Moondale

CONOCIENDO A MI «ABUELO»

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Daniel Arkkan | Casa de los McLeod, Escocia – Caernaforn, Gales

[color=#81BEF7]MaÑana[/SIZE] – [color=#E16C13]Tarde[/color][/color][/font][/b]

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No podía expresar con palabras lo mucho que les agradecía la ayuda y el apoyo que me habían prestado para buscar al padre de mi padre y a través de él quizá a mi hermana.

Habíamos conseguido localizar la zona en la que vivía él gracias a la visión de Diana, y gracias a los demás la localización de mi hermana empezaba a cercarse, de momento se sabía que era una zona del norte por la nieve, y “los Yayolantes” como les había apodado Diana, habían disminuido más el cerco al identificar una de las hojas que habían dibujado y que resultaba ser autóctona de Reino Unido, y también de la costa francesa, aunque esperaba tener un poco de suerte.

Así que al día siguiente me desperté temprano tal como habíamos hablado, pero, pese a haber quedado el día anterior, me sorprendió ver a tanta gente dispuesta a hacer el camino conmigo. Les insistí varias veces en que no hacía falta, que no desperdiciasen sus vacaciones conmigo, pero no hubo forma, ni siquiera conseguí que fuésemos menos para gastar menos en gasolina, todo el grupo me acompañaba, excepto Illya por culpa del sol, la pobre bastante tenía con quedarse sola en casa, aunque conociéndoles bien, Delia o Elizabeth, o ambas, irían a verla, y en cuanto Stephanie la viese no conseguiría separarse de ella.

Mientras los demás se preparaban y desayunaban, dejé a una Sarah en bata y con los ojos entrecerrados sujetando una taza de chocolate con una pizca de café y me llevé a Arthur y Delia aparte. Me daba bastante vergüenza hablar de lo que tenía que hablar, pero Sarah me había instado toda la noche anterior a hacerlo, con amenazas demasiado graves para todo hombre, así que tenía que echarle valor, no podía ser peor que enfrentarse a un demonio, o quizá sí.

– [b] [i] [color=#4F5360]Quería hablar con vosotros antes de irnos.[/SIZE] [/i] [/b] – dije a unos Arthur y Delia expectantes. Ella parecía estar algo emocionada o preocupada quizá por lo que fuese a encontrar, él sin embargo parecía muerto de ganas por acompañarnos, pero también porque no tuviese que enfrentarme a él, ese abuelo que nunca había conocido porque no le había parecido lo suficientemente interesante, ni mi padre, ni yo.

– [b] [color=#7411AD]Dime, hijo.[/color] [/b] – respondió, en realidad utilizó otra palabra más escocesa en lugar de hijo, pero significaba lo mismo aunque no todos los americanos lo habrían entendido. Él asintió.

– [b] [i] [color=#4F5360]Ya os habéis ido enterando estos días un poco más de lo del Doctor y las cosas que han ido pasando, los Grandes Poderes…[/color] [/i] [/b] – dije divagando un poco, no quería irme por las ramas pero tenía que ponerles en antecedentes. – [b] [i] [color=#4F5360]Cuando nos mostraron recuerdos hace poco para hacernos daño, vi el día en el que marche.[/color] [/i] [/b] – añadí al final. Resultaba más difícil hablar de un error que has cometido que lanzarse de cara a un enjambre Vastak, unos demonios medio avispa zumbones que te dejaban el cuerpo lleno de pústulas hinchadas y supurantes.

– [b] [color=#7411AD]Para qué le sigues dando vueltas, no te lo tenemos en cuenta.[/color] [/b] – respondió. Me sentí aliviado al escucharla decir eso, pero tenía que cerciorarme de que aquello no había calado en lo que pensaban que sentía hacia ellos, y para ello tenía que decirles lo que sentía, algo que resultaba mucho más difícil que decírselo a Sarah.

