=#383A72]Pareja de reinas. [/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#454120]Te odio[/color] [/i] [/b]—le suelto, lanzándole una serpiente de gominola entre carcajadas.

—[b]¿Tú no eras más de tríos? [/b]—replica Rebecca mirando sus cartas. Suspira—[b]Pareja de cuatros. [/b]

—[b] [i] [color=#90908E]Yo no sé ni lo que tengo[/color] [/i] [/b]—Sylver muestra sus cartas, en las que hay un dos y un tres. Vaya.

—[b] [i] [color=#383A72]Sí, una pena que no haya salido una tercera reina[/color] [/i] [/b]—dice Dom, arrastrando las chuches hacia él.

Vuelvo a repartir.

—[b] [i] [color=#454120]Bueno, Rebecca, ¿y tú eres de Moondale o eres de aquí? [/color] [/i] [/b]—pregunto, mientras destapo las del centro.

—[b] [i] [color=#90908E]Ay Ann, qué pesada eres[/color] [/i] [/b]—dice, guiñándome un ojo—[b] [i] [color=#90908E]Pareces una periodista con la pobre niña, que no ha cometido ningún crimen[/color] [/i] [/b]—después mira a Rebecca y le sonríe—[b] [i] [color=#90908E]¿De dónde eres, guapa? [/color] [/i] [/b]

No puedo evitar reírme, mientras coloco cuatro señales de gominola en el centro.

—[b] [i] [color=#454120]Súbele a eso[/color] [/i] [/b]—le digo a Dom, mirándolo amenazante por encima de mis gafas de sol. No es que me haya picado porque me ganase una partida, qué va. Es sólo que no me gusta perder.

—[b]Mi madre es… era… de aquí[/b]—dice, con cierta dificultad—[b]Y mi padre de Turee, que está en el condado de Ripper como Moondale, así que no sé si soy de aquí o de allí[/b]—suspira—[b]¿Vosotros de dónde sois? [/b]

—[b] [i] [color=#454120]Franco-canadiense, nací en Vancouver[/color] [/i] [/b]—le arranco la cabeza a una serpiente de gominola—[b] [i] [color=#454120]Y acabé en Moondale por… casualidades del destino y esas cosas[/color] [/i] [/b]—añado, con una sonrisa.

—[b] [i] [color=#383A72]Soy vecino de abajo. Inglaterra. [/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#90908E]Del mundo en diamantes: Beverly Hills. Sí, te preguntarás como he podido acabar en Moondale, ni yo me lo explico. Y sí, el descapotable rojo lo tengo aparcado frente a mi casa[/color] [/i] [/b]—luego se mira los pechos y se ríe—[b] [i] [color=#90908E]Y no, no son operadas. [/color] [/i] [/b]

No puedo evitar reírme. Sylver es siempre tan espontánea y adorable… Por mi parte, con muy poco disimulo, robo una de las señales que acabo de apostar. Rebecca se ríe también ante el comentario de Sylver.

—[b]¿Sois amigos desde hace mucho? [/b]—pregunta, en un claro intento de alejar la atención de ella. Sonrío.

—[b] [i] [color=#454120]Pues… nos conocemos desde hace unos meses, pero Sylver y yo tuvimos un casi-flechazo[/color] [/i] [/b]—digo, riendo—[b] [i] [color=#454120]Y Dom también andaba por allí la noche en que la conocí. [/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#90908E]Digamos que estuvimos en el lugar y en el momento indicado. [/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#454120]Pero de todas formas, nos falta Diana[/color] [/i] [/b]—digo, con una sonrisa—[b] [i] [color=#454120]Está en casa de los McLeod, te caerá bien[/color] [/i] [/b]—digo, con convicción.

—[b]Seguro[/b]—dice Rebecca, comiéndose una gominola—[b]Apuesto a que me caerá mejor que Dominic. [/b]

—[b] [i] [color=#90908E]Eso no es difícil: todos te caerán mejor que Dominic[/color] [/i] [/b]—apostilla Sylver riéndose.

—[b] [i] [color=#383A72]De mí es que ya tenéis hecha una mala idea, pero eso aún se puede arreglar[/color] [/i] [/b]—se defiende el chico.

Y ahí voy yo, defensora de las causas perdidas…

—[b] [i] [color=#454120]Pobrecito[/color] [/i] [/b]—me pongo las gafas de diadema—[b] [i] [color=#454120]Si de momento no ha intentado… nada, concedámosle el beneficio de la duda[/color] [/i] [/b]—pido con una sonrisa.

—[b]Está bien[/b]—dice Rebecca—[b]Que conste que lo hago por Ann[/b]—le dice a Dom.

—[b] [i] [color=#383A72]Gracias[/color] [/i] [/b]—me dice Dom a mí. Muestra sus cartas y saca una pareja de treses.

Expongo con una sonrisa mi pareja de reyes y al mismo tiempo que arrastro las gominolas hacia mí, Rebecca se levanta.

