[align=center][b][font=Bookman Old Style][SIZE=3]Diana Echolls | Caernaforn, Gales
[color=black]Noche[/SIZE][/color][/font][/b]
[SIZE=2]
Cada aullido de del licántropo me desgarraba por dentro. Me hubiese gustado que fuera posible acercarme a él, rajarle la barriga y sacar de su interior a McLeod como hacían en el cuento de Caperucita, pero en la vida real todo era mucho más complicado y doloroso. Le había tirado la infusión por la ventanilla y ahora tenía cargar con eso. La próxima vez lo tendría en cuenta. O no.
Cuando le vi transformarse, mi cuerpo se retorció como si fuésemos una sola persona. Ni siquiera había reaccionado a tiempo para ayudarle a colgarse el teléfono móvil del cuello, así que se lo había tenido que poner a medio transformar y por eso, ahora estaba tirado en el suelo. Le preguntamos a Ed varias veces dónde estaba, pero lo único que podía decirnos era que estaba bien y que seguía en el bosque, ¿cómo distingues una parte de otra?
El camino por el bosque fue una odisea. La nieve empezó a derretirse cuando comenzó a llover con tanta fuerza que, de no haber sido por Dominic, no hubiéramos visto más allá de nuestras narices. El barro nos llegaba hasta las rodillas, las ramas impedían que caminásemos con normalidad y por culpa del viento, acabamos empapados hasta la ropa interior y no sabéis lo incómodo que es tener el culo empapado cuando vas rodeada de todos tus amigos y por consiguiente, no puedes darte tirones de las bragas porque no está bien visto. Aún así, yo me di un par de ellos cuando nadie me miraba.
Intentaba distraerme molestando a los demás con bolitas de energía que me mantenían la mente ocupada, dejando las preocupaciones en un rincón de mi cerebro en el que no ponía “no mirar”. No quería pensar en qué pasaría si alguien le hiciese daño a McLeod o si sucedía lo contrario.
Estábamos a punto de perder la esperanza cuando escuchamos un grito que nos hizo apurar el paso, intentamos que Ed nos dijese dónde estaba, pero si queríamos ir rápido, no podíamos obligarle a centrar su mente en otro punto, porque corríamos el riesgo de que se [i]escoñase[/i].
Pese a todo, no tardamos mucho en llegar, porque resultó que era una casa bastante vieja y estropeada (a juzgar por los desconchones de la pared) que que tenía pinta de llevar ahí toda la vida. Volvimos a escuchar otro grito y fuimos en dirección a la puerta del corral, en la que nos encontramos al licántropo, erguido sobre sus patas traseras, mientras le gruñía a una señora mayor que se defendía con un caldero.
– [b] [i] [color=#843181]¡Atrás![/SIZE] [/i] [/b]- Bramé conjurando una bola de fuego que hice que impactara cerca del licántropo, pero no lo bastante para hacerle daño. Él me importaba un carajo, la persona que estaba dentro, no. McPeludo, al ver el fuego, se me quedó mirando y gruñó enseñando los dientes, era como Rocky, el perro de la tía Charisma a gran escala. Al verle, dio un paso atrás. La madre que lo parió. Asustaba, joder.
– [b] [i] [color=#383A72] Quedaos cerca tras de mí.-[/color] [/i] [/b] Les ordenó Dom a Kaylee y a Rebecca que esta vez, no protestaron.
– [b] [i] [color=#BB609C]Diana, Ed: Necesito que protejáis a la mujer con lo que se os ocurra[/color] [/i] [/b].- Mi hermana pequeña activó el modo SuperSarah y sequedó pensando.- [b] [i] [color=#BB609C]Dom, tú haz lo que has dicho, no dejes que se acerque a Kaylee y a Rebecca[/color] [/i] [/b].- se quedó pensativa un segundo.- [b] [i] [color=#BB609C]Daniel, tú conmigo para intentar detener al licántropo[/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#843181]Sí, bwana[/color] [/i] [/b]- Le respondí con sorna evitando que se notase que estaba a punto de mearme encima. El licántropo parecía cada vez nervioso a juzgar porque no dejaba de gruñir, pero la señora no se amedrentaba. Eso nos dejaba claro que no era una señora normal.
-[b] [i] [color=#266EAC] ¿Teletransporte? Aparecerá en la ciudad y no recordara como llego allí.-[/color] [/i] [/b]Propuso Ed sin dejar de mirar a Kaylee por el rabillo del ojo.
– [b]¡Ni se os ocurra llevarme a ningún sitio o te doy con el caldero![/b].- Nos amenazó la señora, que era como la del anuncio de la fabada Litoral con la rabia.
Daniel, al ver que la mujer no estaba por la labor de cooperar, avanzó unos pasos y le silbó al bicho, que lo único que hizo fue mirarle para enseñarle los dientes.