– [b] [i] [color=#4F5360]Tengo que hacerlo, además si no lo hago Sarah me pega, y está bastante en forma.[/color] [/i] [/b] – bromeé de forma nerviosa recordándome a Diana, a la que en ese momento vi pasar a lo lejos y me guiño un ojo mandándome ánimo. – [b] [i] [color=#4F5360]Yo…lo que dije…es difícil de explicar, pero…cuando me fui no tenía ni idea de lo que estaba haciendo.[/color] [/i] [/b] – vi que iban a responder pero les detuve con la mano, tenía que soltarlo de una. – [b] [i] [color=#4F5360]Desde el primer momento me acogisteis y me tratásteis como a uno más, a pesar de que Paul se fue por mi culpa.[/color] [/i] [/b] – dije.

– [b] [color=#7411AD]Se fue porque le dio la gana, de aquí no echamos a nadie, tienes tanto derecho tú como él.[/color] [/b] – dijo Delia. Escuchárselo decir a ella era distinto a que lo dijesen Arthur, Zack o Chris, pese a que ya me lo había dicho más de una vez, porque los tres estaban enfadados con Paul pero ella aún se preguntaba como estaría. Le sonreí levemente como agradecimiento y continué.

– [b] [i] [color=#4F5360]Pero bueno lo que quería decir es que siempre me habéis tratado como a un hijo, y siento que yo no os he demostrado lo mismo. [/color] [/i] [/b] – solté, y continué sin apenas parar. – [b] [i] [color=#4F5360]Me dejé llevar por la venganza y os decepcioné a todos, tendría que haber estado aquí cuando a Christopher le mordieron para ayudaros y tendría que haberos dicho hace mucho…que bueno…os…ya sabéis…sois mis padres, siempre lo habéis sido desde que perdía mis otros padres.[/color] [/i] [/b] – añadí al final, me había costado mucho expresarlo, me resultaba casi imposible decirles que les quería, aunque así era, pero sabía que lo habian entendido, porque Delia estaba empezando a emocionarse y Arthur sonreía y le brillaban los ojos. Era difícil utilizar la misma palabra que utilizaba para llamar a mis padres, pero con el tiempo había aprendido que no era ninguna falta de respeto hacia ellos, y que no los olvidaría por llamar a Arthur y Delia padres, simplemente me serviría para dejarles ver que para mí eran familia.

Mi madre vino a abrazarme, seguramente llorando aunque se escondía, y mi padre me apretó el hombro, entre hombres eso era suficiente.

– [b] [i] [color=#4F5360]Quería que lo supierais antes de irme, para que no pensarais que os lo decía por despecho, pase lo que pase, vosotros, y los que van a venir conmigo, sois mi familia.[/color] [/i] [/b] – añadí empezando a emocionarme, pero contuve esos sentimientos y continué, tenía que ser fuerte para lo que me esperaba.

Después de eso nos despedimos de todos y terminé comenzando el viaje con alegría y una sonrisa al ver el aprecio con el que se habían despedido, desde la tía Charisma, pasando por mis padres y terminando en Elizabeth, la que también era como una madre para mí. Era curioso pensar que yo, que había perdido a mis padres, iba a tener tantos.

Así que empezamos el viaje divididos en dos coches, el coche de Arthur lo llevaba Sarah, yo iba de copiloto y detrás Dominic y Rebecca, y en el otro conducía Chris, pese a las protestas de Diana, porque él conocía más la zona, y detrás iban Ed y Kaylee. Nos pasamos el viaje con el manos libres de mi teléfono y el de Sarah activados, cada uno en uno de los coches, porque la llamada nos salía gratis y así estábamos comunicados durante todo el camino, que pese a ser largo, se hizo bastante corto por las risas que pasamos juntos.

Los nervios volvieron a mí cuando aparcamos los coches en un pequeño pueblo situado en la ladera de la montaña en cuyo pico estaba el sitio al que teníamos que ir. Sarah dijo que no me iba a dejar solo en esto, algo que me alivió más de lo que nadie se podía imaginar, me tranquilizaba tenerla cerca en los momentos difíciles. Así que, después de comer todos juntos dentro de los coches, porque llovía a cántaros, la comida que habíamos llevado, nos despedimos de los demás, que iban a quedarse dando una vuelta, y empezamos a subir la montaña, hasta la meseta que se formaba más arriba en la que se veía la misma casa que Diana había visto en su visión.

