[align=center][SIZE=2][b]Dominic Williams | Moondale[/b][/SIZE]
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Abrí poco a poco los ojos, algo caía sobre mi frente y cuando termine de desperezarme por completo me fije en la gotera encima de mi cabeza. Note el frío del metal en mis manos, el quedarme dormido con la escopeta en las manos ya era un habito más.
Apoye el arma contra la pared y me moví hacia delante, la silla de ruedas rechino, estaba ya en las últimas pero seguía aguantando. No sabia cuanto tiempo había dormido, podían haber sido horas o minutos. Me percate de que la bolsa de provisiones seguía junta a la puerta. La había traído Liad, era al único que veía de vez en cuando, por mucho que le dijera que dejare de venir a verme al centro de Moondale él seguía haciéndolo.
Recogí la bolsa del suelo y la lleve a la minúscula cocina, no necesitaba mucho para vivir, tenía un salón mas cargado de armas que de muebles, un sofá cama que apenas usaba, un baño de segunda y una cocina que se caía a pedazos. Era mi pequeño bunker, tras el accidente me separe del resto, si hubiese ido con ellos hubiese sido más un estorbo que otra cosa.
No hubiese soportado el tener que ir junto a ellos en esta dichosa silla, les habría estorbado, era un peso muerto del que cargar. Pero aquí aun podía hacer algo, podía vigilar desde la ventana y disparar a toda criatura que pululara por la calle, y con suerte, un día aparecería ese hijo de puta que me dejo postrado en esta silla y me arrebato a mi familia, ese pensamiento, el de poder acabar con Mason era lo que aun me hacia seguir viviendo y la razón por la que aun no me había metido una bala en la cabeza.
A quien quería engañar, no pude hacer nada hace 6 años, que posibilidades tenía ahora, el tío de la silla de ruedas y la muerte a media noche. Enfurecido tire con fuerza de la silla hacia atrás cayendo de espaldas en el suelo del pequeño salón, hubiese deseado tener una mesita o algo, me habría golpeado en la nuca y un fantasioso más habría dejado esta mierda de mundo y Liad habría dejado de arriesgar su vida trayéndome provisiones.
Golpee con fuerza el suelo varias veces y la otra mano me la lleve a la cara tapándome los ojos. Los echaba de menos, a Arthur, a Jessica, a Rebecca, ni siquiera a ella pude proteger. Todos los días recuerdo esa noche, ese momento en el que le dije que estaría más segura en casa de su tío en Escocia, pero cuando el mal en estado puro campa a sus anchas por el mundo, no hay lugar seguro en el que esconderse. No hay día que no me arrepienta de esa decisión, debería haberse quedado, con Sarah y los demás abría estado a salvo.
Me di la vuelta en el suelo y gatee hasta la silla, la levante y me agarre a los lados impulsándome hacia arriba para sentarme de muevo en ella. Escuche un zumbido en la calle, me acerque hasta la ventana y mire entre los huecos de los tablones. El zumbido era cada vez más intenso hasta que por la calle apareció un motorista a toda velocidad calle abajo, solo a un loco se le ocurriría hacer algo así, aunque quizás yo también lo estaba al seguir allí.
Me seque las lagrimas de la cara y cogí el fusil que estaba junto a la ventana y apunte a la calle. No sabía quien era el misterioso motorista pero iba a conseguir alegrarme un poco, con el ruido que había formado los demonios y vampiros saldrían a la calle y eso era justo lo que necesitaba ahora mismo, muerte.
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[spoiler]Introducción de Dominic a la trama. Gracias a los que seguis leyendo y comentando y a los que no cuidado, igual Dominic os tira una silla de ruedas a la cabeza. [/spoiler]
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