-[b] [i] [color=#266EAC] Señora no vamos a hacerle nada, sólo vamos a ayudarla a salir de aquí.-[/color] [/i] [/b]Ed seguía intentando hablar con ella.
– [b]¡Me importa un carajo! Ésta es mi casa y de aquí no me sacan na’ más que con la caja de pino[/b].- Berreó y luego, bajó la voz para murmurar.- [b]Hombres lobo a mí…[/b]
– [b] [i] [color=#843181]Vive en un bosque donde hay vampiros, está curada de espanto[/color] [/i] [/b].- Razoné.
– [b]Al menos a la muchacha le da la cabeza…[/b]- Se dirigió a mí durante un segundo, pero el licántropo avanzó en su dirección al creer que estaba desprevenida.- [b]Bicho me cago en tu madre, tira pa’atrás[/b].- Le gritó agitando el caldero a un palmo de su morro.
El animal se llevó la pata al morro y lanzó un quejido lastimero que hizo que mi interior se encogiera. Deseaba protegerle como si realmente fuese McLeod, estaba como una maraca. Daniel, al ver mi cara, volvió a silbar, pero esta vez el licántropo no fue tan benevolente y le dio un manotazo que provocó que Daniel volase un par de metros hasta impactar contra un árbol. Se escucharon un par de gritos ahogados y Sarah fue corriendo en su dirección.
– [b] [i] [color=#BB609C]¡Daniel! ¿Estás bien?[/color] [/i] [/b]- Le preguntó preocupada mientras le acariciaba la frente con cariño.
Los demás no tuvimos tiempo de acercarnos a ver cómo estaba, porque desde la otra punta de la casa nos llegó el murmullo casi imperceptible de una canción de cuna. Y el licántropo, que no tenía un pelo de tonto, se colocó en posición erguida, olisqueó el aire y echó a correr en la dirección de la que provenía la nana.
– [b] [i] [color=#266EAC] ¿Se encuentra bien?.-[/color] [/i] [/b] Le preguntó Ed a la mujer que parecía algo conmocionada, pero bastante entera dadas las circunstancias.
– [b]Yo sí, pero tirad pal cobertizo que hay una muchacha allí y me la va a descuartizar[/b].- Hizo una pausa y habló, pero más que nosotros, para sí misma.- [b]Encima de que está medio congelada lo que le faltaba era el perro sarnoso ese…[/b]
– [b] [i] [color=#843181]¡Oiga, un respeto que ese perro es el mío![/color] [/i] [/b]- Le respondí ofendida. Aunque ahora estuviésemos en una fase un poco extraña, dentro de ese perro con esteroides iba el amor de mi vida.
– [b] [i] [color=#4F5360]Voy delante…[/color] [/i] [/b]- Daniel se puso en pie llevándose una mano al costado y ayudado por Sarah echó a andar todo lo rápido que pudo en dirección al cobertizo.
-[b] [i] [color=#383A72] Vamos, no os quedeis atras.-[/color] [/i] [/b] Les instó Dom a Rebecca y a Kaylee que parecían tener más miedo que vergüenza.
– [b] [color=#CC858A] Estás encantado haciendo de héroe…[/color] [/b]- Espetó Rebecca mirándole de lado.
-[b] [i] [color=#383A72] Sabes que se me da muy bien.-[/color] [/i] [/b]Él le miró de una forma que me hizo sentirme incómoda y negué con la cabeza, intentando no pensar en lo mucho que olían a sexo.
Al ver que me quedé paralizada, Ed me hizo una seña para que le acompañase y fui detrás de él, como una autómata. Todavía no había procesado el hecho de que McLeod, mi Chris, estaba a punto de descuartizar a una chica y no lo hice hasta que llegamos a la altura del cobertizo y de la puerta vimos surgir una melena rubia que lanzó un grito que a mí me sonó como el que lanzaba Xena (sí, la Princesa Guerrera), mientras se subía a lomos del licántropo que gruñía y se quejaba a partes iguales.
– [b] [i] [color=#843181]¡Coño![/color] [/i] [/b]- Exclamé al ver cómo la chica intentaba reducir a la bestia desde su lomo.
-[b] [i] [color=#266EAC] Este es uno de esos momentos en los que no se a quien ayudar.-[/color] [/i] [/b] Comentó Ed por lo bajo haciendo que sonriera.
– [b] [i] [color=#4F5360]Es…[/color] [/i] [/b]- Balbuceó Daniel al poco, mientras la chica luchaba contra el licántropo con intenciones de cegarlo.
– [b] [i] [color=#BB609C]Será mejor que espantemos al licántropo, no queremos que la mate, pero tampoco lo otro…[/color] [/i] [/b]- Suspiró Sarah, que parecía superada por las circunstancias. Y no la culpaba.