—[b]Bueno, chicos; creo que me voy a dormir[/b]—nos dedica una sonrisa—[b]Lo he pasado muy bien. Buenas noches. [/b]

—[b] [i] [color=#454120]¿Ya te vas? [/color] [/i] [/b]—le digo con un puchero—[b] [i] [color=#454120]Bueno, vale[/color] [/i] [/b]—aunque es un poco temprano aún, es comprensible que tenga sueño… yo misma estoy que me caigo—[b] [i] [color=#454120]Espero que nos veamos mañana[/color] [/i] [/b]—añado, sonriendo.

—[b] [i] [color=#383A72]Buenas noches[/color] [/i] [/b]—dice Dom.

—[b]Sigo vigilándote[/b]—le dice ella al chico, a la vez que Sylver se despide con un gesto de la mano.

Espero a que se pierda por el pasillo antes de dejar que la niña que vive dentro de mí se apodere de mis acciones.

—[b] [i] [color=#454120]A Dom le gusta Rebeeeccaaaa[/color] [/i] [/b]—canturreo, tirándole al susodicho una gominola.

—[b] [i] [color=#90908E]Uhhhhhh[/color] [/i] [/b]—Sylver me hace los coros.

—[b] [i] [color=#383A72]No hemos estado en la misma habitación, por lo que veo. Me odia[/color] [/i] [/b]—dice él.

—[b] [i] [color=#454120]No era odio, querido, yo le llamaría recelo[/color] [/i] [/b]—me doy un toquecito en la nariz, con aires de entendida—[b] [i] [color=#454120]Lo huelo. [/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#90908E]¿Sabes que existe una fina línea entre el odio y el amor? [/color] [/i] [/b]—filosofa Sylver—[b] [i] [color=#90908E]Bueno, da igual porque no existe esa línea. A ella le gustas, punto. [/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#383A72]Si vosotras lo decís…[/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#454120]Y si no se ha dado cuenta…[/color] [/i] [/b]—alzo y bajo las cejas, haciéndome la interesante—[b] [i] [color=#454120]… lo hará pronto[/color] [/i] [/b]—añado.

—[b] [i] [color=#90908E]Uhhhhhh[/color] [/i] [/b]—repite Sylver—[b] [i] [color=#90908E]Que se nos pode rojo nuestro Dom. [/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#383A72]Es el pica-pica[/color] [/i] [/b]—se defiende él.

—[b] [i] [color=#454120]Love is in the air, tanananananananá[/color] [/i] [/b]—me levanto de la cama y bailo al rito de la canción que yo misma estoy tarareando—[b] [i] [color=#454120]No te preocupes, Dom, nosotras no vamos a juzgarte[/color] [/i] [/b]—le revuelvo el pelo al pasar por su lado. Lo tiene lo suficientemente largo como para hacerle coletas, pero uno, no creo que se deje; y dos, creo que no debería fiarme de lo que quiero en esto momento: tengo demasiado sueño como para ser coherente.

—[b] [i] [color=#383A72]Bueno, creo que yo me voy a ir también—[/color] [/i] [/b]dice Dom, levantándose. Sigo bailando a su alrededor. De repente llaman a la puerta.

—[b] [i] [color=#90908E]¿Quién es? ¿Santa Claus? [/color] [/i] [/b]—pregunta Sylver. A mí me entra la risa tonta. Voy bailando hasta ella y abro.

—[b] [i] [color=#454120]¡Rebecca! Pasa, pasa[/color] [/i] [/b]—me hago a un lado.

—[b]Me estaba preguntando si me daríais unas cuantas chucherías[/b]—dice, un poco sonrojada. Hace como que tiene calor—[b]¿No hace mucho calor aquí dentro? [/b]

—[b] [i] [color=#90908E]La estufa está encendida[/color] [/i] [/b]—explica Sylver señalando a Dom.

—[b] [i] [color=#454120]Sí, por supuesto que te damos chuches[/color] [/i] [/b]—digo, mientras voy bailando hacia mí maleta y saco una de las múltiples bolsas intactas que tengo. Camino hacia ella y se la dejo en las manos con solemnidad—[b] [i] [color=#454120]Si quieres más, traje para toooooodo el viaje, así que no dudes en pedirme[/color] [/i] [/b]—le digo con una sonrisa.

—[b]Gracias[/b]—dice Rebecca, yendo hacia la puerta y evitando mirar a Dominic en el proceso—[b]Buenas noches. [/b]

—[b] [i] [color=#454120]¡Hasta mañana! [/color] [/i] [/b]—digo, despidiéndome con la mano.

Dom también se despide de ella con la mano, y yo me acerco a él sigilosamente. Definitivamente, cuando tengo sueño me vuelvo un poco más payaso que de costumbre.

