Daniel Arkkan | Realidad de Ed
La oscuridad que tenía el cielo, los edificios derruidos y la vegetación marchita me hacían sentirme como en la pesadilla que habíamos pasado, o de vuelta en el futuro apocalíptico que habíamos evitado. Pero esta vez era mucho peor, porque esta vez era real.
Por mucho que hubiésemos derrotado a Mason habíamos perdido mucho por el camino, pero como buenos salvadores del mundo, no nos íbamos a rendir, e íbamos de camino a recuperar lo que nos habían arrebatado.
Todo empezó la noche que vencimos a Mason, cuando nos pusimos a celebrar la victoria Ed había desaparecido sin dejar rastro. Esa noche, tras llevar a Fenris a un hospital, volvimos derrotados y cansados, pero ni Sarah ni yo, y diría que tampoco los demás, conseguimos dormirnos pronto.
Los días siguientes se convirtieron en una sucesión de visitas al hospital con la esperanza de que Fenris despertase del coma en el que había caído después de la pérdida de sangre, y que sin ayuda de Illya habría sido una muerte segura, unidas a una búsqueda intensiva de información liderada por McLeod y Diana. Al final Lorne nos ayudó a encontrar un Oráculo de los Grandes Poderes, pero la conversación con él fue inútil, salvo para saber que ellos se habían llevado a Ed de vuelta para mantener el equilibrio de nuestro universo. Por mucho que rogamos no conseguimos ninguna ayuda del Oráculo, así que tuvimos que empezar a buscar por otros medios.
McLeod recurrió a los que le habían ayudado a entrar en la Iniciativa, los Búhos, que al parecer estaban especializados en sucesos de “ciencia al límite” como lo llamaban, pero ellos tampoco pudieron ayudarnos porque no tenían una forma segura de atravesar el espacio entre universos sin desequilibrar ambos y llevarlos hasta su destrucción.
Recuerdo que esa noche Sarah volvió a llorar como alguna de las anteriores, se culpaba tanto de lo de Ed como de lo de Fenris, cuando no tenía culpa de nada, y también le añadía bastante el hecho de haberse tenido que cruzar con gente que no merecía la pena y le había hecho sufrir como Theodora o Cecil y en menor medida pero también influían Benjamin o Suzanne. Me dolía verla así y aumentaba mi enfado hacia esas personas hasta puntos inimaginables, por suerte este no era mi momento oscuro.
Después de varias semanas buscando sin frutos nuestra oportunidad se apareció frente a nosotros, Bill, el famoso medio demonio que había ayudado a McLeod y Diana en la Iniciativa y que luego McLeod se había vuelto a encontrar, apareció en casa de McLeod. Gracias a que los rumores corrían rápido en los bajos fondos, se había corrido la voz de que la Elegida y sus amigos buscaban desesperadamente una forma de llegar a otro mundo, y Bill lo había oído. Él tenía una forma de cruzar, e iba a ayudarnos.
Volvíamos a tener esperanzas de nuevo después de todos esos días de desesperación al no poder encontrar ninguna vía de escape que nos ayudase a traer a Ed de vuelta. Pero según se acercaba la fecha en la que íbamos a cruzar los nervios volvían a la vez que lo hacían los recuerdos de lo que habíamos visto en el futuro, el futuro en el que Mason había ganado, igual que en el mundo de Ed. La idea de volver a enfrentarse a Mason, pero esta vez más poderoso helaba la sangre, pero la vida de Ed estaba en juego y no pensábamos dejar a un amigo en la estacada.
En última instancia Cecil se había unido a la misión de rescate, quizá con la intención de expiar su cobardía al no estar presente la noche que fuimos contra Mason, pero las cosas ya no estaban como antes, eso era fácil de sentir.
Así que aquí estábamos, en el apocalíptico universo de Ed, con Bill como único guía y con la esperanza de encontrar a Ed.
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[spoiler]Estamos de nuevo en marcha, lo noto xD[/spoiler]
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