– [b] [i] [color=#BB609C]¿Cómo estás?[/color] [/i] [/b]- preguntó Sarah apretándome la mano con cariño mientras subíamos. Era una suerte que hubiese parado de llover un rato, pero aún así el suelo estaba encharcado y costaba caminar.

– [b] [i] [color=#4F5360]No me gustan los enfrentamientos, prefiero llevarme bien con la gente. [/color] [/i] [/b] – le dije con sinceridad.

– [b] [i] [color=#BB609C]No tienes por qué enfrentarte con él, todo depende de lo que te diga…y de cómo sea[/color] [/i] [/b].- dijo más comprensiva de lo que yo nunca sería. Sabía que intentaba tranquilizarme para que le diese una oportunidad, pero, salvo que me sorprendiese mucho, dudaba que me diese razones para creer en él.

– [b] [i] [color=#4F5360]Vida, viendo como estaba cuando perdí a mis padres, muy complicada tenía que ser la relación con él para que Arthur y Delia no me lo dijesen.[/color] [/i] [/b] – le respondí tratando de controlar mi enfado para que no pensase que era con ella, el verdadero foco era la persona que se suponía que estaría dentro de esa casa. No dejaba de preguntarme que clase de persona se desentiende de su familia cuando no le han hecho nada malo, y mucho menos cuando es la última familia que te queda.

– [b] [i] [color=#BB609C]Me acabas de llamar de la misma forma que McLeod a Diana[/color] [/i] [/b].- respondió sonriente. Me quedé mirándola un buen rato, con ella era imposible estar triste, salvo cuando ella también lo estaba.- [b] [i] [color=#BB609C]Dale una oportunidad al menos, nunca se sabe[/color] [/i] [/b]. – me pidió. Por ella lo intentaría, al menos trataría de permanecer en silencio y no soltarle todo lo que pensaba, pero poco más podría conseguir, al menos por el momento.

– [b] [i] [color=#4F5360]Lo único que me consuela es que vengas conmigo, de momento no me espero nada, ni bueno ni malo, solo indiferencia, como hizo hasta ahora.[/color] [/i] [/b] – ella se quedó callada y asintió. Acababa de adoptar una postura que ella misma me había definido, y en la que le daba la razón, si no te ves capaz de quitar, no pongas más, lo que significaba que si no puedes decir algo bueno de una persona, no digas tampoco cosas malas, porque condicionarás a la otra persona.

Continuamos hablando durante el resto del camino, pero esta vez de otras cosas, de lo próximo que íbamos a hacer con la nave, de que Sarah quería que convenciese a mis padres de que fuesen a visitarnos a Moondale, de mis planes para llevar la carrera de forma no presencial, de lo bien que se veían Ed y Kaylee y la pena que daba que no pudiesen estar juntos a la vuelta por culpa del trabajo y de la pena que le daba Stephanie cuando nos fuésemos los demás, ante lo que prometió hacer algo para arreglarlo.

Cuando terminamos de subir, llegamos a la pequeña meseta y vimos una casa, no demasiado grande, tenía unos dos pisos, y en el exterior se veía un pequeño huerto, un pozo y una especie de establo. En el exterior no se veía a nadie, por un momento pensé que quizá no estaría, pero con ese día era raro que nadie estuviese trabajando el campo. Nos acercamos hasta la puerta, sobretodo porque Sarah me llevaba del brazo y su fuerza de inercia de seguir avanzando venció a mi intento de quedarme quieto. Cuando llegamos frente a la puerta de color verdoso, dudé, pero antes de poder dudar demasiado, Sarah llamó. La miré, pero con la cara que puso no pude enfadarme, además, lo hacía por mí.

Agudicé el oído y escuché ruidos en el interior que avanzaban hacia nosotros y después sentí la extraña sensación de que alguien te está observando, imaginé que sería alguien mirando por la mirilla.

Al cabo de un rato se escuchó como se descorrían unos cerrojos y salió un hombre, mayor, pero quizá no tanto como para ser mi abuelo, parecía conservarse muy bien, quizá su aspecto engañaba o quizá había tenido a mi padre siendo muy joven, eso explicaría lo mucho que se había desentendido, aunque no lo exculpaba.