—[b] [i] [color=#454120]Es súper maja[/color] [/i] [/b]—le susurro, como contándole un secreto—[b] [i] [color=#454120]Juega bien tus cartas, y si me ganaste a mí al póker…[/color] [/i] [/b]—le clavo un dedo en el pecho—[b] [i] [color=#454120]… quiero pensar que lo harás bien[/color] [/i] [/b]—entrecierro los ojos y después sonrío.

—[b] [i] [color=#90908E]Adiós Romeo, adiós Julieta…[/color] [/i] [/b]—Sylver se despide a media voz, mientras Dominic abandona la habitación.

Camino cansada hacia la cama y me dejo caer, sentada, sobre ésta. En la habitación flotan los olores del champú de Rebecca y la ‘esencia de atracción’ que hay entre ellos. No puedo evitar sonreír. Llevo tanto tiempo sin tontear con nadie, que ya no recuerdo ni cómo se hace… pero me alegro de que otra gente sí pueda hacerlo.

—[b] [i] [color=#454120]Las hay con suerte, y las hay que no tendrían suerte ni bebiéndose Felix Felicis[/color] [/i] [/b]—suspiro. Noto en el aire algo más, algo que emana de Sylver. Algo que me dice que no está todo lo feliz que a mí (y a cualquiera quela quiera) me gustaría.

—[b] [i] [color=#90908E]Touché[/color] [/i] [/b]—dice en francés. Suelta un largo suspiro y se acuesta en la cama, estirándose por completo.

—[b] [i] [color=#454120]Con un poco de suerte, saldrá algo bonito de esta timba de póker[/color] [/i] [/b]—me traslado de mi cama a la de Sylver, con un suspiro. Me siento una señora mayor, cada paso me cuesta una eternidad.

—[b] [i] [color=#90908E]Oh, sí[/color] [/i] [/b]—dice con poca convicción.

—[b] [i] [color=#454120]Gatita, ¿estás bien? [/color] [/i] [/b]—pregunto con suavidad.

—[b] [i] [color=#90908E]¿Qué? [/color] [/i] [/b]—se gira, quedándose con su cara a escasos centímetros de la mía. Le dedico una sonrisa y retrocedo un poco. A lo mejor es que tengo un poco el ‘lobo subido’ o algo, pero debo recordarme guardas las distancias—[b] [i] [color=#90908E]Oh, sí. Nada, nada. Sólo estúpidas preguntas que me hago. Será por la regla…[/color] [/i] [/b]—hace una larga pausa—[b] [i] [color=#90908E]… o quien sabe[/color] [/i] [/b]—hace otra larga pausa—[b] [i] [color=#90908E]¿Crees en el destino, Ann? [/color] [/i] [/b]

Creía en el destino, creía que mi destino era estar siempre con Francis, quererlo para siempre y ser feliz con él. Era una cría.

—[b] [i] [color=#454120]A veces sí, a veces no…[/color] [/i] [/b]—susurro, acariciándole su sedoso pelo negro.

—[b] [i] [color=#90908E]Yo al menos creo que todo ocurre por una razón[/color] [/i] [/b]—gira la cabeza y mira al techo pensativa—[b] [i] [color=#90908E]Quizás esta partida de póker me haya ayudado a darme cuenta de algo…[/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#454120]Por supuesto[/color] [/i] [/b]—asiento con la cabeza, hablando en susurros—[b] [i] [color=#454120]¿De qué te has dado cuenta, cielo? [/color] [/i] [/b]

—[b] [i] [color=#90908E]De…[/color] [/i] [/b]—sé que está a punto de decírmelo, pero luego, se lo piensa mejor y se levanta con una sonrisa. Sé que cuando esté lista me lo dirá—[b] [i] [color=#90908E]… de que es demasiado tarde[/color] [/i] [/b]—comienza a ordenar las cosas que tiró hace un rato—[b] [i] [color=#90908E]¡Venga, a dormir, que llevas tiempo sin descansar! Yo me voy a limpiar los dientes y… y… eso[/color] [/i] [/b]—dice cogiendo su neceser de la maleta y yendo al baño. Es… curioso que todo eso lo diga de espaldas a mí, pero… como licántropo, una de las mayores lecciones que he aprendido, es la de tener paciencia: sólo hay una luna llena cada mes, y no se puede tenerlo todo a la primera. Suspiro.

—[b] [i] [color=#454120]Está bien…[/color] [/i] [/b]—digo, dejándome caer en mi cama, completamente vestida.

Por mi cabeza se pasa la idea de que tal vez debería deshacer del todo la maleta, darme una ducha, ponerme el pijama, lavarme los dientes… pero… zzzzzz…

[/color]

[spoiler]Dicen que más vale tarde que nunca. Siento mucho haber tardado tanto, pero brontopost es brontoposts, y 19 páginas son 19 páginas. Dom manejado por Alph, Rebecca por Stefy y Sylver por Davie. Ha sido un placer rolearlo con vosotros. Espero que os guste un poquito :3[/spoiler]

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