Moondale

A PUNTO DE DESCUBRIR QUIEN ERA

[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3][s]La chica desnuda[/s] «NIÑA»| Caernaforn, Gales

[color=black]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]

cara1_zps3a6a2c12

[SIZE=2]

Cuando me desperté no sabía quién era ni dónde estaba. Sólo sabía unas cuantas cosas que podían resumirse en: No había muerto, estaba tumbada sobre un montón de paja con varias mantas encima, aunque seguía desnuda y lo que es más importante, a mi alrededor había diversos seres que no eran como yo, si no de cuatro patas -perros-, pero no me daban miedo, parecían amistosos a juzgar porque se acercaban a olisquearme y no enseñaban los dientes.

Sin pensármelo me puse en pie, dejé las mantas sobre el heno y avancé hasta la puerta del establo sin ponerme nada encima. Cuando estuve fuera, noté el gélido aire envolverme, pero también cómo los primeros rayos de sol acariciaban mi cuerpo, era una sensación tan maravillosa que mi boca se estiró a ambos lados componiendo una mueca que más tarde conocería como “sonrisa”.

Pero mi felicidad quedó interrumpida por los gritos de una voz que no conocía.- [b]¡Niña, tápate!¿Pero es que hoy en día no queda decencia en este mundo?[/b] – Me quedé pensando a qué podía referirse. Al parecer, mi nombre era “niña” y mi aspecto le incomodaba. Intenté encontrar la manera de comunicarme con ella, pero aunque la entendía y sabía utilizar las palabras, me desagradaba hablar porque no estaba acostumbrada a ello.

Aún así, no esperó a que le contestase y me arrastró hasta su casa, en concreto hasta una habitación en la que había un gran balde con un líquido -bañera- que parecía estar excesivamente caliente a juzgar por la humareda que desprendía. Yo no quería entrar, negaba con la cabeza, pataleaba y lloriqueaba, pero la mujer, que pese a ser bastante anciana tenía fuerza, no se dejó amedrentar y me empujó a su interior. Caí provocando un gran estruendo y aunque tenía miedo de ahogarme, me di cuenta de no había el suficiente líquido como para que me pasase. Pese a eso, seguí gritando y protestando, hasta que ella me metió la cabeza hasta abajo para que se mojase y me echó un engrudo en ella – champú- que olía a flores.

Cuando comprendí que me estaba aseando, dejé de protestar y me ofrecí a ser yo misma la que se lavase los genitales, porque si la desnudez estaba mal vista, cada uno debía lavarse lo suyo. Así pues, la anciana abandonó la estancia y me dejó disfrutar de mi aseo, que según suponía yo, era algo que debía realizarse cada mucho tiempo debido a la cantidad de cosas que había que hacer.

Una vez estuve limpia, abandoné el balde cuyo líquido estaba de color marrón y salí de la estancia tal y como había entrado -desnuda-, pero la señora insistió en que debía “tapar mis vergüenzas”, por lo que me ayudó a cubrirme con unas telas que me molestaban – camiseta de leñador y pantalón de señor mayor- y me impedían sentirme libre. ¿Qué sentido tenía pasar tanto tiempo aseándose si luego había que cubrirse?

Lo bueno vino después, cuando me obligó a sentarme sobre una tabla con respaldo -silla- y dejó encima de otra tabla con patas – mesa- un montón de comida que provocaron que mi estómago rugiera con impaciencia. Sin pensármelo, agarré todo lo que encontré con las manos y empecé a devorarlo hasta que no quedó nada en la mesa. Ese día descubrí el café, las tostadas con mantequilla y mermelada casera, las galletas y la fruta, todo me resultaba apetitoso y no dejé de comer hasta que la señora me retiró la comida de la mesa, alegando que si seguía comiendo así, reventaría.

El resto del día lo pasé comiendo (cuando a la señora le parecía que era el momento apropiado) y relacionándome con los animales, que como no hablaban, me resultaban una compañía agradable. Sabía que tenía muchas preguntas que hacerme, pero no sabía qué debía responderle, así que la evité en la medida de lo posible, hasta que por la noche, mientras acunaba a una de las crías entre mis brazos, escuché un grito que me hizo salir del establo. No estaba segura de qué era lo que me obligaba a salir, pero debía hacerlo.

Lo que no sabía, era que estaba a punto de descubrir quién era.
[/SIZE]

Comentarios

Deja una respuesta