– [b] [color=#828486]Un poco lejos para pedir el aguinaldo, ¿no creeis?[/color] [/b] – preguntó. No me dio buena sensación, había algo en él que no me gustaba, quise creer y convencerme de que era por lo que había escuchado de él y no un «bad yuyu».

– [b] [i] [color=#BB609C]Hola, soy Sarah[/color] [/i] [/b].- respondió Sarah tendiéndole la mano para saludar y mirándome con un gesto para que hiciese lo mismo.

– [b] [color=#828486]Encantado de conocerte pero estoy un poco ocupado.[/color] [/b] – respondió él. Después se quedó mirándome fijamente, quizá porque yo no le había saludado y aún le miraba detenidamente. Pareció hacer el amago de cerrar la puerta, pero se quedó parado cuando hablé.

– [b] [i] [color=#4F5360]Yo soy Daniel…Arkkan[/color] [/i] [/b] – dije enfatizando mi apellido, era la única forma que se me ocurría de explicarlo todo sin tener que hablar demasiado con él.

– [b] [color=#828486]¿Daniel?…eh, pasa, pasad.[/color] [/b] – dijo sin ocultar su sorpresa, mientras nos señalaba el interior. Sarah murmuró un «gracias», pasamos y vimos un pequeño salón fusionado con la cocina, separado solo por una barra americana. Nos indicó que nos sentasemos en el sofá frente a la chimenea, cerró la puerta y se sentó en una butaca.

– [b] [color=#828486]Has cambiado mucho.[/color] [/b] – dijo, primero mirándome a mí y después a Sarah. Había deducido que estábamos juntos, así que me ahorraba explicarle nada más, no me daba confianza hablar con ese hombre.

– [b] [i] [color=#4F5360]Ha pasado mucho tiempo.[/color] [/i] [/b] – solté sin poder contenerme. Se hizo el silencio durante unos segundos.

– [b] [color=#828486]Tienes que entender que no lo he tenido demasiado fácil, la vida es complicada, no siempre sale todo como queremos.[/color] [/b] – se excusó. ¿Eso era todo? ¿Después de tanto tiempo la excusa era que la vida era complicada? Sabía muy bien que la vida era complicada, yo había tenido una vida complicada y él no había intentado nunca facilitármela, ni siquiera dejándome saber que existía.

– [b] [i] [color=#4F5360]He venido a hablar de mi hermana.[/color] [/i] [/b] – dije dejándolo a él por imposible. Su respuesta me había enfadado, una cosa era ir predispuesto y otra la reacción al encontrarte esa indiferencia en la realidad.

– [b] [color=#828486]¿Cómo lo has sabido?[/color] [/b] – preguntó interesado. Me molestaba incluso su manera de responder evitando nuestras preguntas para hacer él otras. Sarah debió notármelo, porque fue ella quien respondió.

– [b] [i] [color=#BB609C]Mi hermana tuvo una visión…hace unos días[/color] [/i] [/b].- dijo Sarah sin irse por las ramas, suerte que la tenía a ella.

– [b] [color=#828486]Ya veo, la precognición a veces no es una buena consejera.[/color] [/b] – nos dijo. Deseé contestarle que no era quien para darnos consejos a esas alturas, pero me contuve porque necesitaba saber si abía algo de mi hermana. – [b] [color=#828486]Tengo respuestas pero no sé si las que buscáis. ¿Queréis tomar algo mientras tanto?[/color] [/b] – dijo levantándose.

– [b] [i] [color=#4F5360]No, gracias.[/color] [/i] [/b] – Lo único que quería era coger las respuestas e irme, así que dije que no.

– [b] [i] [color=#BB609C]No gracias, estoy bien[/color] [/i] [/b].- asintió ella.

Me giré para observarlo mientras estaba en la cocina, lo vi calentar un té y después cerrar los ojos mientras esperaba a que estuviese hecho. Sentí algo extraño en el ambiente cuando volvió a abrirlos, pero no supe qué. volvió con su té y un cuenco de almendras que colocó en la mesa que nos separaba.