Todavía con la cabeza en otro planeta, escuché mi voz decir palabras que para mí carecían de sentido. Lo único que quería era arrancarle la cabeza a la chica rubia para que dejase a mi novio en paz.- [b] [i] [color=#843181]Le dije a McLeod que intentaríamos contenerlo con una prisión mágica, ¿podríamos hacerlo entre todos?[/color] [/i] [/b]
– [b] [i] [color=#266EAC] Podemos intentarlo.-[/color] [/i] [/b] Concedió Ed tras pensarlo un poco.
– [b] [i] [color=#BB609C]Tú mandas, pero no te acostumbres[/color] [/i] [/b].- Le dijo a esa que hablaba con mi voz pero que estaba segura de que no era yo.
– [b] [i] [color=#383A72]Intentaré encerrarlo mientras lanzáis el hechizo.-[/color] [/i] [/b] Y Dom, usando su poder, creó un campo de fuerza alrededor del licántropo y de la chica.
– [b] [i] [color=#843181]Coge esto[/color] [/i] [/b].- La que hablaba por mí le lanzó el bolso a Daniel.- [b] [i] [color=#843181]Dentro hay un paquete con sal. Necesito que hagas un círculo a su alrededor mientras Dom lo sujeta[/color] [/i] [/b].
-[b] [i] [color=#266EAC] Si podéis ir acercándoos para hacer un circulo. Tú también Rebecca, puedes ser de ayuda.-[/color] [/i] [/b] Cuando Ed dijo eso, todos fueron formando un círculo, menos Rebecca que continuaba de brazos cruzados.
– [b] [color=#CC858A] Pero si yo no tengo ni idea, sólo sería un estorbo[/color] [/b].- Puntualizó.
– [b] [i] [color=#266EAC] Sólo tienes que darle la mano a los que tengas a tu lado, Diana y yo nos encargamos del resto.-[/color] [/i] [/b] Pese a que tenía la cabeza en otro planeta, me di cuenta de lo mucho que había crecido Ed en poco tiempo y al ver cómo Kaylee le daba la mano, comprendí muchas cosas.
Daniel terminó el círculo de sal y volvió a lanzarme el bolso, a la par que todos nos dábamos las manos alrededor de Xena y del licántropo. .- [b] [i] [color=#4F5360]Necesitamos que te apartes de él.[/color] [/i] [/b] – Le recordó Daniel a la amazona rubia, que tras pensárselo un poco se bajó de él con una agilidad propia de una Cazadora y se apartó sin salir del campo de fuerza, no era el momento de decirle a Dominic que lo desactivase.
Al notar la mano de Sarah junto a la mía, salí un poco de mi embotamiento. Miré a Ed y esbocé una amplia sonrisa, los dos sabíamos las palabras que debíamos pronunciar, mientras los demás funcionaban de baterías humanas.
Tras una señal de Ed, Dom quitó el campo de fuerza y se unió al círculo. Parecía cansado, pero estaba bien. Al desactivarlo, la rubia loca salió del círculo de sal y se apartó.
– [b] [i] [color=#843181]Arena rubra palma[/color] [/i] [/b].- Comencé, notando cómo la magia de todos se unía a la mía.- [b] [i] [color=#843181]Vincire.[/color] [/i] [/b].- Pronunciamos a la vez y la magia comenzó a salir de nuestros cuerpos para crear un campo de fuerza rojo alrededor del licántropo.
Al ver que lo habíamos conseguido, nos soltamos de las manos y nos quedamos mirando lo que habíamos hecho entre todos. Hasta Kaylee parecía satisfecha, pero no tuvimos tiempo de celebrarlo porque la mujer irrumpió en escena, después de haber venido al “trote cochinero”.
– [b]No tengo edad para carreras…[/b] – Se dobló sobre sí misma, intentando recobrar el aliento.- [b]Niña, ¿estás bien? ¿Y vosotros, mozos?[/b]- La “niña” asintió con la cabeza y se apartó más todavía.
– [b] [i] [color=#4F5360]¿Dónde la encontró?[/color] [/i] [/b]- Le preguntó Daniel sin dejar de mirar a la chica.
– [b]En la vieja cabaña de mi difunto Waylon, desnuda, llena de sangre y a punto de morir congelada.[/b] – Le explicó como pudo. – [b]¿Es que la conoces muchacho?[/b]
– [b] [i] [color=#4F5360]Es mi hermana[/color] [/i] [/b].- Sentenció Daniel y todos nos quedamos en silencio.
Un silencio que fue interrumpido por un aullido del licántropo, que luchaba por salir de su cautiverio.
Y yo me rompí nuevamente por dentro.
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