– [b] [color=#828486]Tu hermana sobrevivió aquella noche, y vivió conmigo, pero hace ya casi cuatro años que no está aquí.[/color] [/b] – respondió sin andarse por las ramas, era la mejor respuesta que nos había dado desde que habíamos empezado a hablar con él, pero necesitaba que fuese más detallado.

– [b] [i] [color=#4F5360]¿Que pasó? Desde el principio, quiero todos los detalles.[/color] [/i] [/b] – pedí casi exigiéndolo. Después decidí contenerme para que Sarah no me viese así.

– [b] [color=#828486]La historia es larga.[/color] [/b] – empezó a decir. – [b] [color=#828486]Pero desde luego nadie tiene más derecho que tú a conocerla.[/color] [/b] – añadió. Tenía que haber pensado eso hacía mucho y no haberme privado de mi hermana durante todo ese tiempo. Por eso los Poderes no habían podido hacer nada, para no interferir con el libre albedrío, en este caso con el de él. – [b] [color=#828486]¿Sabe lo que eres?[/color] [/b] – preguntó refiriéndose a Sarah. De nuevo me molestó la forma en la que preguntó.

– [b] [i] [color=#4F5360]No tengo secretos para ella.[/color] [/i] [/b] – dije, no pensaba ocultarle nada, aunque no me hiciese gracia que viese que tenía un abuelo como él.

– [b] [color=#828486]Muy bien.[/color] [/b] – dijo dando un sorbo a su té. – [b] [color=#828486]También soy aesir, en nuestra familia rara vez se salta una generación, aunque a veces pasa.[/color] [/b] – explicó. Sabía perfectamente aquello, mi padre mismo me lo había explicado, el primer aesir nació de una Cazadora y un brujo, y después de eso empezó a transmitirse por línea paterna, aunque también más aesir nacidos de la unión de Cazadora y brujo. – [b] [color=#828486]Y tengo otras habilidades que no son tan comunes, ni siquiera entre los nuestros.[/color] [/b] – eso mi padre nunca me lo había dicho, aunque tampoco recordaba haberle escuchado hablar de su padre.

– [b] [i] [color=#4F5360]Yo también.[/color] [/i] [/b] – dije haciendo que mi mano emitiese luz brevemente.

– [b] [color=#828486]Supongo que vendría de mí, tu padre no tenía ninguna.[/color] [/b] – exclamó sorprendido. No me hacía demasiado gracia pensarlo, me molestó especialmente como se refirió a mi padre. – [b] [color=#828486]El caso es cuando supe de la muerte de tus padres, viajé al lugar en el que había ocurrido, y me transporté al pasado.[/color] [/b] – me tomó unos segundos asimilar el poder que tenía ese hombre, era capaz de viajar en el tiempo, y aún así no había hecho nada por salvarlos.

– [b] [i] [color=#4F5360]¿Por qué no los salvaste entonces?[/color] [/i] [/b] – pregunté molesto, supe que serían simples excusas, cuando quieres hacer algo no dejas que nada te detenga.

– [b] [color=#828486]Era su decisión, y no podía cambiar el futuro, tarde o temprano ese Kurgan los encontraría y esa vez quizá ni tú sobrevivieses, ni tu hermana.[/color] [/b] – se excusó.

– [b] [i] [color=#4F5360]Sigue.[/color] [/i] [/b] – respondí. Tenía una forma de ver las cosas que no compartía.

– [b] [color=#828486]En el pasado me encontré la casa ardiendo, y a tu madre camino de encontrarse con tu padre.[/color] [/b] – me explicó, en ese momento yo ya me encontraba en el coche, alejándome, salvándome gracias a Arthur y a mis padres, pero no a él. – [b] [color=#828486]Se parecía mucho a ti, también quiso que salvase a tu padre, porque a ti te había puesto en lugar seguro.[/color] [/b] – añadió. No tenía ninguna excusa para no hacerlo, sentía como me iba enfadando por la forma en la que se me tensaba el puño.- [b] [color=#828486]Cuando me negué, dijo que iba a reunirse con él, y me contó que estaba embarazada. Le advertí, pero no me escuchó, y murió.[/color] [/b] – seguí conteniéndome mientras se hacía el silencio y él dio un trago a su té. Sarah me miraba tratando de apoyarme, pero se notaba en sus ojos que estaba sorprendida, y no para bien. – [b] [color=#828486]Le di vueltas al asunto y volví atrás de nuevo, esta vez nadie me vio porque congelé el tiempo.[/color] [/b] – siguió explicando. No solo podía viajar en el tiempo, si no también manipularlo a su antojo, y aun así no había hecho nada. – [b] [color=#828486]Volví a dónde me había encontrado con tu madre y combinando mis habilidades con algo de magia hice crecer al bebé y lo mandé varios días al futuro.[/color] [/b] – empecé a darle vueltas a lo que acababa de decir, y tardé un rato en encontrarle el sentido. Había avanzado la gestación del bebé, después lo había enviado al futuro inmediato y supuse que la magia sería para que pudiese sobrevivir sin mi madre. Me puso los pelos de punta pensar en la muerte de mi madre de nuevo. – [b] [color=#828486]Volví, la recogí y volvimos a mi presente.[/color] [/b] – continuó. – [b] [color=#828486]La cuidé hasta que pudo valerse por sí misma, y entonces empecé entrenarla para defenderse, y cada cierto tiempo la dejaba sola en la casa y encerraba los alrededores en una burbuja en la que el tiempo iba más rápido, para que creciese y así pudiese tener la edad suficiente para defenderse si el Kurgan volvía.[/color] [/b] – tardé un tiempo en asimilar lo que acababa de decir, por eso la casa resultaba tan extraña, tenía grandes despensas, el huerto, el granero y el establo con animales y probablemente más cosas en el piso de arriba, todo lo necesario para vivir, le había robado la infancia, no la había dejado relacionarse con nadie, solo entrenarse para defenderse. Desde ese momento le odié por criar a mi hermana con la amenaza de la muerte rondándola cada día. – [b] [color=#828486]Ahora sería algo mayor que tú.[/color] [/b] – añadió.

– [b] [i] [color=#BB609C]De esa forma, debe haber perdido gran parte de…su vida[/color] [/i] [/b].- exclamó Sarah. Era exactamente lo que estaba pensando, ese hombre no era simplemente un mal abuelo por desentenderse de mí, si no que había sido un monstruo con mi hermana, la había encerrado en una jaula de oro.

– [b] [color=#828486]La vivió en una casa en la que tenía de todo, mejor vivir una infancia sola que morir antes de poder vivir nada. Le aseguré un futuro.[/color] [/b] – se defendió. No había excusa para lo que había hecho, la había preservado como preservarías un jarrón o un juguete en el plástico para que no se rompa, pero estábamos hablando de una persona. Mis padres nunca habrían hecho algo así, ni unos ni los otros.

No pude evitar mirarle mal durante varios segundos, tanto por lo que había hecho como por dirigirse siquiera a Sarah. La miré disculpándome por no decirle nada más, necesitaba que terminase, saber que había sido de mi hermana para dar con ella.

– [b] [color=#828486]Al final el Kurgan vino, y tu hermana sabía defenderse, tenía ya veinte años.[/color] [/b] – dijo. – [b] [color=#828486]Llegó un día en el que yo estaba fuera, y cuando volví me encontré con que ella no estaba, y un viejo artilugio que la había dejado para protegerse tampoco. Mientras investigaba apareció el Kurgan y huí de él yendo al futuro.[/color] [/b] – continuó explicando. Esa parecía ser su solución, huir. – [b] [color=#828486]El artefacto debería haberla transportado a otro sitio, pero no tuve señales de ella desde entonces, no sé que habrá pasado-[/color] [/b]

– [b] [i] [color=#4F5360]¿La buscaste?[/color] [/i] [/b] – pregunté serio.

– [b] [color=#828486]Sí, pero no dí con ella. He estado esperando a que volviese, cree una burbuja que hace que el tiempo aquí dentro pase más despacio, de hecho cuando salgáis afuera tendréis que volver a sincronizar los relojes.[/color] [/b] – dijo. Me levanté del asiento pensando que debía habérnoslo dicho hace tiempo, desde el momento en el que pisamos la casa.

– [b] [i] [color=#BB609C]¿Cuánto tiempo habrá pasado?[/color] [/i] [/b]- preguntó Sarah preocupada. El día siguiente era luna llena, y por mucho que Christopher tomara las infusiones, teníamos miedo de lo que podría pasar, nunca se sabía, y el Doctor podía aparecer en cualquier momento, además estarían preocupados.

– [b] [color=#828486]Lo paré hace un rato, creo que algo más de tres horas.[/color] [/b] – esa era la razón por la que parecía más joven.

– [b] [i] [color=#BB609C]Será mejor que nos vayamos cuanto antes, entonces…[/color] [/i] [/b]- dijo Sarah nerviosa.

– [b] [i] [color=#4F5360]Sí, es hora de irnos.[/color] [/i] [/b] – afirmé. Ya no teníamos nada que hacer allí.

– [b] [color=#828486]Espera un momento, sé que no estarás de acuerdo con cómo he hecho las cosas, pero lo hice lo mejor que pude, soy tu única familia.[/color] [/b] – a esas alturas, después de lo que sabíamos no podía perdonarle.

– [b] [i] [color=#4F5360]Mi familia es la que me ha cuidado todos estos años, mi familia es ella, y los que me están esperando en el pueblo.[/color] [/i] [/b] – le respondí desafiante, me había contenido demasiado.

– [b] [i] [color=#BB609C]Déjalo, Daniel…por favor[/color] [/i] [/b].- me pidió Sarah acariciándome el brazo. Me callé y me dirigí hasta la puerta por ella.

– [b] [color=#828486]No pareces una chica cualquiera, ¿qué eres?[/color] [/b] – preguntó sin apartar la mirada.

– [b] [i] [color=#BB609C]Una cazadora[/color] [/i] [/b].- respondió Sarah, me fijé en que no había dicho nada de la Elegida, no me extrañaba que no se fiase de él, ni siquiera yo lo hacía.

– [b] [color=#828486]¿Una Cazadora? Escúchame bien, si quieres seguir con vida, aléjate de ese mundo, no te enfrentes a ellos.[/color] [/b] – me dijo con un tono menos controlado. En ese momento sentí que solo seguía controlándome por Sarah, porque deseaba responderle de tal forma que le dejase pegado a la pared de enfrente.

– [b] [i] [color=#4F5360]Llevo toda la vida enfrentándome a ellos, no dejaré de hacerlo, y nada conseguiría que me alejase de Sarah. Tú menos que nadie.[/color] [/i] [/b] – le espeté. no era nadie para dar lecciones.

– [b] [color=#828486]Eres igual que tu padre, sois unos inconscientes, bastante perseguidos somos ya como para que salgáis vosotros a buscar la muerte.[/color] [/b] – replicó enfadado.

– [b] [i] [color=#4F5360]Así que por eso no os hablabais, ya me lo has dicho todo sobre ti.[/color] [/i] [/b] – afirmé. Ya me lo había dicho antes y ahora me había confirmado que no me equivocaba, no quería saber nada de ese hombre, solo nos unía la sangre porque era algo que no podía controlar, pero no era de mi familia, la familia es la que se elige, lo demás son…parientes por ponerles algún nombre. Yo había elegido y mi familia me esperaba, tanto a mi lado, como en el pueblo al final de la ladera como en casa. – [b] [i] [color=#4F5360]Vámonos Sarah.[/color] [/i] [/b]

– [b] [i] [color=#BB609C]Hasta siempre, señor Arkkan…[/color] [/i] [/b]- se despidió Sarah. No miré atrás mientras salíamos, ni cuando bajamos por la ladera, solo continué hacia delante, observando el cielo oscurecerse y contemplando la luna casi llena mientras aferraba la mano de Sarah. Juntos echamos a correr, con cuidado de no resbalar por culpa del barro, parecíamos sacados de una de las carreras típicas de Doctor Who. Parecerá que después del enfrentamiento y de correr a toda velocidad preocupados por los demás no debía encontrarme bien, pero ahora sabía seguro que mi hermana estaba viva en alguna parte, y este encuentro había servido para confirmarme cuál era mi familia, aunque siempre lo había sabido.

Así que continuamos corriendo, miré a Sarah y le sonreí ampliamente. Tenía mucha suerte de contar con la familia que tenía.

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